Impunidad
patronal: el caso de Maquilas Cartagena
Publicado el 19/06/2015
El 26 de junio del 2013,
inició el largo proceso de lucha de una veintena de trabajadoras de la maquila
en el D.F. A partir de ese momento iniciaron una huelga que esta a punto de
llegar a los dos años; no ha sido fácil, pero su dignidad y la solidaridad las
ha mantenido en este andar. Su caso ha destapado las innumerables violaciones a
sus derechos laborales de las que han sido objeto, la poca atención de las
autoridades laborales a su situación y la impunidad con la que los empresarios
actúan en detrimento de sus trabajadores y trabajadoras.
El patrón Ernesto Kuri Serur regresó de su viaje
a Las Vegas y se encontró con las recién despedidas afuera de lo que fue su
centro de trabajo y les dijo: «por que no me esperaron para platicar esto».
Pudo ser un caso mas de despido injustificado, de salarios no pagados, de
engaños a los trabajadores y trabajadoras. Pero ellas decidieron, no regresar a
sus casas a lamentarse e iniciar una huelga, pelear por sus derechos laborales
y en este camino encontrarse como seres humanos y compañeras de una lucha que
ha rebasado su situación laboral. En este reportaje les presentamos una
actualización del caso y de como han logrado mantenerse firmes en su convicción
por encontrar un poco de justicia. Ver completo en:
http://subversiones.org/archivos/116387Agencia SubVersiones
Agencia SubVarsiones
19 junio 2015
Calumniando a la selva, la cultura urbana
llama «ley de la selva» a la ley que rige nuestra civilizada vida. En el
vértigo de la competencia, en la lucha por el dinero y el poder, la economía de
mercado y el orden imperial confirman, cada día, la moral militar: la
humillación es el destino que merecen los débiles: los países débiles, las
empresas débiles, los gobiernos débiles, las personas débiles.
Eduardo
Galeano
Casos como el del Sindicato Mexicano de
Electricistas (SME), el de los Jornaleros de San Quintín en Baja California,
han generado un impacto social por la capacidad de movilización o las imágenes
de violencia desatada ante las brutales condiciones o los abusos de los que han
sido objeto. En la vida cotidiana millones de trabajadores y trabajadoras
mexicanas sufren las consecuencias diarias de las políticas económicas del
estado capitalista. La voracidad empresarial pisotea cotidianamente sus
derechos laborales con la complicidad y la impunidad que les ofrece el sistema
político y jurídico de nuestro país.
La
mayor violencia desatada contra los trabajadores(as) en México se vive día con
día, sin que sea ocasión de titulares o merezcan la atención en algún
noticiero. Es la cotidianidad a la que se resignan millones de seres humanos
diariamente, quienes a pesar de percibir salarios como el mínimo nacional que
está en $70.10 en la zona A y en $ 68.28 en la zona B del país. Aún así la
inmensa mayoría se sienten afortunados de por lo menos tener trabajo.
La
especialista Carmen Ponce Meléndez afirma, por ejemplo que: «En México el 60% de las personas de más de
65 años de edad, carece de una pensión pero en el caso de las mujeres la cifra
asciende a 76%. Las mujeres interrumpen constantemente su ciclo laboral por la
maternidad o las cargas de trabajo no remunerado en sus hogares, lo que hace
imposible que a los 65 años de edad cumplan con las mil 259 semanas de
cotización que exige el actual régimen de pensiones».
Presentamos
en esta pieza periodística el seguimiento de una veintena de maquiladoras del
Distrito Federal que decidieron no quedarse resignadas ante los abusos del
patrón y la indiferencia de las autoridades. Podrás descubrir a través de las
palabras sencillas de cada una de estas mujeres, que tomaron una decisión en un
momento muy difícil de sus vidas. Les invitamos a conocer la historia de un
grupo de mujeres que decidió decir no a la pasividad y que al hacerlo se
volvieron rebeldes. Amas de casa, madres, abuelas comunes, es decir como la
inmensa mayoría de trabajadoras y trabajadores del país. Que decidieron no irse
a casa a platicar con su familia de una injusticia más. Y con ello han generado
solidaridad, tejido puentes con los vecinos de lo que por más de 36 años (para
algunas) fue su centro laboral, con los trabajadores del barrio y con algunas organizaciones
sindicales sensibles.
Maquilas
Cartagena está ubicada en la calle de Relojeros, esquina con calzada de La Viga
#1425, colonia El Retoño, delegación Iztapalapa, México D.F. Sobre la calle Relojeros
se puede ver una carpa en lo que fue la entrada del centro laboral y que desde
hace un año con once meses, un grupo de aproximadamente 20 trabajadoras
mantiene en huelga. El 21 de junio del 2013 fueron despedidas
injustificadamente y sin previo aviso, este detonante destapo las pésimas
condiciones laborales en las que operaba esta maquiladora. Aquí un breve
retrato de sus historias:
Joaquina
Gutiérrez, 25 años de trabajo antes de ser despedida injustificadamente:
[…]
cuando él murió, se quedó su hermano pero igual el señor Miguel hacía lo mismo,
ya no teníamos utilidades pero siempre teníamos nuestro sueldo puntual. Cuando
él fallece se queda de encargado el señor Ernesto Kuri, de ahí para acá empezó
todo a fallar, al principio sí nos pagaba, después empezó a fallar que nos
pagaba un 70% luego 60% luego un 30% y pues así íbamos arrastrando semanas, ya
hasta el último nos quedó a deber tres semanas. A muchas nos quedó a deber
destajos, a las destajistas nos quedó a deber nueve semanas de destajo, sábados
trabajados y ya eso no nos lo quiso pagar, no se supo para cuándo. Porque decía
que después, cuando él se compusiera de dinero por que el proveedor no le
pagaba la prenda que el maquilaba, según él no salía la producción. Cuando la
producción siempre salía, puesto que compañeras de la plancha siempre se
quedaban a terminar la producción así fueran las 11 de la noche.
Lucía
Guzmán Cuarenta, 32 años de trabajo antes de ser despedida injustificadamente:
Yo me llamo Lucía, a mí me descontaban lo
de mi casa del INFONAVIT y luego me daban mi nómina con recibos, donde ahí
tenía que me descontaba. Ya después me llegaron papeles diciéndome que no me
habían depositado el INFONAVIT. Yo dije: pero ¿pues cómo que no? Yo tengo mis
comprobantes de que sí, el dueño ha depositado. Y me dicen: pero pues aquí se
ve que no. Entonces, pues éramos varias compañeras y le fuimos a preguntar y
que no, que no nos ha depositado, entonces le dije: si no nos deposita, ¿por
qué nos pone aquí en nuestros recibos que sí nos deposita?, y ya nos dijo que
él iba a depositar una cierta cantidad, que es más o menos la que él ya llevaba
la cuenta.
Micaela
Pardo, 29 años de trabajo antes de ser despedida injustificadamente:
Yo soy del área de plancha y empaque y nos
decían que no salíamos hasta que no se entregara ese pedido, porque el
proveedor estaba ahí y teníamos que esperar a la hora que fuera para poder
entregar esa mercancía […] mil
doscientas prendas diarias.
María
Antonia Arrollo Nájera, 26 años de trabajo antes de ser despedida
injustificadamente:
Vengo a tener un despido injustificado, sin
liquidación, aparte de que ya teníamos cuatro semanas que nos debían de sueldo,
como 7 años que no nos daban utilidades y 2 que no nos daban aguinaldo. Y se
oye feo, pero pues ¿que me echen a la calle y sin un quinto? Y sin pagarme ni
siquiera la semana que trabajé.
María
Alejandra Vera Pluma, 18 años de trabajo antes de ser despedida
injustificadamente:
Nos plantamos aquí porque no teníamos
respuestas del patrón, que el 21 de junio nos dijo que a partir del lunes
empezáramos a tocar puertas, porque el barco ya se había hundido, que a partir
del lunes él ya bajaba cortinas y cerraba la fábrica, así que nosotras
empezáramos a tocar puertas, entonces nosotras lo que hicimos, no pedimos
explicación, entramos en un estado de shock, no supimos qué hacer, ni cómo
defendernos, porque nos agarraron así de sorpresa.
Después de que nos despidió, fue el
viernes, y él, el lunes ya se había ido a Las Vegas, de regreso cuando ya nos vio
en plantón ahí, nos dijo: ¿por qué me hicieron esto? ¿por qué no se esperaron a
que yo llegara y platicáramos esto? ¿por qué? Pero pues si a él no le importó y
se fue a pasear a Las Vegas, dejándonos el paquete de que ¿cómo íbamos a pagar
nuestra renta? ¿cómo le íbamos a hacer para los alimentos? O sea, a él le
valió.
El abogado que las representa
jurídicamente, Eduardo Díaz Reguera, nos comentó entre otras irregularidades
que: «Lo acuerda la Junta [Local de
Conciliación y Arbitraje] mal y decide
mandar a un recuento y ahí el patrón con toda la intención de ganar una mayoría
ficticia, presenta una nómina echa por ellos y dice que son setenta y tantos
trabajadores, a los que convence y dice: «tu vente conmigo y yo aquí te pago,
si no aquí en otra maquila. Y se los lleva, los convence, pues, por hambre, por
necesidad y pues en la mayoría ganan ellos. A nosotros no nos dejan votar a
todos, el hecho es que me voy a un amparo, pido una suspensión y me piden una
garantía de 1000 pesos. Y continúa el testimonio del litigante:
Al
patrón no le costaba ni un quinto firmar un contrato, lo que se establecía en
el contrato ya lo venía pagando, nada más era darle certeza a las trabajadoras
de que tuvieran el seguro social, lo del INFONAVIT y por el despido que habían
sufrido, pues tratar de recuperar su trabajo. El patrón decidió no firmar el
contrato y es por eso que la huelga se estalló y ya en el incidente de
calificación de la huelga se llamó en automático y la Junta en lugar de revisar
las causas por las cuales se puede declarar a una huelga inexistente, están muy
claras en la ley.
Es una
práctica de los patrones, cuando llegan las empresas a México si son
extranjeras o cualquier empresa que se quiera hacer, antes de que empiecen a
hacer sus actividades ya tienen pactado, un contrato colectivo de trabajo, de
protección, porque bueno, se protegen de que los obreros se organicen
auténticamente, de que los emplacen a huelga. Partiendo de la idea de que
prefieren darle al líder sindical una cantidad de dinero y mantener a la gente
sin sus derechos y cuando los despido, los despido y no van a poder hacer nada.
La
huelga que no existe, oficialmente, se mantiene con dignidad.
La Junta Local de Conciliación y Arbitraje
ha determinado en dos ocasiones la inexistencia
de la huelga, el último conteo fue realizado el 12 de febrero del 2014. Los
conteos oficiales que se realizaron en presencia del personal de la Junta,
fueron a llamar a las huelguistas «amañadas»
porque refieren que, «Ernesto Kuri, llevó
a ex trabajadores(as) a los cuales les paga un desayuno y 150 pesos por su día,
esto lo sabemos porque aunque se prestan a ese tipo de cosas por necesidad, nos
cuentan. También nos han contado que alrededor de 20 compañeras que laboraban
aquí, fueron llevadas allá por Cerro de la Estrella, en otra maquiladora textil
también, propiedad del primo del señor Ernesto Kuri y lo que nos han comentado
es que están en las mismas condiciones: no tienen prestaciones y les quedan a
deber de sueldo, semana con semana».
El
abogado Eduardo Díaz Reguera, ha interpuesto amparos que mantienen en disputa
legal la existencia de la huelga. Lo cual permite jurídicamente que las
trabajadoras se mantengan resguardando la maquinara que durante decenas de años
trabajaron día con día.
Actualmente
la huelga de las trabajadoras de Maquilas Cartagena se mantiene a pesar de su inexistencia jurídica, del desgaste, las
amenazas y de que el patrón, les ha venido ofertando 20 mil pesos
individualmente, lo que algunas trabajadoras han aceptado. Existe la
solidaridad de algunos colectivos estudiantiles y de algunas organizaciones,
pero en general es la fuerza de voluntad de estas mujeres, la que les ha
permitido mantenerse durante ya casi dos años. A pesar de las lluvias, el calor
y los peligros que implica estar durmiendo en las calles de un barrio de
Iztapalapa a 20 metros de calzada de La Viga.
Las
trabajadoras en huelga maquilaban prendas de alta costura para las marcas Paco
Rabanne, cuyo precio final de aparador en México es de $398.00 y Nina Ricci a
$619.00 por pieza. Ernesto Kuri Serur dueño de Maquilas Cartagena S.A. de C.V
se ha negado a pagarles lo que les corresponde conforme a la Ley Federal del
Trabajo. Ernesto Kuri Serur es egresado de la Universidad Iberoamericana con
cédula profesional 845113. Actualmente es profesor de contabilidad en el Centro
Universitario México (CUM), institución educativa religiosa de cortes marista
con origen francés.
Una de
las formas que han encontrado para mantenerse con la esperanza de aguantar y no
desmoronarse ante la lenta actuación de las autoridades laborales y el desgaste
que el patrón anhela, es ofertar ahora taquizas (tacos de guisado) y
parrilladas para eventos sociales, y así poder generar algo de ingresos como
pasajes, alimentación y gastos que tienen en sus familias. Se puede contactar
con ellas al teléfono celular 044 55 17 83 15 18 para solicitar este servicio
que además de resolver alguna ocasión familiar también las apoyaría para
continuar sus justas exigencias laborales.
El 2 de
Mayo del 2015 después de una kermese que organizaron para recaudar algunos
recursos económicos, con sonrisas nos contaron cómo es que sólo han podido
hacer tres taquizas y en la primera no generaron nada de ganancias, sin
embargo, voltean a verse entre ellas y dicen «nos sirvió de experiencia». Reconocen que la huelga ha sido
difícil pero han aprendido a convivir entre ellas, a conocerse, a los vecinos y
conocer a otras personas que las apoyan a mantener la moral y la energía de
seguir adelante.
Jurídicamente
—nos comentan— ya pasaron a la etapa de revisión de sus demandas individuales y
que falta la revisión de su demanda colectiva, tienen la esperanza de que
puedan lograr salir adelante y ganar sus demandas laborales. Dan algunas
palabras a quienes asistieron al evento y pese a que no se acabó el pozole y la
comida que prepararon, toman el micrófono y agradecen a los jóvenes porque «en vez de estar divirtiéndose, decidieron
venir a acompañarnos y, por supuesto que, viéndolos nos dan fuerza para seguir
adelante y no nos rendiremos».
La Huelga de Cartagena
Publicado el 26/09/2014
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La huelga de Cartagena,
una historia de dignidad obrera. El 21 de Junio del 2013 fueron despedidas más
de 200 maquiladoras de alta costura, sin previo aviso y sin recibir
liquidación. Dos años atrás les habían dejado de pagar aguinaldos y cuatro
antes dejaron de percibir utilidades. Su sueldo promedio era de 600 pesos a la
semana y puntualmente se les descontaba lo del seguro social, el INFONAVIT y
FONACOT, sin embargo descubrieron que el patrón no entregaba al IMSS las
cuotas.
Daniel Terrones
El pasado 22 de mayo del 2015 se presentó
en el espacio de Casa Tamatz Callaumari. el documental “La Huelga de Cartagena” de José Luis Santillán. En dicho trabajo
pudimos ver como un grupo de trabajadoras de una maquila de camisas de la
Ciudad de México son despojadas paso a paso de sus derechos laborales. También
ahí somos testigos de cómo las compañeras se organizan para defenderse. Se
trata de una huelga que estalló el 12 de
septiembre de 2013, y que a pesar de tener casi dos años de duración, los
medios masivos de comunicación han ignorado completamente. En esta proyección
se contó con la presencia de tres de los trabajadores de esta planta que se
mantienen en lucha. Con toda su sencillez, el documental logra contarnos esta
historia. Los testimonios de las compañeras frente a la cámara lo dicen todo: “ganábamos 600 pesos a la semana, pero nos
pagaban 300 pesos el viernes y los otros 300 hasta el miércoles”; “teníamos que sacar una producción de 1300
piezas diarias y a veces teníamos que
quedarnos hacer unas horas extras que no nos pagaban”; “las compañeras iban a atenderse al IMSS y resultaba que no las querían
atender por que el patrón, Ernesto Kuri Seur, no había cotizado al seguro
social”; “Hasta que declara la
fábrica en quiebra, cierra la fábrica sin avisarnos y sin pagarnos la última
semana de trabajo, en tanto se va hacer un viaje a las Vegas por tres semanas”;
“Quería cerrar la fábrica, despedirnos,
pero sin indemnizarnos”; “No pues,
nos fuimos a la huelga”. En las imágenes del documental vemos también
su plantón afuera de la Cartagena: una
carpa, una estufa de dos quemadores y varias sillas.
También
las dificultades que han tenido en términos legales: “La huelga aún no nos la quiere reconocer Conciliación y Arbitraje”.
Asimismo nos enteramos de la vida cotidiana durante el movimiento, la
solidaridad de los vecinos del barrio, lo que depara el futuro, los planes, la
posibilidad de reencontrarse en una cooperativa como una opción a lo que se
vive actualmente. Al finalizar el
documental la sensación era que todos queríamos saber más. Por fortuna se
encontraban entre nosotros Micaela, Alejandra y Arnulfo compañeros de la
Cartagena que se dieron el tiempo de abandonar el plantón y acompañarnos en una
tarde muy lluviosa pero cálida.
Alejandra,
una mujer de unos treinta y tantos años nos contó que tenía más de 18 años
trabajando en la Cartagena y nos precisó los giros que había dado esta empresa:
Que había pasado de ser una fábrica de
camisas en forma que trabajaba para Paco Rabanne a ser una maquila que trabajaba material para la
línea de ropa Nina Ricci. “A partir de
ese momento empezamos a usar telas de muy baja calidad”. Y trabajaban unos
fines de semana que luego no eran pagados. Kuri manipulaba siempre a las
compañeras con promesas. “Había
compañeras que trabajaban hasta 16 horas diarias”. Por todo esto seguía en
la lucha a pesar de las dificultades con
Conciliación y Arbitraje, y con el propio Kuri. “Tuvimos que esperar un año para tener una primera audiencia con su
representante”.
Por
otra parte Arnulfo, de unos 60 años, quien asistió a la charla en
representación de su esposa Felicitas, nos platicó que estando ella enferma se le negó el servició en el IMSS “Que fuéramos al Seguro Popular, nos dijeron
los de la empresa”. Afirmó que después de 2 años en la lucha aún se
pregunta “¿Por qué se tienen que pelear
por unos derechos que por ley ya les corresponden?” Nos recordó que en esta
planta había trabajadoras que llevaban casi 40 años laborando ahí.
Después
se pasó a una ronda de preguntas por parte del público. Las hubo, pero
acompañadas de varias exhortaciones como las de Joel del Movimiento Urbano
Popular quien nos invitó a solidarizarnos con las compañeras también con
acciones, ya sea cooperando con las guardias, proponiendo talleres, o
realizando actividades culturales en el espacio como proyecciones de
documentales que nos ayuden a entender el problema por el que pasan las
compañeras. Hubo quien preguntó por las posibles salidas a esta huelga, como
por ejemplo, la posibilidad de transitar a una cooperativa, que puede ser, se
respondió, ya sea que indemnicen a las compañeras, si no con dinero con
maquinaria, o empezar otro proyecto
entre los interesados.
A otra
pregunta Micaela respondió que si bien
no habían tenido contacto con trabajadoras de otras maquilas que tuvieran
problemas similares, si han conocido han encontrado compañeros que colaboraban
con ellas y les comparten sus experiencias, como los del movimiento de las
fabricas recuperadas. Finalmente de parte de Casa Tamatz se les manifestó la
admiración que se sentía por sus muestras de dignidad y se recordó el apoyo que
varias cooperativas amigas les brindarían esa tarde, como Pan,
Tierra y Libertad, quienes donarían el monto de las ventas de ese día. Por
su parte los compañeros de la Cartagena nos recordaron la jornada de talleres
que tendrán en su plantón con motivo de un aniversario más de la huelga.
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