Colaboración/16 agosto,
2015
Por Anaeli Carro Aguirre
Agencia Subversiones
Por lo menos en los estados de Oaxaca,
Chiapas, Morelos, Sonora, Durango, Jalisco, Guerrero, Michoacán, Morelos,
Chihuahua, Puebla, Querétaro, Tlaxcala y las ciudades de Hermosillo, Guaymas,
Empalme, Huatabampo, San Luis Río Colorado, Navojoa, Ciudad Obregón, así como
en Ciudad Juárez, Nogales, Guadalajara, Toluca y Distrito Federal, la
indignación magisterial se levanta contra la nueva reforma educativa del
gobierno de Enrique Peña Nieto, operada por Emilio Chuayfett y Rosario Robles.
En el
marco de las movilizaciones nacionales que continúan gestándose contra la
imposición de una evaluación, que más que mejorar las condiciones pedagógicas
del magisterio, es una forma de control laboral para los docentes. Les
presentamos esta colaboración que nos da cuenta de la respuesta autoritaria de
los líderes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en
cínica colaboración con las fuerzas policiacas de un estado, donde comúnmente
pareciera que no pasa nada.
Desde
el mediodía del pasado 12 de agosto, en la ciudad de Tlaxcala, la marcha
convocada por el Consejo Central de Lucha (CCL) –conformado por profesores de
las diversas regiones del estado– partió en el punto denominado «La Virgen», ubicado en la carretera
Tlaxcala-Puebla. El objetivo era hacer un plantón de manera pacífica a las
afueras de las oficinas de la Unidad de Servicios Educativos del Estado de
Tlaxcala (USET), hasta que una comisión fuera atendida para dialogar y llegar
a un acuerdo sobre las implicaciones que
conlleva la reforma educativa.
Sin
embargo, la movilización se encontró con las entradas de la USET sitiadas por
granaderos quienes resguardaban todo acceso hacia estas oficinas. Cientos de
maestros se manifestaron con la consigna «libros sí, armas no», a una distancia
corta de los uniformados haciendo evidente la falta de diálogo por parte de las
autoridades y la represión por parte del gobierno de Mariano González Zarur. La
marcha pacífica continuó su recorrido hacia las instalaciones del sindicato de
la sección 31 del SNTE, ubicadas en el libramiento de Tepehitec; ahí el CCL
exigió derecho de réplica por parte de las autoridades sindicales
principalmente del líder sindical Demetrio Rivas Corona.
Algunos
secretarios resguardaron las instalaciones y se burlaban de los manifestantes.
El CCL desconoció la representación del sindicato, los manifestantes lograron
ingresar al sindicato haciendo la toma simbólica de las instalaciones, mientras
camiones de granaderos se agrupaban de los dos lados de la carretera en espera
de indicaciones. Algunos secretarios sindicales se encontraban dentro del grupo
de policías y granaderos, señalaban a los manifestantes intimidándolos al mismo
tiempo que se evidenciaba la falta de disposición al diálogo.
Finalmente
los manifestantes obligaron a un secretario a que los acompañara hacia el
palacio de gobierno donde se realizó una conferencia de prensa reiterando que
las manifestaciones serán pacíficas e hicieron un llamado al gobernador del
estado a respetar su derecho a manifestarse.
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