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El
6 de diciembre de 2015, el Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF)
realizó una consulta ciudadana para conocer la opinión de los habitantes de la
delegación Cuauhtémoc sobre la construcción del llamado Corredor Cultural Chapultepec, un megaproyecto comercial e
inmobiliario que de cultural no tiene más que el nombre. La victoria del NO fue
aplastante: más de 14 mil votantes (63.5%) se manifestaron en contra de la
construcción de la obra sobre la avenida Chapultepec, en su tramo de Lieja a la
glorieta Insurgentes. El mismo día las autoridades tuvieron que declarar a
regañadientes que la consulta tendría efectos vinculantes. El naufragio del Corredor Chapultepec es un aliciente
para las diversas luchas en defensa de la ciudad y desde luego conviene
detenerse a analizar cómo y dónde se desenvolvió el proceso electoral.
Los números amarillos indican las divisiones
electorales por colonia. Elaborado por el autor con datos del IEDF
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El
mapeo de los resultados obtenidos por colonia revela fuertes disparidades y
contradicciones. Primero, es interesante que un proyecto emanado de lo que
algunos opositores han llamado el «urbanismo junior», haya encontrado tanto
rechazo en colonias como la Roma Sur, donde el NO arrancó un hegemónico 98.13
por ciento, seguida por Hipódromo Condesa (94%), Condesa (93%) y Roma Norte
(89%). Con este resultado queda claro que las maquetas de Fernando Romero,
yerno y arquitecto de Carlos Slim, autor velado del proyecto, no convencieron a la
pequeña burguesía ni al resto de la población aledaña.
Por el contrario, llama la atención
que el SÍ haya salido triunfal en varias colonias populares, comenzando por el
Centro y una parte de la Morelos (Tepito), donde las opiniones favorables
superaron el 65%. En las colonias Atlampa, Guerrero (IV), Morelos (III),
Doctores (V) Peralvillo (I), el proyecto encabezado por Simón Levy obtuvo más
de 55% de aprobación, lo que resulta aberrante considerando su carácter
elitista y privatizador.
En estas colonias, es posible
que una parte de la población se haya visto seducida por la operación de marketing que
condujo el titular de la paraestatal PROCDMX −el propio Levy apareció
defendiendo su proyecto en los materiales entregados por el IEDF a la
ciudadanía− y que al final algunos se hayan movido en función de una falsa
idea de progreso. Pero sin duda −habiendo
sido testigo de la ignorancia con la que muchos electores depositaban su voto
en las urnas del Centro, aunque a veces tenían la decencia de preguntar a los
funcionarios de casilla de qué se trataba la fiesta democrática del pasado
domingo se vio animada por un voto corporativo, decidido y dictado desde altas
esferas de la política local.
El mapa permite retrasar la
estrategia seguida por los promotores de las Zonas de Desarrollo Económico y
Social (ZODES) en cuestión. Por medio de los comités ciudadanos de la
demarcación, que funcionaron como verdaderos paleros, los interesados lograron
recuperar la idea de llevar el Corredor
Cultural Chapultepec a una consulta pública pero a escala delegacional,
cuando ésta había sido planteada por y para los vecinos de las colonias
afectadas. En todo caso, tratándose de una vía primaria, hubiera sido
pertinente elevar el proceso a todo el Distrito Federal, como argumentaban los
opositores. Lo importante aquí es que los capitalistas involucrados en el
negocio sin duda contaban con aliados de talla en la Cuauhtémoc, tales como la
líder priista Alejandra Barrios, cuyos agremiados del comercio ambulante se
hicieron presentes en manifestaciones favorables al corredor, pero también los
grupos que todavía controla el PRD en la demarcación y acaso el delegado
Ricardo Monreal, quien fue increpado por los opositores al presentarse a su
casilla en la colonia Juárez.
Con todo y el acarreo y a
pesar del abstencionismo (votó 4.8% del padrón), el NO fue muy superior incluso en algunas colonias alejadas de la
avenida Chapultepec, tales como Vista Alegre, con 88.2% en contra, o como en la
sección oriental del conjunto Nonoalco-Tlatelolco, donde el rechazo alcanzó
87.56%. Sería interesante saber cómo operó el trabajo informativo y la
movilización social en estos territorios. Lo cierto es que desde meses atrás la
oposición rebasó los límites de la delegación, propiciando además inusitadas alianzas entre diversos
sectores de la sociedad –desde comerciantes indígenas, casas ocupa, colectivos
autónomos, hasta intelectuales de toda clase y empresarios locales–. Para todos
ellos, el desafío será mantener estas relaciones de apoyo para hacer frente a
los megaproyectos viales e inmobiliarios que pululan en toda la ciudad,
contraponiendo alternativas de movilidad sustentable y vida digna.
Se ganó una batalla, pero
no la guerra
El
proyecto del Corredor Comercial-Inmobiliario de Chapultepec va mucho más allá
de la privatización de una vialidad o un espacio público, pues en realidad
acompaña un proceso en curso de revalorización de la propiedad, construcción de
torres y gentrificación, consecuencia de las condiciones generales de
acumulación de capital. De no modificar estas condiciones, es probable que
pronto surjan nuevas iniciativas comerciales para captar el flujo humano que
transita diariamente por la glorieta de Insurgentes y que los rasca-cielos
corporativos terminen por cubrir la histórica avenida y desplazar a los
habitantes. En definitiva, las urnas no podrán detener un proceso que avanza
sobre las reglas formales del capitalismo, por lo que urge la generación de
propuestas más acabadas de arraigo, resistencia y revolución urbana.
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