“Mexicanos: si esta situación anómala se
prolonga; si la paz, siendo una aspiración nacional tarda en volver a nuestro
suelo y a nuestros hogares, nuestra será la culpa y no de nadie. Unámonos en un
esfuerzo titánico y definitivo contra el enemigo de todos; juntemos nuestros
elementos, nuestras energías y nuestras voluntades y opongámoslos, cual una
barricada formidable, a nuestros verdugos; contestemos dignamente,
enérgicamente, ese latigazo insultante que Huerta ha lanzado sobre nuestras
cabezas; rechacemos esa carcajada burlesca y despectiva que el poderoso arroja,
desde los suntuosos recintos donde pasea su encono y su soberbia, sobre
nosotros, los desheredados, que morimos de hambre en el arroyo”.
Manifiesto a la Nación de Emiliano Zapata,
Campamento Revolucionario en Morelos,
Octubre 20, 1913, Manifiesto a la Nación
Campamento Revolucionario en Morelos,
Octubre 20, 1913, Manifiesto a la Nación
Diálogo Nacional:
Por un proyecto de Nación incluyente, libre y democrática
Propuesta de unidad para la transformación del país
PRONUNCIAMIENTO
Febrero del 2015
La desaparición forzada de los
43 jóvenes estudiantes conscientes de Ayotzinapa fue la gota que derramó el
vaso y nos mostró con toda su crudeza el hartazgo social, la indignación y la
rabia contenida por tanto agravio, saqueo, impunidad, muerte y marginación
causados por un sistema político, económico y social en decadencia. Buscábamos
a los 43 jóvenes y con horror encontramos a miles de víctimas sin rostro y sin
nombre, sepultados y abandonados como desechos humanos en fosas comunes de todo
el país. Y no sólo eso, sino que también encontramos a una nación devastada,
con el tejido social roto y los efectos de una guerra no declarada contra el
pueblo disfrazada de combate al narcotráfico. El dolor de tanto agravio
acumulado, sacude y nos despierta a la pesadilla en que convirtieron al país
los delincuentes que gobiernan. Y entonces inundamos las calles, plazas y
barrios, hermanados, enarbolando la
bandera de la dignidad y la justicia. La demanda ya no sólo era encontrar a las
43 víctimas, sino eliminar de una vez por todas la barbarie y la injusticia
social para construir entre todos el proyecto de nación que necesitamos.
Con éste
antecedente, la propuesta que hoy difundimos busca abrir una etapa de discusión
nacional para convertir nuestros enojos y frustraciones en una fuerza colectiva
que contribuya al rescate de la nación y la construcción de un proyecto de país
libre, incluyente y soberano, donde las mayorías tengamos asegurados los
derechos más elementales, hoy pulverizados por la política de un Estado aliado
a los intereses transnacionales.
1.- Vivos se los llevaron,
vivos los queremos. Justicia para los que cayeron. Las cuentas de nuestro
dolor son interminables y antiguas. En el 68 vivos y vivas se l@s llevaron.
Unos cayeron abatidos por las balas, otros fueron desaparecidos por el
ejército, policías y guardias blancas; otros más fueron víctimas de la
negligencia y la impunidad hecha gobierno. Larga es la lista de esta criminal
ofensiva contra nuestro pueblo. En el 71 y 74, vivos y vivas se l@s llevaron.
Durante las décadas siguientes creció la lista: San Cosme, Nepantla, Acteal,
Atenco, Aguas Blancas, El Charco, El Bosque, Chavajeval, Tlatlaya, Pasta de
Conchos, Agua Fría, San Fernando, Guardería ABC, Ciudad Juárez y muchos
ejemplos más de crimen, impunidad, desaparición forzada y genocidio. En
septiembre del 2014, vivos y vivas se l@s llevaron y Ayotzinapa se convierte en
el símbolo más presente de la resistencia social. Esos que se los llevaron o
asesinaron, quieren que olvidemos, que escondamos y “superemos” nuestro dolor
para seguir con la ignominia, quieren manchar la imagen de aquellas y aquellos
que se llevaron a ese umbral de terror y violencia sólo por luchar por su país
y su familia.
Pero nosotros no
olvidamos, ni aceptamos, ni perdonamos. A los desaparecidos ¡Vivos
los queremos!; exigimos castigo ejemplar para los asesinos de los
luchadores sociales y juicio político para el Estado criminal.
2. Ante la militarización, la
resistencia. Ante la pérdida de
legitimidad política y social y ante la necesidad de proteger las riquezas que
les genera su sistema corrupto, los dueños del poder político y económico han
invadido el país de oscuridad, dolor y represión. Eliminaron los derechos
humanos y saturaron el país con soldados, “gendarmes”, policías militarizadas y
grupos paramilitares, generando más miedo e inseguridad. Esta es una guerra no
declarada y agresiva en contra de nuestro pueblo. Estos criminales protegidos
por la impunidad institucional son responsables de más de cien mil asesinatos y
treinta mil desapariciones forzadas en nuestra patria.
La guerra fría de antes es la misma de hoy y se recicla porque la rebeldía, la
protesta y la búsqueda de la justicia son una amenaza para este sistema en
descomposición; porque la rabia e indignación no están en venta, porque no nos
rendimos, porque resistimos.
3.- Sin Nosotros no hay
futuro. Es muy
cierto que en nuestra dolida Patria, sus hijos, los más jóvenes, gritan su
rabia y coraje, pero también se pintan de esperanza, canto y revolución. El
futuro de México les pertenece, NOS PERTENECE, y esto nada
ni nadie lo parará: la rueda de la historia no se detiene. La Patria nueva
vendrá para todas y todos nosotros: jóvenes, estudiantes, amas de casa,
homosexuales y lesbianas, trabajadores del campo y de la ciudad, obreros,
artistas, maestros y maestras, personas de la tercera edad, intelectuales no
orgánicos, pueblos indígenas, los y las migrantes de aquí y de allá, los
desposeídos de ayer y hoy.
Pero esta nueva
Patria no llegará por sí sola, pues será resultado de nuestra lucha,
resistencia y organización. Hemos decidido tomar las riendas de nuestra vida,
ser sujetos de nuestro destino y liberar a nuestro país del mal gobierno y sus
aliados.
4.- Con ellos, un México justo
y democrático no existe. Esta
rabia y coraje va contra todos ellos, todos juntos, quienes representan a eso
que humilla, que aplasta la dignidad y la vida, que mata, desaparece, viola,
sacrifica y desecha a quienes no le sirven. Ellos no son nosotros, nunca lo han sido. ELLOS son
del PRI, PAN, PRD, de los Verdes, Convergencia, PT, Morena y otros más que
afloran como plaga en tiempos electorales. ELLOS también
son el sector empresarial representado por Televisa, Telmex, Grupo Salinas,
Grupo Cemex, Grupo México, Mexicanos Primero, la Concanaco y el Consejo
Coordinador Empresarial. ELLOS crean y conforman el
aparato represivo representado por el Ejército Mexicano, la Gendarmería, las
policías de todos los niveles. ELLOS son los jueces y
magistrados que dictaminan y sentencian siempre a favor del poderoso, que se
venden y normalizan la impunidad. ELLOS son la banca,
extranjera en su mayoría, pero usurera en cada caso, que expolia al pueblo
mediante préstamos con intereses exorbitantes y comisiones absurdas. ELLOS son
quienes están atrás de las políticas imperiales e intervencionistas y que
justifican los “pactos” hechos a
espaldas de la sociedad y que entregan los recursos de nuestro país a los
monopolios transnacionales. Todos ellos son la mayor amenaza a nuestra
dignidad, son el obstáculo para la lograr la justicia, la verdad y la
democracia en nuestro México futuro, al cual, ellos ya no pertenecen, ni
pertenecerán.
5.- Fin al sistema corrupto. La caricatura convertida en
presidente de la República y las gubernaturas y ayuntamientos son parte de la
tragicomedia grande y terrible que quiere ocultar la realidad de un país
saqueado y vendido por canallas locales y extranjeros. El país ha sido tomado
como rehén por esta mafia organizada e institucionalizada. El Estado y sus
instituciones políticas, sociales, económicas y de seguridad (el gobierno, las
instancias electorales, los jueces, partidos, ejército y policías) sólo
funcionan para sostener y perpetuar los intereses de un grupo de bandidos, de
sus familias y sus aliados neoliberales internacionales. Nada de lo bueno que
pudo representar la Revolución Mexicana de 1910 queda en pie, todo ha sido
destruido, eliminado, pulverizado por las reformas estructurales y las leyes
aprobadas al vapor y sin consenso social por políticos vende patrias que viven
de sueldos millonarios y prebendas del erario público sólo por levantar el
dedo. Al pueblo de México ya nada nos pertenece: ni las
minas, ni las playas, ni los ríos, ni la tierra, ni el petróleo, ni los
bosques. Ni los ferrocarriles, ni las autopistas, ni los segundos pisos. Ni la
educación, ni los trabajos, ni la electricidad, ni la salud. Ni los gobiernos,
ni los partidos, ni los sindicatos.
Hoy a los
mexicanos sólo nos pertenece la pobreza…, pero, sobre todo, aún nos
pertenece la dignidad. Sí, fuera todos los políticos corruptos, su
sistema y todo lo que ellos representan.
6.- De su desastre nosotros
construiremos un nuevo México. Hoy el Acuerdo Social Mexicano está roto,
deshecho, triturado. Lo ha estado desde hace tiempo. A pesar de que era letra
muerta, la Constitución Mexicana aún rescataba algunos logros del movimiento
revolucionario de 1910 que tanta sangre y sacrificio costó a nuestros hermanos.
Los remiendos hechos por los legisladores a la Carta Magna acabaron con las
conquistas alguna vez logradas. Ha llegado entonces el tiempo de
decidir entre nosotros qué país queremos, qué forma de democracia y
gobierno necesitamos, qué tipo de economía funcionará para todos, cómo queremos
que crezcan nuestros hijos y familias, cómo usar los recursos del país que a
todos nos pertenecen y cómo organizar una distribución de la riqueza en
beneficio de la sociedad y no de la élite que la saquea y legisla para
justificar la entrega del país al extranjero.
De este gran
diálogo constructivo entre nosotros, que adoptará formas creativas y que debe
extenderse a todo el país, saldrá un nuevo Acuerdo Social Mexicano,
una Nueva Constitución, nuestra segunda revolución social definitiva,
la Nación que queremos.
7.- Dignidad y Derechos para
todos. Ante todo y
sobre todo, queremos organizarnos en una sociedad nueva donde vivamos con
dignidad, justicia y derechos. Los que han luchado antes y quienes hoy seguimos
en la lucha, hemos marcado los fundamentos básicos de esta nueva sociedad:
Democracia, Libertad, Vivienda Digna, Tierra, Trabajo, Educación, Alimentación,
Salud, Paz con Dignidad, Justicia, Igualdad, Seguridad Social, Solidaridad y
Redistribución de la Riqueza y Recursos de nuestro País.
8.- Nuestro pueblo primero:
México sin Imperialismo. La
violencia, esa que no sólo destruye nuestra integridad física, sino que saquea
y desmantela a nuestra patria, la que ha sumido en la pobreza a la mayoría de
las familias mexicanas, no sólo viene del interior del país y del mal gobierno.
Sabemos que el imperialismo norteamericano es el principal responsable de las
condiciones históricas de miseria y desigualdad que han afectado a
Latinoamérica; durante décadas en muchas naciones hermanas, el imperialismo
impuso gobiernos; hoy, algunas de esas condicionantes han cambiado, pero en
México, ese mismo imperialismo sigue imponiendo su voluntad, mediante reformas
estructurales que aceleran la eliminación de derechos laborales y sociales, y
que buscan arrebatarnos todos los recursos naturales sin importar la enorme
destrucción ecológica y contaminación de ríos, mares, tierra, bosques y selva,
todo para beneficio de un puñado de empresas transnacionales.
De aquel lado se encuentra un
puñado de capitalistas nacionales y extranjeros con su riqueza ostentosa que
defienden a sangre y fuego con sus ejércitos y policías; de éste lado estamos
los millones de desposeídos con la fuerza de la razón y la dignidad, millones
de manos y corazones que organizados podremos construir el nuevo México que
necesitamos.
9.- En la liberación del país,
todas las luchas, todos los esfuerzos. Los mexicanos en todo el país, sea de manera
consciente o no, activa o pasiva, resisten la embestida neoliberal y levantan
banderas de lucha en todos los frentes y en todas las formas posibles. Nuestra
patria reclama cada voz, cada mano, cada paso, cada corazón y cada mexicano y
mexicana para vencer a la oscuridad convertida en poder y muerte.
Y todas las luchas y todos los esfuerzos de todos los sectores serán necesarios
e indispensables para salvar a nuestra madre patria. En las calles de las ciudades,
en los centros de trabajo, en la fábrica, en la organización vecinal, en el
caminar de indígenas y campesinos, de niños indigentes, de personas de la
tercera edad, en cada aula, en cada escuela, dentro del sindicato verdadero, en
la cooperativa, en los talleres, en las maquiladoras, en los mares y ríos, en
cada poesía rebelde, en el silencio de las montañas…
Nuestra historia de lucha no es nueva y será la mejor herramienta en este proceso de liberación nacional, nos permitirá lograr la unidad de todos los sectores sociales agraviados y sometidos a la rapacidad, el saqueo, la violencia y el horror del sistema neoliberal. La memoria colectiva de los pueblos, la diversidad de sus usos y costumbres hoy amenazados por esta ofensiva imperialista, es la identidad que nos fortalece y nos da unidad en esta lucha de alcance nacional.
Nuestra historia de lucha no es nueva y será la mejor herramienta en este proceso de liberación nacional, nos permitirá lograr la unidad de todos los sectores sociales agraviados y sometidos a la rapacidad, el saqueo, la violencia y el horror del sistema neoliberal. La memoria colectiva de los pueblos, la diversidad de sus usos y costumbres hoy amenazados por esta ofensiva imperialista, es la identidad que nos fortalece y nos da unidad en esta lucha de alcance nacional.
En todos los rincones del país se forjará la lucha de donde nacerá la
patria nueva, nuestro México libre y democrático.
10.- Vivir por la Patria o
Morir por la Libertad. Estas
palabras históricas de Vicente Guerrero, emitidas desde las montañas, aún
resuenan en nuestra memoria como un aldabonazo que nos impulsa a la lucha. En
otros tiempos, pero en la misma patria, en el estado de Chihuahua, el maestro
normalista Arturo Gámiz lanzaba la profética visión de que nada es gratuito en
la historia de nuestro pueblo. Al pueblo cada día le cuesta más; vivir le
cuesta; morir le cuesta. La historia, esa herramienta sociocultural de los
pueblos, es su memoria colectiva; con ella nos identificamos como mexicanos,
por eso pretenden eliminarla, pero la verdad histórica le pertenece
al pueblo. La hemos heredado y nunca la traicionaremos. Hoy es el
momento de la unificación de luchas, es el momento de la unidad de nuestro
pueblo oprimido.
En tod@s nosotras
y nosotros no existe ya duda de lo que somos, de lo que son ellos, de lo que
queremos y lo que no queremos, y con firmeza evocamos el Artículo 39 de
nuestra mancillada Carta Magna, que nos da, a nosotr@s, a nuestro pueblo, el
derecho inalienable de alterar o modificar nuestra forma de gobierno. Esta
es la razón y el fundamento de este llamado, este es el objetivo.
Encuentros Regionales por un Nuevo Acuerdo
Social Mexicano
Hacia el Diálogo Nacional, a la Unidad de las
Luchas, a la Organización de Nuestro Pueblo
Con el propósito
de avanzar juntos en hacia un dialogo nacional, y con base en los 10 puntos de
discusión desarrollados en Nuestra Propuesta de Unidad para
un cambio a fondo de la Nación, la Casa de Todas y Todos hace
un llamado a grupos, individuos y organizaciones para participar en los Encuentros
Regionales por un Nuevo Acuerdo Social Mexicano, que se convocarán y
llevaran a cabo consecutivamente en diversas regiones del país.
Está
claro que en este esfuerzo no somos los primeros ni los únicos. En el escenario
nacional se levantan miles de voces que reclaman la construcción de una nueva
nación más armónica y justa, un Nuevo Constituyente, la refundación del país.
Saludamos y nos sumamos a todos los esfuerzos en este camino para avanzar en la
liberación de nuestros pueblos. Nuestro llamado hoy es caminar juntos en esa
ruta sobre nuevas bases que tengan como elemento común la satisfacción de las
necesidades elementales de todas y todos.
Por
eso proponemos un diálogo de calidad con todos nuestros hermanos que luchan y
resisten en todo el país, de muchas formas, para impulsar acuerdos desde cada
lucha en la refundación y transformación de la Nación. Proponemos diálogo donde
participen representaciones legítimas, no partidistas ni gubernamentales, de
todas las regiones, todos los sectores, todas las comunidades afectadas por
este sistema genocida.
Creemos
que es necesaria la realización de este amplio proceso de diálogo para dibujar,
entre todas y todos, la silueta del país que queremos y necesitamos, un boceto
que será llenado y nutrido por el trabajo consciente de todas y todos por la
libertad, la democracia y la justicia.
Los objetivos de estos Encuentros
Regionales son:
1. Unificar una visión general
de la situación económica, política y social del país.
2. Aportar propuestas, desde
cada sector y cada lucha, para elaborar el Proyecto de Nación que todos
queremos, el nuevo Acuerdo Social Mexicano.
3. Definir el plan de trabajo
regional o los pasos que habremos de dar para avanzar en la elaboración del
Proyecto de Nación con la participación de otros sectores sociales no presentes
en los encuentros.
4. Definir la agenda y lugares
para las reuniones posteriores que habrán de realizarse para dar continuidad a
la propuesta de unidad generadas por los Encuentros Regionales.
5. Acordar los criterios mínimos
o elementos comunes que habrán de servir para la unidad de sectores sociales,
grupos, individuos y organizaciones interesados en el rescate y la
transformación de fondo del país.
Los Encuentros Regionales
serán espacios de encuentro plural en los cuales se pretende dar forma al
proyecto de país que todos queremos: uno incluyente, solidario, democrático y
soberano.
En las semanas y
meses siguientes la Casa de Todas y Todos, después de procesos de consulta,
hará público los llamados a cada Encuentro Regional según se vayan programando.
Al finalizar la
etapa de discusiones regionales, se establecerán las bases para la convocatoria
a un Dialogo Nacional por un Nuevo Acuerdo Social Mexicano.
¡VIVIR POR LA PATRIA O
MORIR POR LA LIBERTAD!
Casa de Todas y
Todos
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