Las obreras de maquiladoras en Ciudad Juárez paralizan la producción exigiendo mejores condiciones laborales
Mundo
obrero / Chihuahua
19
de diciembre de 2015
En Ciudad Juárez la voz de las trabajadoras maquiladoras se ha
hecho oír para denunciar que están cansadas de sufrir acoso sexual y laboral.
Ya que cuando deciden levantar una queja contra sus supervisores o jefes
directos la patronal las despide acusándolas de “provocadoras”.
Desde hace meses se vienen
expresando paros y manifestaciones en Ciudad Juárez por parte de trabajadores
maquiladores, para exigir mejores condiciones y aumentos salariales. La
internacionalización de la producción considera el trabajo femenino como “barato, abundante y sin experiencia
laboral”, es decir que las trabajadoras son consideradas de segunda clase y
de bajo valor económico, a pesar de contar con manos hábiles para el trabajo
requerido.
Cuando se asentó la
industria maquiladora en las ciudades fronterizas del norte del país, las
mujeres constituyeron la fuerza de trabajo requerida a costa de salarios
sumamente bajos.
Esta inserción masiva del
sector femenino, alrededor de 30 años, implicó una salida de las mujeres de los
hogares, quebrando los mandatos patriarcales de que únicamente los varones son
los proveedores. Sus excesivas jornadas laborales se efectúan sin que dejen de
ser garantes de las tareas domésticas, el cuidado de los maridos e hijos y la
administración de la miseria para poder llegar a fin de mes.
Las contrataciones son
bastante accesibles, hay pocos requisitos, volviéndose las empresas generadoras
de fuente de empleo para miles de trabajadoras. Sin embargo, estas mujeres
laboran en terribles condiciones, cubriendo horas extras sin paga, no cuentan
con equipo de seguridad, ni prestaciones y en las líneas de trabajo las mujeres
enfrentan acoso sexual y laboral por parte de sus superiores (supervisores,
jefes, gerentes etc.).
Distintos diarios han
publicado que producto de la precarización laboral se han registrado varios
casos en los que las obreras se ven presionadas para acceder a intercambios
sexuales por incrementos en sus ingresos. Es decir, los varones con rangos
superiores en la producción aprovechan su posición para condicionar y presionar
a las trabajadoras con el otorgamiento de permisos, vacaciones, ascensos e
incrementos, a cambio de favores sexuales.
Ciudad Juárez
bastión de feminicidios
Los 90’s no solo trajeron consigo el fenómeno de la
feminización de la fuerza de trabajo también fue la época en que comenzaron a
registrarse los asesinatos sistemáticos de mujeres. La mayoría de los casos de
mujeres asesinadas en Juárez hasta la fecha, son de obreras de la maquila,
quienes al salir de trabajar son presa fácil para que se desarrollen las violaciones
y los feminicidios.
A su vez se desarrolló un
proceso de auto-organización, principalmente encabezada por madres que
comenzaron a denunciar la desaparición de sus hijas, la falta de avance en las
investigaciones y la complicidad de funcionarios e instituciones.
Con la extensión a lo
largo y ancho del país del negocio de la droga, actividad con la cual se
profundiza la descomposición social y del régimen, se desnuda una situación brutal
para las mujeres pobres.
El feminicidio es el
último eslabón de una larga cadena de violencia, pero no es la única forma de
violencia hacia las mujeres, sino la última, la más letal. Un fenómeno que se vincula
con las redes de trata de mujeres y niñas, las cuales operan en total
impunidad, en complicidad con el Estado y las fuerzas represivas, las grandes
empresas nacionales y extranjeras, como un jugoso negocio que mercantiliza y
cosifica nuestros cuerpos. Todas estas situaciones forman parte inherente de la
violencia que se enfrenta cotidianamente de forma silenciosa.
¡Paralizan
las líneas de trabajo para exigir sus derechos!
Para las empresas nacionales y extranjeras –particularmente
las estadounidenses-, Ciudad Juárez ha sido históricamente uno de los lugares
más atractivos para la inversión industrial, debido a las ganancias
multimillonarias que generan las facilidades a los empresarios por el gobierno,
como son los bajos salarios y la nula existencia de prestaciones laborales y
derechos sindicales.
A pesar de las trabas que
ejercen las autoridades laborales, trabajadores de empresas como Eaton,
Foxconn, Lexmark, vienen protagonizando luchas por conquistar mejores
condiciones, aumentos salariales y denunciando la “esclavitud moderna” en la que laboran a diario. Ante los despidos
vienen peleando con paros para también exigir la reinstalación de sus
compañeros y por la consolidación de su sindicato independiente para tener una
herramienta que realmente defienda sus intereses.
Aunque está iniciando este
proceso de lucha de los trabajadores maquileros industriales -uno de los
sectores en condiciones de súper explotación-, si está triunfa será un gran
precedente para el conjunto de la clase obrera mexicana.
Razón por la cual se hace
necesario llenar de la más amplia solidaridad su lucha, golpeando unitariamente
para que ninguna lucha quede aislada, ni sea quebrada. Ya que en una ciudad
fronteriza aterrada por el narcotráfico y los feminicidios, las obreras
maquiladoras vienen jugando un rol central dando un aliento contra este régimen
patronal y machista. Y nos marcan el ejemplo de la necesidad de que nosotras
las mujeres nos organicemos políticamente para conquistar nuestro derecho al
pan pero también a las rosas.
CRÓNICA DEL TERCER
PARO LABORAL EN LA MAQUILA LEXMARK DE CIUDAD JUÁREZ
Julián Contreras Álvarez
Foto: Adrián Macías,
netnoticias.mx
Viernes 11 de diciembre de
2015
Tribuna Abierta/ Mundo
Obrero
Desde Ciudad Juárez, recibimos esta crónica que publicamos, de
la gran lucha que están llevando adelante los obreros de la maquiladora Lexmark.
El miércoles 9 de
diciembre, las y los trabajadores del primer turno de la maquiladora Lexmark se
toparon con un enorme dispositivo de seguridad encaminado a identificar e
impedir el paso a la planta de las y los trabajadores más activos durante los
paros laborales de los días anteriores.
El grueso de los y las
obreros pudo observar cómo la maquila se convertía en una especie de bunker donde los guardias de seguridad
se movían amenazantes, algunos de ellos con perros entrenados. En el turno
matutino fueron alrededor de una docena de trabajadores los que de facto fueron
despedidos injustificadamente.
Para el cambio de turno, a
las 3:30 pm, el número de despedidos se incrementó a 90 obreras; y se
presentaron casos de trabajadoras que fueron despedidas a pesar de no
participar en el movimiento. El grueso de las y los obreros -en lucha por un
sindicato independiente, aumento salarial y por mejoras a las condiciones de
trabajo- realizó una protesta a la entrada de la maquila, donde gritaron
consignas como “Salario mínimo al gerente
para que vea lo que se siente”, “Obreros
unidos, jamás serán vencidos”, “Somos
muchos y seremos más”, “Obrero
callado jamás será escuchado”.
La vigilancia no pudo
evitar que al interior de la fábrica algunas trabajadoras pararan en sus líneas
de producción y empezaran a llamar al tercer paro laboral. Una a una fueron
rodeadas por los guardias y expulsadas de la planta. Entre lágrimas, una de
ellas, de nombre Miriam, dijo: “No lloro
porque me corran, de mejores lugares me han corrido, lloro de puro coraje,
porque son unos abusones, el gusto que me queda es que sí les dije sus
verdades, le dije a la de recursos humanos ¿Qué, tú no tienes hijos?”. Otra
obrera de 60 años fue sacada de la planta y lloraba desconsolada, porque le
aseguraron los de personal que no se iba a poder jubilar si la corrían. La
abogada de los obreros la abrazó junto a otras compañeras mientras le explicaba
que esto era una mentira para meterles miedo y que su jubilación no dependía de
ellos.
A través de las rejas de
podía ver y escuchar como otra obrera le hacía frente al jefe de seguridad para
que le explicara por qué los guardias los estrujaban y sacaban a empujones, que
no tenían derecho a hacerlo.
Hubo un momento de
angustia en el plantón que frente a la fábrica mantienen desde hace más de un
mes los obreros. Esto terminó cuando, por celular, trabajadoras al interior de
la planta, empezaron a informar que estaban parando en una de las plantas. Para
las 6 de la tarde los camiones de personal llegaban y los trabajadores se
enteraban que por tercer día consecutivo habían logrado un paro laboral al
interior de la fábrica en la exigencia de su pliego petitorio.
Al salir Amalia, una de
las obreras que con silbato en mano llamó al paro en el interior de la fábrica,
sus compañeros y compañeras de lucha se abalanzaron sobre ella y entre porras,
consignas y aplausos la recibieron. Ella comentaría: “Agarré el silbato y los dedos se me retorcían de nervios, me estaban
rodeando 14 guardias y con todo y miedo empecé a pitar y mis compañeros me
defendieron y evitaron que me sacaran, hasta que todos paramos”.
En el plantón el frío se
deja sentir como sólo por estos lados de la república suele hacerlo. El
calentón consume la poca leña que les queda de reserva, mientras cocinan un
caldillo para los presentes. Es la hora de la cena, de quienes están
escribiendo la historia del movimiento obrero de esta frontera. Hay risas y
alegría, saben que la lucha será más difícil tras el despido injustificado,
pero están convencidos de dar la batalla. En palabras de un obrero de nombre
Alejandro: “Esto apenas empieza”.
Hoy, el secretario del
trabajo de Chihuahua servilmente se pliega a la patronal de la industria
maquiladora y lanza una ofensiva en el Congreso del Estado, difamando a la
abogada laboralista Susana Prieto Terrazas, que ha mantenido una actitud más
que solidaria con los y las trabajadores que jurídicamente defiende. Pretenden
descalificar las justas demandas de los y las obreros, introduciendo la versión
en la prensa oficialista de que la lucha de los trabajadores es un invento, una
creación financiada por la litigante.
Los que hemos estado cerca,
solidarizándonos en los plantones sabemos que esto es una declaración mañosa,
que pretende ocultar la solidaridad que la sociedad ha brindado a los
trabajadores en resistencia. Esta cruzada indigna contra las trabajadoras y los
trabajadores organizados es una prueba del nerviosismo de quienes le han
apostado a que la clase obrera siga aguantando las condiciones de
sobreexplotación y despojo de su trabajo. Están nerviosos porque saben que se
equivocaron.
Los socialistas de esta
frontera se han declarado listos para dar la defensa política de quienes
reivindican los derechos y las demandas de la clase trabajadora. Porque ni las
calumnias ni las amenazas pueden detener a la clase obrera cuando se dispone a
avanzar en su liberación. El llamado es a sumarse solidariamente a esta lucha.
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