Por Edith Peredo
Centro de Medios Libres
Publicación Abierta
22 enero, 2016
El 20 de enero de 2014, el campamento Centinelas del Río,
inició guardia día y noche en la entrada del predio el Tamarindo para defender
al río Pescados en Jalcomulco, sitio donde se pretendía instalar una
hidroeléctrica que surtiría de agua a la ciudad de Xalapa, capital de Veracruz.
Gracias a la organización de los habitantes, también nació el colectivo Pueblos
Unidos de la Cuenca La Antigua por los Ríos Libres (PUCARL), para luchar por el
cuidado del medio ambiente y contra el proyecto de presa.
El megaproyecto que
estaría a cargo de la empresa brasileña Odebrecht en convenio con el gobierno
del Estado de Veracruz, logró detenerse gracias a la acción y resistencia de
los habitantes de Jalcomulco y de más de veinte pueblos que se pronunciaron en
contra del megaproyecto, pues aseguraron que correrían el peligro de inundarse
en caso de que la presa estallara, además de que se destruiría la flora y fauna
de la región por la ambición de un gobierno que únicamente se interesa por sus
intereses y no por los del pueblo.
A dicha resistencia, se
han unido los habitantes de la Cuenca La Antigua pues el proyecto traería
consigo otras “mini presas” a cargo
de diversas transnacionales que llenarían de hidroeléctricas toda la Cuenca y
devastarían los afluentes que llenan de vida a municipios como Xico, Teocelo, Coatepec,
Ixhuacán y Cosautlán.
La lucha no ha sido fácil
pues los defensores de la Cuenca han sufrido acoso, hostigamiento, represión y
encarcelamiento pero se han mantenido con entereza ante los embates del
gobierno. Este miércoles 20 de enero, el campamento cumplió su segundo
aniversario en medio de una alegre celebración donde hombres y mujeres
compartieron su sentir y su experiencia en este movimiento.
José Milán, integrante de
PUCARL agradeció la presencia de sus compañeros y dijo sentirse orgulloso por
la defensa que emprendieron y la cual no piensa abandonar.
“Al gobierno le vale sombrilla lo que nosotros pensemos. Yo
quiero convocar a todos a que sigamos en la lucha, porque hemos pasado aquí
hambres, fríos, tempestades, calores, de todo nos ha tocado y gracias a que
todos y cada uno de nosotros hemos puesto nuestro granito de arena, la lucha
sigue y va a seguir por muchos años (…) Todos
aquí seguimos, aquí estamos, somos gente organizada y gente que defiende una
causa justa”.
Por su parte, Josafat,
jefe de un grupo de guardia, comentó que son alrededor de 16 grupos los que día
tras día cuidan el acceso al predio el Tamarindo.
“Cada uno de nosotros defendemos lo que creemos que es justo y
lo que vale la pena defender. Nos toca de día y tenemos que estar presentes
desde temprano, hacemos cambio de guardia y estamos por turnos. Hay mucha
hermandad, en el pueblo todos nos conocemos pero estando en el grupo, nos
conocemos a fondo y yo siento esa camaradería y amistad. Mis respetos para
todos los que están en la guardia, gente que trabaja el campo, en el río, en el
turismo. Desde este espacio invito a toda la gente para que se sume a esta
causa”.
Asimismo, la señora
Marisela, quien colabora con la preparación de alimentos en el campamento y es
parte de la resistencia civil pacífica, pidió a otros movimientos que luchen y
se organicen contra el mal gobierno.
“Tiene dos años que
apoyamos en la cocina y hasta hoy estamos aquí luchando por nuestro río. Estoy
contenta porque yo quiero que el río no se pierda, se perdería la naturaleza,
el camarón, el pescado, algo que de eso vivimos nosotras porque nuestros
esposos van a la pesca. No vamos a permitir que el gobierno nos lo quite.
Nosotros, mi esposo y yo nos sentimos contentos por estar luchando por nuestros
nietos, para que después digan que sus abuelitos lucharon por mantener su río”.
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