Colaboración/13 diciembre, 2015/
Por Miguel Ochoa
Agencia SubVersiones
El 2 y 3 de diciembre, un
grupo de comuneros nahuas provenientes de Santa María Ostula, municipio de
Aquila, Michoacán, se manifestaron pacíficamente en la capital del estado. Tras
las acciones de protesta la mayoría regresó a la costa.
Exigen la liberación de Cemeí Verdía Zepeda, comandante de su policía
comunitaria, quien permanece detenido desde el 19 de julio, tras un operativo
por parte del Estado. Se le acusaba de cuatro delitos, pero ya obtuvo auto de
formal libertad en tres de ellos: quema de urnas, robo y homicidio. También
demandan la libertad de Agustín Villanueva y José Manuel Mireles, así como del
grupo de policías comunitarios y «autodefensas
legítimos» que permanece tras las rejas.
Horas después de la detención de Verdía, los pobladores se manifestaron
bloqueando un tramo de la carretera 200 a la altura del paraje Xayakalan. Tan sólo
un rato después, un nutrido grupo de elementos de varias fuerzas de seguridad
del Estado rompieron el bloqueo. Aquel día perdió la vida el niño Hidelberto
Reyes García, de 12 años, además resultaron heridas cuatro personas más y otras
tantas lesionadas. Los habitantes responsabilizan al ejército por ello.
El asesino de Hidelberto es el ejército: Agustín Vera
Agustín Vera, jefe de
tenencia y vocero de la comunidad, refiere que el expediente judicial del
asesinato de Hidelberto Reyes está en los juzgados de Uruapan y hay pocos
avances, como sucede también con el caso de Cemeí Verdía.
«Este tipo de situaciones son
las que nos desesperan del sistema penal, porque los procesos son largos;
contra nosotros realizan operativos como si fueran a agarrar a un
narcotraficante. Así fue el caso de la detención de Cemeí, donde acudieron
elementos del ejército y la marina, incluso unidades de combate. Hasta la fecha
no existe algún culpable, no se quiere reconocer e investigar a fondo que el asesino del niño fue el ejército».
En el caso del asesinato del niño, Agustín Vera manifestó que el pueblo
se encontraba desarmado y negó que el ejército haya disparado al aire, como lo
afirmó el general Felipe Gurrola, mando especial para la seguridad en
Michoacán. El vocero de los comuneros ironizó: «el niño no estaba en el aire, la casa no estaba volando. No podemos
decir que no fue el ejército, a ellos el sistema sí los protege, a nosotros nos
juzgan como indígenas nahuas. No les vamos a creer».
Respecto al caso de Cemeí, está planeada una audiencia para este 14 de
diciembre a las 11:00 horas. Los comuneros se muestran optimistas, ya que no
existe algo que lo condene, afirman. «Si
él fuera un asesino, como se le ha condenado, nosotros no estaríamos apoyando a
una persona así».
Padre de Hidelberto Reyes. Fotografía: Miguel Ochoa
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Comuneros desmienten nexos con guerrillas
Refieren los comuneros que
cuando fue la detención de Verdía y el asesinato de Hidelberto acudió mucha
prensa a la comunidad. «Nosotros no
sabemos si eran prensa o eran gente del gobierno, luego salieron notas que
hasta nos ligaban con la guerrilla».
Se refieren a un artículo publicado en Reporte Índigo, en el que el
autor señala informes del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN)
que apuntan al Ejército Popular Revolucionario (EPR) y al Ejército Zapatista de
Liberación Nacional (EZLN) como coordinadores de los policías comunitarios que
exigen la liberación de Cemeí Verdía.
No obstante, el entonces gobernador del estado, Salvador Jara, negó que
existiera una relación con la guerrilla, «no
hay por qué poner focos de alerta», aseguró.
De acuerdo el análisis de Reporte Índigo, las dos agrupaciones serían
las responsables de las acciones de algunos grupos de autodefensas, incluso
señala que la agresión del ejército se debió a una posible aparición pública de
integrantes del EZLN:
«de acuerdo con un agente de
campo del CISEN, el presunto ataque del ejército a la comunidad de Ostula fue
una acción federal que pretendía anular una manifestación de presuntos
integrantes del EZLN, que habrían de manifestar públicamente su presencia en
esa parte del estado, la información que recibió el personal del ejército
indicaba que los manifestantes estaban armados, dispuestos a recibir bajo fuego
a los efectivos militares, ‘solo así se puede entender que los soldados hayan
entrado disparando’».
Confían en su policía, desconfían de los medios informativos
Ante esta información, Agustín Vera afirma que esta información no es
veraz: «Es falso, ya que las acciones que hacemos las determinamos por medio de
nuestras asambleas, no existe ningún tipo de comunicación con grupos
guerrilleros. El único contacto frecuente es con comunidades indígenas que
están en lucha, también pertenecemos al Congreso Nacional Indígena (CNI). Jamás
se tuvieron grupos guerrilleros en nuestro movimiento».
«Por eso existe desconfianza
de nuestra parte, ya no sabemos a quién damos nuestras declaración. Creemos que
el gobierno se disfraza de periodista, fotógrafo o reportero para manipular la
información. Posiblemente observaron nuestra policía comunitaria». Afirma que la policía comunitaria se rige bajo usos y costumbres, de
acuerdo a sus leyes. «No son un grupo
armado ni un grupo guerrillero, son nuestra policía comunitaria y confiamos
plenamente en ellos».
**Elaborado
dentro del taller de fotoperiodismo del Centro Cultural Morelia de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
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