Colaboración/18 diciembre,
2015/
Por Débora Cerutti
Agencia SubVersiones
Soberanía popular, justicia, seguridad y paz, fueron las consignas que se
escucharon durante la celebración del 3er aniversario de la
Coordinadora Regional de Seguridad y Justicia de la Policía Ciudadana y
Popular (CRSJ-PCP), y del 41 aniversario del asesinato de Lucio Cabañas el
pasado 2 de diciembre, en Tlapa de Comonfort, Guerrero.
Desde distintos municipios del estado de Guerrero y de otros estados de
México, miembros de decenas de comunidades se reunieron en el «Corazón
de la Montaña». En la pequeña ciudad de Tlapa se realizó una marcha que
concluyó en un mitin político donde diversas voces intervinieron rindiendo
homenaje a aquellos hombres y mujeres que defienden la dignidad y cuestionan la
opresión y la represión gubernamental en este tiempo, como así para manifestar
la «inconformidad con las injusticias más
aberrantes cometidas hasta ahora, como la pobreza, el retraso económico que ha
prevalecido por siglos en nuestras comunidades».
Se oyó muy fuerte el pedido al gobierno mexicano del esclarecimiento
inmediato de todos los asesinatos y desapariciones que se han ejecutado en el
país contra periodistas, estudiantes, profesores, campesinos, amas de casa,
luchadores sociales, ciudadanos/as. El alto a la represión, a los encarcelamientos, a las persecuciones contra
el pueblo trabajador y comunidades indígenas, así como la libertad a todos y
todas las presas políticos del país vienen siendo consignas vociferadas desde
diferentes sectores sociales en muchos rincones de México, y que una vez más y
como acto necesario, tomaron cuerpo en la ciudad de Tlapa. Hubo también, un
llamado a la alianza y a la unidad entre los distintos colectivos,
organizaciones, movimientos del país, para avanzar en la organización y lucha
por la transformación social.
En ese sentido, Citlalli Pérez, vocera de la PCP, manifestó una vez
terminada la marcha: «Creemos que creando
una alianza entre todas las organizaciones podemos avanzar en nuestro propósito
de realizar las transformaciones que requieren nuestros pueblos. Una alianza
nacional que tenga la capacidad de aglutinar, de sumar, incluir y no de
dividir. El grupismo interno, por más que parezca de ideología diferente no
sirve… y no conviene».
La
crónica
La celebración arrancó con
una velada cultural el 01 de diciembre, en que la música de diferentes
artistas, poetas, músicos colmó la plaza principal de la ciudad de Tlapa y se
convocó a la marcha que se desarrollaría al día siguiente. La actividad comenzó
muy temprano el día 02, con un pozole de desayuno preparado por las compañeras
y los compañeros de la PCP. Luego se produjo la movilización hacia el mercado
desde donde partió la marcha que fue llenando de consignas y cánticos las
calles de la ciudad. Se podían leer carteles como «Soberanía popular es un modo de vida», «Libertad a todos los presos políticos», «Justicia para nuestro hermano Galeano», «Peña Nieto, el que no vive para servir, no sirve para vivir», «Ya basta de abusos y ataques al pueblo.
Pienso y luego desaparezco».
Marchar junto con la Policía Ciudadana y Popular de Guerrero, es gesto
de resistencia. Un estar en la digna lucha de los pueblos que en medio del
hostigamiento y la represión, deciden seguir caminando, fortaleciendo esas
esperanzas que cobran vida en el andar. Desde ese paso que se hace acción y
acontecimiento histórico entre tanto contexto violento y desfavorable para la
organización, llegaron las palabras, que fueron puestas a rodar por el aire de
la plaza principal de Tlapa, para que las escuchen quienes las quieran
escuchar. Y para los que no, también, porque allí estuvieron haciéndose
públicas. Así, en el acto que comenzó cerca del mediodía, la PCP mostró su
presencia, convidando a todos los que estuvieran allí, a cantar el himno
mexicano en nahua y español, con la preciosa voz de un niño que por nada se
intimidó ante la multitud. Posterior a eso, la PCP dio la bienvenida,
recordando la importancia del 2 de diciembre como fecha que no podemos olvidar.
«Los pueblos indígenas miran
la enseñanza histórica de nuestros ancestros de luchar por la dignidad, por
valor, por nuestras tierras, nuestros hijos y nuestros pueblos».
Muchos fueron los colectivos que se acercaron a acompañar la
celebración. Estuvieron presentes el grupo de teatro Cleta-UNAM, estudiantes de
la Universidad Autónoma de Guerrero, del Congreso Nacional Indígena (CNI),
compañeras y compañeros de Veracruz y medios libres y autónomos. También se
hicieron presentes compañeros que vinieron de Colima, Michoacán, Puebla, del
Colectivo Ricardo Flores Magón (DF), Movimiento Popular de Morelos, familiares
de Antonio Vivar Díaz, la Coordinadora de los Trabajadores de la Educación de
Guerrero (CTEG), miembros de la Policía Comunitaria de Olinalá, quienes nos
recordaron que Néstora Salgado sigue presa.
El teatro del grupo Cleta-UNAM, abrió las risas colectivas, con una
invitación a reírnos de aquello que nos quiere acabar, y enfrentar con humor,
creatividad y perseverancia, aquello que nos asuste y nos paralice. Y también
la música, esa que se canta como protesta, que nos recuerda que no hay que olvidar
las masacres, las injusticias, y los orígenes de los Estados que nos reprimen y
golpean y que nos inventan verdades históricas para ocultar sus mentiras
universales. Varios pasaron por el escenario para hacernos bailar a los
presentes: Son de Maíz, Ska Revolución, Paco de Los Magueyes y Vitrubio.
El baile fue interrumpido llegando al final del día de celebración
cuando desapareció la placa de uno de los camiones que estaban estacionados
cerca del mitin, y que eran los que trasladaron a los miembros de las
comunidades que asistieron al aniversario. La misma fue recuperada cuando
después de una movilización al ayuntamiento y algunas negociaciones con los
encargados de la policía de tránsito, aparecieron mágicamente colocadas en el
respectivo vehículo. Esto fue denunciado por miembros de la PCP como un nuevo
hostigamiento. Se realizó luego una conferencia de prensa donde se hizo
responsable al gobierno del estado municipal de Guerrero, a la policía estatal,
y al ejército que en los momentos de la noche se encontraba en el camino por
donde volvieron a sus comunidades los asistentes al encuentro.
Ante esta situación, los miembros de la PCP afirmaron que «lo que estamos haciendo es reclamando y
ejerciendo nuestros derechos como pueblos indígenas, como pueblos autónomos que
la misma Constitución la marca en su artículo 2 y la misma ley 701 de derechos
y reconocimientos de los pueblos y comunidades indígenas de aquí de Guerrero.
Todo lo que hacemos está en el marco jurídico, no estamos violentando y
alterando el orden. El motivo de nuestro movimiento es pacífico. Entonces sí
denunciamos que cualquier cosa que nos llegara a ocurrir a nosotros como parte
de la Coordinadora Regional y todos los compañeros bases de apoyo y policías
ciudadanos y populares, hacemos responsables a los gobiernos estatales,
provinciales, federales y a las fuerzas armadas de México».
Ayotzinapa:
«por ellos somos nosotros, somos los que
hacen falta»
A 14 meses de los ataques realizados en Iguala
en contra de los estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de
Ayotzinapa. A 14 meses de la desaparición forzada de 43 estudiantes y del
asesinato de 3 más y de un hito de violencia que sacudió a la sociedad mexicana
y destapó cientos de fosas comunes, se hicieron presentes en el aniversario de
la CRSJ-PCP padres de familia de los desaparecidos. Con un gobierno que le
apuesta al cansancio, a la creación de una falsa «verdad histórica», a la fragmentación y al olvido, los familiares siguen llamado a
la articulación de las luchas, a la vinculación entre sectores diferentes, a la
unidad en la diversidad que pretende un México donde la violencia cese de una
buena vez. Francisco Lauro, padre de Magdaleno Rubén Lauro Villegas, compartió
sus palabras de dolor y esperanza ante los presentes, afirmando que la lucha
sigue, que el caso no está cerrado y que no van a claudicar hasta que sus hijos
aparezcan.
Balance
de 3 años del Movimiento
La PCP en palabras y hechos, es definida como la
fuerza popular organizada, consciente y disciplinada de hombres y mujeres
cuya función es prevenir y combatir los
actos y conductas «antisociales». En
algunas comunidades destacaron que el pueblo se siente muy contento con la
organización. Algunas de las acciones son rondines, presencia en las fiestas
populares para el cuidado de la misma, auxilio en caso de incendios, como así
también se han afrontado situaciones de asalto, robo de ganado, delitos. Uno de
los principios más sólidos es el estudio y el trabajo colectivo: «se practica el intercambio de ir a ayudar,
por ejemplo en la siembra, un grupo, y luego van con otro compañero, otro
grupo». Por ende, el accionar de la PCP no se reduce a la cuestión de la
seguridad.
La PCP nace en un contexto de
hostigamiento, de mucha represión, violaciones de derechos humanos, con
presiones de parte de las fuerzas militares y una fuerte presencia de la delincuencia organizada: «Eso fue lo que nos obligó a organizarnos, y ahora sí, a definir el
rumbo de nuestro destino, de cómo nosotros queríamos vivir y afrontar toda esa
situación».
Los
principios son claros; compromiso, responsabilidad, libertad.
Todos los miembros de la PCP,
elijen ser parte de, por conciencia y voluntad, no por una paga, o por
reconocimiento social. Desde la PCP se destaca que se ha logrado consolidar el
proceso de reeducación social: «Nosotros
sostenemos que para que se haga una transformación social, se hace también
necesario un proceso de transformación a nivel personal. Hemos aprendido que
tenemos que modificar hábitos, conductas, costumbres que no nos ayudan a estar
en armonía, sobre todo para combatir la violencia. Hemos también logrado una
relación más armónica dentro de la comunidad entre hombres y mujeres, también
hacia dentro de la familia. Hablando de nuestras emociones, de nuestra conducta
y de cómo queremos vivir. Con esas comparticiones que se realizan en cada
comunidad, nos ha ayudado mucho».
También las asambleas se están ejerciendo, con miembros de cada comunidad
para tomar decisiones y acuerdos; «este
movimiento y las actividades que realizamos se sostienen a causa del mismo
trabajo, producto del pueblo. Y el sistema de seguridad, que sí vemos que es
viable y beneficiable. Porque se han bajado también los índices delictivos».
El asesinato de Antonio Vivar
Díaz, en manos de paramilitares en connivencia con policías federales según
denunciaron desde la CSJR-PCP durante las protestas de la jornada electoral del
7 de junio pasado, es una razón más para seguir exigiendo justicia y tener más
elementos, ideas, y estrategias para continuar con el fortalecimiento del
proceso de «autoprotección».
La producción de artesanías también se ha convertido en un medio de
resistencia, que hay ha ayudado para el sustento y el fortalecimiento del trabajo
colectivo que se ha venido desarrollando en las comunidades.
También la participación de la mujer se ha incrementado, en los espacios
organizativos de la CSRJ-PCP. Se ha logrado avanzar significativamente con el
tema de la violencia familiar, que ocurre mucho en las comunidades: «el machismo donde a la mujer no se les
dejaba participar en reuniones y hoy vemos que es un poco diferente.
Anteriormente no veías a ninguna mujer ahí», afirma uno de los miembros de
la PCP.
Antorcha Campesina, es considerada un grupo de choque. Asesorados por la
línea política de los gobiernos institucionales, provocan enfrentamientos en
las comunidades. Las respuestas de la PCP han sido la concientización y la
reeducación social: «Es la única forma,
porque si nos agarramos a balazos, eso va a generar más violencia. Una de las
formas es estudiar, y qué estamos estudiando: todo el proceso histórico de las
comunidades, recuperar esa armonía, esa seguridad que se brinda en los propios
pueblos. Cómo, por medio de las asambleas. De los círculos de estudio. Poco a
poco vemos que sí nos está dando resultado».
Una de las situaciones en las que se denunció que estuvo involucrado
Antorcha Campesina, fue en el secuestro de 23 compañeros de la CRSJ-PCP en
Olinalá: «El atentado fue contra nosotros,
y no como decían sus líderes, que los compañeros andaban robando chivos…
sacaron cosas así que la gente no les creyó porque todos nos conocemos en la
comunidad. Grupos paramilitares manejados desde las instituciones
gubernamentales para no meter ellos directamente la mano».
La búsqueda de la transformación es integral, en educación, salud,
género, alimentación. Y también, el cuidado del territorio. Muchas están siendo
las estrategias del Estado y las empresas para garantizar el ingreso del
negocio minero en Guerrero: desde la certificación de parcelas como mecanismo
de privatización de las tierras para que luego las empresas puedan adquirirlas,
pasando por la generación de enfrentamiento entre las comunidades, hasta la
cooptación de representantes de los núcleos agrarios, engaños e
irregularidades. Sin embargo la convicción desde el MRSJ-PCP es claro: el
territorio no se vende, se defiende. En ese sentido, la PCP se dio a la tarea
de recorrer los bosques y resguardar el territorio porque esa también es una
tarea, una función que quedó plasmada dentro de los principios/estatuto. Como
afirman las compañeras y compañeros en digna resistencia: ¿quién más lo va a hacer si no lo
hacemos nosotros mismos?
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