“Aun cuando un día formalmente mejoraran las relaciones entre Cuba socialista y el imperio…” (Discurso histórico de Fidel)*
Fidel Castro Ruz
Fuente: La pupila
insomne
30-12-2014
Recientemente se han dado algunos signos de
distensión entre el gobierno de Estados Unidos y Cuba: se restablecieron relaciones
diplomáticas, previa liberación de presos políticos (3 de los 5 cubanos que seguían presos en
Estados Unidos, que realizaban actividades de contraespionaje, y algunos
agentes al servicio de Estados Unidos que realizaban labores de sabotaje y
terrorismo contra Cuba). Pero lo sustancial es que en Cuba, a partir de que
Raúl Castro asume la dirección del Partido Comunista y del ejército cubano, se
han estado aplicando reformas económicas de libre mercado que apuntan hacia la
restauración capitalista.
Es
pues interesante recordar las palabras de Fidel Castro en el 32 aniversario del
desembarco del Granma, el 5 de
diciembre de 1988 en la Plaza de la Revolución “José Martí”.
Ahora
nos preguntamos si tales reformas y el viraje en la política de las relaciones
con los Estados Unidos van en concordancia con los principios de la Revolución,
la independencia, la libertad y los derechos del pueblo cubano, que tanta
sangre y sacrificios han costado.
(Comentario de La Voz
del Anáhuac)
“Aun cuando un día
formalmente mejoraran las relaciones entre Cuba socialista y el imperio, no por
ello cejaría ese imperio en su idea de aplastar a la Revolución Cubana, y no lo
oculta, lo explican sus teóricos, lo explican los defensores de la filosofía del
imperio. Hay algunos que afirman que es mejor realizar determinados cambios en
la política hacia Cuba para penetrarla, para debilitarla, para destruirla, si
es posible, incluso, pacíficamente; y otros que piensan que mientras más
beligerancia le den a Cuba, más activa y efectiva será Cuba en sus luchas en el
escenario de América Latina y del mundo. De modo que algo debe ser esencia del
pensamiento revolucionario cubano, algo debe estar totalmente claro en la
conciencia de nuestro pueblo, que ha tenido el privilegio de ser el primero en
estos caminos, y es la conciencia de que nunca podremos, mientras exista el
imperio, bajar la guardia, descuidar la defensa (aplausos).
“Lo digo porque tal vez algunos se puedan preguntar si no
sería mejor dedicar esas energías, esos esfuerzos y esos recursos a la
construcción del socialismo, al desarrollo del país, y yo respondo y cualquiera
puede responder que sí, que sería mejor poder dedicar esos fondos, esas
energías y esos recursos al desarrollo del país, pero no dejaría de ser más que
una ilusión, una grave ilusión, una criminal ilusión, porque ese es el precio
que tiene que pagar nuestro pueblo por su Revolución, por su libertad, por su
independencia, por sus más sagrados derechos; es el precio que, incluso, a lo
largo de la historia han tenido que pagar muchos pueblos por su derecho a
existir. Y, en este caso, no solo para existir, sino existir por algo y para
algo.
“No podemos ignorar las realidades, y no creo que pueda
perdonarse jamás nuestro pueblo, ni podría dejar de pagar un altísimo y fatal
precio, si algún día se olvidara de esta realidad. Y no es que seamos
pesimistas, somos simplemente realistas; no es que estemos contra la paz y la
distensión; no es que estemos contra la coexistencia pacífica entre distintos
sistemas políticos y económico-sociales, es que somos y tenemos que ser
sencillamente realistas, y el realismo nos indica que mientras exista el
imperio y mientras exista un pueblo digno en esta isla, un pueblo
revolucionario en esta isla, habrá peligros para nuestra patria, a no ser que
un día nos rebajemos tanto o seamos tan indignos como para renunciar a nuestra
independencia, a nuestra libertad, a nuestros más sagrados y hermosos derechos” (aplausos y
exclamaciones de: “¡NO!”, y de: “¡FIDEL, FIDEL!”, y de: “¡FIDEL,
SEGURO, A LOS YANKIS DALES DURO!”).
*Discurso
en el acto por el XXXII aniversario del desembarco del Granma, fundación de las
Fuerzas Armadas Revolucionarias y proclamación de la Ciudad de La Habana “Lista para la defensa en la primera etapa”,
5 de diciembre de 1988 en la Plaza de la Revolución “José Martí”.
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