15 de marzo de 1973: nace la Liga Comunista 23 de Septiembre de la fusión de varias organizaciones armadas
15 marzo, 2015
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El 15 de Marzo de 1973, en la calle
Fraternidad de la colonia Belisario Domínguez de la ciudad de Guadalajara, se
realiza la primera reunión de los grupos que se fusionan para dar origen a la
LC23S. Los participantes deciden dar el paso de disolver sus organizaciones
para dar lugar a un nuevo proyecto partidario integral, orientado a la lucha
armada socialista. Los grupos que se fusionan fueron: Los Procesos, la
Federación de Estudiantes Universitarios de Sinaloa ‘Los Enfermos’, el Frente Estudiantil Revolucionario (FER), el
Movimiento Estudiantil Profesional, Los Lacandones, Los Macías, el Movimiento
de Acción Revolucionaria-23 de Septiembre, Los Guajiros. La unificación
implicaba la creación de una estructura que les permitiera, bajo un frente
unitario, dar los primeros pasos hacia la meta precisada de la construcción de
la nueva sociedad.
La organización político-militar que unificó a la mayor parte de esos
grupos armados fue la Liga Comunista 23 de Septiembre (LC23S). Los documentos
que sirvieron de base para la fusión de la LC23S se conocen como los Maderas
Viejos. Se trata de cuatro escritos que les permitieron llegar a un acuerdo de
trabajo conjunto. Consideraban que el movimiento revolucionario requería de la
unificación de todos los grupos armados.
La declaración de
principios y objetivos se plasmó en una serie de documentos difundidos en sus
primeros números por el periódico Madera, recopilados bajo el nombre de “Cuestiones fundamentales del movimiento
revolucionario”, de Ignacio Salas Obregón. Fue así que remarcaron el
carácter clasista del Estado a través del periódico Madera I, II,
III y III-bis, y expusieron la inevitabilidad de la revolución como la
única vía posible para lograr la transformación social a través del texto
Cuestiones fundamentales del movimiento revolucionario.
El órgano de análisis y
difusión de la Liga Comunista 23 de Septiembre fue el Periódico Madera que tuvo la
función de servir de propaganda y agitación al movimiento armado. El periódico
se dirigió a todo el pueblo trabajador y a la vanguardia política: los
militantes de la Organización, sus simpatizantes y colaboradores externos; los
obreros de la construcción, proletariado agrícola, ferrocarrileros,
trabajadores de las maquiladoras, textileros, metalúrgicos; a determinados
grupos campesinos; estudiantes y el sector magisterial, en particular los
profesores normalistas.
Con esta actividad de
propaganda y agitación, la LC23S influyó en sectores de trabajadores
industriales y metalúrgicos, así como en el sector estudiantil. Sus brigadas
lograron formar pequeños círculos de estudio y grupos de simpatizantes en
algunas fábricas como Acer-Mex, Van Beuren, Cervecería Modelo, EANSA, Harper Wiman,
Nodu-Mex, Spicer, Consorcio Industrial YEPES, Ferrocarriles, PEASA, Olivetti,
Altos Hornos de México, Fábrica de Loza La Favorita, Record, Sandak, Campos
Hermanos y en industrias maquiladoras de Monterrey, Ciudad Juárez y Monclova;
así como en las Preparatorias Populares, Escuelas Normales Rurales, Universidad
de Sinaloa, UNAM y algunas escuelas agrícolas.
Para llevar a cabo la
revolución armada, la Liga Comunista 23 de Septiembre diseñó una agenda
política militar consistente en la implementación de la huelga económica, la
huelga política, combate de calle y la guerra de guerrillas.
La huelga económica era el paso a la
movilización política, su objetivo consistió en paralizar económicamente
la producción total o parcial de las industrias y empresas. Además, la
organización consideraba que las bases sociales a partir de esa
experiencia formarían organizaciones amplias que reforzarían la lucha.
La huelga política era un estadio superior que
debían alcanzar los obreros movilizados después de haber resistido la ofensiva
de la burguesía. Posteriormente el proletariado pasaría al proceso de “agitación, propaganda, hostigamiento
y resistencia armada”.
El combate de calle consistió en promover la
agitación, propaganda y hostigamiento. Desarrollar técnicas ofensivas y
defensivas como mítines relámpago, la repartición de propaganda, ampliar el
hostigamiento más allá del rubro laboral, pero con una clara consigna: “no rebajar las tareas de las brigadas
armadas al exclusivo desarrollo militar”
En Sinaloa, el 16 de enero de 1974, día del “ensayo de insurrección general”,
cientos de activistas armados se movilizan en el Valle de Culiacán, miles de
estudiantes salen a las calles y se les unen más de 10 mil jornaleros
agrícolas. La Liga considera un éxito la operación Asalto al cielo, pero el gobierno responde con fiereza. La DFS, el
Ejército y policías locales realizan detenciones masivas de estudiantes,
asesinan y desaparecen a activistas y a guerrilleros.
La Liga efectúa su tercera reunión nacional el 4
de abril de 1974. Ahí decide construir un Ejército Guerrillero dirigido por una
Coordinadora Nacional, integrada por los dirigentes de las agrupaciones
unificadas. El buró político es encabezado por Ignacio Salas Obregón, José Ángel
García Hernández, Rodolfo García Gómez y Manuel Gómez García. Se crea un Comité
Militar que dirige los operativos. Los militantes se organizan en brigadas,
coordinadas por comités estatales y locales.
Sin embargo, el 29 de abril es detenido el
principal dirigente de la Liga, Ignacio Salas Obregón, tras un enfrentamiento
con policías de Tlalnepantla, estado de México. Se disuelve la Coordinadora
Nacional y la dirección es retomada por el comité de redacción del periódico
Madera, el órgano central de la organización.
Entre 1974 y 1976, la Liga entra en un “periodo gris” y enfrenta un debate
interno entre las tendencias militaristas
y las que privilegian el trabajo político de masas. Aumentan sus acciones
armadas en medio del acoso policiaco, incluidos los asesinatos de policías.
El 11 de agosto de 1976, David Jiménez
Sarmiento, Chano, encabeza un comando
que intenta secuestrar a Margarita López Portillo, hermana del presidente
electo. El operativo fracasa y muere abatido Jiménez Sarmiento, considerado el
último dirigente histórico de la Liga.
Tras su muerte, Luis Miguel Corral García, El Piojo Blanco, retoma la dirección y
se convierte en “el hombre más buscado
por la policía”.
En ese año, el gobierno crea la Brigada Blanca, un grupo antiguerrilla
integrado por policías y militares. Formalmente era dirigido por dos coroneles
del Ejército mexicano, pero en los hechos estaba bajo el control de Miguel
Nazar Haro, subdirector y después director de la DFS.
La Brigada Blanca trasladaba a los guerrilleros
detenidos al Campo Militar N° 1 y a otras cárceles clandestinas. Mediante la
tortura física y psicológica obtenía información que le sirvió para acabar con
la Liga.
En 1977 y 1978, asegura Jaime Laguna, “la orientación central de la orga -como
le llama- fue abordar las tareas frente a
la movilización de las masas y la creación de bases de apoyo”.
Las acciones militares -explica por su parte Álvaro
Mario Cartagena López, quien en su momento fue uno de los guerrilleros más
buscados- ya no se reivindican públicamente, pero en este lapso la Liga
profundiza su trabajo político, se forman brigadas en fábricas, campos
agrícolas, escuelas y se crea una red de colaboradores.
La Liga se distinguió de otros grupos armados
por su independencia, recalca Graciela Mijares. “Nunca recibió entrenamiento, dinero ni apoyo del exterior –aclara-. Al contrario, asumió posiciones muy
críticas frente al socialismo real, la Unión Soviética, China y Cuba, así como
ante el Partido Comunista Mexicano”.
La Liga aprovecha la efervescencia sindical en
las zonas industriales de Ecatepec, Naucalpan y Tlalnepantla, en el estado de
México, y emprende una campaña propagandística entre obreros. Los guerrilleros
acuden armados a las asambleas de trabajadores, los alientan a seguir luchando
y reparten el Madera. En tanto, el cerco policiaco se estrecha.
Así, la Liga interviene en el movimiento
sindical de la Cervecería Modelo. El 20 de febrero de 1977, uno de sus comandos
irrumpe en una asamblea de mil trabajadores y anuncia que para lograr las
demandas laborales secuestrarían al dueño de la empresa. El movimiento sindical
es desmantelado y son despedidos unos 100 trabajadores.
El 30 de marzo, la Liga secuestra a Antonio
Fernández, presidente del consejo de administración de esa empresa. Antes de
liberarlo, el grupo armado obtiene 25 millones de pesos, la reinstalación de
los obreros despedidos y el pago de pensión a más de 150 jubilados.
La respuesta oficial es devastadora. El 12 de
abril, la Brigada Blanca descubre al comando que realizó el secuestro en una
casa de seguridad de la colonia Avante; 200 elementos de la Brigada Blanca,
encabezados por Francisco Sahagún Baca y el coronel Rafael Rocha Cordero,
rodean la casa y, tras una balacera, detienen a seis guerrilleros, entre ellos
Francisco Pérez Rayón y Luis Miguel Corral García, el principal dirigente de la
Liga. Son trasladados al Campo Militar Número Uno; a la fecha están
desaparecidos.
El 31 de agosto de 1977, la Liga intenta
secuestrar al profesor de la UNAM, Hugo Margáin Charles, hijo del embajador
mexicano en Estados Unidos, pero muere desangrado. Esta fue quizá su última
acción armada importante.
En esos años se da una guerra sin cuartel entre
guerrilleros -cada vez más acosados y diezmados- y la fuerza antiguerrillera
-cada día más cruel y brutal. En los últimos cinco años de la Liga, menos de 10
de sus militantes caen en la cárcel, los demás fueron asesinados o
desaparecidos.
El 24 de enero de 1981, cerca de Ciudad
Universitaria, agentes de la Brigada Blanca acribillan a Miguel Ángel Barraza
García, El Piojo Negro, jefe del
comité de redacción del Madera y último dirigente de la organización.
Para 1982 la Liga está prácticamente
desmantelada; sus dirigentes, desaparecidos o muertos; y deja de aparecer el
Madera (se publicó hasta el número 58). La Liga había sido derrotada. Aunque
algunos grupos siguieron actuando por varios años, ésta ya no existía como tal.
Ese año el gobierno mexicano propuso la
posibilidad de legalizar a la Liga como partido político si renunciaba a las
armas. Jaime Laguna, cuenta que “esta
posibilidad nunca se concretó, ya que a la persona que le hizo la oferta, un
enviado de Jesús Reyes Heroles (secretario de Gobernación), nunca informó al resto”.
Era el final, pero insiste Heladio Torres: “Nos derrotaron militarmente por errores que
cometimos y porque no calculamos la violencia que usaría el Estado contra
nosotros, pero nuestra propuesta política sigue vigente”.
En
la actualidad el Periódico Madera es el órgano central de la Liga de Unidad
Socialista, y se sigue publicando a través de Internet, en donde también se pueden
consultar los números anteriores de Madera a través de este enlace:
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