#Xochicuautla: Sobre la defensa del bosque, el agua, el territorio y la traición del comisariado ejidal.
La Voz del Anáhuac
27 de febrero, 2015
Con información de: Dignidad Rebelde Fanzine y Más de 131
La
madrugada del 27 de febrero centenares de policías tomaron posiciones en San
Francisco Xochicuautla, Lerma, Estado de México. Su misión fue intimidar a la
población que se opone a la construcción de la carretera privada
Naucalpan-Toluca, que afecta el territorio de Xochicuautla, Huitzizilapan,
Ayotuxco y otras comunidades de esta región, pues este día se verificó una
asamblea ejidal para obtener el aval de la población para esta obra. Una parte
de la gente está de acuerdo con la obra pues les han prometido el pago de
indemnizaciones por la afectación.
Pero los originarios, los que conservan su
cultura y tradiciones se oponen porque dicha obra será a costa de la tala de
hectáreas de bosque, miles de árboles serán derribados para dar paso al
megaproyecto carretero, lo cual será un ecocidio, pues la tala del bosque
extinguirá los mantos freáticos. Los habitantes de la región lo llaman “Bosque del Agua”, pues es una
importante zona de recarga acuífera que dota del vital líquido a los pueblos de
esta región, pero no sólo, también de aquí se surte agua a la ciudad de México.
Por eso defienden el bosque, por eso se oponen a la carretera, porque ello
implica defender el agua. Para ellos bosque y agua son vida.
Estas comunidades se han asumido como guardianes del bosque. Para ellos el
agua y la tierra son consideradas como la Madre, pues ambas, conjugadas son
dadoras de vida, Por eso, para ellos el bosque es sagrado, defenderlo es vital. Sin bosque y sin agua, las
comunidades se extinguirán, por ello consideran que la destrucción del bosque y,
con ello, la desaparición de pozos y manantiales, es la destrucción del entorno
que les ha dado sustento durante siglos. Por eso, la imposición del
megaproyecto carretero equivale a una guerra de exterminio.
Así que se han organizado como Frente de Pueblos Indígenas en Defensa de la
Madre Tierra y se han unido al Congreso
Nacional Indígena, surgido a raíz del levantamiento zapatista en Chiapas,
hermanando su lucha a la de los pueblos originarios en distintas regiones del
país donde también se defiende la tierra, el agua y el territorio frente a la
voracidad de diversos megaproyectos neoliberales: carreteras, acueductos,
minería a cielo abierto, parques eólicos, presas hidroeléctricas, termoeléctricas,
gasoductos, megaproyectos turísticos, pues todos ellos van despojando
territorios, destruyendo la naturaleza, desplazando poblaciones enteras,
acabando con la vida en aras del “progreso”
y la “modernidad”.
Desde octubre pasado parte del bosque nahua-otomí
fue ocupado por policías federales para
que los pobladores no puedan detener la tala de árboles en el trazo de la
carretera ya en construcción. Y es que ahora se está destruyendo el bosque por
donde pasará la carretera, pero en seguida serán áreas más extensas las que
sufrirán esa devastación, pues vendrán aparejados proyectos turísticos,
inmobiliarios, comerciales, hoteleros que acabarán con el bosque y no habrá ya
agua que se filtre, será el fin de la zona de recarga acuífera. La destrucción
del bosque trae como consecuencia inmediata la ausencia de las lluvias.
Ahora la policía ocupa el pueblo de
Xochicuautla, pues así se asegura que en la asamblea, convocada por el
comisariado ejidal corrupto y traidor,
puedan aprobarse los acuerdos que permitirán continuar con ese proyecto
de muerte que es la carretera Naucalpan-Toluca.
La asamblea se realizó sin el quórum mínimo
necesario. Se levantó una lista de 184 comuneros asistentes de un total
superior a los 800. El Comisariado dio un informe sobre los apoyos del gobierno. Incluso habló del
amparo que tienen los inconformes, pero ellos dicen tener otro que está en
curso. No les dieron la palabra a los que se manifestaban contra el proyecto.
Se pusieron los granaderos entre la asamblea y el Comisariado y la mesa de
debates. Finalmente se hizo la votación y 173 comuneros decidieron por los
afectados y por toda la comunidad. Patética la imagen de granaderos protegiendo
a los traidores comisarios ejidales en la asamblea. Nefasta presencia que no
muestra más que el miedo de los traidores y corruptos hacia un pueblo digno que
no se prestó a esa falsa y fraudulenta “asamblea”,
no la legitimó con su presencia. Ahora fueron muchos menos los que asistieron
con la vaga esperanza de que les toque algo de los dineros prometidos para “indemnizar” a los afectados.
El ecocidio no se indemniza. No se indemniza
la calidad de asumirse como defensores del bosque, el agua y la vida. Tampoco
puede indemnizarse la dignidad de un
pueblo.
Quienes vivimos en la ciudad de México
sabemos lo que es padecer la escasez del agua. Padecemos la urbanización
salvaje que ha impuesto el capitalismo. Vivimos en una selva de concreto y
asfalto, en una Ciudad Monstruo. Por eso nos solidarizamos con quienes luchan
en defensa de los bosques y el agua. El megaproyecto carretero Naucalpan-Toluca
también nos afecta a nosotros, pues empeorará las ya de por sí difíciles
condiciones en que sobrevivimos.
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