«El asesino de Hedilberto es un soldado» (Informe jurídico sobre el ataque del ejército mexicano Ostula)
Colaboración/28 agosto,
2015
Por José Luis Santillán
Agencia SubVersiones
Conferencia de prensa de Santa María
Ostula.
Agencia SubVersiones
Publicado el
27/08/2015
El pasado 19 de Julio
del 2015 fue asesinado Hidelberto Reyes García de tan sólo 12 años de edad. Las
autoridades estatales y federales se han empeñado en decir que el ejército no
disparó y si lo hizo fue al aire, para dispersar. El encargado de la
Procuraduría General de Justicia del estado, Jaime Rodríguez Aguilar, aseguró
el 2 de julio del 2015, que fue una esquirla y no una bala la que mató a
Hidelberto. El 20 de Julio, el comandante Felipe Gurrola Ramírez quien fue
designado por el gobierno federal de encargarse de la seguridad en Michoacán,
aseguró que los elementos del Ejército realizaron disparos, pero que fueron
hechos al aire y afirmó que los soldados que dispararon se encontraban
pertrechados en el suelo tras matorrales.
Informe
jurídico sobre el ataque del ejército mexicano Ostula
El pasado 19 de julio del 2015 fue
asesinado Hedilberto Reyes García de tan sólo 12 años de edad. Las autoridades
estatales y federales se han empeñado en decir que el ejército no disparó y si
lo hizo fue al aire, para dispersar. El encargado de la Procuraduría General de
Justicia del estado de Michoacán (PGJEM), Jaime Rodríguez Aguilar, aseguró que
fue una esquirla y no una bala la que mató a Hedilberto. El 20 de julio, el
comandante Felipe Gurrola Ramírez
–designado por el gobierno federal de encargarse de la seguridad en
Michoacán– aseguró que los elementos del ejército realizaron disparos, pero que
fueron hechos al aire y afirmó que los soldados que dispararon se encontraban
pertrechados en el suelo tras matorrales.
Evidentemente
todas las versiones oficiales quieren aparentar un enfrentamiento para
justificar sus acciones de hostigamiento y muerte contra los comuneros
organizados. En este texto rescatamos el informe jurídico sobre los hechos del
19 de Julio del 2015 en Santa María Ostula. Las pruebas –a decir de Raymundo
Ortiz Martin del Campo, asesor jurídico de la comunidad– son contundentes y
demuestran que fue el ejército mexicano, quien acudió a buscar un
enfrentamiento con los comuneros. El resultado fue este asesinato, 18 heridos,
la detención de Semeí Verdía y la continuidad en el hostigamiento.
Informe
jurídico
Un resumen sobre los hechos ocurridos el
día 19 de julio: cuando se dio a conocer a través de los medios y redes
sociales, tanto la PGR como la PGJ levantaron sus respectivas averiguaciones de
oficio, aunque también en Coahuayana presentó una denuncia Talía Vázquez.
Dentro
de la averiguación previa seguida ante la PGJ presentamos a más heridos porque
estaban las averiguaciones de Tecomán, hasta ahí es donde ustedes conocían
cierto número de heridos, entonces esto nos arrojó un numero de 18 heridos y un
niño muerto. Además aparecieron el robo de unos radios y unos sellos que se le
hizo a la comunidad. Cabe señalar que esos radios fueron robados a una
autoridad, por los soldados, cuando se movió de una manifestación a otra.
Tomaron –los soldados– los radios y después de los hechos por esos mismos
radios se comunicaron con los comuneros y les decían: «¡vivan los templarios, ahí vienen los templarios, ahora sí chingaron a
su madre porque ya no tienen a Semeí!» Tenemos más de seis declaraciones
coincidentes sobre ese hecho, que escucharon a los soldados diciendo eso por
los radios.
En
estas averiguaciones, todas las declaraciones señalaron a miembros del ejército
mexicano como los agresores, como quienes dispararon. Y esa es la razón por la
que la PGJEM se declaró incompetente y se concentraron todas las averiguaciones
en la número /12920015 que se sigue en la subdelegación de la PGR en Uruapan,
Michoacán. Ya van dos solicitudes que gira la PGR donde le piden a la SEDENA
que informe: primeramente; ¿quiénes iban?, ¿a qué batallón pertenecían?, ¿cuál era su
mando?, ¿qué armas llevaban?, ¿cuáles eran sus instrucciones?
Pero
sobre todo que presenten las armas que llevaban para hacer la prueba de balística
¿por qué? Porque la bala que apareció alojada en Hedilberto Reyes García parece
que está casi completa y se le están haciendo las pruebas, aún no regresan las
pruebas de balística, pero es la manera de dar directamente con el asesino. El
asesino de Hedilberto es un soldado y el ejército mexicano está protegiendo a
ese asesino, porque no ha presentado hasta el día de hoy ninguna de las pruebas
que la PGR le ha solicitado.
Las
periciales de campo demuestran que, la trayectoria de las balas es precisamente
la que cubre la altura de esos camiones hacia el lugar donde se encontraban los
niños. Es decir, el lugar está todo balaceado, cristales perforados, hay
paredes perforadas y los peritos encontraron la trayectoria, eso demuestra que
hay una altura, que coincide con la de los vehículos del ejército. No puede ser
como decía este militar –el comandante Gurrola– que estaban en los matorrales y
que estaban disparando de ahí, mientras ellos disparaban al aire, eso es un
absurdo y es parte de esta política que tienen de burlarse de la población
mexicana. Las pruebas demuestran que el asesino es un soldado tirando desde el
camión.
Otro
hecho que arroja la investigación es que el lugar donde está el bloqueo, se
encuentra a cientos de metros de donde estaba el niño, ¿por qué? Ellos ya
habían salido, los soldados ya habían roto al contingente de pobladores que
protestaban por la detención de Semeí. Y cuando salen, ahora sí que de puro
coraje disparan contra la gente, ya no dispararon para salir, ellos ya estaban
fuera. Y se fueron disparando hacia la población de Ixtapilla y ahí disparan
contra el niño. El niño no estaba en el lugar de los hechos, es la muina, el
coraje, el odio, la guerra de exterminio del ejército mexicano contra los pueblos
indios lo que mató a Hedilberto.
No hay
ningún hecho que pudiera justificar una acción de ese tipo por parte de los
efectivos del ejército. Por eso el ejército no presenta las pruebas que son
indispensables, los fusiles que se le requirieron desde el día 22 no los ha
presentado porque una de las pruebas, es una prueba química que nos dice hace
cuanto fue disparada el arma, a esta distancia esa arma ya pudo haber sido
disparada en otros operativos o en prácticas, ellos están escondiendo las
pruebas que responsabilizan a la institución y que inculpan a un asesino y a
los agresores, que son varios efectivos. Todas las declaraciones señalan que
fueron varios los soldados que dispararon, pero sólo fue una bala la que mató a
Hedilberto.
En el
caso de la policía que también acompañó, ellos sí se presentaron a declarar y
ellos sí aportaron sus pruebas de balística y ahí no hay armas de parte de esta
policía, que es una policía del estado, mal llamada fuerza ciudadana, que es
para confundir. Y esta policía declara que ellos no dispararon, pero que sí
hubo disparos y que la gente no estaba armada. Entonces ¿quién disparó? Pues el
ejército. Este es un operativo mixto donde llegan además de la marina y el
ejército, la fuerza ciudadana, que es una policía estatal. Ellos iban a
buscarle pelea, a provocar a la policía comunitaria, ellos iban a enfrentarse
militarmente con gente armada que es la policía comunitaria, pero se
encontraron con gente civil desarmada, pero eso no los detuvo de matar.
Este es
el momento que guarda la averiguación, se ha girado otro oficio para el
ejército y a la marina para que aporten esas pruebas y la negativa, parece ser,
que va a continuar, porque aparte ni siquiera han contestado, no puedo, no
quiero, espérenme tantito, nada, ha sido un silencio, en esta omisión nos
tocará acudir a las instancias correspondientes.
La
comunidad de Santa María Ostula, vive un acoso constante, parte de una guerra
de baja intensidad que hay sobre los pueblos indios de nuestro país y es un
acoso tanto militar como jurídico, constantemente estamos recibiendo demandas
de los pequeños propietarios que tenían invadida la comunidad. Y tenemos otros
que pretenden proponer juicios de prescripción positiva sobre bienes comunales.
Tenemos por otro lado el robo de la madera que hicieron los templarios, los
intentos de asesinato contra Semeí, hay un constante acoso para cansar a la
comunidad, ¿por qué?
Porque
la comunidad indígena de Santa María Ostula es una zona virgen, ahí todavía hay
grandes felinos, estoy hablando de jaguar, puma. Ellos han convivido tantos
años con la naturaleza, ellos –la comunidad– no son madereros y los templarios
coludidos con las autoridades se dedicaban a sacar la sangualica o granadillo y
actualmente llevamos ese trámite en PROFEPA. La comunidad recuperó alguna de
esa madera, realmente, la pepena de lo que fue el robo masivo que hicieron
estas personas y las autoridades medioambientales les ponen miles de trabas
para poder hacer un aprovechamiento. Mientras que los criminales se los
llevaban en las camionetas del ayuntamiento y los transportaban hasta
Manzanillo o a Lázaro –Cárdenas– para mandarlos a China, con toda una especie
de salvoconductos, que firmaba el presidente municipal y demás autoridades
corruptas. Y pasaban frente al retén de la marina, que es un retén que puso
Calderón, para evitar que los templarios fueran a atacar a la zona, a la
comunidad y que nunca funcionó, porque ya puesto el retén fue cuando mataron a
Trino –Trinidad de la Cruz Crisóstomo– y Teódulo –Teódulo Santos Girón.
El
ejército, el gobierno, el Estado mexicano y los cárteles, se han manifestado
como enemigos de la comunidad, para despojarlos de sus recursos.
Gregorio
Santos, comisión de comunicación de Santa María Ostula.
«Con
las hermanas comunidades de la costa nahua, estamos empezando a reorganizarnos,
porque los partidos políticos, nos hicieron pedazos, la verdad. Estamos
comenzando a tener un diálogo, informando pueblos, empezamos con la comunidad
de Pómaro, hemos tenido dos reuniones con ellos, en la primer reunión fueron
cuarenta personas y en la segunda ya asistieron unas doscientas personas. Pero
como se van recorriendo los criminales, ahí en la comunidad de Pómaro vivía el
actual preso que era presidente municipal, Juan Hernández. Con Coire ya les
mandamos una invitación para empezar el diálogo, estamos en diálogo también con
la comunidad de Aquila. Todas las comunidades están solidarizándose con
nosotros, por medio de presencia física, de las comunidades que traen sus
autodefensas.
Ya demostramos que Ostula no va por los
partidos políticos. Ostula va por sus tierras, por la riqueza que tenemos en
nuestros bosques, tú vas de Manzanillo a Lázaro Cárdenas, a tu mano izquierda
volteas y ves los bosques, los cerros verdes, arboles eso nosotros lo cuidamos,
lo que ellos ven los grandes empresarios son minas, ven oro, nosotros no
miramos ahí adentro, nosotros miramos afuera lo que tenemos. En las playas,
ellos ven hoteles, nosotros miramos tortugas marinas que desovan ahí en nuestra
costa. Nuestras comunidades están organizándose, empezamos las de la costa, ahí
vamos».
Nicolás
Flores, presidente de bienes comunales de Santa María Ostula.
“La
comunidad de Santa María Ostula ha atravesado difíciles momentos, por dos
personajes que movían los hilos de la madeja en el municipio: Mario Álvarez
López y Federico González Medina. Pero el principal era el tal Mario Álvarez,
porque él quería vivir de la presidencia municipal y los indígenas le
estorbamos. Él se encargaba de manejar el erario público del municipio y Lico
era el mandadero de Mario, él decía «quiero que me quiten a esta persona de en
medio y Lico obedecía las ordenes, Lico mandaba a su gente y quitaban –mataban–
a aquella persona. Ese es el descontento que nos ha traído 33 muertos,
desaparecidos y hoy en día el niño que ha fallecido.
Y el gobierno municipal, estatal y federal
¿qué han hecho para el municipio de Aquila? Encarcelar a los hombres que
defienden el municipio y los delincuentes andan sueltos. Sin embargo Semeí está
encarcelado por una causa justa para el pueblo y lo digo así, porque desde que Semeí
llegó al pueblo hace un año no había habido un muerto más, nomás lo encerraron
y ya mataron al niño.
De Morelia ningún representante, nadie del
gobierno se ha ido ahí a parar, tenemos un mes y días y nadie va y se para,
como si no hubiera nadie que nos atendiera, como si estuviéramos sueltos. Pero
eso sí están diciendo los gobiernos actuales que si ven a un civil armado, lo
van a desarmar. A quinientos metros de donde vivimos hay un retén de la marina,
vamos y les pedimos ayuda, dicen: «no podemos ir hasta que no nos autoricen
nuestros jefes».
Nosotros en nuestra comunidad no
necesitamos jefes, en cuanto vemos que viene un mal para nosotros, nos
organizamos a la voz de ya y listo compañeros, para defender nuestras familias.
Entonces así como estamos organizados, Ostula ha dicho que jamás va a colgar
los guantes en cuestión de la resistencia para defender su comunidad”.
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