900 AÑOS POR SOBREVIVIR (A 37 años del encarcelamiento de «los 9 de MOVE», texto de Mumia Abu-Jamal)
Texto: Mumia Abu-Jamal
Por Amig@s de Mumia de
México/9 agosto, 2015/0 comentarios
Fotos: Tumbir, MOVE
Organization
Traducción al español:
Amig@s de Mumia de México
A los 37 años del encarcelamiento de «los 9 de MOVE», reproducimos el
siguiente ensayo de Mumia Abu-Jamal escrito alrededor de 1983 y publicado en su
nuevo libro Writing on the Wall (La escritura en la pared), Ed. Johanna
Fernández, City Lights Books, 2015.
El día
20 de mayo de 1977, marcó un parteaguas en la continua confrontación entre MOVE
y el sistema. Aquel día los integrantes de MOVE levantaron barricadas afuera de
su hogar/central y ahí aparecieron uniformados y con armas para detener la
invasión policial de su espacio. De ahí en adelante la enconada y prolongada
batalla entre la Organización MOVE y las fuerzas armadas del sistema mostró
todos los signos de guerra. El entonces alcalde Frank Rizzo envió más de mil
policías al barrio de Powelton y cuando llegaron, la gente que vivía en esa
área aprendió el significado del término «estado
policiaco».
Rizzo
bramó sus intenciones asesinas desde los titulares de la prensa racista. «¡Hagan que se rindan de hambre!»,
vociferó la primera plana del llamado «periódico
popular», el Philadelphia Daily News. «Les
voy a poner un cerco tan estrecho que ni siquiera una mosca pueda entrar»,
alardeó Rizzo, con la rimbombancia de siempre. Ni siquiera los viejos
residentes fueron inmunes. Rizzo invocó a sus poderes policiales para levantar
barricadas en las calles aledañas y revisar a la gente que entraba o salía del
área. Cualquier persona que quiso entrar tuvo que mostrar una credencial. Los
inquilinos en los edificios de alrededor fueron desalojados y sus departamentos
ocupados por policías. Donde antes se encontraban coloridos jardines en los
bordes de las ventanas, ahora se veían las figuras de policías con cascos y
chalecos antibalas tras hileras de sacos de arena color café oscuro. Visto por
algunos como el primer territorio liberado en América del Norte, el barrio de
Powelton Village se transformó en el primer sitio de guerra urbana prolongada
en tiempos contemporáneos.
Se hizo
un punto álgido de resistencia contra el sistema. Las fuerzas menos numerosas
de John África enfrentaron a la fuerza armada y equipo militar de la cuarta
ciudad más grande de Estados Unidos.
Frank
Rizzo se jactaba con un reportero nacional en aquel momento: «Estamos tan bien armados que podríamos
invadir a Cuba y ganar!»
Pero
los soldados de John África no se echaron para atrás y el 8 de agosto de 1978
la policía lanzó un operativo que sumergió el sistema en la infamia.
Los
disparos rompieron el silencio del amanecer, sumiendo al oeste de Filadelfia en
escenas inolvidables, parecidas al apocalipsis bíblico. Un punto de ruptura se
marcó, cuando MOVE se liberó de todo vestigio de una relación con el sistema.
Los bomberos apuntaron poderosos cañones de agua a la ventana del sótano y
soltaron miles de litros de agua con suficiente presión para romper huesos. Los
policías manejaron excavadoras que partieron vallas de madera dura como un
estudiante rompe una mala boleta de calificaciones. Los policías dispararon
asfixiantes granada tras granada dentro de la casa, hasta cubrir toda el área
con una neblina apestosa y ardiente. Ráfagas de disparos desde rifles semi-automáticos
se lanzaron por el aire, y la batalla comenzó en serio. Cuando el humo se
disipó y el polvo se asentó, 11 bomberos y policías quedaron heridos y un
policía quedó muerto, aparentemente fueron víctimas de otros confundidos
policías blandiendo metralletas.
Al
salir de la casa, la gente de MOVE enfrentó un batallón enloquecido de policías
maniáticos. Hasta los que salieron con las manos arriba fueron golpeados
despiadadamente por pandillas de policías. La golpiza de un hombre, Delbert
África, fue captada en video y reproducida por los medios en muchas partes del
mundo, tal vez para darles un placer sádico a quienes buscaran emociones
fuertes. En un último ataque de locura, la «casa
construida por John África» fue físicamente destruida completamente antes
del anochecer, tan ansioso fue el gobierno de Filadelfia para borrar todo
rastro de MOVE.
Mientras
tanto, los partidarios de Rizzo le construyeron una verdadera mansión, un hogar
de esplendor digno de un barón, completo con una destellante perilla de oro.
¡Qué locura tan perversa!
Se
celebró un proceso, que no fue más que una parodia, para los policías acusados
de golpear a Delbert. El juez del Tribunal de Demandas Comunes, Stanley
Kubacki, colgó la carne pálida y rancia al esqueleto de un moribundo «sistema
de justicia» cuando desestimó al jurado formado en su totalidad por blancos.
Luego él personalmente exoneró a tres policías con lágrimas en sus ojos,
quienes reconocieron que habían golpeado, aporreado y pateado a un hombre negro
desarmado, además de haberlo golpeado con la culata de un rifle y con un casco.
Una mujer negra mentirosa y traicionera cometió una infamia al jurar que el
hombre negro estaba armado a pesar de que los videos de la policía lo mostraron
desnudo de cintura para arriba, ¡sin arma! Esa mujer, una reportera para Canal
6, salió de Filadelfia para buscar empleo en otro lugar.
Meses
después de la controvertida y corrupta exoneración de los policías, uno de
ellos quedó al borde de la muerte, donde sufría por la rabia de otra policía –su
esposa. Carolyn Geist, esposa de Charles Geist, fue condenada por homicidio
culposo, sentenciada a siete años de libertad probatoria, y le ordenaron
visitar al esposo que murió unos pocos días después del veredicto.
Mientras
tanto, nueve hombres y mujeres de MOVE recibieron sentencias mínimas de 30 años
y máximas de 100 años por homicidio, cada uno, en ausencia de un arma asesina,
pruebas corroborativas, o testigos oculares en su contra.* Fueron condenados
simplemente por ser integrantes de MOVE, la familia de John África. Al
pronunciar la sentencia, el juez Edwin Malmed asumió su lugar en un panteón de
lastimosos políticos haciéndose pasar por jueces. Con suma arrogancia, Malmed
proclamó su perversa venganza desde una estación de radio en Filadelfia. Dijo a
los radioescuchas que el «no tenía la
menor idea» de quién mató al policía. «Eran
una familia, por eso los condené como una familia», dijo.
«¡Hijo
de la chingada criminal!», gritó un hombre de MOVE. «Tu corazón te va a atacar por este ataque tuyo contra MOVE!». Un
año después, Malmed fue hospitalizado discretamente al sufrir el primero de una
serie de paros cardiacos masivos. Unos meses después, fue diagnosticado con
cáncer, un nuevo diablo que azotó a su cuerpo anciano con dolor. Por otro lado,
sus presuntas víctimas, las y los integrantes de MOVE, crecieron en fortaleza,
lealtad, compromiso y números.
Esto es
solo un boceto de la familia de John África, la Organización MOVE. Es parcial,
por supuesto, porque condensa casi 10 años de vida en unas pocas palabras
reunidas en unas pocas horas. Sólo ofrece un atisbo de esa notable
personalidad, llena de fuerza, quien orquestó y motivó a un grupo que en esa
década memorable, hizo un impacto muy desproporcionado a sus números.
En un
periodo de tiempo relativamente corto, John África logró fundar una vigorosa
familia de revolucionarios muy unida; enfrentar las fuerzas armadas de una de
las ciudades más grandes de Estados Unidos; personalmente involucrar al
gobierno en una batalla de ingenio y ganar; y abrir la puerta a una vigorosa y
resistente manera de vivir que ha recompensado a sus partidarios con una salud
radiante, una lealtad familiar feroz y un libre espíritu de independencia de
este sistema en deterioro. Y aún más increíble, ¡todavía se mantiene fuerte!
Dijo
John África:
Cuando te comprometes a hacer lo correcto,
el poder de la honradez nunca te va a traicionar. La Organización MOVE nunca
cederá a este sistema enfermizo, sea cual sea el tamaño de sus amenazas o la
frecuencia con que se hagan, porque su movimiento contra el sistema está
funcionando, y la gente entiende esto. Lejos de ser imposible que la estrategia
de MOVE [de John África] funcione, cuando la gente sabe y dice la verdad, es
imposible que no funcione. Entonces, a pesar de lo que algunas personas digan,
ganaremos. Tenemos que ganar. Hemos ganado.
La
victoria es nuestra. ¡Al diablo con este sistema! ¡Viva John África!
Este 8 de agosto Janine,
Janet, Debbie, Delbert, Eddie, Mike y Chuck África, del grupo de presos
políticos conocidos como Los 9 de MOVE, habrán pasado 37 años en las prisiones
del estado de Pensilvania. Merle África murió en manos del estado el 13 de marzo
de 1998 y Phil África el 10 de enero de 2015. Al cumplir sus sentencias mínimas
de 30 años en el 2008, todos debieron haber salido bajo libertad condicional,
pero los ex policías y personal de «la ley
y el orden» del Consejo de Libertad de Pensilvania siempre han bloqueado su
salida. La intención del Estado es que todxs mueran en prisión. Nuestra
intención es que salgan cuanto antes. MOVE te invita a firmar la petición
iniciada por Cruz Negra Anarquista, Denver, para exigir que el Departamento de
Justicia de Estados Unidos inicie una investigación sobre el caso y apoye la
libertad de los 9 de MOVE.
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