Entrevistas de José Martín Peña Guzmán y Cristian
Leyva
Fotografías:
Cristian Leyva, Heriberto Paredes
Es
febrero de 2014 y un operativo encabezado por comuneros exiliados se dirige –luego
de tres años de vida seminómada entre Jalisco y Colima– a la comunidad nahua de
Santa María Ostula, municipio de Aquila en el estado meridional de Michoacán.
La acción pretende voltear el orden impuesto por los Caballeros Templarios, quienes, por lo menos desde 2009, han
aterrorizado a la población, la han despojado de las tierras con el objetivo de
abrir un puerto alterno al de Lázaro Cárdenas, han asesinado a 32 líderes
comunitarios y desaparecieron a 6 habitantes de la comunidad. Se trata de una
operación apoyada por autodefensas de los municipios colindantes, Coalcomán,
Cohuayana y Chinicuila. Luego de varios días de cateos en diversas poblaciones
pertenecientes a la tenencia de Ostula, se logra una primera «limpieza» que asegura la permanencia de
las autodefensas y el inicio de un proceso de reconstrucción del proyecto
político que se venía dando –por lo menos– desde mediados de la década pasada.
Poco a poco las personas que tuvieron que abandonar sus casas para salvar
la vida, regresan. Como si se tratara de algo increíble, los lugares por los
que no podían pasar vuelven a ser transitados y la confianza regresa
paulatinamente gracias a la presencia de la nueva guardia comunitaria reforzada
por varios elementos de las autodefensas.
Un año ha pasado desde que este nuevo episodio comenzó en la vida de
Ostula. Para esta parte del estado la violencia
no es una novedad, por el contrario, se ha vuelto una mala costumbre
de la cual tal vez cueste alejarse. Desde 2009, el periodo encabezado por
Mario Álvarez, alias «el Metro» y
Federico González, alias «Lico»
(políticos locales priístas y operadores de los Caballeros Templarios en la región) se convirtió en uno de los
periodos más violentos para la comunidad indígena, significó la consolidación
de un cártel que utilizaba las vías de comunicación existentes al igual que las
tierras comunales, para trasladar droga a otros países y para llevar a cabo
los entrenamientos de los miembros del cártel, tal es el caso del rancho
La Tipitina, una herencia del cartel de
los Valencia (o del Milenio) que
ha pasado por los Zetas y la Familia Michoacana.
Actualmente la vida comunitaria vuelve a ser visible. Se han señalado a
quienes favorecieron las actividades del crimen organizado y las autoridades
agrarias se han renovado; la guardia comunitaria está cada vez más consolidada
como un proyecto de seguridad que atiende a las 26 poblaciones pertenecientes a
la tenencia de Ostula y se vuelto a poblar la comunidad de Xayakalan,
lugar fundado a finales de junio de 2009 junto con la recuperación de
aproximadamente 1000 hectáreas de tierras comunales que permanecían en manos de
pequeños propietarios miembros de los Caballeros Templarios o vinculados a
ellos.
«Ahora la comunidad está más fuerte y no tenemos
miedo»
Evaristo
Domínguez es un hombre pequeño, silencioso y discreto no pierde la oportunidad
para sonreír. Él es uno de los comuneros que fueron amenazados por el crimen
organizado, a pesar de ello, no se fue de Ostula y se mantuvo en su casa,
trabajando en la medida de lo posible, con el temor de que cada día podía ser
el último. Él pertenece a la generación de campesinos que creyeron en la
defensa de sus usos y costumbres como criterio para organizar la comunidad,
durante mucho tiempo estuvo al lado de varios de los habitantes que fueron
asesinados o desaparecidos; se trataba, no sólo sus compañeros de lucha, sino
de sus amigos, su gente. Pese a que sus hijos abandonaron el país y
migraron a Estados Unidos, él decidió quedarse porque no le parecía ético
abandonar la comunidad en momentos tan difíciles. Su voz se quiebra cuando
recuerda este momento.
Como parte de una generación de luchadores sociales indígenas, Evaristo
vivió muchos de los procesos políticos que hacen de Ostula lo que es hoy, en
particular recuerda la situación de las tierras que querían recuperar y que
estaban en manos de pequeños propietarios vinculados a la delincuencia
organizada, señala que para tratar de calmar la organización comunitaria, el
gobierno les ofreció programas asistencialistas:
La primera vez que nos llegaron a ofrecer a nosotros el programa, como les
digo, de nombre PROCEDE, como no le entramos, la próxima vez que llegaron le
cambiaron el nombre, dijeron que PROCEDE era sólo para los ejidos y que para
las comunidades indígenas se le dice PROCECOM, caso que tampoco la comunidad,
la asamblea general no lo aceptó tampoco, luego pudimos entender que era una
trampa que nos estaban tendiendo porque ya luego, primero nos llegaron con un
nombre y luego con otro nombre, por eso la asamblea decidió no entrarle. Y pues
sí, ya después pudimos entender que era una trampa ya bien preparada del
gobierno, seguro con el interés de que nos calmáramos, porque la comunidad
estaba decidiendo entrar a recuperar sus tierras, duramos años con la
problemática de ese lugar llamado Xayakalan, para operar y arreglar los
problemas. Desde la década de los 60, poquito después de haberse ejecutado la
resolución de 1964, la comunidad descubrió y reaccionó porque los terrenos de Xayakalan
habían quedado siempre en manos de supuestos pequeños propietarios que tenían
invadidas nuestras tierras. La comunidad opinaba que algún día íbamos a
recuperar aquellas tierras y como el gobierno se empezaba a dar cuenta de que
la comunidad tenía esa decisión pues entendimos que con esa razón el gobierno
nos ofrecía ese programa. De todos modos la comunidad no hizo caso de ese
ofrecimiento que nos hicieron y por eso desde los 60 hasta 2009, la comunidad
dio la decisión de recuperar esas tierras.
El proceso
desatado en 2009 no se llevó a cabo de manera improvisada:
Desde 2003 hasta que decidió la
comunidad recuperar por su propia cuenta el 29 de junio de 2009. Pero antes
tuvo que estarse preparando para entrar; primero, mediante la asamblea general,
la comunidad reforzó su seguridad nombrando a comandantes y a la policía
comunitaria para estar resguardados por nuestra cuenta y así lo hicimos. Así lo
hizo la comunidad. Claro no fue fácil, fue muy duro porque después de haber
tomado las tierras hubo asesinatos, desde 2009 para acá empezaron las cosas
difíciles. […] como que ya veíamos que casi nos estaban dominando, casi nos ganaban,
pero en este año [2014], en febrero,
empezó a reorganizarse la comunidad con el refuerzo de la policía comunitaria
de nueva cuenta, porque como que ya había perdido sus fuerzas por lo muy
riesgoso que se puso. De febrero para acá la comunidad comenzó a reorganizarse
y comenzó a hacer sus asambleas porque durante estos tres años ya no había
asambleas y no había porque también el comisariado de bienes comunales se puso
al lado de esa gente contraria; decimos esto porque dejó de hacer asambleas y
no informaba nada, hasta que ya salió en agosto y entro un nuevo comisariado y
es así como hemos visto que la comunidad ha tomado más fuerzas.
Santa María Ostula: ahora
la comunidad está más fuerte y no tenemos miedo (video)
Evaristo habla, además, sobre las complicaciones de llevar este proceso en
un contexto siempre asediado por los intentos del crimen organizado por retomar
el control de la zona:
No es fácil como les estoy platicando, porque ahora el
pasado 16 de diciembre hubo un atentado, una emboscada, queriendo
asesinar al comandante general que ha tenido la comunidad, Semeí Verdía. […] yo creo que lo que está fuerte es la situación con los pequeños
propietarios, nosotros sí creemos que ellos son los que se ponen al lado del
gobierno, o el gobierno los protege a ellos, pero la comunidad está en posesión
de las tierras y va creciendo la población. El gobierno también tiene intereses
en la minería, como por ejemplo una minera que está trabajando cerca de la
comunidad de Aquila y quiere ahí mero en Xayakalan construir un puerto para
embarcar hierro con más facilidad. Nosotros sabemos que esa era la intensión y
los pequeños propietarios ya tenían acuerdos con el gobierno.
La valoración de Evaristo es muy clara: «ahora
la comunidad está más fuerte y no tenemos miedo, pero hay que hacer una
reflexión sobre las mejores formas de aplacar a este capitalismo que nos está
tratando de aplastar».
Testimonio
de un comunitario
Germán
Ramírez es otro habitante de Ostula, él hace su esfuerzo y participa desde la guardia
comunitaria. Es evidente un tic nervioso que le ocasiona ciertos gestos, se
muestra firme y con la disposición para continuar con las labores de seguridad
que se han desarrollado desde hace un año y que día con día se complejizan.
Para él las cosas ahora están tomando forma, sobre todo en lo respectivo a
las investigaciones sobre los responsables de los asesinatos y desapariciones
pero también sobre las vinculaciones y apoyos que se les dieron a los Caballeros Templarios. Se está
desarrollando un proceso de justicia comunitaria que Germán explica de la
siguiente manera:
La cuestión de la asamblea comunal a favor de los principios de las
comunidades, a favor del beneficio social de todos los que integran la
comunidad, a favor del grupo de autodefensas y comunitarios del municipio y de la población de Ostula está bien. La mayoría de
nosotros y de la gente que fueron afectadas está bien ahora, las que no se
sienten seguras son las familias de los Templarios, esos son los que no se
sienten seguros. ¿Qué está pasando? En el tiempo del 2009 al 2014 hubo mucha
traición por parte de comuneros, de las familias que estaban infiltradas en la
organización comunal y ahorita se está reconstruyendo, se está viendo quién sí
sirve y a quién le funciona la comunidad y a quién no le funciona la comunidad.
Lo digo así porque quiere decir que estamos de acuerdo con que las cosas se
hagan bien, entonces la asamblea está tomando las determinaciones correctas,
los que vendían madera, los que estaban de acuerdo con el crimen organizado,
las personas que estaban de acuerdo con los 32 asesinatos y las 6
desapariciones, esas personas no nos sirven. No se les está corriendo, no se
les está golpeando, no se les está haciendo nada ni siquiera se les toca un
pelo de parte de los comunitarios o las autodefensas. La comunidad está decidiendo los castigos de acuerdo a
los hechos que hicieron, no es una persona o dos, es toda la comunidad.
Nosotros nos mantenemos bien, pero a la expectativa de cualquier cosa, de
que aquellas personas quieran infiltrarse, para eso estamos, para proteger a
nuestras familias, la comunidad está organizándose, está reconstruyéndose y las
familias en la comunidad viven bien. De mi parte remarcar que esto va a seguir
por el bien de todos y no por el bien de unos cuantos como era antes.
Trinidad de la Cruz, líder comunero de Ostula, cofundador de Xayakalan en tierras recuperadas por pueblo nahua en costa de Michoacán, asesinado en 2011 por banda criminal |
Tenemos la convicción de defender a nuestro pueblo
(video)
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Con
este testimonio y con las palabras de Evaristo cerramos este texto, justo en la
víspera de las celebraciones que conmemoran un año de trabajos comunitarios y
de reconstrucción. Tal parece que Ostula, sus mujeres y hombres, se perfilan
para constituirse en uno de los proyectos más sólidos y claros de autonomía
indígena en Michoacán y en el resto del país. Su participación constante en el
Congreso Nacional Indígena (CNI) y la reciente participación de algunos
delegados en el Festival Mundial de las Resistencias y las Rebeldías contra el
capitalismo ha permitido romper el silencio mediático y dejar claro que es la
comunidad, a través de su asamblea general, la que va marcando el paso y el
rumbo a seguir.
Adjuntamos una denuncia hecha por la localidad de La Ticla, población
perteneciente a Santa María Ostula. Este lugar fue escenario de muchos de los
crímenes que los Caballeros Templarios
cometieron entre 2009 y 2014:
Asamblea
Comunal de Carácter Permanente en la Cabecera Comunal Santa María Ostula,
Michoacán.
29 de
Noviembre de 2014
Reunión de personas afectadas por el crimen
organizado de la localidad de la Ticla, municipio de Aquila, Michoacán.
Con
fecha anterior del 2009 al 2014 el grupo
de Criminales encabezados por:
Lázaro
Alejo Domínguez alias «El Pingüis»
Martín
Domínguez Pineda alias «El
Chepo»
Uldarico
Nemesio Santos alias «El Wali»
Cristian
De Asís alias «El Carne»
Omero Girón
Buelvas alias «El Totler»
Antonio
Cárdenas Nazario alias «El Alacrán»
René
Zambrano Sánchez
Felipe
Ramírez Cirino alias «El Felipillo»
Todo
ese grupo de criminales vivían en la casa de la señora Hilda Domínguez Pineda y
sus hijas Maulín y Alma eran «las halcones»
o «punteras». También vivían en la
casa de Esteban Domínguez, en la casa de Clara Flores alias «La Cotoncha» ella era una «halcón» o «puntera» junto con doña Amalia Reyes.
Por
otro lado, están en proceso de
investigación a cargo de la comunidad las siguientes personas por ser señalados
como «halcones», ellas son
Leonel
Girón Leyva, Socorro Domínguez Santos, Santiago Santos Celestino, Andrés Alejo
Estrada.
Estas
personas traidoras a la comunidad eran los que decidían a quien o a quienes
matar o extorsionar o asaltar. Estas personas traidoras son las que le daban
toda la información a “Lico”, a Mario
Álvarez, alias «el Chacal», de
quienes en la comunidad hablaban en una asamblea sobre el conflicto de
Xayakalan para después matarlos.
Desde
las casas antes mencionadas, salían a hacer sus crímenes, asaltos, extorciones
y así fueron tomando el control de la comunidad.
Después
empezaron a secuestrar y a matar, en la localidad de la Ticla, mataron a: Teodulfo
Santos Girón, Crisóforo Sánchez Reyes, y a otra persona que vino de visita.
Al
compañero Teodulfo Santos Girón lo secuestraron en la playa de la Ticla y lo
mataron en el panteón del pueblo antes mencionado.
Al
compañero Crisóforo Sánchez reyes lo secuestraron en la pastorela del pueblo de
la Ticla y lo mataron en el campo de futbol de la localidad antes mencionada, y
la otra persona que vino de visita lo mataron en el jardín del pueblo.
También
después que tomaron el control de toda la comunidad extorsionaron:
Al
señor Eladio Buelvas, papá, con la cantidad de $ 30,000 y a sus hijos.
Hugo
Buelvas con $30,000 y en ese momento que entregó el dinero le dijeron que se
fuera del pueblo.
Edén
Buelvas con $10,000, él fue golpeado y amenazado de muerte en el campo de
futbol por «El Pingüis», Lázaro
Alejo Domínguez.
El
compañero, Fredy de la Cruz, fue extorsionado y amenazado de muerte junto con
su hermana Yolanda de la Cruz donde también se tuvieron que salir de la
comunidad, aquí cabe mencionar que el compañero Fredy de la Cruz le mataron a
su abuelo Trinidad De La Cruz, él era un comunero líder cofundador del pueblo
de Xayakalan; al compañero Trino lo secuestraron y torturaron arrancándole una
oreja y después matarlo, él iba con un grupo de personas que venían
comisionados de una organización social de otros pueblos indígenas de los demás
estados.
Ahí en
esa muerte del compañero Trino se vio que todo era por el movimiento de lucha
que la comunidad está ejerciendo. Porque nosotros nos preguntamos ¿por qué nada
más a él? Si eran como unas 6 o 8 personas que secuestraron y después dejaron
ir a los demás y nada más a él lo mataron.
En el
año de 2012, con fecha de 23 de septiembre de 2012 fue golpeado y amenazado de
muerte el comunero Apolinar Santos de Jesús por Lázaro Alejo Domínguez «El Pingüis», Antonio Cárdenas Nazario «El Alacrán» y le dijeron que tenía dos
horas para que se fuera del pueblo con toda su familia.
Después,
ellos, los criminales antes mencionados se metieron a las casas, ya estando en
las casas de don Apolinar y de sus hijos empezaron a saquearlas; de allí se
robaron todo, se sabe que todavía hay algunas casas robadas en el pueblo.
Estos
criminales estuvieron viviendo desde la fecha antes mencionada también en esas
casas, hasta que llegaron los comunitarios encabezados por Semeí Verdía, huyeron
de la comunidad y hasta la fecha el gobierno no ha hecho justicia, y estos
criminales siguen libres.
También
cabe mencionar que se hicieron dos denuncias, una en Coalcoman y otra en
Colima, y ahí están denunciados estos criminales y otros más. Estas denuncias
se hicieron en el año de noviembre de 2013 y febrero de 2014.
Cuando
o cuánto tiempo tiene que pasar para que el gobierno solucione estos crímenes,
que en su totalidad son 32 comuneros muertos por el crimen organizado de «Lico»,
Mario Álvarez «el Chacal» y su grupo
de criminales que azotaron a la comunidad.
Esta
denuncia es de la localidad de la Ticla de las personas afectadas antes
mencionadas, también le pedimos a las demás localidades o encargaturas que denuncien
para que así tengan más fuerza.
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