Militarización y criminalización de la protesta social. Diálogo entre pueblos (Casa de todas y todos)
(*, **;
Nota de La Voz del Anáhuac: En la
relación de hechos represivos publicados en el original, agregamos dos fechas:
5 y 14 de diciembre)
La Casa de
Todas y Todos se encuentra en el Mezquital cerca de Monterrey, Nuevo León, es
sólo un punto en la geografía de México, donde hace 45 años un grupo de mujeres
y hombres jóvenes decidieron salir a formar un ejército. Ellos son también
desaparecidos políticos, la misma historia…
“Todos somos Ayotzinapa,
todos somos Politécnico”
Han pasado 72 días desde que
comenzó el movimiento de los estudiantes del Politécnico, iniciado el 17 de
septiembre contra la aplicación del nuevo reglamento que representaría la
implementación de la reforma educativa, una más de las reformas estructurales
llevadas a cabo por el gobierno federal. Son ya 67 días de la brutal represión
perpetrada contra los normalistas de Ayotzinapa, que ha tenido como
consecuencia 6 Muertos, 2 jugadores de futbol, una mujer, Los estudiantes
Daniel Solís Gallardo, Julio Cesar Ramírez Nava y Julio Cesar Mondragón quien
fue bárbaramente torturado, 2 estudiantes se encuentran en el hospital, uno con
el paladar deshecho a causa de un impacto de bala y otro con muerte cerebral y
43 estudiantes desaparecidos por el Estado Mexicano, en un acto de lesa
humanidad.
En nuestro país nos han obligado a vivir la violencia, la guerra, de
manera cotidiana, nos quieren obligar a pensar y sentir que es “normal”, pero bien sabemos que no lo
es, la situación de violencia en la que vivimos es producto de una guerra
contra el pueblo; la pobreza, la vulnerabilidad en la que se vive, y más de 100
mil muertos y 30 mil desaparecidos son hechos evidentes, innegables que lo
demuestran, así como las agresiones, intimidaciones, violaciones a los derechos
humanos por el Estado a los que nos manifestamos exigiendo la presentación con
vida de los 43 estudiantes desaparecidos, porque ¡vivos se los llevaron, vivos los
queremos!
El recuento muy general de
represión y criminalización a la legítima protesta social en contra del tirano
de las últimas tres semanas es:
El 15 de noviembre, policías
ministeriales del Distrito Federal realizaron disparos en la UNAM, hiriendo a
un joven, ese mismo día de manera arbitraria e ilegal fueron privados de su
libertad Bryan Reyes Rodríguez, estudiante de la Escuela Nacional de Música, y
Jaqueline Santana López estudiantes de la Facultad de Estudios Superiores (FES)
Aragón.
En la manifestación del 20 de
noviembre, como parte de la jornada internacional de solidaridad con
Ayotzinapa, hubo un desalojo violento del zócalo de la ciudad, detenciones
arbitrarias y con lujo de violencia. Hubo 11 detenidos que fueron golpeados y
llevados a penales de máxima seguridad.
La madrugada del 21 de noviembre
sobre Miguel Bernard dos vehículos tipo sedán colores café y azul
respectivamente hicieron disparos con armas de fuego a la altura de la ESIA
Zacatenco (10, 8 c y 2az).
El 28 de noviembre, miembros
del ejército armados irrumpen en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
de la Universidad Autónoma de Coahuila, buscando identificar a estudiantes y
profesores que se han manifestado en solidaridad con Ayotzinapa.
Ese mismo día, 28 de noviembre,
en las inmediaciones de la Ciudad Universitaria se detiene con lujo de
violencia a Sandino Bucio, estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras de
la UNAM.
El día primero de diciembre,
nuevamente detenciones arbitrarias al finalizar la marcha en la que ya no solo
se exige la presentación con vida de nuestros compañeros normalistas sino
también la renuncia de EPN.
El día 5 de diciembre (*)
fue encontrado el cuerpo de Edith Gutiérrez Pérez, estudiante de la ESCA-IPN Santo
Tomás, integrante de la Asamblea General Politécnica que sostuvo el paro en
contra de la reforma educativa neoliberal en el IPN. Fue degollada al llegar a
su domicilio. No fue por robo, ni por violación, fue un crimen de Estado. “Su asesinato
demuestra el desprecio por la vida que el Estado mexicano ha mostrado en las
últimas décadas”.
“Tus
ojos fueron cerrados…
tu
voz nunca será callada,
la
semilla que has dejado se enorgullecerá
al
saber que la primavera no se detendrá”
Hasta
la Victoria Siempre, Compañera Edith Gutiérrez
Con estas palabras, la Asamblea
Estudiantil de la ESCA asegura que en su memoria y en la lucha que continúa
Edith seguirá presente.
El 14 de diciembre (**), en horas de la madrugada fueron atacados por agentes
federales y policías estatales estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, padres
de los estudiantes desaparecidos y asesinados, y profesores de la CETEG, cuando
se disponían a hacer los preparativos para la realización del concierto “Una luz en medio de la Oscuridad”, en
la ciudad de Chilpancingo, como parte del Plan de Acción acordado por la
Asamblea Nacional Popular, con la exigencia de la presentación con vida de los
compañeros normalistas desaparecidos que ha movilizado en todo México y en el
mundo a los pueblos.
Ante estos actos represivos nos
preguntamos
¿Quiénes son los
estudiantes?
Son un referente social de
transformación, de creación de nuevas formas de organizarse, de cultura, de
exigencia de mejores condiciones de educación, de salud, de vida, de vida digna,
son sujetos que potencian la capacidad de aprender pero también de enseñar, son
críticos, nos refieren la búsqueda de un mejor ser humano, de la libertad. Sí
también la muestra y ejemplo mismo de solidaridad cuando se unen a las luchas
del pueblo, son como jóvenes el pasado, presente y futuro de nuestro país.
Son los que están apoyando también la lucha de los politécnicos por el
incremento al presupuesto en educación, la salida de la policía y grupos
porriles de sus instalaciones, el cese a las pensiones vitalicias a directores
del poli, por la democratización de toda la vida social en los centros
educativos y la dignificación de condiciones de estudio, de trabajo, de
enseñanza y aprendizaje democrático, incluyente, científico y humanista.
Los estudiantes también son los que tienen a nuestro país movilizado,
los primeros que ante los crímenes de Ayotzinapa salieron a las calles, los que
sacaron de su oficina al secretario de gobernación para exigirle diálogo
público, los que luchan por la exigencia y respeto a la autonomía
universitaria, los que exigen justicia y no se callan. Los que sabemos que los
ataques individualizados perpetrados por las autoridades en nuestras escuelas
son contra el movimiento, contra el pueblo.
Y por eso el estado nos asesina, lo acontecido en Ayotzinapa el 26 y 27
de septiembre es un mensaje muy fuerte, en nuestro país salir a la calle es un
riesgo, y el riesgo de sufrir violencia extrema si eres estudiante es más
grande. Recibimos el mensaje los estudiantes, los jóvenes, las mujeres, las
familias, la sociedad, y la respuesta ha sido contundente, nos horroriza, nos
da miedo, pero nos duele e indigna más, nos da rabia, los hechos han cimbrado a
la sociedad dándole la fuerza para volver a tomar las calles, salieron primero
los estudiantes en una hermandad con “Ayotzi”
inherente a su condición de estudiantes, rápidamente se fueron sumando otros
sectores de la sociedad que hicieron suyo el reclamo de la presentación con
vida de los jóvenes estudiantes y ríos de gente siguen inundado las calles, las
plazas, estaciones de radio, casetas, puentes y aeropuertos, para exigir un
alto a la impunidad, para exigir justicia.
Buscábamos a 43 estudiantes desaparecidos y encontramos decenas,
cientos, miles de muertos sin nombre, sin registro, sin huellas, sin rostro,
sin brazos ni piernas, triturados y pulverizados en el abandono. La pregunta
obligada fue ¿quién es toda esa gente sepultada, que en vida tuvieron familia y
nombre? La búsqueda de los estudiantes sacó a la luz decenas de fosas clandestinas,
y descubrimos asombrados en lo que habían convertido el país quienes lo mal
gobiernan: una inmensa narco-fosa.
Los olvidados que sembró el poder en Ayotzinapa hoy repican las
campanas del dolor y la rabia, gritan y exigen justicia para que acabemos de
una vez con la impunidad de un Estado asesino y cómplice en esta guerra
interminable contra el pueblo: SI NOS OLVIDAN HABREMOS MUERTO, nos
gritan en silencio; y en respuesta, miles de voces salen a las calles, truena
la indignación, se desborda el hartazgo. ¡AYOTZINAPA SOMOS TODOS!, somos
todos, el pueblo solidario y no el poder, que es el único responsable, es la
frase que resuena en todos los rincones del país.
Al Estado no le ha preocupado ni lo acontecido en Ayotzinapa, ni la
movilización de la sociedad, le han preocupado más las voces del extranjero y
el desprestigio internacional, que sobra decirlo, espanta las inversiones y no
abona bien el terreno para las reformas estructurales que permiten la entrega
de los recursos naturales a las transnacionales.
El Gobierno prefiere que el tiempo apague las voces y desgaste el
movimiento, para seguir con su sangrienta represión contra la resistencia. Y
mientras pasa la tormenta simula ser tolerante y abierto al diálogo. Cuando las
aguas estén “tranquilas” y las
cámaras se encuentren otro lago, se volverá más sanguinario contra los
inconformes. El fantasma del 68 tras la matanza de los estudiantes en
Tlatelolco regresa hoy porque nunca se fue. Y volverá todas las veces que sea
necesario mientras lo permitamos.
Luchar por un Politécnico de puertas abiertas al pueblo de México y que
ponga la técnica al servicio de la patria, luchar para que las escuelas rurales
sean también dignificadas, al ser también producto de la lucha revolucionaria,
son actos necesarios encaminados a la construcción de un país en el que todo el
pueblo consciente sea quien decida libremente su camino, su destino. Los
espacios para la educación, en ese sentido, deben convertirse en procesos
pedagógicos que partan de la premisa de la lucha por la liberación de los
pueblos.
Hoy hay voces que claman la destitución de Peña Nieto. Creemos que eso
no solucionaría el problema, porque él solo es una marioneta que se mueve al
antojo del imperialismo. Sin embargo, la renuncia del títere sería un primer
paso.
Hoy TODOS SOMOS AYOTZINAPA y TODOS SOMOS POLITÉCNICO y el clamor de
nuestros jóvenes y de todas las víctimas del Estado criminal nos llaman a
asumir un mayor compromiso por un cambio a fondo, mediante la lucha en todas
sus trincheras. Porque a medida que avanza el despojo y la entrega del país
mediante las reformas estructurales, se volverá más feroz y encarnizada la
lucha de la sociedad que se niega a ver la muerte, la desaparición y el
asesinato implementados por el poder como un hecho inevitable y cotidiano.
Sabemos que todas estas agresiones no son casuales, la represión, la
criminalización, y ahora la militarización que atenta contra los estudiantes,
contra los jóvenes, son un plan en México y en otras partes del mundo. Es una
estrategia en todas partes, eso es lo que hay que aprender.
No es que el gobernador o el presidente municipal o de la república sean
malos, es decir no solo es que sean malos, son unos tiranos, eso es indudable,
lo esencial, es entender que se trata de un plan mundial contra la juventud,
contra los estudiantes, contra los pueblos, contra la vida.
En ese sentido hermanamos las luchas de los pueblos con este Diálogo
entre Pueblos, el compañero Leonidas Oikonomakis de Grecia nos habló
sobre “la Austeridad y las luchas sociales
en Grecia”, los compañeros de Ikasle Abertzaleak organización estudiantil
de Euskal Herria nos hablaron del movimiento estudiantil y de liberación
nacional de la izquierda independentista vasca. Esta jornada del Diálogo entre Pueblos
se realizó el 2 de diciembre en la UAM-Xochimilco
Casa de Todas y Todos
¡VIVIR
POR LA PATRIA O MORIR POR LA LIBERTAD!
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