23 de septiembre de 2015
23 de septiembre nace en Jamiltepec Estado de Oaxaca
Francisco Avelino Gallangos Cruz, destacado estudiante de la Escuela Nacional
Preparatoria de la Universidad Nacional de México quien por su excelencia
académica lo habían hecho acreedor de varias becas para adelantar estudios
académicos. Detenido y desaparecido el 22 de agosto de 1975.
La CNDH, señala en su
investigación que Francisco Avelino Gallangos Cruz, habría sido objeto de
investigación, por el entonces Director Federal de Seguridad, tal como se
demuestra en “un documento del 6 de agosto
de 1975, dirigido al entonces Director Federal de Seguridad, donde se le
informa lo siguiente: Oaxaca. Con motivo de las investigaciones realizadas por
los elementos de esta DFS comisionados en el estado, se han podido saber los
nombres y los seudónimos de los elementos subversivos que han venido operando
en diferentes lugares del estado y otros lugares en la República Mexicana,
siendo estos los siguientes [...] de
la Brigada Revolucionaria Emiliano Zapata [...] Avelino Francisco Gallangos Cruz (a) Federico [...]”.
La presunta víctima
habría sido detenida el 22 de agosto de 1975, según la documentación obtenida
por la CNDH que indica que en “un
documento del 22 de agosto de 1975, de la Dirección Federal de Seguridad,
relativo a la Liga Comunista 23 de Septiembre, del cual dada su importancia, se
transcribe sustancialmente lo siguiente: El día de hoy a las 9:40 horas, en la
calle de Morazán, entre Fray Servando Teresa de Mier y Callejón Juan Cuamatzin
de esta ciudad, fue detenido Avelino Francisco Gallangos Cruz (a) ‘Federico’,
por 3 miembros de la Policía Preventiva que tripulaban una patrulla de dicha
corporación [...] el mencionado
sujeto se encuentra detenido en la Dirección General de Policía y Tránsito del
Distrito Federal [...]. En
documento del 23 de agosto de 1975, con membrete de la Secretaria de
Gobernación y suscrito por el entonces Director Federal de Seguridad, que
contiene información relativa a la Liga Comunista 23 de Septiembre, por lo que,
dada su importancia, se transcribe sustancialmente lo siguiente: El día de hoy elementos de esta DFS
continuaron los interrogatorios de Avelino Francisco Gallangos Cruz (a)
‘Federico’ [...]”.
En este caso a
diferencia de los anteriores según la CNDH, indica que no se encontró
información en la ficha de identificación personal del señor Avelino Francisco
Gallangos Cruz.
La ultima documentación
hallada por la CNDH, que da cuenta del paradero de la presunta víctima es de
fecha 23 de agosto de 1975, con membrete de la Secretaría de Gobernación y
suscrito por el entonces Director Federal de Seguridad.
Señala la CNDH que “no se encontró ningún antecedente que
permita confirmar que posterior al interrogatorio a que fue sometido el
agraviado, el 23 de agosto de 1975, haya recobrado su libertad; e incluso,
tampoco se desprendió de las evidencias consultadas, ninguna prueba con la que
se acredite que la citada persona se le haya puesto a disposición de algún
órgano encargado de procurar justicia, por esa razón, se le atribuye a
elementos de las extintas Dirección General de Policía y Tránsito del Distrito
Federal y a la Dirección Federal de Seguridad, la desaparición de la persona
que se comenta, ya que eran las autoridades que en la fecha señalada retenían
al agraviado”.
Contexto de
las desapariciones forzadas en los años 70’s del Siglo XX en México
Texto de La Voz del
Anáhuac,
28 de septiembre de 2015
Un mes antes, en julio de 1975 habían
sido también detenidos-desaparecidos Roberto Antonio Gallangos Cruz (su
hermano) y Carmen Vargas Pérez (su cuñada), también militantes de la Liga
Comunista 23 de Septiembre. De ellos tampoco se tuvo más información desde
entonces. No recobraron su libertad ni fueron presentados a ninguna autoridad.
Al igual que Avelino, fueron víctimas de desaparición forzada.
Avelino,
Carmen, Roberto y centenares más de desaparecidos políticos, integrantes de la
Asociación Cívica Nacional Revolucionaria, del Partido de los Pobres, de la
Liga Comunista 23 de Septiembre y de otras organizaciones político-militares,
fueron perseguidos por su compromiso con el pueblo, por luchar de manera
consecuente contra el sistema capitalista. Recurrieron a la lucha armada pues los
caminos civiles y pacíficos estaban cerrados.
Avelino,
Carmen y Roberto transitaron los caminos civiles y pacíficos mientras les fue
posible. Avelino, Carmen y Roberto participaron en la Juventud Comunista hasta
1973. Carmen participó además en la Federación de Estudiantes Campesinos y
Socialistas de México cuando estudió en la Normal Rural de Atequiza. Eran compañeros
de pensamiento revolucionario, de izquierda, reivindicaban la lucha por una
revolución socialista. Roberto estuvo preso de julio a diciembre de 1968, pues
se incorporó al inicio del movimiento estudiantil de aquel año. Era entonces
estudiante del IPN.
Sobrevivieron
a la masacre del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco, y a la del 10 de junio de
1971 en San Cosme. Esto los radicalizó. Para ellos ya no era posible ni
coherente luchar de manera civil y pacífica, por eso abandonaron los estudios
escolares y se incorporaron a la acción revolucionaria. Al nacer la Liga
Comunista 23 de Septiembre en marzo de 1973, se sumaron a ella, dispuestos a todo.
Como integrantes de la LC23S formaron parte de la Brigada Revolucionaria
Emiliano Zapata, hasta julio y agosto de 1975, cuando fueron
secuestrados-desaparecidos por la Brigada Blanca, cuerpo de élite
contrainsurgente integrado por agentes policíacos y militares, entrenados en la
Escuela de las Américas, donde la Central de Inteligencia Americana y el
ejército estadounidense capacitaban en combate antiguerrillero, espionaje,
tortura, desaparición forzada y asesinato a policías, militares y paramilitares
de los países dependientes del imperialismo norteamericano.
Se
vivía entonces en el mundo la denominada “guerra
fría” entre las potencias capitalistas y socialistas, que se disputaban
territorios, áreas de influencia y hegemonía mundial. En este contexto toda
lucha popular, toda resistencia o rebeldía era considerada como parte de la “conjura comunista internacional”,
aunque en realidad no fuera así, como en el caso del movimiento de 1968.
Esto
no justifica los crímenes cometidos, pero explica el porqué de la saña con que
se persiguió a los luchadores sociales.
Han
pasado ya 40 años desde entonces. Por ellos y por los centenares de
desaparecidos de esa época conocida como “guerra
sucia”, sus familiares, compañeros y amigos seguimos reclamando: ¡Vivos
se los llevaron, vivos los queremos!
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