Colaboración
Por Débora Cerutti
Agencia SubVersiones
19 enero, 2016
En diciembre de 2015 estuvimos en El Manguito acompañando una
caravana de médicos que plantean otra forma de intervención en la comunidad: la
medicina comunitaria. Entrevistamos a Mariana del Hoyo, médica general egresada
de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien nos cuenta acerca de la
propuesta que están llevando adelante en la costa de Chiapas.
Imaginábamos un pueblo con
enormes plantaciones de mango, con calor soportable solo a la sombra de la
ceiba, con zancudos y manglares por doquier así como camarones, jaibas y
ostiones. La imaginación quedó corta. No sólo hay mango en Manguito, también
sandías, papayas, limones, naranjos y palmeras con cocos. Hay zorritos,
venados, tlacuaches, iguanas, serpientes. Hay garzas, loros y cotorros. Y por
supuesto, muchas variedades de peces y mamíferos marinos. Pero eso no es todo.
También hay un pueblo que se siente comunidad, que lucha por conservar su
identidad, y que sueña despierto.
La ranchería El Manguito
se encuentra en el estado de Chiapas, región sureste de México. A 32 kilómetros del pueblo, hora y
media de recorrido en transporte colectivo por la carretera, se encuentra
Tonalá, la cabecera municipal. En Manguito, están asentadas casi 900 personas
alrededor de un gran estero y en ranchos en la costa marítima. El Manguito es
una comunidad de pescadores que en tiempos anteriores han estado organizados
como cooperativa alrededor de la pesca; son los esteros los que brindan el
alimento y el sustento económico de la mayoría de las familias que habitan
allí. Cuando baja la temporada de pesca, el ganado y la agricultura familiar,
junto con la comercialización del queso
y la leche a pequeña escala se convierten en la principal práctica laboral. Es
una comunidad que vive en estrecha relación con la naturaleza, y que se
encuentra rodeada por el agua de los esteros en el norte, sur y este, sistema que comunica todas las comunidades
asentadas en la costa del llamado Mar Muerto, que fue formado por un brazo de
mar dentro de tierra firme que se unen con el océano pacífico.
Allá por el año 1937, unas
diez familias de las rancherías cercanas, cuya actividad principal era la
pesca, fundaron El Manguito. Bajo la sombra del mango que está en la entrada de
la ranchería, los primeros habitantes preparaban sus alimentos y tomaban su
descanso; el árbol frutal daría su nombre al pueblo. Las primeras casas de
madera y palma no soportaron el huracán de 1998 que azotó a la zona y provocó
grandes inundaciones. Durante la reconstrucción intervino el gobierno sin
respetar los materiales elegidos por los pobladores para hacer sus viviendas, y
con financiamiento estatal, el manglar y la palma fueron reemplazadas por
cemento. Así se impuso una concepción de desarrollo de manera vertical, sin
preguntar ni escuchar los deseos de los pobladores y su forma histórica de
vivir dignamente, como ocurre también en el ámbito de la alimentación y la
salud.
La salud en
Manguito y la medicina comunitaria
Mariana del Hoyo, médica general egresada de la UNAM, llegó a
El Manguito para hacer su servicio social, ocupando el cargo de médico pasante
en la unidad médica rural. Después de cumplir el año, entregó la plaza a una
compañera y entre las dos surgió la inquietud de profundizar el trabajo
comunitario en el pueblo. Se trataba, por un lado, de generar formas y
prácticas otras en materia de salud y, por otro lado, de abrir un espacio de
formación con estudiantes de la carrera de medicina pensadas desde la medicina
comunitaria. El desafío era grande −asegura Mariana− sobre todo porque la
formación universitaria no ofrece elementos para aprender a trabajar en
comunidades rurales. Aunado a esto:
Existe una cuestión estatal patriarcal en donde se ubica a la
mujer con poca libertad sobre la decisión de su cuerpo. Lo que las chicas muchas
veces platicaban con nosotras, es que si bien existe la planificación familiar,
si bien la ruralidad tiene mucho que ver con tener hijos jóvenes, en realidad
no se toma en cuenta la decisión sobre los cuerpos.
En este contexto, las
jóvenes médicas plantearon diversas actividades en la comunidad: las Caravanas
de Salud, el trabajo con jóvenes por medio de actividades lúdicas y el armado
de una biblioteca popular en el pueblo: «Existe
interés en encontrar maneras y puntos de encuentro entre ellos y ellas, y la
biblioteca se empieza a presentar como un espacio al que ellos llegan y
plantean sus ideas, sus amigos, fuera del mundo adulto de Manguito».
La primera Caravana de
médicas y médicos se realizó en marzo del 2015, y la misma fue recibida con
mucha alegría y predisposición por las y los pobladores de Manguito. De allí se
decidió darle continuidad en diciembre del mismo año: la segunda Caravana duró
15 días previos a las vacaciones de invierno, lo que facilitó la promoción de
salud en las escuelas, con talleres de prevención de piojos, salud dental,
higiene entre otros. También se realizó un diagnóstico comunitario, y se
trabajó la consulta general en el Centro de Salud de la Ranchería. A la par, se
hicieron talleres de activación física para pacientes crónicos y una carrera de
remos en el Mar Muerto. Tuvieron su peso específico las actividades lúdicas
para/con los niños y las niñas y talleres con jóvenes. Así se produjo de manera
colectiva un árbol de problemas para saber las percepciones de los problemas de
salud en el pueblo siendo luego representados en un sociodrama. Un segundo momento
consistió en salir a registrar con cámaras los problemas de salud dentro de la
comunidad: quienes participaron identificaron la basura como un foco de
infección. Según Mariana:
La elección de vivir como a ellos les parece mucho más digno y
acceder a una vida más saludable nada tiene que ver con que su casa se
pavimentada o no sino que tiene que ver con la capacidad de acceso a los
servicios sanitarios y por ejemplo en el caso del dengue, parte de las
políticas públicas es como quitar el piso de tierra y poner el piso de cemento
o poner un insecticida en los tanques de agua, cuando en realidad tiene que ver
con la infraestructura municipal de basura. El camión de basura no pasa por la
comunidad. Entonces estamos hablando de un estado que necesita garantizar los
procesos de salud más que hacer modificaciones directas en la vida de las
comunidades.
Los talleres de género y
planificación familiar fueron importantes y recibieron el apoyo de Centro
Integral de Atención a la Pareja (CIPA), clínica que trabaja de manera integral
la atención a mujeres y parejas en salud sexual y reproductiva. También se realizaron
actividades en torno a la nutrición, en un contexto donde los refrescos y la
comida chatarra se han introducido fuertemente en la comunidad.
Por último, se desarrolló
un taller de fotorreportaje con tres grupos de niños y niñas en edad escolar
primaria: salieron a recorrer las calles del pueblo para preguntarle a la gente
cuáles eran sus sueños para Manguito, qué era lo que más les gustaba y qué
cambiarían. De ahí surgió la serie radiofónica que presentamos a continuación:
Un lugar llamado
Manguito. Caravana por la salud comunitaria (audio)
Sueños para
Manguitos_1
Sueños para
Manguitos_2
Sueños para
Manguitos_3
El cierre de la segunda
Caravana estuvo marcado por una gran asamblea donde participaron gran cantidad
de pobladores que pudieron escucharse, verse en imágenes que se proyectaron y
en videos, en un evento lleno de fuego y colores: algunas niñas y niños habían
participado en un taller de armado de globos de cantoya, que fueron elevados
por los aires de Manguito, llevando a distintos rincones esos sueños que se
sintieron y se pensaron.
Las caravanas no sólo dan
atención a la salud, ayudan a profundizar el entendimiento y la práctica de la
salud de manera integral y desde una perspectiva comunitaria. En este sentido,
la medicina comunitaria se entiende como un proceso para alcanzar una vida
digna y no sólo como un método de erradicación de enfermedades. El desafío está
puesto en que la salud sea una preocupación colectiva, y que la misma comunidad
sea la que pueda decir y entender sus problemáticas para poder transformarlas.
A decir de Mariana, «sólo teniendo mucha
claridad de que la manera en cómo se vive es la manera en cómo se enferma, es
como podríamos hacer incidencias reales en las comunidades. El trabajo del
médico en general es el de facilitar procesos de salud y el de defender
situaciones que propicien la salud».
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