México: El Comité estudiantil de Ayotzinapa agradece la solidaridad internacional de Vancouver, Canadá
Por Comité Ejecutivo
Estudiantil “Ricardo Flores Magón”
03 julio, 2015
Escuela Normal Rural
“Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero,
México, a 17 de Junio
del 2015.
A 264 días de la
desaparición forzada de nuestros 43 compañeros por el Estado.
Hermanos y hermanas de
los territorios no cedidos de la Costa Salish, alias “Vancouver”, Canadá.
Compañeros y Compañeras
del Comité de Solidaridad con Ayotzinapa en Vancouver.
Primero, un saludo y un abrazo
fraternal hasta la fría Canadá de parte de todos los 560 estudiantes que nos
encontramos todavía firmes y de pie en nuestra combativa Escuela Normal Rural
“Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Gro., en espera de nuestros 43 compañeros
detenidos-desaparecidos la triste noche del 26 y 27 de septiembre del 2014 en
Iguala.
Segundo, habíamos pensado en
comenzar nuestra carta contándoles algo de lo que sabemos sobre la ciudad de
Vancouver y de su historia, pero nos dimos cuenta de que hay muchas cosas y
términos que nosotros, indígenas y campesinos de las montañas del sureste
mexicano no podemos comprender y ni siquiera pronunciar. Así que nos
desanimamos mucho, mucho, muchísimo por nuestra ignorancia y nos dimos a la
tarea, en lugar de hablarles de cosas que muchos de ustedes quizás conocen, de
hablarles mejor de nuestra historia. De lo que somos. De lo que seremos y de lo
que nos sentimos orgullosos. Indígenas y campesinos de estas nuestras montañas
del sureste mexicano, de nuestro México, de su tierra.
Y fue así como nos
dijeron nuestros más antiguos, fue así como nos contaron nuestra historia,
porque contrario a lo que muchos gobiernos creen, nuestra historia tiene 89
años…y es esta…
Nuestra escuela se fundó
el 2 de marzo de 1926 en Tixtla de Guerrero, un pequeño pueblo campesino y
rural, cuna de grandes hombres como Vicente Guerrero Saldaña e Ignacio Manuel
Altamirano, ambos de orígenes muy humildes. Uno libertador de México, el otro
intelectual indígena y poeta.
Sin embargo, el 2 de
septiembre de 1930, Raúl Isidro Burgos miró un panorama desolador al recibir
una nueva encomienda en su carrera profesional. Al ser nombrado director de la
Escuela Normal Rural “Conrado Abúndez”
(primer nombre de nuestra escuela), recibió una institución que no tenía un
edificio propio.
Su antecesor, Rodolfo
Bonilla, había conseguido que la Junta de Beneficencia de Tixtla le concediera
7 hectáreas de terreno en lo que fuera la ex hacienda de Ayotzinapa. Pero los
recursos para construir el edificio eran inexistentes por parte de la Secretaría
de Educación Pública (SEP).
Los impedimentos
económicos no fueron pretexto para que Burgos iniciara la obra. El maestro
solicitó un préstamo personal a la
Dirección de Pensiones Civiles de Retiro y donó el dinero para iniciar la construcción
de la ansiada escuela.
Maestros y alumnos
aportaron parte de sus sueldos, así como sus becas. El 14 de marzo de 1932,
Raúl Isidro Burgos organizó el traslado de la institución educativa a los
terrenos prometidos en donde campesinos, alumnos y el propio académico se
encargaron de colocar cada una de las piedras que dieron vida a la Escuela Normal
de Maestros de Ayotzinapa.
Nuestra escuela desde su
fundación cuenta con una formación marxista-leninista, y uno de los requisitos
para tener acceso es que los estudiantes sean de escasos recursos. Se les
otorga una beca a los estudiantes que cubren su internado y alimentación.
Desde entonces nuestra
Escuela Normal Rural se ha encargado de formar hombres con un compromiso
verdadero por lograr la igualdad de oportunidades para todos los niños y
jóvenes, que lastimosamente engrosan las filas del analfabetismo, la violencia
y el crimen organizado en Guerrero. Es por eso que tenemos una oportunidad
importante de cambiar la vida de muchos de ellos, ya que cuando terminamos
nuestros estudios nos trasladamos a las zonas más marginadas de México, que es
donde les enseñamos a leer y a escribir. Ese es el propósito de nuestra
Escuela. Este es el compromiso de los normalistas de Ayotzinapa.
Lamentablemente, es por
este hecho que no estamos en los propósitos neoliberales del país, es por eso
que en Guerrero asesinan estudiantes, precisamente para evitar que más
muchachos de espíritu libre entren a nuestra escuela y con eso cerrar
definitivamente, uno de los proyectos más significativos y rescatables de la
revolución mexicana de 1910.
Actualmente estamos
experimentando ese ataque cobarde por parte del estado, ya que intentan cerrar
nuestra escuela y mediante esa forma terminar con nuestro movimiento y condenar
al olvido a nuestros 43 compañeros desaparecidos. Queremos pedirles que no nos
dejen solos. Que sea cual sean sus posibilidades, sus tiempos o sus geografías,
se tomen aunque sea un minuto de su tiempo para acordarse de nosotros. Sabemos
muy bien que nuestro destino quizás esta marcado por el dolor y la tristeza,
pero siempre hemos tenido a la esperanza con nosotros por delante. Además
sabemos perfectamente que al olvido solo regresaran quienes rinden su historia.
Tengan la seguridad de que los que acá estamos, estamos dispuestos a defender
nuestra escuela. Aunque no seamos muchos, aunque estemos cansados, aunque a
veces nos consuma la desesperanza, aunque nos abrace la muerte, aunque nos
invada el miedo….porque, nos cuesta decirlo…tenemos miedo, mucho miedo.
Miedo al olvido.
Miedo al tiempo.
Miedo a la
desesperación.
Miedo al no saber qué
pasó.
Miedo al saber qué pasó.
Miedo al miedo….
Sin embargo, hay algo
que nos mantiene vivo y que nos ayuda a continuar…y ese algo son ustedes.
Porque nuestros más
antiguos cuentan acá en la sierra del sureste mexicano una historia, bueno, más
bien un cuento, fabula o leyenda lo que quieran que sea, por que
afortunadamente esta historia, cuento, fabula o leyenda tiene el poder de
cambiar de acuerdo al gusto del que escucha.
Nos contaron una vez que
hace mucho tiempo en la tierra existieron grandes hombres y mujeres que
poblaban todo el mundo, y que a su paso formaban montañas, colinas, lagos y
praderas dependiendo del ritmo con el que andaban en su camino, dependiendo del
ritmo o color de sus pies.
Y eran felices esos
grandes hombres y mujeres poblando y caminando la tierra. Entonces un día, el
dios sol les pregunto: “¿Por qué les
gusta andar a ustedes? ¿Por qué no se quedan quietos como el árbol o la roca?”,
entonces los grandes hombres y mujeres le dijeron: “señor nosotros caminamos porque es nuestra naturaleza, andamos porque
nuestro padre nos ha dado estas tierras, y son nuestras señor y en ellas
andamos”, entonces el dios sol comprendió que la naturaleza del hombre es
lo que lo define, ya seas un gigante o un enano, ya seas hombre o mujer,
dependiendo de la meta que persigas, así de largo será tu camino.
Nuestro camino es largo,
pero nuestra meta será gloriosa. Por eso queremos y luchamos por nuestra
escuela, para que el día de mañana cuando regresen nuestros 43 compañeros
podamos terminar el camino. Quizás no corremos, pero vamos despacio, porque
vamos lejos.
En fin el 10 de abril de
1971, Raúl Isidro Burgos murió en la Ciudad de México y hoy sus restos
descansan en nuestra Normal que actualmente lleva su nombre y donde nuestros 43
jóvenes hermanos se formaban con los principios que el maestro cimentó con el
fin de educar a un país.
Hace ya 44 años, esa
tarde de agosto de 1970, Burgos difundió entre sus alumnos de la generación
1964-1970 los ideales que debía seguir la educación en México: “Sembremos la semilla de la libertad en el
campo virgen del corazón de los jóvenes (…) El deber es enseñar a nuestros alumnos a ser libres”.
Más de 89 años después
esa sigue siendo nuestra meta. Educar no para obedecer, si no para ser libres.
La educación es la única arma para salir de la pobreza, marginación, violencia
y analfabetismo con el que crecemos los de acá abajo. Los más pequeños de estas
tierras. Los olvidados. Los campesinos. Los indígenas. Los que viven, nacen y
mueren en este lastimoso rincón de tierra al que llamamos hogar.
Por estas razones y por
muchas otras que quizás no podamos terminar de escribir en estas líneas, y a
nombre de:
Juan Manuel Huikan Huikan (caído el 12 de octubre de 1988)
Jorge Alexis Herrera Pino (caído el 12 de diciembre de 2011)
Gabriel Echeverría de Jesús (caído el 12 de
diciembre del 2011)
Eugenio Tamarit Huerta (caído el 7 de enero de 2014)
Freddy Fernando Vázquez Crispín (caído el 7 de enero de
2014)
Julio César Ramírez Nava (caído el 26 de septiembre de 2014 en
Iguala, Guerrero)
Daniel Solís Gallardo (caído el 26 de septiembre de 2014 en Iguala,
Guerrero)
Julio Cesar Mondragón Fontes (caído el 26 de septiembre
del 2014 en Iguala, Guerrero)
También:
Abel García Hernández
Abelardo Vázquez Peniten
Adán Abrajan de la Cruz
Alexander Mora Venancio
Antonio Santana Maestro
Benjamín Ascencio
Bautista
Bernardo Flores Alcaraz
Carlos Iván Ramírez
Villarreal
Carlos Lorenzo Hernández
Muñoz
César Manuel González
Hernández
Christian Alfonso
Rodríguez Telumbre
Christian Tomas Colon
Garnica
Cutberto Ortiz Ramos
Dorian González Parral
Emiliano Alen Gaspar de
la Cruz.
Everardo Rodríguez Bello
Felipe Arnulfo Rosas
Giovanni Galindes
Guerrero
Israel Caballero Sánchez
Israel Jacinto Lugardo
Jesús Jovany Rodríguez
Tlatempa
Jonás Trujillo González
Jorge Álvarez Nava
Jorge Aníbal Cruz
Mendoza
Jorge Antonio Tizapa
Legideño
Jorge Luis González
Parral
José Ángel Campos Cantor
José Ángel Navarrete
González
José Eduardo Bartolo
Tlatempa
José Luis Luna Torres
Jhosivani Guerrero de la
Cruz
Julio César López
Patolzin
Leonel Castro Abarca
Luis Ángel Abarca
Carrillo
Luis Ángel Francisco
Arzola
Magdaleno Rubén Lauro
Villegas
Marcial Pablo Baranda
Marco Antonio Gómez
Molina
Martín Getsemany Sánchez
García
Mauricio Ortega Valerio
Miguel Ángel Hernández
Martínez
Miguel Ángel Mendoza
Zacarías
Saúl Bruno García
Y
además:
Los 560 estudiantes que
nos encontramos todavía firmes y de pie en nuestra combativa Escuela Normal
Rural “Raúl Isidro Burgos” de
Ayotzinapa, Gro.
Queremos decirles,
muchas gracias. Que aunque pequeña, nuestra luz será una forma de abrazar a
quienes hoy hacen falta y a quienes su ausencia duele. Que esa luz muestre que
no estamos solos en el dolor y en la rabia que visten los suelos del México de
abajo.
Y no con palabras
abrazamos a nuestros compañeros, a los que de noche se cargaron a la espalda la
mochila y la historia, a los que tomaron con las manos el relámpago y el
trueno, a los que se calzaron las botas sin futuro, a los que se cubrieron el
rostro y el nombre, a los que, sin esperar nada a cambio, en la larga noche
murieron para que otros, todos, todas, en una mañana por venir aún, puedan ver
el día como hay que hacerlo, es decir, de frente, de pie y con la mirada y el
corazón erguidos.
Para ellos ni biografías ni museos.
Para ellos nuestra memoria y rebeldía.
Para ellos nuestro grito:
¡Justicia!
¡Justicia! ¡JUSTICIA!
¡VIVOS SE
LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS!
Desde la Escuela Normal
Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Gro.
ATENTAMENTE:
Comité Ejecutivo
Estudiantil “Ricardo Flores Magón”
P.D.: Por cierto, “Ayotzinapa” significa lugar de tortugas, por tal razón nuestra
mascota es una tortuga, de hecho los meses lluviosos siempre suelen andar por
los pasillos mordiendo los pies de uno que otro despistado.
P.D. 2: Recibimos los $118,
331.50/100 (ciento dieciocho mil, trescientos treinta y un pesos, con cincuenta
centavos).
Sabemos de la compra de
una computadora con un costo de $17,600.00 pesos para nuestro vocero Omar
García lo cual les agradecemos. Los compañeros de H.I.J.O.S. nos hicieron el
favor de entregarnos $78,357.50 pesos la primera vez y $22,374.00 pesos una
segunda vez el 2 de mayo.
P.D. 3: Hágannos el favor de
leer esta carta a cuantas personas puedan allá en Canadá.
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