Durante el mes de octubre
(del 6 al 25) la página América Latina en Movimiento (www.alainet.org) ha publicado 5 partes de un escrito
de Gaspar Morquecho, bajo el título general de “Capitalismo, guerra y contrainsurgencia en Chiapas”. Hoy aquí reproducimos
lo publicado durante octubre, pero como el propio autor advierte que esto “continuará”, seguiremos compilando aquí
mismo las siguientes partes hasta que esté completa. El 10 de noviembre se publicó la 6a parte. Se agrega aquí...
La Voz del
Anàhuac
Capitalismo,
guerra y contrainsurgencia en Chiapas (I)
Gaspar Morquecho
América Latina en
Movimiento
Opinión
Poco a poco la percepción optimista,
infantil y engañosa en algunas izquierdas va cediendo su lugar a la Realidad.
Los que afirmaban que: “millones construyen
un Mundo Mejor” aceptan que las cosas están mal. Otros aseguran que en el
último medio siglo las cosas no habían estado tan peor. Otros que tenían la
certeza de que el Capitalismo había muerto, recularon cuando el jefe de los
rebeldes en Chiapas representó al
bestial Capitalismo como una Hidra con enormes capacidades de
cambio y adaptación. Una bestia que muerde por todas partes. También recularon
los que aseguraban que el “Estado había
muerto”, una vez que el jefe rebelde invitó a “descifrar el holograma del Estado nacional”. Después el jefe
rebelde afirmó que se avecinaba una tormenta y seguía lo peor. Para los
rebeldes las cosas están y se van a complicar de tal forma, que llamaron a
construir una “estrategia de resistencia,
de sobrevivencia y de vida”.
Las
grietas abajo… las que provoca el Capitalismo: una mirada a ras de suelo
Chiapas tiene una superficie de 73,111 km²
y la Diócesis ocupa 36 821 km², es
decir, más o menos, el 50.36% del territorio. En esa diócesis colaboran noventa
sacerdotes, unas doscientas o más religiosas,
trescientos veinte diáconos y cuenta con, al menos, ocho mil catequistas.
Dentro de su territorio existen dos mil quinientas comunidades, cuya población
estimada es de un millón y medio de personas a las cuales se atiende mediante
siete zonas pastorales.
En
febrero de 2013 se realizó el III Encuentro de Catequistas de la Diócesis de
San Cristóbal. A ese evento asistió una representación de mil catequistas y fue
presentado un documento 12 cuartillas en el que se resume y da cuenta de la
desestructuración y nuevos tejidos sociales en las comunidades, en su mayoría
indígenas, ubicadas en el territorio diocesano. Van algunos puntos e incisos:
“Introducción.
En este
folleto tratamos de recoger la palabra que las y los catequistas de adultos nos
hicieron llegar como respuesta al trabajo de preparación para este Tercer
Encuentro. Agradecemos el esfuerzo por hacerlo y la puntualidad con que lo
hicieron llegar.
Pensamos, por las respuestas, que de verdad
se está viviendo una situación difícil y de cambio en las familias de nuestras
comunidades y que es una preocupación en nuestra tarea de catequistas; (…)
La palabra que recibimos de las diferentes
zonas es muy igual, hay mucha coincidencia tanto en los problemas que se viven
en las familias como en la búsqueda de caminos para su cuidado”.
Cambio
en los modos de pensar y de vivir en la familia y las comunidades:
“a)
La idea capitalista-neoliberal que aplasta a la sociedad y por lo tanto a la
familia es una idea que la está agarrando el pueblo y que nos impone otra forma
de ver y entender el mundo y la vida, diferente al de nuestra cultura y
nuestros antepasados, haciéndonos perder nuestra identidad nuestra cultura,
nuestras raíces. (…)
d) Los proyectos y programas de gobierno
además de dividir a las comunidades y familias han hecho que mucha gente se
acostumbre sólo a recibir sin que le cueste, nos hace haraganes y ha hecho que
en las familias ya no se valore el trabajo con la Madre Tierra que Dios nos ha
dado para vivir; se le ha perdido amor a la Madre Tierra en las familias.
Migración a trabajar a otros lados:
a) Se abandona el hogar, la familia. Quien se
va busca otra pareja y forma otra familia. Hay mujeres que cuando se queda
sola, también busca otra pareja.
b) Hay sufrimiento en la vida de la familia
porque los hijos se quedan solos y crecen sin el cuidado y el cariño del padre
y luego se van perdiendo en la vida. La mujer se tiene que hacer responsable de
los hijos y de los compromisos en la comunidad. Cuando no mandan dinero se pasa
mucha pobreza y necesidad en la familia.
c) Hay cambio de costumbres y modos de pensar
que afectan la vida de la familia y de las comunidades (…); no les gusta trabajar la tierra, se le
pierde amor a la Madre Tierra; les gusta el libertinaje y traen vicios y
enfermedades.
Aumento de niños abandonados y de madres
solteras:
a) Niños que son abandonados que
se van a vivir con sus abuelos o son encargados con otras personas y que en
esta situación muchas veces no reciben cariño, consejo, orientación sino
desprecio, maltrato; esto los hace vulnerables para salir adelante en la vida y
por eso se van perdiendo.
b) Las madres solteras muchas
veces son criticadas y mal vistas por las demás personas. No son bien aceptadas
en su familia o en la comunidad.
La modernidad y la tecnología:
1. Este es uno de los medios cómo más está
entrando el cambio de mentalidad y de los modos de vivir en nuestras
comunidades y en las familias. (…) Las tecnologías que más afectan son la televisión, el celular, el
internet y afectan la vida en varios sentidos.
a) En nuestros valores y costumbres porque
nos está haciendo perder nuestra cultura que nos dejaron nuestros abuelos,
nuestras formas de hablar, vestir, de tratarnos entres personas. Nos lleva a
copiar otras formas de vida; nos hace perder la autenticidad y la razón de ser
como personas, nuestra propia identidad. Se mete la pornografía.
Violencia en la familia:
a) Maltrato físico: mujeres, niños que son
golpeados; niñas que son violadas, abusadas por los mismos de la familia (papá,
hermanos, familiares); mujeres, esposas, que son forzadas, violadas por el
esposo.
Alcoholismo:
a) Es la raíz de muchos males y sufrimientos
como la violencia, asesinatos, pleitos, robos, suicidios, prostitución,
violaciones, drogas, maltrato, abandono y desintegración de las familias;
desigualdad y pobreza, venta de tierras; enfermedades y destrucción de la vida
de la persona.
Arriba,
el Papa Francisco declaró: “El mundo
contemporáneo, aparentemente conexo, experimenta una creciente y sostenida
fragmentación social que pone en riesgo «todo fundamento de la vida social» y
por lo tanto «termina por enfrentarnos unos con otros para preservar los
propios intereses» (Laudato si’, 229)”.
Papa Francisco. Discurso en la ONU. Septiembre
2015.
Empresas
radicales en Chiapas
La Zona Norte como un botón de muestra. En
esa región, la población vive la
realidad del establecimiento de las Empresas Radicales y productos: el cultivo
y tráfico de drogas; presencia de grupos armados y tráfico de armas; robo de ganado; secuestro y
extorsión; asaltos en carreteras y caminos; robos y asesinatos en poblados,
amenazas de muerte. Mayores ingresos para una franja importante de la población
involucrada con la Empresas Radicales, en el cultivo y tráfico de TODO y en los
giros rojos. La trata de personas en una realidad. La compraventa de niñas es
una práctica recurrente a la que se ha sumado la práctica de la renta de niñas
y jóvenes. Los padres las entregan en las cantinas o en los prostíbulos por una
cuota mensual. L@s niñ@s también forman
parte del ejército de la distribución y venta de metanfetaminas. Visible y
evidente, también, en toda la franja fronteriza. En su conjunto podemos decir
que es una fotografía de lo que acontece en las geografías chiapanecas. Podemos
decir que los esfuerzos para la construcción del Reino de Dios en la Tierra
fueron insuficientes. El Reino del Mal se estableció en Chiapas.
Arriba,
el Papa Francisco declaró: “El
narcotráfico por su propia dinámica va acompañado de la trata de personas, del
lavado de activos, del tráfico de armas, de la explotación infantil y de otras
formas de corrupción. Corrupción que ha penetrado los distintos niveles de la
vida social, política, militar, artística y religiosa, generando, en muchos
casos, una estructura paralela que pone en riesgo la credibilidad de nuestras
instituciones”. Papa Francisco. Discurso en la ONU.
Septiembre 2015.
CAPITALISMO, GUERRA Y CONTRAINSURGENCIA EN CHIAPAS - II
Gaspar Morquecho
08/10/2015 –
Las
guerras vienen de lejos
Hace 18 años, en Junio de 1997 -cuando La del moño colorado la rifaba gacho y
Zedillo gobernaba el país–, el jefe rebelde zapatista nos obsequió: “7 piezas para dibujar, colorear, recortar,
y para tratar de armar, junto a otras, el rompecabezas mundial”, es decir,
las: 7
piezas sueltas del rompecabezas mundial.
Las
Piezas son:
1. La concentración de la riqueza
y la distribución de la pobreza.
2. La globalización de la
explotación.
3. Migración, la pesadilla
errante.
4. Mundialización financiera y
globalización de la corrupción y el crimen.
5. ¿La legítima violencia de un
poder ilegítimo?
6. La Megapolítica y los enanos.
7. Las bolsas de resistencia.
El
ensayo no tiene desperdicio. Cierto es que cuando el guerrillero en jefe se lo
propone y se esmera arrastrando el lápiz llega a ser de los mejores. Sin duda,
las 7
piezas tendrán un lugar especial una vez que se publiquen sus obras
escogidas.
Antes
de pasar a la construcción de cada una de las Piezas, el rebelde Subcomandante
advirtió: “La globalización moderna, el
neoliberalismo como sistema mundial, debe entenderse como una nueva guerra de
conquista de territorios. (…) el fin
de la ‘Guerra Fría’ trajo consigo un nuevo marco de relaciones internacionales
en el que la lucha nueva por esos nuevos mercados y territorios produjo una
nueva guerra mundial, la IV. Esto obligó, como en todas las guerras, a una
redefinición de los Estados Nacionales. (…) el orden mundial volvió a las viejas épocas de las conquistas de
América, África y Oceanía. Extraña modernidad esta que avanza hacia atrás, (…).
En el mundo de la Posguerra Fría vastos
territorios, riquezas y, sobre todo, fuerza de trabajo calificada, esperaban un
nuevo amo...”
Para
cimentar el concepto de la IV Guerra Mundial, el guerrillero, argumentó: “Desde el fin de la II Guerra Mundial hasta
1992, se han librado 149 guerras en todo el mundo. El resultado, 23 millones de
muertos, no deja dudas de la intensidad de esta III Guerra Mundial”. De esa
guerra “entre el Capitalismo y el
Socialismo”, el jefe zapatista, destacó sus características y al
triunfador: “La III Guerra Mundial mostró
las bondades de la ‘guerra total’ (en todas partes y en todas las formas) para el triunfador: el capitalismo”.
La IV
Guerra Mundial, la guerra por los mercados, llegó acompañada de un arsenal de “bombas financieras” que, con sus ondas
expansivas, “reorganiza y reordena lo que
ataca y lo rehace como una pieza dentro del rompecabezas de la globalización
económica”. La IV construye “megápolis”
en extensas geografías del Globo Terráqueo: La Unión Europea, el Tratado de
Libre Comercio en la América del Norte. Otras “megápolis” han surgido en África del Norte, en África del Sur, en
el Cercano Oriente, en el Mar Negro, en Asia Pacífico…, “en todo el planeta explotan las bombas financieras y se reconquistan
territorios”. En ese proceso: “El
neoliberalismo opera así la destrucción / despoblamiento por un lado, y la reconstrucción
/ reordenamiento por el otro, de regiones y de naciones para abrir nuevos mercados
y modernizar los existentes”.
Si
alguien aprendió la lección de la III Guerra Mundial, fueron los líderes de
China y Vietnam. Habían sido testigos del “desfonde
político, económico y social de Europa del Este y de la URSS”. El Gigante
Asiático había heredado la organización social y productiva de la China de Mao.
Ese país con un enorme territorio, recursos y mano de obra, abrió sus fronteras
para recibir el masivo arribo de capitales. Su economía tuvo un crecimiento
extraordinario y en diversas geografías podemos leer: Made in China. Ese país se perfilaba para convertirse en la primera
economía del mundo. Por su parte, Vietnam, un pequeño país socialista con un
histórico conflicto con China y vulnerable en la región optó por la alianza con
los Estados Unidos y sus líderes cambiaron el modelo con el que soñó el Tío Ho.
Puede
resultar importante destacar que cuando el guerrillero zapatista escribió las 7 Piezas el planeta Tierra estaba
habitado por “5 mil millones de seres
humanos. En él, sólo 500 millones de personas viven con comodidades mientras 4
mil 500 millones padecen pobreza y tratan de sobrevivir”. En 2015, en el
planeta Tierra viven más de 7 mil millones de personas, el Capital y la pobreza
se siguen concentrando en polos opuestos. La IV Guerra Mundial sigue su curso.
Para alcanzar la “reconquista de
territorios (…) los centros
financieros llevan adelante una triple estrategia criminal y brutal: proliferan
las ‘guerras regionales’ y los ‘conflictos internos’, los capitales siguen
rutas de acumulación atípica, y se movilizan grandes masas de trabajadores”.
(…) “La IV Guerra Mundial, con su proceso
de destrucción / despoblamiento y reconstrucción / reordenamiento, provoca el
desplazamiento de millones de personas”. En 1995 la cifra de personas
desplazadas era de más de 27 millones, en 2005 la cifra llegó a los 38
millones. En 2015, suman 60 millones las personas desplazadas/refugiadas en el
mundo. Eso sí, 99 de cada 100 tendrán acceso a un teléfono móvil.
¿Y todo lo anterior para qué?
Resulta
que 18 años después de las 7 Piezas
del rebelde zapatista, los Estados Unidos, la primera potencia económica y
militar, agitó las aguas de los mercados en el mundo y en los primeros días de octubre
encabezó la creación del mayor pacto comercial en el planeta: el Acuerdo
Transpacífico (ATP). Los ministros de Comercio de 12 naciones del Pacífico,
entre ellas México, alcanzaron un acuerdo que “reducirá las barreras arancelarias y establecerá estándares comunes”.
Con el ATP se proponen estimular el comercio entre Estados Unidos, Canadá,
México, Chile, Perú, Australia, Nueva Zelanda, Japón, Brunei, Malasia, Singapur
y Vietnam.
El
Capitalismo reiteró su fortaleza y capacidad de planeación estratégica. Sus
Ingenieros trabajaron, al menos, 5 años en el diseño y construcción del ATP.
Los países involucrados tienen dos años para que sus respectivos Congresos lo
aprueben o no. Es muy probable que el impacto de las recientes bombas
financieras y la caída de los precios del petróleo que en 2015 desquiciaron las
economías en el mundo entero, haya creado el mejor de los escenarios para que
el ATP llegara a buen puerto.
México
y Chiapas en el teatro de operaciones de la IV Guerra Mundial
Si con Carlos Salinas se firmó el TLC. Con
Salinas-Peña Nieto, México participa del ATP. Cronológicamente, en 2014,
Salinas-Peña Nieto fortaleció la Alianza del Pacífico en la que participa con
Perú y Chile. En septiembre de 2015, Peña nieto anunció la creación de Zonas
Económicas Especiales que más tarde ubicó en el puerto de Lázaro Cárdenas entre
los límites de Michoacán y Guerrero, en Oaxaca, uno de los estados donde se
construye el Corredor Industrial Inter-Oceánico y en Puerto Madero, Chiapas. El
5 de Octubre, en Atlanta, todo se había consumado. Una docena de ministros de
naciones del Pacifico alcanzaron el acuerdo comercial.
El
presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reaccionó de inmediato y sentenció:
“No dejaremos a países como China
escribir las reglas de la economía global”. Un mensaje al resto de sus
aliados: Brasil, Rusia, India y Sudáfrica, es decir, al bloque comercial BRICS.
En México, Salina-Peña Nieto celebró la conclusión de las negociaciones del
ATP, al calificarlo de “acuerdo de
vanguardia” con el que México fortalece su integración comercial con el
mundo y reiteró la promesa de las últimas tres décadas: “El Acuerdo de Asociación Transpacífica se traducirá en mayores
oportunidades de inversión y empleo bien remunerado para los mexicanos”.
Las
otras guerras en México y Chiapas
Han pasado poco más de tres décadas que los
gobiernos de México han llevado a la economía nacional a navegar en las
turbulentas aguas de la IV Guerra Mundial. Independencia y Soberanía es lo que
menos queda. Si con Miguel de la Madrid y Carlos Salinas se inició el proceso
de privatización, desregulación de la economía y el fin del reparto agrario,
con Zedillo, Fox y Calderón se entregó parte del país a las empresas mineras.
Obedeciendo a los yanquis, Calderón estableció la “guerra al narco” que ha dejado un saldo de más de 100 mil muertos,
más de 20 mil desaparecidos, miles de huérfanos y muy probablemente más de un
millón de desplazados. La guerra continúa con Salinas-Peña Nieto. Una guerra
que cubre, al menos, el 80% de la geografía mexicana que sigue vistiendo de
luto o llenado de dolor a miles de familias mexicanas.
En
Chiapas, a la violenta paz de antes de 1994 le siguió la guerra de
contrainsurgencia en contra de los pueblos y comunidades Zapatistas. Las
fuerzas armadas han ocupado el territorio. A cada una de sus iniciativas
políticas, civiles y pacíficas el gobierno federal les ha respondido con una
provocación y se mantiene una suerte de “conflictos
internos”: agrarios, político agrarios en diversas regiones de la entidad;
en la zona fronteriza con las empresas mineras; proyectos eólicos, ambientales,
por discriminación y por violaciones a los derechos humanos y de los pueblos
indígenas.
En el
curso de la guerra, han sido frecuentes las visitas de Salinas-Peña Nieto a
Chiapas: En febrero de 2013, en Las Margaritas lanzó la Cruzada contra el Hambre. El 13 febrero de 2014, Inauguró el
Aeropuerto internacional de Palenque y relanzó el proyecto de la supercarretera
de San Cristóbal a Palenque. En mayo fue asesinado el zapatista Galeano. Ese
crimen pospuso un año los eventos programados por el EZLN. El 8 julio, en
Catazajá, abordó el tema migratorio. Con Pérez Molina, presidente de Guatemala
puso en marcha el programa Paso Seguro. El 8 de agosto, en San Juan Chamula,
afirmó que con las reformas estructurales México tendrá una mejor plataforma
para crecer económicamente. El 2 diciembre, en Cintalapa, celebró el arranque
de su tercer año de gobierno y prometió mil 800 millones de pesos más a Oaxaca,
Chiapas y Guerrero.
El 11
de marzo, la Secretaría de la Defensa Nacional anunció la construcción de un
nuevo cuartel militar en Chicomuselo, Chiapas. El 24 marzo de 2015,
Salinas-Peña Nieto anunció que en Chiapas darán inicio las acciones para el
desarrollo del sur de México y puso en marcha un programa de impulso al empleo.
El 11 de agosto, Día Internacional de los Pueblos Indios, anunció que
comunidades de Chiapas entrarán en el Programa de Zonas Económicas Especiales
para crear más empleos y generar inversión productiva en ellas. El 29 de
agosto, el gobierno de Chiapas liberó a dos de los indios tojolabales
implicados en la muerte del zapatista Galeano. El 29 de septiembre de 2015,
Salinas-Peña Nieto anunció en Tapachula, Chiapas, la creación de Zonas
Económicas Especiales en las comunidades indígenas de Chiapas con la inversión
de capitales privados: “Tenemos que
transitar del asistencialismo, que ha sido insuficiente, que nos ha permitido
solamente mitigar la pobreza, a lo que realmente buscamos, que es crecimiento
incluyente”. Así, se agrega el plus capitalista al gasto para el control
social.
Sin
duda, la guerra de Salinas-Peña Nieto va dirigida a la “recuperación de los espacios perdidos”. La Autonomía de los
pueblos zapatistas en Chiapas es otro de sus objetivos político-militares. Se
trata de ir reventando las “bolsas de
resistencia”. Sin embargo, los planes del Frente de Guerra en la Frontera
Sur son la mayor amenaza en la región.
Continuará…
CAPITALISMO,
GUERRA Y CONTRAINSURGENCIA EN CHIAPAS III
Gaspar Morquecho
16/10/2015
Opinión
De
la resistencia en sí, a la resistencia para sí
En las selvas y montañas del sureste
mexicano 46 mil familias indígenas están resistiendo la guerra de
contrainsurgencia más prolongada de la historia reciente de México. Son abuelas
y abuelos, hombres y mujeres, jóven@s, niñas y niños de cuatro generaciones de
aquellas y aquellos que hace medio siglo
fueron abandonando el camino y largo andar de la resistencia en si para
construir otra, la Resistencia para Si… La tarea no fue sencilla… En el Chiapas
de los indios la guerra ha sido sistemática, prácticamente permanente.
La
estrategia de guerra que viene de lejos… breve encuadre
Una parte de la Guerra Antipopular en
México la podemos ubicar hace medio siglo. Los obreros y maestros la vivieron
en 1958. Los estudiantes la vivimos con la brutal represión del Movimiento
Estudiantil en la Plaza de la Tres Culturas en 1968. LA CIA, el gobierno
federal y sus fuerzas armadas fueron los actores intelectuales y materiales de
la matanza. En la década de 1970, el gobierno federal y las fuerzas armadas
crearon el grupo paramilitar Halcones que se hicieron presentes en las
inmediaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México el día que
retornó de Chile un grupo de exiliados mexicanos. En dos ocasiones nos
atacaron. La primera en las inmediaciones del Casco de Santo Tomás y, la
segunda, en San Cosme donde asesinaron a decenas de estudiantes el 10 de junio
de 1971.
Esos
crímenes de Estado animaron y dieron paso a un creciente número de movimientos
y grupos armados en México. En las montañas de Guerrero, Lucio Cabañas
comandaba las fuerzas armadas del Partido de los Pobres. El 6 de agosto de
1969, en la Calle 5 de Mayo en Monterrey, N.L. un grupo de 7 personas fundaron
las Fuerzas de Liberación Nacional (FLN), tres más presenciaron el acto. La
Revolución Cubana, las guerrillas y
figura de El Che, los Movimientos de Liberación Nacional en Asia, África
y en América Latina y las guerras revolucionarias en América Central eran los
referentes que animaron la lucha armada en México. Estados Unidos y la URSS
estaban enfrascados en la III Guerra Mundial, los comunistas chinos
confrontaban con los rusos y los yanquis iban rumbo a la derrota en Vietnam.
Para resguardar su patio trasero EU impuso las dictaduras, gobiernos gorilas en
América Latina.
En ese
contexto, el gobierno de Luis Echeverría Álvarez (LEA) dio curso a la
Estrategia de Guerra Contrainsurgente en la que se conjugó, alternativamente,
la Guerra Sucia (violencia militar y paramilitar), la Apertura Democrática y
los programas derivados de la Política Social. La política internacional de LEA
se caracterizó por la defensa de la Soberanía de las Naciones, la
Autodeterminación de los Pueblos y el asilo político a perseguidos de las
dictaduras militares. De esa forma, LEA proyectó una imagen democrática,
humanitaria y tercermundista.
Con la
Guerra Sucia, el gobierno federal y sus fuerzas armadas desarticularon y/o
aniquilaron al grueso de los movimientos armados, urbanos y rurales, en México.
El saldo de la Guerra Sucia fue 10 mil personas desaparecidas. En Chiapas, el
gobierno federal militarizó y pobló de indios la selva y frontera con Guatemala, e inició la construcción
de la Carretera Fronteriza. Con esas medidas, el gobierno de LEA construyó el Yunque para contener a las guerrillas
guatemaltecas.
En la
región de Los Altos, con población mayoritariamente indígena, la Política
Social se concretó en el Programa de
Desarrollo Socioeconómico de Los Altos de Chiapas (PRODESCH). Un programa
preventivo y de contención social. En él intervinieron organismos de la ONU
(FAO y UNICEF), y los tres niveles de gobierno. El PRODESCH fue un producto de
la política global diseñada por McNamara en el Banco Mundial cuyo objetivo era:
“evitar los costos políticos de una
rebelión”.
En ese
contexto de guerra, el 13 de febrero de 1974, fueron descubiertas las Fuerzas
de Liberación Nacional (FLN). La policía buscaba a guerrilleros de la Liga
Comunista 23 de Septiembre que un año antes habían asesinado al empresario
Eugenio Garza Sada. Ese operativo los llevó a dar con una casa de seguridad de
las FLN en Monterrey. Detuvieron a dos de sus militantes y fueron torturados.
El 14 de febrero el Ejército federal atacó la Casa Grande de Nepantla. Ahí
cayeron cinco combatientes y dos fueron detenidos. En la casa de Nepantla los
militares encontraron datos sobre el foco establecido en el Rancho El Chilar en
el municipio de Ocosingo Chiapas. Más tarde, 3 mil efectivos del Ejército
federal realizaron la Operación Diamante. Entre febrero y marzo tendieron un
cerco para ubicar, ocupar y destruir el campamento del primer Núcleo
Guerrillero Emiliano Zapata de las FLN en Ocosingo, Chiapas. Siete combatientes
fueron asesinados y desaparecidos: Elisa Irina Sáenz, Raúl Pérez Gasque, Carlos
Vives, Juan Guichard Gutiérrez, Federico Carballo Subiaur, César Germán Yáñez y
Fidelino Velázquez. Después de una
década muy complicada, las FLN estuvieron en condiciones para fundar el segundo
núcleo guerrillero en la Selva Lacandona.
Mientras
tanto, los Programas de Combate a la Pobreza se conjugaron con la violenta
represión a los movimientos indígenas y campesinos en Chiapas en la que
participaron sistemáticamente los gobiernos PRIístas, el Ejército federal, las policías y los ejércitos particulares de los rancheros
conocidos como Guardias Blancas.
Van
algunos casos: 1974, cuarenta soldados del 46 batallón incendiaron 29 chozas en
la colonia San Francisco del municipio de Altamirano. 1975, dirigentes tzotziles de Venustiano
Carranza fueron asesinados por pistoleros de los finqueros Augusto Castellanos
y Carmen Orantes; 1976, enfrenamiento de varias horas entre el ejército federal
y comuneros de Venustiano Carranza. Resultaron 2 comuneros muertos, 3 heridos,
13 detenidos, 6 mujeres violadas y varios soldados murieron; 1977, el Ejército
federal tendió un cerco militar en Simojovel, Huitiupán y Sabanilla, 16 ejidos
fueron desalojados y las escuelas convertidas en cuarteles; 1978, en Ocosingo,
el ejército desalojó a indígenas de Nuevo Momón, destruyeron y quemaron 150
chozas, resultaron 2 tzeltales muertos y 6 torturados; 1979, Pistoleros a
sueldo realizaron ataques a campesinos de Venustiano Carranza y Villa de las
Rosas y asesinaron a 7 campesinos; 1980, cerco, intimidación y maniobras
militares a cargo de 9 mil soldados en el municipio tojolabal de Las
Margaritas; 1981, 45 mil soldados efectuaron maniobras y simulacros contraguerrilla
en la región chol –Tila y Sabanilla-, en la Selva Lacandona y la frontera con
Guatemala; 1982, finqueros y policías atacan a tzeltales de poblado Flor de
Cacao; 1983, los caciques indígenas de Chalchihuitán organizaron la masacre de
11 indígenas y la destrucción e incendio de las viviendas en el poblado de
Tzakiuc’um.
En ese
escenario de Política Social y guerra contra los pueblos, el obispo Samuel
Ruiz, las y los agentes de pastoral habían optado “por los pobres entre los pobres”. Comprometidas/os acompañaban su
resistencia y andar en la Construcción del Reino de Dios. No caminaban a
tientas. El Congreso Indígena de 1974 había perfilado un programa de lucha que
estaría vigente las dos décadas siguientes. Un programa que guio su
acompañamiento y el movimiento de los pueblos: Tierra, salud, educación,
vivienda. En medio de esa guerra contra los pueblos indígenas y no indígenas de
Chiapas, la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas se encontró, también, con
las organizaciones comunistas,
revolucionarias, político militares activistas sociales que forjaron la Quiptic
ta Lecubtesel, la Central Independiente de Obreros y Campesinos (CIOAC), la
Organización Campesina Emiliano Zapata (OCEZ), las ARIC Unión de Uniones,
Solidaridad Campesina Magisterial (SOCAMA) y la Organización Indígena de Los
Altos de Chiapas (ORIACH).
El 17
de noviembre de 1983 las FLN establecieron, después de cinco intentos, el
Segundo Núcleo Guerrillero Emiliano Zapata en la Selva Lacandona. Venían con la
experiencia de dos décadas y las enseñanzas que les dejó el duro golpe de
febrero de 1994. La selva, la montaña y
las cañadas les dieron cobijo. Sin embargo, los movimientos sociales fueron la
mejor de las coberturas en la década de acumulación de fuerzas en silencio. Con
inteligencia, se movieron debajo y entre la hojarasca de los movimientos
sociales, y le “pusieron un gatillo a la
esperanza”. Tenían a su favor el triunfo de la Revolución Sandinista y las
olas de las guerras revolucionarias en Guatemala y El Salvador. Las FLN
resolverán los desafíos que impusieron los cambios de coyuntura en el ámbito
internacional y sus impactos en lo nacional y local, las diferencias entre las
agrupaciones que optaron por el movimiento de masas y la vía armada y los
cambios de rumbo entre los agentes de pastoral y su obispo.
A
principios de la década de 1980, el gobierno federal intervino decididamente en
los procesos de pacificación en Centroamérica: Grupo Contadora (1983), en el
Acuerdo México previo a la desmovilización de la guerrilla en Guatemala (1991);
En 1992, se firmaron los Acuerdos de Paz de El Salvador en el Castillo de
Chapultepec. Esos procesos de paz incidieron en la orientación de la Diócesis de San Cristóbal y se alejó, en
lo fundamental, del acompañamiento a los rebeldes que se preparaban para la
guerra en la selva y montañas de Chiapas. Habían cambiado los signos de los
tiempos. Seguramente el repliegue de las comunidades no fue cosa menor.
Los
programas derivados de la Política Social continuaron sistemáticamente en la
entidad. Si con LEA (1970), el PRODESCH
fue el punto de partida de los programas preventivos y de contención social en
Chiapas, López Portillo creó la Coordinación General del Plan Nacional de Zonas
Deprimidas y Grupos Marginados (COPLAMAR) (1976). Con Miguel de la Madrid se
subsidió el precio de un paquete de productos básicos (1982); Carlos Salinas
diseñó el Programa Nacional de Solidaridad – PRONASOL (1988-1994).
Rumbo
al levantamiento armado
Si bien el núcleo guerrillero de la FLN se
movía como el pez en el agua, debemos tomar en cuenta que las aguas no eran
quietas, eran… turbulentas. Otros casos: 1984, finqueros y policías estatales
atacaron a indígenas en Simojovel. Ocho resultaron heridos. 1985, dos mil
policías, 35 finqueros y policías desalojaron a peones acasillados de las
fincas Medellín y La Soledad que demandaban salarios caídos. 1986, Policías
judiciales y caporales de Enrique Zardain queman y arrasan por segunda vez 50
viviendas en Muc’ulum Bachajón del municipio de Chilón. 1987, caciques y
policías incendiaron el poblado La
Independencia del municipio de Ocosingo. 1988, la policía secuestró a cuatro
campesinos de la CIOAC en Las Margaritas. 1989, el finquero Roberto Zenteno
asesinó Sebastián Pérez Núñez diputado local del PMS y ex dirigente de la
CIOAC. 1989, fue asesinado Arturo Albores fundador de la OCEZ. 1990, la
diócesis de San Cristóbal denunció que en ausencia del sacerdote de Simojovel,
Joel Padrón, varios desconocidos prendieron fuego a la Casa Parroquial. 1991,
diez policías detuvieron al padre Joel Padrón. Fue acusado de rebelión, robo,
despojo, conspiración, portación ilegal de armas, asociación delictuosa,
apología de delitos, amenazas, pandillerismo… La detención del sacerdote estaba
dedicad al obispo. Patrocinio hacía de las suyas. 1992, ganaderos de Ocosingo
fundaron la Unión para la defensa Ciudadana para defenderse de la “desestabilización” que promueven los
agentes de pastoral. 1993, la comandancia de la XXXI Zona Militar informó que
un capitán de la Fuerza Aérea y un teniente del ejército fueron asesinados y
luego quemados en terrenos de San Isidro el Ocotal del municipio de San
Cristóbal de Las Casas. En mayo de ese año, el Ejército federal descubrió un
campamento de adiestramiento guerrillero y chocó con un grupo de combatientes
en la Sierra de Corralchén.
En 1993
era inocultable la presencia de la guerrilla en Chiapas. Por algo fue notable
la agresividad del PRONASOL en la entidad. Patrocinio González Garrido había
incrementado el presupuesto a los municipios indígenas y endureció la escalada
contra los movimientos, organizaciones sociales y, sobre todo, contra la
Diócesis de Samuel Ruiz y las y los agentes de pastoral. Carlos Salinas le
dedicó a Chiapas una Jornada de Solidaridad e inauguró tres hospitales. Uno de ellos en Guadalupe Tepeyac…
Continuará…
espero…
Capitalismo,
guerra y contrainsurgencia en Chiapas IV
21/10/2015
Opinión
1994: Límites de los Programas de Contención
Social y la Guerra Preventiva en Chiapas
La Guerra Contrainsurgente
preventiva y la Política Social de contención del Estado mexicano contra
los pueblos indios y sus organizaciones en Chiapas, el trabajo pastoral de la
Diócesis de San Cristóbal que abonó la tierra con la Teología de la Liberación,
el activismo de las izquierdas en diversas regiones de la entidad y las
jornadas de lucha de 1974 a 1983, hicieron que el Núcleo Guerrillero Emiliano Zapata de las Fuerzas
de Liberación Nacional cayera como semilla buena en tierra fértil. La
brutal represión del Estado mexicano y de los gobiernos PRIístas del general
Absalón Castellanos Domínguez (1982-1988) y Patrocinio González Garrido
(1988-1993) siguió abonando el terreno para que germinara la
semilla armada. Una década después en la selva y montañas de Chiapas se
había construido un enorme colectivo de Liberación Nacional.
La movilización nacional de protesta del 12 de octubre de 1992 en las
diversas geografías indígenas de México sirvió de indicador a las FLN y su
brazo armado EZLN para preparar el levantamiento. En Chiapas, las
organizaciones agrupadas en torno al Frente de Organizaciones Sociales por los
500 años de Lucha y Resistencia del Pueblo Chiapaneco (FOSCH 500 años) se
movilizaron en Bochil, Motozintla y Comitán; Venustiano Carranza, Salto de
Agua, Simojovel, Tila, Sabanilla, Palenque, Oxchuc, Ocosingo. La más numerosa
se registró en San Cristóbal de Las Casas. Participaron más de 10 mil indígenas
de 20 organizaciones sociales y del Movimiento del Pueblo Creyente;
cooperativas, ONGs, profesores y estudiantes. Fue la mayor articulación previa
al levantamiento armado. Sin embargo, en menos de un año, la fragmentación se
hizo presente.
El tiempo, la coyuntura nacional y local llevaron a las FLN al Congreso
Nacional de enero de1993. Había pasado una década, las diferencias estaban
presentes en sus territorios, las rupturas no eran menores y los pueblos se
preguntaban “¿pa’ cuando?”… el
horizonte no era el mejor. En medio de diferencias y rupturas, las FLN
acordaron iniciar la guerra de liberación en México. Rodrigo sostuvo que
el movimiento era débil en los demás frentes. Tenía razón, pero no toda. Marcos
argumentó las fortalezas, debilidades y los riesgos que se corrían en Chiapas
de posponer el levantamiento armado. Aún tenían la fuerza suficiente para hacer
la guerra. Tenía razón, pero no toda. En febrero se hizo la consulta y se
levantaron las actas en las comunidades en favor y en contra del levantamiento
armado. Las comunidades acreditaron su decisión de iniciar la guerra. El
acuerdo trascendió las filas de las FLN-EZLN y se agudizaron las tensiones
dentro y entre cada uno de los actores principales.
El gobierno federal actuó con rapidez en dos frentes: Militarizó las
Cañadas en inició una ríspida campaña contra la Diócesis de Samuel Ruiz. En marzo
de 1993, zapatistas habían asesinado a dos militares al sur de la Ciudad de Las
Casas. El Ejército federal realizó un operativo y detuvo a diáconos y
catequistas que recibieron de inmediato el apoyo del Centro de Derechos Humanos
Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba).
Las tensiones entre el Ejército y el obispo fueron mayúsculas. En mayo,
el despliegue militar en las Cañadas culminó con el choque de tres días con los
guerrilleros en la Sierra de Corralchén. Además de sus muertos, los militares
se llevaron presos a 8 indígenas de la ARIC que fueron acusados de “traición a la patria”. Esos indígenas
también fueron defendidos por Samuel y el Frayba. El choque y los
errores en Corralchén tensaron las relaciones entre los mandos del EZLN,
agudizaron las tensiones en y entre las comunidades; las del EZ con la
estructura diocesana y las del Ejército federal con todos esos actores. El 24
de noviembre de 1993, más de 10 mil feligreses se movilizaron en apoyo del
obispo Samuel Ruiz, príncipe de la Iglesia en la diócesis de San Cristóbal.
Vale comentar que uno de los primeros beneficiados con la firma del TLC
fue el EZLN. Era políticamente incorrecto que las fuerzas armadas de un país “primermundista” como México, anduviera
persiguiendo, encarcelando indios y combatiendo guerrilleros en la víspera de
la entrada en vigor del tratado comercial. Salinas tuvo que ordenar el
repliegue de sus tropas. La suma de frentes y tensiones no favorecía a la
rebelión armada. Sin embargo, las comunidades zapatista se habían preparado
todo 1993 para el estallido de la guerra de liberación.
Los indios rebeldes hicieron añicos el
proyecto de Salinas
En 1994, al gobierno federal le
tocó recibir la lección. El levantamiento del EZLN hizo evidente las
limitaciones de las medidas de Seguridad Nacional, de la Política Social/PRONASOL
e hizo añicos la imagen del México primermundista.
Sin embargo, en pocos días, los operativos militares del Ejército federal
contuvieron la rebelión. El Estado mexicano no se cruzó de brazos y a lo largo
de 1994 reelaboró la Estrategia de Guerra Contrainsurgente. Carlos Salinas
llevó a cabo la tercera fase de la militarización de Chiapas, cesó las
hostilidades y dialogó con los rebeldes en la Catedral de San Cristóbal. Para
aislar a los rebeldes apoyó la creación del Consejo Estatal de Organizaciones
Indígenas y Campesinas (CEOIC).
Zedillo ocupó militarmente los territorios zapatistas, legalizó y “dialogó” con los rebeldes e intensificó
la domesticación de los movimientos sociales: “El gobierno lleva adelante una estrategia de división, pretende diálogo
y negociación con fuerzas fragmentadas, esto posibilita la corrupción, la
deslealtad y la traición. Al establecer una negociación paralela a la de San
Andrés, el grupo de claudicantes que ‘dialoga’ con Dante Delgado se hace
cómplice de la ofensiva política federal en contra del movimiento democrático
chiapaneco y contribuye a la campaña de contrainsurgencia del gobierno en
contra del EZLN.” (Sub Marcos. 1995). Siguió el incumplimiento de
los acuerdos de San Andrés, el paramilitarismo y la masacre en Acteal. En 1997,
la Política Social, de preventiva y de contención social, pasó a ser una de las
herramientas más eficaces de la guerra contrainsurgente para contener,
aislar, cercar, reducir y aniquilar al EZLN.
Con Fox, el Congreso aprobó una Ley
Indígena racista y enterró los Acuerdos de San Andrés. En Chiapas, con
Pablo Salazar, se consolidó la domesticación de los Movimientos Sociales y se
recrudeció el hostigamiento de agrupaciones no zapatistas, antizapatistas y de
ex zapatistas a los pueblos y comunidades rebeldes. Los conflictos
menudearon en torno a la posesión de la tierra. Con Calderón la guerra se tornó
nacional y en Chiapas implementó el Programa Oportunidades.
Si el EZLN recibió a Zedillo con un despliegue político militar (diciembre
de 1994), a Salinas-Peña Nieto lo recibió con la movilización de 40 mil bases
de apoyo en cinco cabeceras municipales (diciembre 21 de 2012). Parado en
su realidad/deseos el jefe rebelde exclamó: “¿Escucharon?
Es el ruido de su mundo derrumbándose y del nuestro resurgiendo”, y
profetizó, poéticamente, el nuevo día. El PRIísta Salinas-Peña Nieto dio
continuidad a la Guerra del PANista Calderón. Miles son las víctimas de esa
estúpida guerra. Una guerra que va de la mano con la Cruzada contra el Hambre. Cruzada que Salina-Peña Nieto lanzó en
2013 en el municipio de Las Margaritas Chiapas.
Para entonces, las comunidades indígenas se movían al ritmo y cadencia
que imponía el Estado del Capitalismo multinacional. Los pueblos habían sido
des/estructurados y los tejidos sociales eran otros. Ex bases zapatistas
nutrían las filas del Partido Verde. Las comunidades y pueblos indígenas eran
una pieza de tejidos fragmentados, contrapuestos, confrontados.
En 1997, Ivon Le Bot había advertido de dos peligros para el zapatismo. “Ambos ligados a ‘las tentaciones de
pureza’: 1. El peligro del aislamiento, del repliegue, de la asfixia
comunitarista. Afirmó que, si bien, el levantamiento armado en Chiapas no era
una <<guerra del fin del mundo>>. (…) en La Realidad y en otros reductos zapatistas flota una discreta
atmósfera de comunidad asediada, de comunidad de <<puros>>, que se
traduce, por ejemplo, en la prohibición de alcohol y otras reglas espartanas;
en la separación entre pobladores y visitantes extranjeros, en la preeminencia
del discurso ético. Son estas conductas y expresiones las que, más allá de sus
justificaciones prácticas, podrían alimentar desviaciones mesiánicas y
milenaristas si se vinieran de pronto abajo todos los puentes con el exterior.
El puente principal es el mismo Marcos.
También es un factor de unión entre los diversos componentes del movimiento, y
si llegara a desaparecer o esfumarse, no sería imposible que el movimiento
estallara en grupos rivales según su pertenencia étnica y alrededor de jefes
locales, o que cayera en arranques de violencia intercomunitarios como algunos
que ya han sucedido en el norte de Chiapas. 2. El peligro de un alejamiento, de
una desconexión de las realidades chiapanecas, (…)” (Ivon Le Bot, 1997. El
Sueño Zapatista)
Trece años más tarde, Raúl Zibechi hizo notar: “En los últimos años, en toda América Latina, he podido comprobar,
directamente, cómo las políticas sociales de los más diversos gobiernos dividen
y neutralizan los movimientos antisistémicos. En Chiapas, donde cientos de
comunidades eran sólidos bastiones de rebeldía, hoy campea la división porque
el gobierno estatal, comandado por el gobierno centroizquierdista PRD, realizan
donaciones a las familias que abandonan el movimiento rebelde”. (Raúl
Zibechi. 2010. Contrainsurgencia y miseria. Las políticas de combate a la
pobreza en América Latina.)
El argumento de las “donaciones
del gobierno” con el que se pretende explicar la división en los “sólidos bastiones de rebeldía” puede
ser en extremo simple y superficial. Para entonces habían pasado 40 años de
política social de contención sostenida: Se fortaleció el corporativismo con
programas productivos, de salud, educación e infraestructura. Después le siguieron
16 años de Política Social francamente contrainsurgente. Para el 2010 las
tensiones y contradicciones estaban desatadas. Unas venían de antes de la
guerra en Chiapas.
En 2014 realice un recorrido de San Cristóbal de Las Casas a la
comunidad de Nuevo Chapultepec. Este poblado se ubica en el municipio de
Ocosingo, al fondo de la Cañada de Patihuitz. Ese recorrido me permitió
constatar la agresividad de los programas de combate a la pobreza y la división
que priva en las comunidades indígenas.
A lo largo del camino saltan a la vista la cantidad de viviendas que el
gobierno ha construido y donado en las comunidades de los municipios de
Huixtán, Oxchuc y Ocosingo. Construcciones que explican la serie de puntos
donde se fabrica el block de concreto y el transitar de camiones plataforma
trasladando material de construcción. Casi todos los caminos secundarios han
sido pavimentados. De Ocosingo, rumbo al fondo de la cañada, maquinaria pesada
da mantenimiento a una terracería ampliada y construye ramales. Si la
electrificación de pueblos se suspendió con Carlos Salinas y que en 1994
llegaba a Suschilá -a unos 8 kilómetros de Ocosingo-, ahora la red se internó
unos 160 kilómetros y llega a San Quintín. Se han construido nuevas escuelas y
clínicas comunitarias; sistemas de agua entubada y drenaje. Son visibles las
instalaciones y la circulación de los vehículos militares, como también,
de camiones de 8 toneladas que llevan despensas de la Cruzada Contra el Hambre a las comunidades. En todas y cada
una de las comunidades podemos ver las casas que construyó el gobierno. El
Estado mexicano se había apropiado de las demandas zapatistas: tierra, techo,
trabajo, salud y educación.
En ese territorio, la Aric Unión de Uniones, que tuvo su origen en la
Quiptic Ta Lecubtesel (1976), es decir, una larga experiencia de luchase se ha
fragmentado. Cuatro facciones están con el Partido Verde, una con el PRI y otra
con Morena. En una comunidad podemos encontrar hasta cinco agrupaciones de
diferente denominación.
Ese es el paisaje social que se aprecia en las comunidades de esa
cañada. Por mencionar algunas: Suschilá, Nuevo Suschilá, Nueva Morelia, San
Miguel, La Garrucha (sede de un Caracol Zapatista), Patihuitz,
Prado Pacayal, La Sultana, San Bartolo y Betania. Comunidades en las que
se alternan las posiciones del Ejército federal que se establecieron desde 1995
y la amenaza de construcción de al menos una presa en el cauce del río Jataté.
En Nuevo Chapultepec son pocas las viviendas donadas por el gobierno. El
puente de hamaca dificulta el traslado de materiales de construcción. El
paisaje social de fragmentación social lo complementan las denuncias de
agresiones que han documentado las Juntas de Buen Gobierno, SIPAZ o el Frayba.
Es evidente que los Programas de Combate a la Pobreza son más intensos y
agresivos en los territorios rebeldes. La tensiones… también.
Son las grietas que el Capitalismo ha abierto en todos y cada uno
de los pueblos indígenas y que algunos pregoneros del pensamiento crítico que
de cada en cuando vienen a Chiapas, se niegan a aceptar…
Mmmmmmh… me temo que esto… Continuará
Capitalismo,
guerra y contrainsurgencia en Chiapas (V)
Gaspar Morquecho
25/10/2015
Opinión
El cerco político a los rebeldes
En Chiapas, la vileza del Capital
y la guerra contrainsurgente han profundizado la fragmentación social. Los
cercos a los pueblos rebeldes en resistencia están en todos los ámbitos. Hemos
escrito del cerco Capitalista y la fragmentación social, del cerco militar y de
la agresividad de la Política Social como eje de la guerra de
contrainsurgencia. Ahora toca escribir del cerco político.
Como saben, en 1994, el PRIísta Ernesto Zedillo “ganó” las elecciones federales con un amplio margen. Con un escaso
margen, el PRIísta Eduardo Robledo Rincón las “ganó” en Chiapas. Los zapatistas del EZLN decidieron quemar el “cartucho electoral”. En un enlodado
terreno político electoral fue derrotada la Convención Nacional Democrática.
Los zapatistas reconocieron a Amado Avendaño como gobernador en rebeldía. A la
beligerante recepción zapatista a Zedillo le siguió la Traición de Febrero. En
la negociación para la segunda ronda del “dialogo
entre las partes” en guerra, se decidió la renuncia de Robledo Rincón y le
siguió una ristra de gobiernos interinos y sustitutos nada favorables para el
movimiento rebelde. Por su parte, Emilio Chuayfett, entonces Secretario de
Gobernación, haciendo gala de sus usos y
costumbres, ofreció financiamiento al Gobierno en Rebeldía. En 1995 EZLN
condenó la traición de las organizaciones sociales indígenas y campesinas. Los
rebeldes y su gobierno quedaron aislados en Chiapas.
En el 2000, la “transición
pactada” llevó al PANista Fox a la presidencia de la República y en Chiapas
al “ex” PRIísta Pablo Salazar. Fox le
“tendió la mano” al jefe zapatista y
ofreció resolver el conflicto de Chiapas “en
15 minutos”. El EZLN -que formalmente había abandonado el terreno
electoral-, organizó la Marcha del Color de la Tierra y se topó con el Poder
Legislativo que deshonró los Acuerdos de San Andrés con la aprobación de una Ley Indígena racista. Pablo Salazar hizo
una buena, desarticuló al grupo armado Paz
y Justicia. Sin embargo, no pudo contener las provocaciones al EZLN de las
agrupaciones antizapatistas.
En 2006, llegó a la presidencia el PANista Calderón y en Chiapas el “ex” PRIísta Juan Sabines con el
registro del PRD. El EZLN rompió con toda la Clase Política mexicana. Advirtió
que López Obrador “nos iba a partir la
madre a todos”, decidió “salir solo”
y organizó la Otra Campaña. Se tornó en el “otro
jugador” con la pretensión de encontrarse con “los de abajo y a la izquierda”. En ese terreno se encontró con la
enorme diversidad de movimientos de jóvenes, de la “izquierda radical” y de los pueblos indios. Después de cada
encuentro se daba la dispersión. La represión Salinas-Peña Nieto a los
ejidatarios de Atenco hizo posible que esos movimientos se articularan en la
solidaridad, incluso en los lugares por donde no había pasado la “Comisión Sexta”. El jefe rebelde
percibió que “la crisis de abajo era más
grande” de lo que imaginaban. Decía que “el
campo estaba listo para incendiarse”. Afirmaba que había “mucha más fuerza organizativa”… “Vamos descubriendo la radicalidad del
México de abajo”, sin embargo, el movimiento de la Otra Campaña se diluyó a lo largo del sexenio de
Calderón.
En 2012, todo estaba listo para el retorno del PRI al poder político. En
2008, Carlos Salinas había levantado la mano a Peña Nieto como su candidato al
gobierno de la República y en Chiapas la jugada electoral fue buena. Para no
exacerbar los ánimos antiPRIístas y evitar que se reposicionaran los
responsables directos del levantamiento armado, es decir, las arcaicas fuerzas
del PRI, los operadores políticos lanzaron a Manuel Velasco Coello del Partido
Verde y nieto del Dr. Manuel Velasco ex gobernador de Chiapas. La estatura
política del gobernador de Chiapas no importaba. Correspondía a la estatura del
grueso de la ciudadanía. Al fin de cuentas la entidad está bajo el resguardo
del CISEN y las fuerzas armadas.
En las elecciones de 2012 participaron 6 partidos. El candidato del
PRI-Verde obtuvo 1 millón 343 mil 980 votos, es decir, el 70.57% de los
sufragios. Ahí estaban los votos de los que abandonaron el campo rebelde. De
2012 a 2015, el Verde gobernó 54 alcaldías, y el PRI 38. El 75.40% de los gobiernos
municipales que ocupan más del 90% del territorio de Chiapas. El resto fue para
la morralla electoral.
El Estado invierte en serio para aceitar sus aparatos de control. En las
elecciones de 2015 el Instituto Nacional Electoral (INE) tuvo un presupuesto de 18 mil millones
de pesos. El INE se gastó 13 mil millones en operación y 5 mil millones se
destinaron a los partidos políticos. En Chiapas se puso en marcha la Ingeniería
Política de “mayor diversidad”.
Participaron 12 partidos políticos. Sin duda, otra forma de fragmentación
social.
La Ingeniería Electoral en Chiapas sigue mostrando su eficacia. En las
elecciones federales de 2015 arrasó la alianza PRI-Verde y mantuvo su
hegemonía. En las elecciones locales no cantaron mal las rancheras.
De una lista nominal de 3 millones 275 mil 962 electores, 2 millones 100
mil 495 acudieron a las urnas, es decir, el 64.12% del electorado. El PRI y el
Verde sumaron 1 millón 176 mil 155 sufragios, es decir, el 55.99% de la
votación. Esa cifra es la suma de los
393 mil 867 sufragios del PRI, de 222 mil 937 del Verde y de los 559 mil 951
votos que ambos partidos consiguieron en alianza con otros. En 2015 la alianza
Verde-Panal gobierna 58 municipios y el PRI, con sus aliados, 27 municipios. El
PRI-Verde-Panal, gobiernan el 69.67% de los municipios. El número de
municipalidades es menor, sin embargo, ocupan al menos, el 90% del territorio
de Chiapas.
Una muestra emblemática: Resultados electorales en algunos municipios
donde se ejerce la Autonomía Rebelde Zapatistas:
1. En San Andrés Larráinzar ganó el PRI con 5 mil 844 votos. Por la
alianza Verde-PANAL votaron 4 mil 438. Fueron nulos 290 votos. Total: 10 mil
572 sufragios de una lista nominal de 13, 501. Es decir, participó el 78.31% de
los electores, en su mayoría tzotziles.
2. En Las Margaritas votaron: 196 por el PAN; 3,891 por el PRI; 919 por
Movimiento Ciudadano; 7,790 por Chiapas Unido; 543 por MORENA; 314 por el
Humanista, 33 por Encuentro Social, 1,896 por Mover a Chiapas; ganó la alianza
Verde-PANAL con 20,902 votos. Nulos 2,904; Total de votos 49, 468 de una lista
de 74,164. Participó el 66.7% de los electores, en su mayoría tojolabales.
3. En Altamirano: 93 votaron por el PAN; 6,156 por el PRI; 259 por el PRD;
86 por el desaparecido PT; 823 por Chiapas Unido; ganó la alianza Verde-PANAL
con 6,397 votos; Votos nulos 413. Total: 14, 960 sufragios de una lista de
18,198. Participó el 82.21% de los electores, en su mayoría tzeltales.
4.- En Ocosingo, el más grande de los municipios en Chiapas participaron
los 12 partidos: 5466 votaron por el PAN; 10,061 por el PRI; 725 por el PRD;
519 por el desaparecido PT; ganó el Verde con 24,047 votos. Votaron 10,785 por
Movimiento Ciudadano; 1,340 por el PANAL; 288 por Chiapas Unido; 3,686 por
MORENA; 550 por el Humanista; 198 por Encuentro Social; 3,340 por Chiapas
Unido. Nulos 3,679. Total de votos: 64,648 de una lista de 120,502. Participó
el 53.68% de los electores.
Los resultados electorales de la dos últimas décadas en Chiapas nos
permiten plantear la siguiente tesis:
1.- El levantamiento armado de 1994,
si bien, agitó las aguas no logró hacer ingobernable a Chiapas.
2.- La cultura política se mantuvo prácticamente intacta en las localidades
y en el conjunto de la entidad.
3.- A dos décadas del levantamiento armado estamos frente un modelo
perfeccionado de control político y social en Chiapas.
4.- El sistema de partidos y los procesos electorales han servido para
romper la hegemonía del PRIísmo y encausar hacia los procesos electorales en
grueso de las tensiones políticas de los grupos de poder en las diversas
regiones de la entidad y en los municipios. El caso de San Juan Chamula es
emblemático. Después de más de 8 décadas dejó de ser cien por ciento PRIísta
hoy es Verde.
5.- El Cerco Político se estableció desde 1995.
¡Chín! Esto se ha prolongado… ¿Sabía usted que no hay peor cerco que el
de la Sociedad Mexicana?…
Continuará…
Capitalismo,
guerra y contrainsurgencia en Chiapas (VI parte)
Gaspar Morquecho
10/11/2015
“Marcos
le apostó a la Sociedad Civil,
Y
como en toda apuesta…
había
riesgos…”
El Cerco de la Sociedad Civil 1
Haciendo
apuestas
La apuesta
del EZLN por la Sociedad Civil en 1994 era buena. Seis años antes, en Brasil,
había escuchado a ex guerrilleros, teólogos, sociólogos y demás, compartir la
certeza de: “La inviabilidad de la lucha
armada y la electoral para tomar al poder. ¿Qué nos queda? Trabajar en el fortalecimiento
de la Sociedad Civil”. (Curso Latinoamericano para Militantes Cristianos.
CESEEP. São Paulo-SP, Brasil. 1988). Para entonces, los Ejércitos Nacionales en
América Latina se perfilaban como
Ejércitos Continentales bajo las órdenes de los Comandos Norte y Sur yanquis.
Ninguna fuerza revolucionaria tenía la capacidad de fuego suficiente para
derrotar a esos ejércitos. Además, de acuerdo a su historia, perfil ideológico
y político el EZLN no tenían de otra.
El encuentro con la Sociedad Civil
El choque
del Ejército federal con una columna del EZLN en mayo de 1993 agudizó las
tensiones acumuladas en y entre las fuerzas que actuaban en el territorio de la
Diócesis de San Cristóbal de Las Casas. Se removieron con fuerza las tensiones
históricas entre los finqueros y los indios. Las del Estado y sus fuerzas
armadas contra la Guerrilla y la Diócesis de Las Casas. Se agudizó la tirantez
entre los guerrilleros y la Diócesis. Entre la guerrilla y las bases de la ARIC
Unión de Uniones. No faltaron las tensiones en el seno de la Diócesis. El
choque y los “errores” en la Sierra
de Corralchén tensaron las relaciones en las filas y mandos zapatistas. En un
escenario de “todos contra todos”
creció el rumor de un “levantamiento
armado”. La fecha: 17 de noviembre.
1993 también fue el año en que se afinaron
los planes del levantamiento, desplazamiento, toma los poblados y de
acumulación de recursos para la guerra: “Vendían
lo poco que tenían… un puerquito… una gallina… para comprar su arma”.
En otros escenarios campeaba la
fragmentación. Del Frente de Organizaciones Sociales de Chiapas (FOSCH) no
quedaba nada. Cada una de las agrupaciones había regresado a sus respectivas
trincheras y a negociar recursos con los gobiernos.
En la última semana de Diciembre de 1993, los
rebeldes habían secuestraron tres camiones de trasporte de un ganadero de
Ocosingo. Como enviados de Tiempo
fuimos a ver que sucedía. No pasamos de San Miguel. Un grupo de campesinos nos
detuvo y dijeron: “Aquí no pasa nada”.
No dieron mayor información. Dimos la vuelta y vimos a tres jóvenes uniformados
y armados apostado en una loma. Querían que los viéramos. Nos daban “la nota en exclusiva”. Después nos
enteramos que el secuestro de las unidades y la “aparición” de los guerrilleros en la loma fue un señuelo. Una “maniobra de atracción”. El objetivo
militar era que las fuerzas armadas centraran su atención en el área donde se
había dado el choque de mayo.
El último día de 1993 las tropas del EZLN
estaban listas en sus posiciones. Esperaban la orden de avanzar a la exitosa y
espectacular toma de 7 poblaciones que había concebido, diseñado y planeado el
Sub Marcos y un núcleo del Estado Mayor. Cayeron: San Cristóbal de Las Casas,
Las Margaritas, Ocosingo, Altamirano, Huixtán, Oxchuc y Chanal.
A las 2:30 a.m. del 1 de Enero, en San
Cristóbal de Las Casas nació la AINT, es decir, la Agencia Internacional de
Noticias Tiempo. Conchita Villafuerte
faxeaba -a todo lo que daba su
agenda-, un ejemplar de la Declaración de Guerra que los rebeldes me
habían obsequiado en la gasolinera Aguilar. A los ladinos los había alcanzado
la Historia y se refugiaban en sus mejores escondrijos… No era para menos… la
indiada había tomado el poblado. En la esquina de Miguel Hidalgo y Diego de
Mazariegos los rebeldes habían ubicado la Unidad de Mando y Trasmisiones. Ahí,
gracias a la poderosa red de “radio de banda rebelde”, Marcos recibía los
partes de guerra y pormenores de la Fiesta de Año Nuevo. Al mediodía del 1 de
enero decenas de periodistas habían arribado a la Ciudad de Las Casas para
cubrir la rebelión. En unas cuantas horas los indios rebeldes se habían
posicionado en el mundo. Era un indiscutible éxito de la naciente AINT.
Marcos se veía tranquilo. Había pasado una
década de acumulación de fuerzas, superado los “momentos en que parecía que todo se caía” y las múltiples
tensiones dentro y fuera de sus filas. A Marcos lo sorprendió verse rodeado,
desde muy temprano, por una masa curiosa de la Sociedad Civil local que se movía
tras él frente a la Presidencia Municipal. Bueno, no faltaron los reclamos. Un
turista le manifestó su malestar porque le habían estropeado sus planes de
llegar a Palenque. Marcos le respondió: “Disculpe
usted, esto es una revolución”. Tampoco las preguntas incómodas: ¿Van a
ganar? No merecemos perder, contestó Marcos. ¿Van a dialogar? ¡Sí! Respondió el
jefe rebelde. ¿Cómo? Insistí. Mostrando su escopeta recortada subrayó: “Con las armas en la mano”. Ya no habrá
descanso. Los aviones de combate Pilatus sobrevolaban en torno a la Ciudad
Colonial.
La retirada de los rebeldes fue ordenada y
sin complicaciones. Los siguientes 12 días serían de choques y combates. Los
más fuertes: en Rancho Nuevo -entorno de XXXI Zona Militar-, en las montañas al
sur de San Cristóbal y en Ocosingo.
El 8 de enero entró al escenario la Sociedad
Civil. La Coordinadora de Organismos no Gubernamentales por la Paz (CONPAZ) y
pobladores de San Cristóbal se movilizaron para detener la guerra. Esos
pobladores cercanos a la Iglesia de Samuel Ruiz se agruparon en Ciudadanos de San Cristóbal por la Paz
(CIUSPAZ). La Sociedad Civil Contra se agrupó en Los Auténticos Coletos y atacaron la Casa Episcopal. En Altamirano,
la Sociedad Civil Contra -caciques, rancheros y la población PRIísta no
indígena-, atacó a las religiosas del Hospital de San Carlos. Días más tarde la
Sociedad Civil de la “capirucha” llenó la el Zócalo de la Ciudad de México.
Demandó el fin de los bombardeos y la masacre en las comunidades indígenas. El
gobierno federal decretó el cese unilateral del fuego y se crearon las
condiciones para el diálogo.
El estallido de la rebelión se había
escuchado con fuerza en otras geografías. En febrero de 1993, Marcos dio un “golpe de timón” y decretó un “largo periodo de lucha política”. La
Comandancia del EZLN, la Diócesis de San
Cristóbal y el Gobierno Federal se prepararon para los Diálogos en Catedral.
Marcos convocó a la Sociedad Civil a cuidarlos.
Ese llamado de Marcos tocó las fibras
pater/maternalistas del grueso de la Sociedad Civil. ¡Y cómo no! La imagen que
habían proyectado de los indios era la de los “más pequeños”, de “los
pobres entre los pobres” y “los sin
voz”. La figura de Marcos activó el imaginario femenino. El grueso de los
contingentes que acudieron al llamado del vocero zapatista, estaban formados
por mujeres de todas las edades y franjas de la sociedad.
Además de las sociedades civiles, a la Ciudad
de Las Casas habían llegado el “ejército
de periodistas” de todos los medios para disputarse -a punta de codazos-, “la nota”. Un buen de Organizaciones no
Gubernamentales (las ONGs); dirigentes nacionales de todos los partidos de
centroizquierda o de la izquierda al centro; representantes de la diversidad de
Iglesias, de movimientos sociales (indígenas, campesinos, urbano populares, de
estudiantes, mujeres y gays) y un amplio contingente de futuros alter-mundistas.
A la ciudad de Las Casas llegaron, también, personas notables: Premios Nobel,
escritores, artistas e investigadores. No faltaron los de a pie y más de un
aventurero.
Esa diversidad estaba agrupada en dos grandes
bloques: los que se sintieron convocados por el EZLN y los solidarios con
Samuel Ruiz. Un tercero lo integraron los que se deslizaban de un lado a otro y
un cuarto grupo fue el de las enamoradas del Subcomandante. En la práctica y
durante los diálogos de Catedral se hicieron uno.
Las ONGs se encargaron de organizar a las
sociedades civiles y crearon el Espacio Civil por la PAZ (ESPAZ). Una de sus
actividades fue organizar el Cinturón de Paz en torno a la Catedral de San
Cristóbal. Hombres y mujeres que día y noche se entregaron a cuidar a la
delegación de los rebeldes zapatistas. Todo se movió en torno a la PAZ. La Cruz
Roja Internacional y la Nacional y la Policía Militar hicieron lo propio. Los
rebeldes también. Frente al Cinturón de Paz había otro, el que estaba formado
por centenares de zapatistas que habían llegado a cuidar a sus delegados y a
actuar en caso de ser necesario. Chinameca estaba en su memoria.
En medio de la solemnidad no faltaron las
pasiones de las enamoradas de Marcos. Destacaron la que le llevó serenata con
Mariachis y la que gritó: “Quiero tener
un hijo tuyo”. Más mero después, con los escritos a Ella, el Subcomandante
desató una tormenta femenina. La mujerada -como dicen por acá-, fue representada genialmente en los cartones
de Magú.
En el ámbito del Capitalismo, el empresariado
local disfrutaba de los “beneficios
colaterales”. Como nunca en su historia los hoteles, restaurantes y antros
estaban a reventar. La ocupación estaba arriba del cien por ciento. El
levantamiento había dado a conocer
mundialmente a la Ciudad de Las Casas. La calculadora reflexión de uno de los
empresarios fue: “Ya no tengo nada de qué
preocuparme. Si hay guerra, mis hoteles se van a llenar de periodistas. Si no
hay guerra se van a llenar de turistas”. No se equivocó. El Capitalismo es
así. Se recrea en la guerra y en la paz.
Terminó el Diálogo de Catedral. El gobierno
federal adquirió “40 compromisos”.
Los rebeldes los someterían a la Consulta con sus pueblos. El Obispo estaba
optimista y manifestó que en “15 días más
se podría firmar la paz”. Ese optimismo fortaleció las expectativas
políticas de Camacho Solís. Quería ser presidente de la República. Marcos no
compartía el optimismo del príncipe de la Iglesia. ¿A saber qué tanto se
discutió en los espacios informales dentro y fuera de Catedral? Lo cierto es
que en el grueso de los presentes estaba la expectativa y deseos de paz en
Chiapas. Para los zapatistas esa Paz era con Justicia y Dignidad o no era.
Retornaron los rebeldes a sus pueblos. La caravana
en la que iba Marcos fue acompañada por Samuel, el obispo Mediador, por Camacho
Solís, el Comisionado del gobierno federal, delegados de la Cruz Roja
Internacional y del Espaz. La caravana llegó a San Miguel y Marcos agarró una
su mochila y se enrumbó a la Cañada sin voltear ni despedirse de nadie.
El Sub, que en enero se había replegado a las
montañas de Los Altos, aprovechó el viaje para moverse hacia la Cañada de
Patihuitz. Probablemente, para tener información de primera mano de los
combates en Ocosingo. Si la toma de San Cristóbal de Las Casas había sido un “poema”, no lo fue el choque en las inmediaciones de la sede de
la XXXI Zona Militar. Tampoco los combates en las montañas al sur de San
Cristóbal. Nada de poético tuvieron los enfrentamientos en Ocosingo. Entre
paréntesis: a las tensiones entre los mandos zapatistas por los “errores de Corralchén”, se sumaron las
derivadas por los “errores de Ocosingo”.
Tirantez política que se resolvió seis años después.
Entrar con la delegación Zapatista a la
Cañada de Patihuitz fue un regalo. Se humanizó la afirmación que hiciera Marcos
el 1 de enero: “Son miles los zapatistas”.
Retenes y retenes zapatistas tenían bajo control los accesos a la Cañada.
También era tangible la división. En las comunidades no zapatistas ondeaban
banderas blancas.
Marcos diría más tarde: “El verdadero diálogo fue con la Sociedad Civil”. Ahí seguía la
apuesta y como en toda apuesta… los riesgos: “Si hay otro camino no es el de los partidos, es el de la Sociedad
Civil” (25 de Feb. 1994). “La guerra
queda conjurada por la presión que haga la sociedad civil de todo el país para
que se cumplan los acuerdos. El problema surgirá si la sociedad civil se agota,
se cansa, se desinfla…” (3 de Mar. 1994)
La Señora
Sociedad Civil fue solidariamente activa. Los jóvenes estudiantes fundaron
la Caravana Ricardo Pozas que llevó sistemáticamente ayuda humanitaria a las
comunidades rebeldes. La Sociedad Civil contra de Altamirano encabezada por
Jorge Constantino Kanter atacó y despojó
de la ayuda humanitaria a la Caravana Ricardo Pozas. Paradójicamente, un su
hermano de Kanter apoyó decididamente a los caravaneros.
La Sociedad Civil envió de todo: zapatillas
con tacón alto y largos vestidos de holanes. Piezas representativas de la
inutilidad de un objeto en la selva y montañas de Chiapas. En otro momento
llegó un montón de cajas de sopa de pasta instantánea. Esos objetos le
permitieron a Marcos criticar la visión que de los indígenas tenía la Sociedad
Civil. El jefe rebelde reclamó: “No
queremos ayuda. Lo que queremos es que se organicen”. Y como dice el dicho:
“Ahí la puerca torcería el rabo”.
La Consulta en los pueblos siguió. Marcos
permitió la entrada a parte de la prensa. Por el contenido de sus reportes la
enviada de Excélsior recibió una fuerte crítica. Se iba forjando una relación
de estira y afloja con los medios. Quizás el origen de las tensiones estuvo en
el envío selectivo de los primeros comunicados. Los dirigió a La Jornada, al
Financiero, a la revista Proceso y a Tiempo. La raza de prensa los bautizó como
los “Cuatro Fantásticos”. Le siguió
el veto a Televisa el día que entregaron al
general Absalón Castellanos en Guadalupe Tepeyac (Febrero de 1994).
23 de Marzo. Asesinato de Luis Donaldo
Colosio. Mala señal. Destinatario: “La Sociedad Civil”, afirmó Marcos.
Habían pasado semanas de consulta y Marcos
sostenía innumerables encuentros de todo
calibre con las sociedades civiles en La Garrucha. Le estaba tanteando el agua
a los camotes. El 10 de abril de 1994 el EZLN dio el grado de “Mayor Insurgente Honorario al veterano
jaramillista Félix Serdán Nájera”.
Para entonces Marcos se había apropiado de la propuesta la Nueva Constituyente
y Nueva Constitución y diseñado una ruta: “Cronológicamente
se tiene que convocar a una Convención Nacional con el programa de un Gobierno
de Transición, una nueva Constituyente y una nueva Constitución. La Convención
debe elegir a un candidato y ganar las elecciones”. Para el gobierno de
Chiapas, el Subcomandante había estado charlado con el periodista Amado
Avendaño. Era bueno para eso de la elaboración de la táctica para el periodo.
En Mayo, llegó a tierra rebelde la Caravana
de Caravanas con: “210 toneladas de
alimentos y medicinas. Íbamos alrededor de 500 gentes”, contó don Félix. Al
día siguiente de la llegada de los caravaneros Marcos les habló de la Convención
Nacional Democrática (CND):
“Necesitamos
tener una reunión muy importante. Podríamos llamarle convención, pero no
podemos ir a Aguascalientes; la convención se va a hacer en Aguascalientes,
pero aquí, en el Estado de Chiapas. Vamos a bautizar algún lugar con el nombre
de Aguascalientes”.
“Nos
vinimos con esa idea y con el compromiso de organizar, de promover la
asistencia a esa primera sesión”.
(Memorias de don Félix. p. 237, 2012)
Marcos
había echado a andar la propuesta.
Ese mismo mes, el que esto escribe, andaba por el defeño tratando de organizar la
CND. Hice lo que tocaba. Ir en búsqueda de los más cercanos, es decir, de los
viejos camaradas de la Organización Revolucionaria Compañero, e invitarlos a que convocaran a la Convención
Nacional. Al fin y al cabo de uno de ellos había recibido la propuesta de llevar
a Marcos la posibilidad de que retomaran la idea de la nueva Constituyente y
nueva Constitución. El consenso fue: “No
tenemos capacidad”… ni visión política diría yo.
Después, en una reunión de un buen de
personas que habían intervenido y participado en las movilizaciones por la paz
en Chiapas, que acudieron al llamado de Marcos para los Diálogos de Catedral,
que se solidarizaron con Samuel Ruiz y que crearon el ESPAZ, les hablé de la
idea de la CND y se les invitó a convocarla. Sólo una persona intervino para
decir: “Conviene que sea una
co-convocatoria: EZLN y Sociedad Civil”. Todo quedó en el aire.
En Morelos, nos reunimos las ONGs de la
Convergencia y torpemente decidimos hacer una convocatoria a la CND y, sin
consultar con el EZLN, darla a conocer. El jefe zapatista la bateó “más rápido que pronto” de
jooooooooooooooooomrón.
¿Qué estaba pasando?
No había señales de los resultados de la Consulta Zapatista sobre los compromisos del
gobierno… habían pasado dos meses… La incertidumbre crecía, sobre todo, en los
más optimistas de que la paz en Chiapas se firmaría pronto y ahora se les
invitaba a convocar una Convención Nacional Democrática.
Nuevas suspicacias y tensiones… serian parte
de los “nubarrones”…
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