Antes de ser intelectual de izquierda, Galeano trabajó como obrero, dibujante, pintor, mensajero, mecanógrafo y cajero
Magdalena Martínez
Montevideo, 14 abril, 2015
Muere
el escritor uruguayo Eduardo Galeano a los 74 años
Su obra 'Las venas abiertas de América Latina'
es un clásico de la literatura política
“Intenté hacer una obra de economía
política"
El escritor uruguayo Eduardo Galeano,
ha fallecido este lunes en Montevideo a los 74 años de edad, y será velado a
partir de este martes en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio
Legislativo, la inmensa sala de mármol en la que se celebran los actos más
solemnes de la República de Uruguay. Pero los pasos de Galeano han seguido
sonando en Montevideo, especialmente en la Ciudad Vieja que tanto visitaba el
autor de Las venas abiertas de América Latina,
donde periodistas, intelectuales, políticos o comerciantes han narrado decenas de
encuentros casuales con el autor.
A la espera del homenaje
que tendrá lugar el martes a partir de las tres de la tarde hasta las 22.00, el
senador José Mujica ha descrito al autor como “un elegido que a lo largo de los últimos 40 años nos dignificó en América
Latina”. El expresidente ha añadido que Galeano era “un autodidacta que se fue puliendo a sí mismo y masificó una cultura
difícil de encontrar en un universitario”.
Antes de convertirse en
un intelectual destacado de la izquierda latinoamericana, Galeano trabajó como
obrero de fábrica, dibujante, pintor, mensajero, mecanógrafo y cajero de banco,
entre otros oficios. Las venas abiertas de América
Latina se publicó cuando Galeano tenía 31 años y, según reconoció
después el escritor, en aquella época no tenía los conocimientos suficientes:
“[Las venas abiertas] intentó ser una obra de economía política,
solo que yo no tenía la formación necesaria. No me arrepiento de haberlo
escrito, pero es una etapa que, para mí, está superada”.
El Café
Brasileño (dígase “brasilero”)
evitaba cuidadosamente toda señal de luto, con su dueño defendiéndose con uñas
y dientes de los periodistas. Todo Montevideo sabe que Eduardo Galeano era un asiduo del local, que le
gustaba sentarse en una de las mesas cercanas a la ventana y tomarse un café. “No vamos a decir nada, no vamos a hacer
declaraciones. Por respeto a la familia. Era más que un cliente, era nuestro
amigo. No vamos a hacer nada ni a decir nada”, repetía el dueño.
Galeano llevaba una
semana en estado grave ingresado en un sanatorio de la capital. Desde 2007
padecía un cáncer de pulmón que se había agravado y sus apariciones públicas
eran cada vez más escasas.
A pocos metros, en la
librería Linardi y Risso, especializada en libros antiguos, el propietario
contaba que Galeano pasaba regularmente. “Buscada
siempre libros sobre la historia política y social de América Latina. Venía por
algo concreto, sabía lo que quería”, explicaba Andrés Linardi. La tienda
vende una primera edición de Las
Venas Abiertas de América Latina, “hasta hoy unos 400 dólares” y mostraba una dedicatoria del autor
con uno de sus dibujos, el famoso “chanchito”
de Galeano. El escritor se había reservado los derechos de sus libros en
Uruguay y los publicaba con su sello, precisamente Ediciones el Chanchito. Así, sus obras alcanzaban un precio menor
en el mercado local.
El semanario Brecha prepara una edición especial
sobre Galeano, uno de los fundadores de esta publicación, heredera de Marcha, otra de las referencias de
la prensa de izquierdas de América Latina. La directora de cultura, Rosalba
Oxandabarat, ha afirmado que la crítica literaria tiene pendiente un análisis
más detenido de la obra de Galeano: “Era
eminentemente un autor político, pero ese rasgo no ha dejado ver la calidad de
su escritura que expresa de manera sencilla conceptos muy complejos. Su trazo
parece sencillo, pero en realidad es el resultado de un inmenso trabajo”.
Daniel Gatti, periodista
de Brecha, ha destacado la
independencia del autor, que no dudaba en criticar al régimen castrista en Cuba
–a pesar de ser un ferviente defensor de la Revolución– o al Frente Amplio que
actualmente gobierna Uruguay. A pesar de su talante independiente Galeano ha
sido muy criticado por la oposición conservadora que lo ha acusado de ser uno
de los intelectuales del oficialismo. “Existe
una generación antigaleano en
Uruguay situada entre los 45 y los 55 años. Estos sectores le reprochan la
gravedad de sus temas, el dramatismo de sus libros”, reconoce Gatti, quien
recuerda a Galeano como un hombre con un gran sentido del humor y mucho
carisma.
En las pasadas
elecciones, Galeano volvió a mostrar apoyo al izquierdista Frente Amplio, lo
que motivó una carga de la oposición del Partido Nacional, que en su programa
proponía impulsar otros referentes culturales.
En 2009, durante la
Quinta Cumbre de las Américas, el expresidente de Venezuela Hugo Chávez le
regaló un ejemplar de esta obra de Galeano —prohibida por la censura de las
dictaduras de Uruguay, Argentina y Chile— a Barack Obama. El escritor fue
preguntado después sobre este episodio. Respondió: “Ni Obama y ni Chávez entenderían el texto […]. Él [Chávez] se lo entregó a Obama con la mejor intención del mundo, pero le regaló
a Obama un libro en un idioma que él no conoce. Entonces, fue un gesto
generoso, pero un poco cruel”.
La última aparición
pública de Galeano tuvo lugar a finales de febrero, para recibir al presidente
de Bolivia, Evo Morales. El mandatario visitó Montevideo con motivo del cambio de mando entre Mujica y el ahora
presidente Tabaré Vázquez. En las fotos, Galeano aparecía delgado y sonriente,
mientras recibía un libro de manos de Morales con los argumentos bolivianos
para exigir una salida al mar, que bautizó como el "Libro del Mar Robado".
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