Alberto Híjar Serrano
27 marzo, 2015
Howard
Zinn es el autor del monólogo “Marx en el
Soho” curiosamente publicado en Estados Unidos en 2001. El teatrero
italiano Adalberto Rosseti lo ha transformado en un ameno montaje titulado “¿Valdrá la pena hablar de Marx?” con la
participación del actor Alonso Gálvez asombrosamente parecido al joven Marx. Un
invitado marxista es entrevistado por Rosseti con agudos comentarios entre
cortes semejantes a los anuncios comerciales en este caso inexistentes. La
actual puesta en escena, después de una exitosa temporada en el Foro Helénico,
es en el Centro Cultural El Juglar a diario habitado por organizaciones
culturales y por maestros de materias diversas, todo lo cual garantiza un
público crítico al encuentro de buenos espectáculos. El lugar de la librería vaciado
de mesas y libreros, ha sido transformado en un foro de televisión con
periódicos desparramados en el suelo. Hay una especie de tocador y en el
extremo señalado por una gran flecha roja en el piso, dos sillones y una mesita
con libros sobre Marx, es el lugar de la entrevista. Carteles con el rostro de
Marx en rojo y el nombre de la obra, adornan las paredes. En el centro, una
pantalla registra lo que va ocurriendo. La operadora de la cámara y el del
sonido, intervienen para objetar a Marx, ella como Jenny su esposa y el otro
como hombre común escéptico e impertinente.
La entrevista aborda problemas fundamentales
agudizados por quien pregunta y ampliados por quien responde. Esto da lugar a
actualizaciones y exabruptos suspendidos por el entrevistador que llama a corte
a manera de entrada del actor que narra la precaria vida de la familia Marx en
Londres donde investiga la crítica de la economía política, participa en la
organización de la Internacional de los Trabajadores y convive lo menos posible
con sus coterráneos refugiados en Inglaterra. En algún momento, Jenny
manifiesta sus celos por la forma en que Marx mira a Gretchen, la sirvienta de
la familia. Hay pasajes sobre las investigaciones de Marx replicadas por la crítica
de Jenny al lenguaje de imposible entendimiento para los trabajadores. Marx
responde justificando el lenguaje teórico de El Capital a diferencia del usado
en el Manifiesto del Partido Comunista. Jenny dice la primera frase de la
proclama: “un fantasma recorre Europa”,
he ahí una imagen misteriosa y atractiva. Todo esto da lugar al desarrollo de
la entrevista.
Marx narra las diferencias con Proudhon, el
activista y autor de La filosofía de la miseria objetada por Marx en el texto La miseria de la filosofía. Marx comenta
que Proudhon quiere hacer justo al capitalismo para beneficio de todos, cosa
imposible ante la reducción de todo lo existente a mercancía. Las diferencias
con Bakunin el anarquista, incluyen la de vivir sin sitio fijo y aposentarse en
las casas de los compañeros. En la de Marx, se emborrachó, pelearon cuerpo a
cuerpo y Bakunin meó por la ventana ante el escándalo del dueño.
Las relaciones entrañables con las hijas de
Marx y Gretchen y la furia de Marx al declararse no marxista ante los discursos
de su yerno Paul Lafargue, según precisó el entrevistado, van construyendo la
figura histórica como dialéctica entre una vida llena de carencias materiales y
el arduo trabajo teórico alternado con la actividad política.
Se menciona la maternidad de Gretchen y el
entrevistado tuvo que precisar que el padre fue Marx y que el hijo no supo quién
lo engendró y vivió y murió como un humilde trabajador. Cosas del machismo que
exigieron preguntas y respuestas sobre las mujeres y el feminismo. Entre
situaciones de vida, propuestas económico-políticas, arengas revolucionarias
resultantes de la crítica de la economía política y comentarios cruzados en la
entrevista, la imagen de la ondeante bandera roja con la hoz y el martillo, al
compás de La Internacional, el himno comunista de siempre, remite al principio
y al final de la obra a los símbolos aún usados en las ceremonias de los
trabajadores organizados contra el capitalismo.
En El Juglar caben unos cuarenta
espectadores. El miércoles 25, la mayoría eran jóvenes, algunos de ellos
interesados por sus profesores y profesoras. Sin recursos de propaganda masiva,
la obra es presentada en universidades y encuentra locales de compañeros
interesados en el buen espectáculo. Cada función cuenta con un entrevistado
distinto del que el director-entrevistador extrae lo necesario para dar a
entender la totalidad compleja y dialéctica de Marx como evidencia de humanidad
plena orientada a transformar al mundo y no sólo a interpretarlo como dice en
la obra al citar la célebre Tesis XI sobre Feuerbach.
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