Equipo Indignación A.C.
19 de enero de 2015
Los derechos laborales son derechos humanos.
Autoridades de la UADY, obligadas a garantizar
salario digno a trabajadores manuales y administrativos.
Comunicado del
equipo Indignación en solidaridad con las y los trabajadores de la UADY en
huelga:
El día viernes 16 de enero del presente año, las y los trabajadores
Asociación Única de Trabajadores Administrativos y Manuales de la Universidad
Autónoma de Yucatán, iniciaron una huelga, la primera que se realiza en 40 años
en la máxima casa de estudios del estado, exigiendo a las autoridades de la
UADY la mejora en las condiciones de salario. En concreto las y los
trabajadores exigen el aumento de un 10 por ciento al salario, frente a la
propuesta del 3.4 ofrecida por la Rectoría de la Universidad.
En principio, es preciso recordar que los derechos laborales se
encuentran regulados por el artículo 123 de la Constitución Política y por
diversos tratados y convenios internacionales que obligan al Estado a
garantizar que todo empleador provea condiciones de trabajo decorosas para las
y los trabajadores.
Entre estos derechos se encuentra el de contar con un salario digno, es
decir, que sea suficiente para cubrir las necesidades mínimas de vivienda,
salud, educación y esparcimiento del trabajador y su familia; y la huelga
como un medio legítimo de defensa de los derecho de las y los trabajadores
frente a la empresa o el patrón para presionar con el fin de ejercer su derecho
a la contratación colectiva, lograr un reparto justo y equitativo de las
ganancias, que permita a las y los trabajadores realizar su trabajo con
dignidad y alcanzar un mejor nivel de vida. Es decir, tanto el derecho al
salario digno, como el derecho de huelga son derechos humanos constitucional y
convencionalmente reconocidos.
Frente a esta situación, lamentamos que las autoridades
universitarias, lejos de reconocer la precaria situación salarial de sus
trabajadores e intentar generar un proceso de diálogo y acercamiento para
resolver las demandas, hayan tenido, como primera opción, el plantear un “recuento de los trabajadores para saber si
están a favor de la huelga”, que, a pesar de haberse generado en
condiciones de presión, lo único que hizo fue reforzar el carácter legítimo del
movimiento obrero universitario y de sus exigencias.
Al respecto es preciso señalar que, como principal institución educativa
del estado, la Universidad Autónoma de Yucatán debería ser la primera
interesada en garantizar adecuadas condiciones laborales para sus trabajadores.
Lejos de ello, las últimas rectorías han privilegiado una retribución
desproporcionada para los directivos o han creado puestos cuya necesidad es
cuestionable, en lugar de destinar recursos al fortalecimiento de los
trabajadores de base.
El equipo Indignación manifiesta su solidaridad con el Sindicato de
Trabajadores Administrativos y Manuales de la Universidad Autónoma de Yucatán
que se encuentran en huelga en demanda de un aumento salarial.
Insistimos en que los derechos laborales son derechos humanos y hacemos
un firme llamado a las autoridades de la Universidad Autónoma de Yucatán a no
regatear recursos a los trabajadores que tienen, por supuesto, derecho a un
salario digno y adecuado.
Reivindicamos la necesidad, urgente en el país y en el estado de
Yucatán, de destinar mayores recursos para la educación, en este caso para la
Universidad Autónoma de Yucatán, para garantizar a las y los jóvenes el acceso
a la educación superior así como a las y los trabajadores de la Universidad las
mejores condiciones laborales.
En este contexto es preciso fortalecer las prácticas democráticas dentro
de las instituciones educativas y universitarias. La reciente elección del
Rector de la Universidad Autónoma de Yucatán expuso dudas sobre un proceso que
no es un ejemplo de transparencia ni de democracia. Persisten en la Universidad
prácticas antidemocráticas que lesionan a la propia universidad pero que,
además, tienen un impacto negativo en la sociedad.
Dentro de tantas necesidades, el salario de los trabajadores manuales y
administrativos tiene que ser una prioridad, pues es un derecho para los
trabajadores y sus familias.
Reducir la brecha salarial al interior de la Universidad tendría que ser
también un objetivo que mostrase un compromiso con los valores de la
democracia.
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