Rocío González Alvarado
Periódico La Jornada
Viernes 10 de julio de
2015, p. 41
La
obra traerá destrucción social, ecológica y económica, advierten
Organizaciones sociales, ecologistas y
académicos del estado de México y del Distrito Federal acordaron integrar un
comité promotor para la creación de un frente amplio que realice movilizaciones
ciudadanas en contra de la imposición del nuevo aeropuerto de la ciudad de
México, que a su juicio traerá la destrucción irreparable del patrimonio
ecológico, social, económico y urbano.
En conferencia
de prensa, representantes de agrupaciones de la entidad vecina aseguraron que
en la actualidad se despoja a campesinos y pequeños propietarios de sus
terrenos en los pueblos que circundan el vaso del Lago de Texcoco, a través de
falsos o reales representantes del gobierno federal y especuladores que los
presionan de distintos modos para que vendan sus tierras a precios irrisorios.
Gabriela
Vega Téllez, originaria de Texcoco, aseguró que el ofrecimiento por los
terrenos es, en algunos casos, a mil 800 pesos el metro cuadrado, y quienes no
quieren vender los van aislando y después sus terrenos son invadidos por Antorcha Campesina, y a otros
ejidatarios les hacen contratos de compraventa, que nunca pagan.
La
activista indicó que tampoco creen en la generación de empleos que ofrecen con
la nueva terminal aérea, pues hace poco despojaron a artesanos de unos predios,
para construir una plaza comercial en la que serían incluidos, pero ésta se
encuentra en obra negra, y sólo tres familias han logrado sobrevivir con la
venta de sus productos en el suelo.
Miguel
Valencia, de la Red Ecologista Autónoma
de la Cuenca de México, sostuvo que esto ha sucedido sólo con el anuncio de
la construcción del nuevo aeropuerto en sitios como Chimalhuacán, Ecatepec,
Pachuca y Apan, donde la vorágine de construcción y ampliación de
supercarreteras en esa zona agrava la presión sobre los propietarios.
A su
vez, Guillermo de Francisco Valle, de la organización Nuestras Alas en la delegación Venustiano Carranza, indicó que las
afectaciones no sólo son por la construcción de la nueva terminal aérea, sino
también por la destrucción de la actual, donde apenas se está construyendo el
hangar para dar cabida al nuevo avión presidencial, que se realizó con una
inversión millonaria.
Con el cambio
de sede, agregó, habrá un impacto económico negativo para las colonias
aledañas, pues gran parte de sus actividades giran en torno al aeropuerto, que
está por cumplir 100 años.
«Son 15 mil empleos directos que se
perderán más otro tanto afuera», precisó, al señalar que se
dejará, además, alrededor de 7 millones de metros cuadrados a la especulación
inmobiliaria, en una zona donde escasean los servicios.
Comentarios