Reproducimos aquí tres notas
pasteadas el 05, 15 y 26 de febrero en las que se informa de la huelga que los
trabajadores petroleros de Estados Unidos llevan adelante en contra de cargar
con los efectos de la crisis que ha desatado la baja mundial del precio de los
hidrocarburos ¡Que la crisis la paguen los
capitalistas!, es el grito de combate de los trabajadores petroleros de los
Estados Unidos.
Esta es la lucha más importante registrada desde 1980 por parte de este
sector de la clase obrera, inédita en su fase neoliberal. Imposible según los
apologistas de un sistema que hoy enfrenta una crisis inevitable.
Estemos pendientes, registremos y analicemos el desenlace de esta gesta,
podría ser un importante indicador para los trabajadores que hoy resisten en el
mundo la devastación provocada por el depredador neoliberalismo.
(La Voz del Anáhuac
Los trabajadores petroleros de Estados Unidos van a la huelga
Por Gustavo Montegro
Unos 3.800 trabajadores
nucleados en el United Steel Workers (USW) entraron en huelga el 1° de febrero
en reclamo de mejores salarios y mejores condiciones de trabajo. La medida
afecta a importantes empresas, que refinan el 10% de las naftas, el diésel y otros
combustibles. Shell y Marathon, entre otras compañías, anunciaron ‘planes de contingencia’ para tratar de
mantener la producción, un eufemismo que refiere a “mantener las operaciones con equipos de gestión no sindicalizados” (New
York Times, 2/2).
A mediados
de enero, las patronales y el sindicato comenzaron las negociaciones para la
renovación de un convenio de trabajo que abarca a 63 plantas del país. Los
trabajadores reclaman un aumento salarial (según el portal Terra -3/2-, una
duplicación), mejor paga de las horas extras, “cuidado de la salud (…) y
(por) los niveles de dotación de
personal, que los líderes sindicales dicen que son demasiado bajos, dejando a
los trabajadores cansados y propensos a errores” (New York Times, ídem).
Asimismo, los trabajadores han advertido sobre problemas de seguridad que
derivan en incendios, fugas y explosiones, que amenazan tanto a los
trabajadores como a las comunidades donde están emplazadas las plantas.
Las
negociaciones están estancadas desde el 21 de enero. Las patronales rechazaron
cinco propuestas obreras: “un
estancamiento prolongado podría llevar a una huelga nacional de (los) 30.000 trabajadores sindicalizados en las
refinerías, plantas químicas e instalaciones de tuberías, lo que podría afectar
potencialmente a casi dos tercios de la producción de combustible de la nación”
(ídem). Los precios de la nafta y el diésel en los surtidores
norteamericanos subieron por las preocupaciones sobre el suministro.
Crisis y
disputas
Como parte de la puja
internacional por el nivel de los precios del petróleo y de la disputa por los
mercados, derivada de la crisis mundial, quebró la primera compañía
norteamericana de gas de esquisto (que requiere precios elevados para hacer
rentable su extracción). “WBH Energy se
ha convertido en la primera compañía (…) que ha quebrado desde que los precios del crudo se derrumbaron hace
seis meses” (Aporrea, 9/1), pero son varias las que estarían suspendiendo
sus planes de perforación de los pozos. Gordon Kwan, director de análisis
petrolero de Nomura, estimó que “un
descenso de entre el 15 y el 20% de la producción estadounidense
(eliminaría) el exceso de oferta mundial
de 1,5 millones a 2 millones de barriles diarios” (Wall Street Journal,
2/2).
La huelga
en las refinerías es un indicio de que los trabajadores no se adaptarán
mansamente a los avatares de la crisis capitalista. Según algunos medios, la
huelga petrolera norteamericana es la más importante desde 1980. Por su
triunfo.
Continúa la gran huelga petrolera norteamericana
La huelga petrolera norteamericana (en reclamo de un aumento salarial,
cambios en las condiciones extenuantes de trabajo, y mejores condiciones de
seguridad) superó los diez días.
Con la incorporación de mil obreros de dos
plantas pertenecientes a la Britisth Petroleum, la cantidad de huelguistas
ascendió a casi 5.000 trabajadores, y a once la cantidad de plantas paradas en
distintos puntos del país. Según algunos análisis (World Socialist Web Site,
11/2), la directiva del sindicato (USW) desarrolla una ‘huelga selectiva’ -que sólo abarca a una porción de las plantas
que representa- porque una ampliación de la huelga desarrollaría un choque
general de la clase obrera con el gobierno de Obama, que realiza denodados
esfuerzos para tratar de desactivar las medidas. Hasta el momento, el sindicato
ha debido rechazar seis ofertas patronales miserables.
La directiva del USW estaría dispuesta a
levantar la huelga a cambio de algunas mejoras en las condiciones de seguridad,
pero las patronales se muestran intransigentes. De hecho, apelan a personal
tercerizado para tratar de quebrar la resistencia obrera, apuestan al desgaste,
y desarrollan un proceso de despidos. “Según
un estudio publicado por la Reserva Federal de Dallas, para mediados de 2015
Texas habrá perdido 128.000 empleos asociados al crudo. Estados productores
como Dakota del Norte, Alaska, Oklahoma y California presentan un escenario
similar” (El País, 7/2). La Britisth Petroleum anunció la congelación de
sueldos de 80 mil trabajadores.
No se condice con sus ganancias, elevadas a pesar
de los precios decrecientes del petróleo. La huelga petrolera (la más
importante desde 1980) expresa una disposición de la clase obrera a no
adaptarse a los avatares de la crisis capitalista.
LOS TRABAJADORES PETROLEROS DE
ESTADOS UNIDOS NO SE RINDEN Y CONTINÚAN LA HUELGA
febrero 26, 2015
de guerrillacmx
¡Que la crisis la paguen los capitalistas!
Nuevas refinerías y más de 1.500 nuevos trabajadores petroleros se han
sumado al paro luego de que el sindicato metalúrgico (USW) rechazase por
séptima vez la propuesta mísera de conciliación ofrecida por la patronal de
Royal Dutch Shell, quien, a su vez representa también a otras compañías
incluidas Exxon Mobil y Chevron. Trabajadores de la mayor refinería yanqui,
Motiva Enterprises Refinery en Port Arthur, Texas, se adhirieron a la medida de
fuerza, seguidos por los trabajadores de Motiva Convent, Motiva Norco, Shell
Chemicals Norco y Motiva Enterprises, todas propiedades de la Shell y
subsidiarias de la petrolera árabe Saudi Aramco. También se adherirían, en las
últimas horas, empleados de otras refinerías y petroquímicas en Louisiana y
Ohio.
Luego de un mes de negociaciones y 20 días de
huelga, son 6.500 los trabajadores, 12 refinerías y 15 petroquímicas que
mantienen la medida de fuerza. A pesar de que la directiva del sindicato busca
evitar una movilización total de los trabajadores de la industria, a la espera
de una “concesión digna por parte de la
patronal”, ya se ha paralizado un 20% de la capacidad de refinación de la
industria norteamericana (Wall Street Journal, 22/2).
El reclamo por mejores salarios y en denuncia de
las condiciones de seguridad laboral (esta semana ha habido una explosión en
una planta de Exxon, en la localidad de Torrance, California, que ha
contaminado con ceniza hasta varios pueblos aledaños) se corresponde con un
momento donde la clase obrera norteamericana comienza a levantar cabeza en
reclamo de sus reivindicaciones; desde la acción para duplicar el salario
mínimo en Seattle, las grandes movilizaciones de los trabajadores de Wal-Mart
por la hora de 15 dólares, y la última gran huelga de nueve meses de los
portuarios de la Costa Oeste. El portal World Socialist Web Site cita a Obama,
cuando a fin de 2014, dirigiéndose a una mesa redonda de la patronal
industrial, manifestó su preocupación ante el “descontento social motivado por el nulo crecimiento en los ingresos y
salarios”. Obama no quiere que el paro petrolero sea el catalizador de una
gran movilización de los trabajadores de EE.UU.
Aún ante la crisis petrolera mundial donde el
precio del barril ha perdido hasta un 50% de su valor, las ganancias de los
pulpos petroleros como British Petroleum, Chevron, Conoco Phillips, Exxon Mobil
y Shell, ha sido de 90 mil millones de dólares el último año. Decenas de miles
de millones han ido a parar al bolsillo de los gerentes y accionistas. La
calificadora Standard and Poor’s ha triplicado el valor de bonos y acciones de
las refinerías desde 2012, cuando fue negociado el último acuerdo entre la patronal
y los metalúrgicos (Bloomberg 20/2). Los petroleros quieren que la crisis la paguen los capitalistas.
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