Colaboración/5
noviembre, 2015/0 comentarios
Por Renata Bessi y
Santiago Navarro F.
Agencia SubVersiones
Una versión de este
texto se publicó en www.truth-out.org
Para producir un celular se requieren por
lo menos 200 tipos de metales. El titanio es uno de ellos. Es un metal tan
importante para la telefonía como para la guerra, estratégico en la industria
armamentista, aeronáutica, naval, ingeniería nuclear y para el equipamiento de
alta tecnología. Los mayores consumidores de titanio son Estados Unidos, la
Unión Europea, Japón y China.
México
es uno de los cinco países de Latinoamérica donde se ha probado la presencia de
dicho material, así como en Brasil, Paraguay, Chile y Perú. La Secretaría de
Economía (SE) de México sostiene que este país podrá cubrir buena parte de la
demanda mundial del titanio, confirmando su existencia en el subsuelo de
Chiapas, al sur de México, mismo estado que posee siete de los nueve
ecosistemas más representativos de México, situados sobre tierras que albergan
reservas de 13 metales codiciados mundialmente, entre ellos el oro, la plata,
el cobre, zinc, fierro, plomo y titanio.
Según
el Sistema Integral de Administración Minera (SIAM) e Infomex del gobierno de
México, existen 99 concesiones vigentes otorgadas por el gobierno federal en el
estado de Chiapas en el año 2015, con permisos de explotación hasta los años
2050 y 2060. Alrededor de un millón 57 mil 81 hectáreas de tierras campesinas e
indígenas –lo que equivale a 14,20% del estado– se encuentran concesionadas.
«Hay, sin embargo, muchas más hectáreas que
están a la espera de ser concesionadas, ya que hay muchos minerales en todo el
estado. También existen concesiones suspendidas, en descanso y otras que están
vigentes que no significa que se estén explotando en el momento. Y sabemos
también que hay mucha explotación ilegal, no contabilizada por el estado»,
afirma el investigador de la asociación civil Otros Mundos, Gustavo Castro
Soto.
Las
concesiones están otorgadas principalmente a 4 empresas extranjeras, de acuerdo
con datos de Otros Mundos. Tres de ellas son canadienses: Linear Gold, ahora
llamada Brigus Gold, BlackFire, Riversides Resoures Inc., y una China llamada
Honour Up Trading.
Titanio:
importancia geoestratégica
Alton D. Slay, general de Estados Unidos a
cargo del Comando de Sistemas de la Fuerza Aérea en 1980, advirtió al congreso
de su país, como tema de seguridad de esta nación, de la dependencia de al
menos 40 minerales estratégicos. El titanio es uno de ellos, presente en áreas
de actual conflicto como Ucrania y Siria, es uno de los metales de los que hoy
EU depende en un 70% de sus importaciones. Rusia es el segundo país del mundo
que posee más reservas de titanio, después de China. La corporación rusa
VSMPO-AVISMA es la mayor productora mundial de titanio, lingotes de titanio y
todo tipo de productos intermedios de aleaciones de titanio, así como de
artículos de aluminio de grandes dimensiones, piezas semiacabadas de acero galvanizado
y superlaciones de níquel.
Los productos desarrollados por esta
corporación le permiten convertirse en proveedor de 300 empresas en 48 países,
incluyendo a líderes mundiales de la ingeniería aeronáutica como Boeing,
Airbus, SNECMA, Rolls Royce y Pratt & Whitney. Tan sólo el titanio ruso
cubre la demanda de las empresas aeronáuticas en un 40% para la empresa Boeing;
un 60%, para Airbus, y el 100 % para Embraer.
Titanio
en las reservas chiapanecas
La mayor parte de las concesiones en el
estado de Chiapas se localizan en la Sierra Madre de Chiapas y sus costas en
pacifico. De las 99 concesiones expedidas este año 2015, 44 están en la región
conocida como el Soconusco, de las cuales por lo menos 22 tienen como objetivo
principal la extracción de titanio.
«Las 99 concesiones están ubicadas
principalmente en la región de la costa de Chiapas, en la región del Soconusco,
desde Arriaga hasta Tapachula. Aquí es el foco de atención de las empresas
mineras, ya que se habla de grandes yacimientos de dicho metal en toda esta
franja. Pero también es una zona de gran biodiversidad»,
afirma Salvador Hernández Gutiérrez, del Frente Popular en la Defensa del
Soconusco 20 de Junio e integrante de la Red Mexicana de Afectados por la
Minería (REMA).
A
simple vista se pueden apreciar los paisajes inmensos y la biodiversidad que
componen la región del Soconusco. Cualquier campesino que tenga contacto con
estas tierras sabría inmediatamente que son tierras muy fértiles. El agua
dulce, tan escasa en muchos estados de México, fluye por todos lados. De
acuerdo con el Programa Regional de Desarrollo de la región del Soconusco, en
esta área existen seis reservas ecológicas continuas, tres estatales: El
Cabildo-Amatal, El Gancho-Murillo y Cordón Pico El Loro-Paxtal y tres federales:
La Encrucijada-Volcán, Tacaná y El Triunfo.
En la
Encrucijada, reserva de la biósfera, por ejemplo, se encuentran manglares de
hasta 35 metros de altura, considerados los más altos del Norte y
Centroamérica. Estudios realizados por el Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) y
el Instituto de Historia Natural y Ecología del Estado de Chiapas confirmaron
que en la reserva situada en la franja de manglar de la zona costera hay 69
especies de mamíferos, 15 % del total nacional (477) y 33.8% de los mamíferos
del estado de Chiapas (204). Esto sin contar que existe una gran cantidad de
especies de fauna silvestre: 306 de aves, 45 de reptiles y 13 de anfibios.
Por su
parte el área protegida El Cordón Pico El Loro-Paxtal se encuentra entre dos
macizos montañosos de la Sierra Madre de Chiapas, dentro de la zona denominada
Corredor Mesoamericano-Chiapas, ligado al Corredor Biológico Mesoamericano que
vincula a México, Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa
Rica, y Panamá, por el cual transitan especies como el jaguar o pantera,
especies en peligro de extinción.
La
región muy importante por ser de las zonas más lluviosas del país, lo que da
lugar a una compleja red hidrológica, con numerosos ríos permanentes, cuerpos
de agua dulce y sistemas de lagunas que presentan características ecológicas
muy particulares, ya que la presencia de cañadas, depresiones y valles,
propician la existencia de una gran heterogeneidad de microclimas, lo cual
favorece la diversidad de la fauna y un alto número de endemismos.
La
reserva El Triunfo alberga 10 distintos tipos de ecosistemas, entre los cuales
se encuentra uno de los más amenazados a nivel mundial: el bosque de niebla.
Este ecosistema es de vital importancia ya que permite retener el agua y
abastecer a la Sierra Madre, viéndose principalmente beneficiados agricultores
y comunidades aledañas.
El
engaño
La Comunidad de Los Cacos, localizada en el
área montañosa, está ubicada en uno de los lugares más altos del municipio de
Acacoyagua, parte del Soconusco. Las vertientes de agua fluyen por doquier, es
de donde se abastecen otras comunidades en las faldas de la montaña. Las
tierras contienen una gran cantidad de materia orgánica. No hay semilla que no
tome vida en estas tierras. Café, cacao, rambután, naranja, papaya, piña,
mamey, todo tipo de hortalizas, y sin ningún tipo de abono extra, ni mucho
menos agrotóxicos.
En
estas tierras el gobierno federal aprobó una concesión para la explotación de
titanio. De las 530 hectáreas que integran la comunidad de Los Cacaos, 500
fueron concesionadas. El método tenía que ser por medio de túneles
subterráneos, desde las faldas de la montaña hasta la parte alta del pueblo.
Alberto
Villatoro, campesino de la comunidad de Los Cacaos, entre una mezcla de
tristeza y rabia, recuerda su infancia, de cómo caminaba sobre las rocas de
color azul plateado sin saber que era el titanio que después sería explotado en
su comunidad. Hoy, la empresa minera china, Honour Up Trading, como en muchas
comunidades de la Sierra Madre de Chiapas, buscan acaparar una de las mayores
vetas de titanio de México. «Desde niño recuerdo esos metales en el río, en el
camino lo pateábamos, pero no sabíamos que era titanio. Hasta que por medio de
engaños algunos firmaron el proceso de exploración», sostiene Alberto
Villatoro.
La
primera empresa minera llegó a la comunidad de Los Cacos, recuerda la campesina
Florentina Antonio Morales, en el año 2009 y realizaron la explotación a cielo
abierto. Hoy, por acción de la propia comunidad, las actividades del grupo
chino fueron paralizadas, pero la concesión aún está vigente. «Vinieron a engañarnos, esta es la verdad.
Nos prometieron muchas cosas. Dijeron que iban a construir un mercado,
carretera, un parque para los niños. Pero todo eso sólo quedo en puras
palabras», dijo la campesina Morales.
Una de
las estrategias utilizadas por la empresa, cuenta Morales, para poder obtener
el apoyo de la comunidad, fue por medio de la repartición de despensas. «A las autoridades les están dando algo de
dinero y a la gente la están engañando con una despensa, como lo hace el
gobierno. La verdad, yo no necesito de despensa. Yo cultivo mi cacao, mi café.
Trabajamos y de ahí vivimos. Ya no más. Queremos que se vayan. Están afectando
nuestra cosecha, nuestra salud y la de nuestros animales», afirma
Florentina.
De
acuerdo con los datos de la organización REMA en Soconusco, en el municipio de
Acacoyagua, donde están en proceso de explotación dos minas de titanio, los
casos de cáncer de hígado, estómago y testículos son cinco veces más frecuentes
en la región de lo que deberían ser y algunos de estos casos se han dado en
niños y niñas. A parte de eso, las personas que se han bañado en los ríos
Cacaluta, Doña María y Cintalapa, donde desembocan los deshechos de las minas,
presentan irritaciones, yagas y erupciones en piel.
División
de la Comunidad
La comunidad Los Cacos es un ejido, una
propiedad rural de uso colectivo, peculiar en México, resultado de la
Revolución Mexicana (1910). «Un ejido es
una comunión de 100 a 200 personas –los ejidatarios de una manera equitativa
poseen una fracción de tierra. Un ejido no es una propiedad. La organización de
un ejido se rige por mayoría y para eso hacemos uso de la asamblea. Existe un
comisariado que representa a todos, pero la máxima autoridad es la asamblea. El
comisariado se encarga para que se haga cumplir lo que se determine en asamblea»,
explica Villatoro, uno de los ejidatarios.
De
acuerdo con el campesino, hubo irregularidades por parte del comisariado en la
convocatoria de la asamblea y en la constitución del acta en que se aprobó la
concesión. «No cumplieron con los
requisitos de la Ley Agraria. Hubo menos firmas de las necesarias de los
ejidatarios que están legalmente registrados en el registro agrario nacional»,
sostiene el ejidatario. A parte de eso, «el
día que realizaron la asamblea las autoridades comunicaron que la explotación
seria por un año. Cuando trajeron el convenio firmado, vimos que la verdad era
por 50 años. Las autoridades ejidales ya estaban vendidas con la empresa. Mucha
gente por miedo no dice nada».
«Lo que estamos viendo es que las empresas
ya han comenzado a utilizar un patrón con las comunidades, la división. Ellas
dividen, compran, utilizan toda especie de presión y chantaje. Y esto es con
todos los proyectos extractivistas en el país, lo que ha generado un gama de
conflictos», sostiene Gustavo Castro.
2
dólares por tonelada extraída
El equipo del reportaje tuvo acceso al
contrato de la Constitución que acredita la ocupación temporal y de servicio en
el ejido Los Cacos, realizado en el año 2013 entre las autoridades de ese
momento y la empresa donde figuran: el presidente del ejido de Los Cacos,
Orlando Ramírez Tomás; la secretaria, María Esther Ventura Ruiz; el tesorero,
Edesa Reyna Tomás; presidente del consejo de vigilancia, Edgar Rusbel Pérez
Pérez; y el Grupo Minero El Puntal SA, empresa representada por su apoderado
legal Víctor Manuel Espinoza Almaguer.
El
contrato establece que «el ejido y el
beneficiario acuerdan un pago de 500 mil pesos para la realización de este
contrato mismos que serán liquidados en dos pagos, el primero en el mes de
diciembre del año 2012 y el segundo en enero del año 2013 así como una regalía
de 5 dólares americanos por tonelada extraída”.
También,
«el ejido y el beneficiario acuerdan que
las parcelas donde exista mineral se tendrá que negociar en forma privada con
el propietario de dicha parcela para que en forma individual se haga un
contrato en el que se acuerda entregar una regalía de 2 dólares americanos por
tonelada extraída».
Impactos
ignorados
Documento producido por la Secretaria de
Medio Ambiente y Recursos Naturales del gobierno de México, que evalúa el
Estudio de Impacto Ambiental hecho por la empresa para obtener la concesión,
admite que el proyecto de Los Cacos está en una región de alta biodiversidad y
de importancia nacional. «Las regiones
prioritarias son áreas que se toman como referencia para la planeación
nacional, debido a su alta biodiversidad e integridad ecológica funcional
significativa». A pesar de ser considerada una área prioritaria por el
propio organismo, la secretaría liberó el proyecto de explotación.
Por
otra parte, la Secretaria de Medio Ambiente e Historia Natural de Chiapas
emitió su propia evaluación, en septiembre del año 2014, contraria al proyecto
de minería, emitiendo la siguiente opinión:
«De acuerdo a la revisión realizada, conforme
al Programa de Ordenamiento Ecológico y Territorial del Estado de Chiapas,
publicado en el Periódico Oficial del Estado n. 405, el 7 de diciembre del año
2012, se considera no favorable el proyecto a desarrollar denominado “Proyecto
minero Casas Viejas”, a desarrollarse en el municipio de Acacoyagua, ya que la
implementación de dichas acciones ocasionarían daños irreversibles al ambiente».
Dicha
evaluación técnica fue ignorada por las autoridades federales.
La
joya
Otro ejemplo es la concesión expedida a la
empresa china Honour Up Trading en el año 2013, denominada «La Joya», establecida en el ejido de la comunidad El Triunfo, del
municipio de Escuintla, región del Soconusco, con una superficie de 207
hectáreas y con vigencia hasta el año 2063.
«Es ahí, en la parte alta, en el ejido del
El Triunfo donde se encuentran los minerales como el titanio. Estamos
preocupados porque si se explotan esas minas, nuestro ejido va quedar
sepultado. Solo en el municipio de Escuintla hay por lo menos 8 concesiones. Es
el gobierno quien da las concesiones sin importar la integridad de los seres
humanos, de la naturaleza y los animales. No nos ha llegado ninguna
información. Nosotros gozamos de oxígeno limpio y de libertad, ¿qué va pasar
con la minería?», dijo Francisco Bautista Hernández, secretario
del comisariado ejidal, de la comunidad de Independencia, Escuintla, Chiapas.
El
ejido de Independencia es el pueblo más organizado de la región. La comunidad,
en conjunto con sus autoridades tradicionales, está en contra de la minería. En
varias ocasiones han denunciado principalmente a los dueños de la minera La
Joya. No obstante, existen por lo menos otras tres concesiones mineras de mayor
dimensión en esta misma área, que colindan con el proyecto de La Joya y que se
mantienen en silencio por el momento. Ellas son: Minera «La Nathalia», concesionada desde el año 2012 a Helmar Antonio
Faviel Solís; «La Fernanda», concesionada
a Evaristo Pérez Cano; y la minera «La
Ceiba», concesionada a la empresa ATENMOV, S.A. DE C.V., quien explota oro,
plata, hierro y titanio en otras regiones de Chiapas.
Las
concesiones mineras siguen una linealidad continua a lo largo de la Sierra Madre
de Chiapas, lo que indica que existe una gran veta de titanio principalmente en
toda esta franja. En el transcurso de estas montañas, descienden una gran
cantidad de ríos y riachuelos que las comunidades utilizan para beber, bañarse
y para la agricultura. «No queremos que
terminen con la Sierra Madre de Chiapas porque tenemos mucha vegetación y mucha
agua. Nosotros tenemos dos riachuelos y sí se explota la mina se van a
contaminar y van a venir muchas enfermedades, muerte de nuestros animales y de
las personas», sostiene Francisco Bautista.
«En nuestras comunidades nunca antes hemos
tenido problemas con cáncer, ahora hemos registrado muchos casos después de las
primeras explotaciones de las minas. Las mujeres jóvenes que están embarazadas
ya están teniendo deformaciones en los fetos, o también hay abortos
espontáneos. Hay animales que ya están muriendo. Por eso no queremos las minas», dijo
Paula Velázquez, voluntaria de salud de la comunidad de Independencia,
Escuintla, Chiapas.
Autoridades
locales alertan sobre los riesgos en La Joya
En mayo del año 2015, la Secretaría de
Protección Civil para el Manejo Integral de Riesgos de Desastres del estado de
Chiapas, a petición del presidente municipal de Escuintla, Juan Carlos Méndez
Córdova, emitió una evaluación sobre los riesgos que representan la explotación
de la mina La Joya.
La
localidad de Independencia, según el documento, se encuentra en un sistema
montañoso con pendientes muy accidentados. Las viviendas son de auto
construcción. El municipio se encuentra asentado en las faldas de la Sierra
Madre de Chiapas lo que hace que la superficie sea accidentada en cerca del 80%
de su extensión territorial.
El
documento caracteriza la región que será explotada como de Alto Riesgo. «Se dictamina como de riesgo alto el área de
estudio que aquí se describe, derivado de las condiciones naturales del entorno
y de la interacción de los elementos antropogénicos». No obstante, la
concesión fue dada por el gobierno federal a la empresa Honour Up Trading S.A..
Presión
Internacional
En el marco de los tratados de libre
comercio todos los gobiernos tienen la obligación de garantizar las inversiones
extranjeras o serán demandados ante el Centro Internacional de Arreglo de
Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) del Banco Mundial, espacio que
arregla las disputas de inversiones entre empresas y los Estados nacionales,
explica Soto. «Si los Estados no
garantizan la inversión son acusados de expropiación indirecta. Casi no se
menciona esta condición. Hay muchas demandas de empresas transnacionales contra
gobiernos por leyes que dificultan las inversiones, o porque el gobierno retira
las concesiones. Hay estudios que muestran que el 60% das demandas de las
empresas en el CIADI son de la industria extractiva», agrega Castro.
No hay
país en América Latina que no esté vinculado con algún tratado de libre
comercio con Estados Unidos, China, Europa o Canadá. «Entonces lo que hacen los gobiernos es reprimir a los pueblos que
están contra estos proyectos. Es más fácil reprimir manifestaciones que pagar
millones de dólares a estas empresas», explica el integrante de la
organización Otros Mundos.
Los
gobiernos deben acoplar las leyes en su marco jurídico para facilitar las
inversiones. «Antes del Tratado de Libre
Comercio, por ejemplo, 52% del territorio mexicano era propiedad comunal. Más
de la mitad del territorio y sus riquezas, como el gas, el petróleo, oro, agua,
madera, estaban en manos de los pobres. Con el paquete de reformas
estructurales que viene promoviendo el gobierno, el territorio indígena y
campesino está siendo privatizado para que puedan incursionar las inversiones
internacionales», sostiene Castro.
Territorios
Libres
Tras la inconformidad en la región del
Soconusco, donde 1 de cada 3 hectáreas está concesionada a la industria minera,
desde principios de este año 2015, diversas comunidades junto con sus
autoridades y habitantes de la región han realizado un sinnúmero de
manifestaciones y brigadeos para informar sobre los impactos de la explotación
minera.
Como
una de las acciones concretas de dicha declaración, en septiembre de este mismo
año, habitantes del ejido Nueva Francia, municipio de Escuintla, Soconusco,
acordaron impedir la explotación minera del proyecto denominado El Bambú, a
cargo de Obras y Proyectos Mazapa y de El Puntal, quienes han extraído titanio
desde hace más ocho años.
En el
mes de agosto de este mismo año, diversos municipios de la entidad decidieron
declararse en asamblea general comunitaria «Libres
de Minería». Cerca de 300 representantes de los municipios de Tapachula,
Huhuetán, Mazatán, Suchiapa, Tuxtla Gutiérrez, Acacoyagua, Escuintla, Cintalapa
y Tonalá tomaron esa determinación por las graves afectaciones a la salud que
ya se han hecho presentes en la región. «Nos
unimos a las más de dos mil declaratorias de territorio libre de minería en el
país, así como a las más de 80 actas ejidales y bienes comunales y 30
municipios de Guerrero, Oaxaca, Puebla y Chiapas que dicen no a la minería»,
agrega Castro.
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