UNA LECTURA ZAPATISTA (del Festival Mundial de las Resistencias y Rebeldías, por Pablo González Casanova)
ALAI,
América Latina en Movimiento
Mexico, 2015-01-09
Mexico, 2015-01-09
En los inicios del Festival (1), en un primer comunicado, el Subcomandante
Moisés da un mensaje en que enumera uno a uno a los pueblos originarios allí
presentes. Los menciona de uno a uno desde el Yaqui hasta el Ikoot sin orden
alfabético. Son treinta y cinco. Los mencionados sienten que los otros saben
que están allí.
Después,
el Subcomandante enumera a los de la Sexta Nacional e Internacional. Son veinte
y seis empezando por México, y siguiendo en orden alfabético desde Alemania
hasta Túnez. Allí están Canadá, Estado Español, Estados Unidos, Francia, País
Vasco, Rusia… entre otros
La
representación es indígena, es nacional e internacional. El conjunto muestra
ser mucho de joven y nuevo y también una alegría colectiva que trae recuerdos.
No sólo es indígena sino nacional y no sólo es nacional, sino internacional. No
sólo guarda memoria y saber de pasadas luchas. También da muestras del conocer
actual en que hay mucho de joven, aquí y en el mundo
En las
siguientes palabras el Subcomandante Moisés explora un nuevo estilo de
expresión. También de comunicación. Los frecuentes puntos y aparte con que en
el texto escrito sus pausas se registran tienen sabor de sentencias que se
dicen para reflexionar y hacer. Se dicen con respeto y modestia. Y con firmeza.
Al
empezar el Subcomandante aclara que por su voz habla la voz del Ejército
Zapatista de Liberación Nacional. El mensaje va a lo inmediato. Informa que
allí están, como invitados de honor que nos honran –dice– los familiares de
quienes nos hacen falta en Ayotzinapa, en México y en el mundo.
En unas
palabras junta a la comunidad, al país y al mundo. No aísla las luchas de los
pueblos originarios de las luchas nacionales y mundiales.
Desde
el principio lanza un postulado, que va a repetir una y otra vez, en que
relaciona la organización con la toma de conciencia. Hace ver que sólo
como pueblos organizados vamos a lograr la verdad. Y aclara lo que nos
ocultamos y lo que nos ocultan: sólo haremos “realidad” organizando el conocimiento y también la acción.
Hay que
fijarse: La verdad desaparecida estará ausente mientras no nos organicemos. Es
más, sólo organizados con la verdad podremos construir la justicia. Así, desde
la organización de la comunidad y del conjunto de comunidades organizadas –en
su interior y entre ellas– podremos construir la verdad y la justicia, esas que
añoramos y que sin organizarnos no lograremos por más que pensemos o que
hablemos.
Ya no
se refiere sólo a Ayotzinapa sino al mundo. Habla de la verdad que ha sido
secuestrada, de la verdad que ha sido asesinada en los rincones todos del
planeta Tierra.
En ese
punto aparece un énfasis teórico y estratégico impresionante. La lectura
zapatista ya no sólo se concentra en desconfiar de los malos gobiernos, tema
que el zapatismo invocara una y otra vez en la lucha por la libertad. Lo sigue
haciendo pero con más profundidad e insistencia.
En voz
del Subcomandante sostiene que esos malos gobiernos son empleados del capital;
que sólo sirven a los grandes capitalistas, y que más bien recuerdan a los
capataces, mayordomos y caporales de las grandes haciendas capitalistas.
El
llamado a la memoria colectiva y a la experiencia histórica de padres y abuelos
da mucho que pensar. Ayuda a salirse del mundo de las abstracciones. Junta el
pensar y el actuar, el pasado y presente, el antes y ahora, el aquí mismo y el
planeta Tierra. Todo por si algo se descuida, o no se considera, o no se sabe.
Esa es la verdad que camina en la casa y en el mundo.
Y no
importa lo que digan los malos gobiernos, porque en realidad no son gobiernos
que piensen y actúen por su cuenta, sino que mandan obedeciendo al mero mandón que es el capitalismo neoliberal.
En su
conclusión del pensar de veras para actuar, afirma que vivimos en un mundo en
que todo lo que queramos construir de verdad lo tenemos que construir entre
nosotros.
Y allí
aparece el ejemplo de los familiares de los asesinados y desaparecidos de
Ayotzinapa. Andan construyendo su búsqueda de la verdad y la justicia al
construir su propia lucha. Por la construcción de la propia lucha se empieza.
Tras
esa reflexión viene otra no menos importante contra el individualismo. Esa que
se da también por los intereses personales o mafiosos, por las clientelas o las
sectas y por las “tribus” políticas e
incluso revolucionarias, que se
destruyen en su interior mismo y que hacen estallar los proyectos
emancipadores.
Hay que
sostener con firmeza el pensar y actuar en solidaridad con nuestros hermanos
vivos o muertos, con esa solidaridad insumisa en que nos ponen el ejemplo los
familiares de los asesinados y desaparecidos en Ayotzinapa, los papás y las
mamás que dejaron sus casas, sus familias y su trabajo para encontrarse con
otras familias que tienen iguales dolores, rabias y ganas de resistencia.
Es
decir no hay que dejarse dominar por los intereses individuales ni sólo por los
familiares, ni quedarse nada más en la lucha del poblado, del barrio o de la
aldea, sino compartir con las resistencias y luchas que otros dan en otras
partes.
Lo
primero es luchar contra el individualismo que tanto daño hace a los lazos
familiares, a la fuerza de la comunidad o del movimiento de comunidades, y
luchar contra la idea de que un hombre o una mujer por sí solo, como individuo
admirable va a resolver nuestros problemas. No pensar nada más en los intereses
individuales ni creer en el individuo que dice que nos va a salvar.
En este
punto aparece la crisis de los partidos políticos en el mundo y el fin de las
ideologías y de los programas anunciados en las campañas, que ni se respetan ni
se cumplen. Esa crisis de las ideologías y de los partidos que tanto quiso y
quiere la ultraderecha para imponer el reino de las corrupciones y represiones,
pero que también es una realidad que muestra a los pueblos lo engañoso de la
democracia en que los pueblos no mandan.
Nada de
mediaciones de políticos y partidos que nomás dividen y se olvidan de todo y de
todos. Nada de vanas esperanzas en que nos van a salvar, cuando lo único que
les interesa es tener bases de apoyo para ganar puestos y concesiones en el
interior de sus partidos o de sus gobiernos.
Y dice:
convocamos a construir y a extender la
organización en cada lugar donde vivimos y donde otros que sufren viven. Para
eso es necesario imaginar cómo puede ser una nueva sociedad. Estudiar cómo
estamos en esta sociedad en que vivimos.
En lo que se refiere a nosotras y nosotros
los zapatistas es una sociedad donde somos explotados, reprimidos, despreciados
(pongan atención) y despojados por siglos
de patrones y hasta hoy, finales de 2014 y principios de 2015, así sigue la
sociedad.
Desde entonces hasta ahora nos han querido
engañar, diciéndonos que ellos, los de arriba, son los más chingones (se
refiere al neodarwinismo) y que nosotros,
nosotras, no servimos para nada (se refiere al neomaltusianismo).
Que somos tontos y tontas, así nos dicen.
Que ellos sí saben pensar, imaginar, crear,
y que nosotros y nosotras somos los peones en lo que hacen. “¡Al carajo con
eso!”
Afirma
contundente y expresiva… Y vuelve a la organización, con reflexiones cada vez
más profundas:
Los compañeros estudiantes desaparecidos
nos están llamando a organizarnos para que no nos pase igual en este sistema en
que estamos. Porque lo han explicado muy bien los familiares de Ayotzinapa. Como
buenos maestros, los familiares han explicado que el responsable del crimen es
el sistema capitalista por medio de sus capataces, de sus escuelas para
capataces, mayordomos y caporales. Y esas escuelas donde aprenden son los
partidos políticos de quienes sólo buscan cargos, puestos, puestecitos. Ahí es
donde se preparan los serviles de los malos gobiernos. Ahí es donde aprenden a
robar, a engañar, a imponer, a mandar. De ahí salen los que hacen las leyes,
que son los legisladores. De allí salen los que obligan a cumplir esas leyes,
con la violencia, que son los presidentes grandes, medianos y pequeños, con sus
ejércitos y policías. De ahí salen los que juzgan y condenan a los que no
obedecen esas leyes, que son los jueces… Su trabajo allá arriba es no dejarnos
respirar a los que estamos abajo.
Otra
aclaración. La lucha no es de razas, ni
de lenguas ni de nacionalidades, ni de generaciones. Y esto es lo que nos
enseñan los familiares y compañeros de Ayotzinapa, que es mejor que nos
busquemos y nos encontremos quienes padecemos esta enfermedad que se llama
capitalismo. Ayotzinapa no está en el estado mexicano de Guerrero sino que está
en todo el mundo…
Con
éstas y otras palabras que conmueven vale mucho la pena leer el discurso
completo, ya sin las apostillas que le pusimos para hacer ver que la sabiduría
humana se expresa por la boca de los zapatistas, y que los zapatistas dejan
claro una y otra vez que cada quien deberá luchar según su propio pensamiento,
según su lugar, según su historia, según su modo.
Con esa
amplitud de ideas, de posiciones, de compromisos, tras la crisis de las
ideologías los zapatistas se enrocan en la lucha por un mundo moral y por el
redescubrimiento de la teoría crítica. En sus palabras, del “pensamiento crítico” como veremos.
La organización de la verdad y del deber
con los de abajo y a la izquierda se convertirá en fuerza, junto con lo que se
aprenda de la propia lucha y de otras luchas a cuyos integrantes se acompañe, y
con los que se dialogue, de los que se aprenda. Luchar, dialogar y aprender son
tan importantes como organizarse.
Casi al
terminar sus palabras con un abrazo de cariño y admiración que los zapatistas
les dan a los ausentes y presentes de Ayotzinapa, menciona uno a uno los
nombres y apellidos de los cuarenta y seis muertos y desaparecidos… Sus nombres resuenan de manera
impresionante… Son de los caídos por un mundo en que desaparezca la
explotación, la represión y la discriminación, por un mundo sin capitalismo.
Y volviendo a esa lucha, tenemos que saber
que nos van a querer comprar, nos van a querer dividir, nos van a meter todo el
miedo o los miedos que puedan, y nos van a poner trampas para distraernos de
nuestra verdadera lucha y para que abandonemos (aquí
sale un concepto inesperado y presente) nuestro
NO a las transnacionales, todo porque sólo queremos vivir en paz sin
explotación del hombre por el hombre, con igualdad entre hombres y mujeres, con
respeto a lo diferente, y a que decidamos juntos lo que queremos en el campo y
en la ciudad.
Vuelve
así la creciente idea de las comunidades y sistemas de comunidades que deciden,
que tienen el poder organizado de decidir, y que nada tiene de anarquista como
creen los marxistas metafísicos con entusiasmo o enojo, sino que corresponde a
otro modo nuevo de expresión de una lucha con diferentes actores y su historia,
en que cuenta la de los pueblos originarios y la de los compañeros de la Sexta Nacional
e Internacional actuales y potenciales...
Pero
nada de vanos alardeos. Sabemos que falta lo que falta. De por sí lo sabemos.
Aunque el pensamiento crítico es necesario para la lucha. Teoría le dicen al
pensamiento crítico. El pensamiento que pregunta, que cuestiona, que duda…
Pensar y luchar, luchar y pensar. Ni en las condiciones más difíciles debemos
abandonar el estudio y el análisis de la realidad. El estudio y el análisis son
también armas para la lucha, para la organización.
Ni
solita la práctica, ni solita la teoría. Y recordar: no hay un solo caminante.
No hay un solo camino. Son muchos aunque el destino es el mismo: la libertad, La
Libertad, LA LIBERTAD.
Que
muera la muerte que el capitalismo impone. Que viva la vida que la resistencia
crea.
Con esas palabras que el lector
podrá encontrar en la dirección de “Enlace
Zapatista”
y en otros sitios, dejamos estas apostillas a un original que revela el papel
fundamental y el pensamiento profundo, que teniendo un alcance universal,
proviene de las minorías étnicas y de los pueblos originarios, pioneros en la
construcción de otro mundo posible y necesario, en que la sociedad se
organice, para que se haga lo que sus integrantes decidan, meta y medio
liberador en que se da a la política un papel dialogal y pedagógico sin
precedente en la historia de la educación y el diálogo.
- Pablo
González Casanova es Ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM).
NOTA:
(1) Desde
el 21 de diciembre de 2014 hasta el 3 de enero de 2015 se llevó a cabo el
Primer Festival Mundial de las Resistencias y Rebeldías contra el Capitalismo
en distintas poblaciones de Chiapas, México, con la participación del Congreso
Nacional Indígena, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, entre otros.
Ver más en
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