Ayotzinapa y Cantuta no se olvidan. Solidaridad desde Lima, Perú: Corazón y fuerza hasta encontrarlos
Por Caravana Climática
26 noviembre, 2014
LA RABIA NOS
UNE.
Es como si
nos hiciéramos viento para que esas semillas vuelvan a nacer con otros rostros,
con otras miradas, con otros pies para que se caminen y la vida florezca.
LA RABIA NOS
UNE.
Fue el estado
mexicano, el gobierno municipal al ordenar la ejecución y desaparición de
nuestros compañeros, fue el gobierno estatal por permitir que el narcotráfico
administre el quehacer político de un gobierno; fue el gobierno federal por no
enjuiciar al gobernador cómplice y por responder tardíamente e intentar con la
práctica del atole con el dedo, desaparecer la posibilidad de acceder a la
justicia.
Fue el gobierno mexicano.
Desde Lima,
nuestro corazón y nuestra fuerza, hasta encontrarlos.
VIVOS SE LOS
LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS.
AUDIO:
Entrevistas realizadas en el
transcurso de la movilización estudiantil en Lima, Perú este 20 de noviembre como parte de la Acción Global por Ayotzinapa.
El dolor y la memoria por los desaparecidos se hermana en una gran
marcha en Lima, Perú. A la convocatoria de distintos colectivos, principalmente
de jóvenes estudiantes, se dieron cita más de 500 personas en el parque
Washington para unirse este 20 de noviembre a la Acción Global por Ayotzinapa. Contingentes de distintas
universidades y de la sociedad civil limeña marcharon hasta la embajada de
México en la capital peruana para manifestar su solidaridad y apoyo a la
indignación de la población mexicana, para unirse ante las exigencias de
justicia y presentación con vida de los
43 estudiantes de la normal rural Rafael Isidro Burgos de Ayotzinapa en el
estado de Guerreo, quienes llevan 60 días desaparecidos por la
complicidad del gobierno y la delincuencia en lo que a todas luces es un crimen de Estado.
Los asistentes recordaron en esta acción a lxs
estudiantes y profesores peruanos de la Universidad Nacional de Educación
Enrique Guzmán y Valle, mejor conocida como «La Cantuta» debido a la
zona donde se encuentra en la periferia de la ciudad de Lima. La madrugada del
18 de julio de 1992 el Grupo Colina
–escuadrón paramilitar conformado por miembros activos del ejército peruano
bajo las órdenes del mayor Santiago Enrique Martin Rivas– irrumpió en las
residencias de la universidad, definida por los oficialistas como un «centro de cultivo de políticas radicales».
En el acto, nueve estudiantes y un profesor «sospechosos»
de haber participado en la detonación de un coche bomba dos días antes en el
barrio de Miraflores en Lima, fueron secuestrados, torturados y asesinados bajo
el consentimiento del ejército y del entonces presidente Alberto Fujimori,
quien actualmente paga una condena de 25 años en cárcel por este y otros actos
de genocidio.[1]
«Ayer fue
Cantuta, hoy Ayotzinapa; México y Perú es la misma lucha» era una
de las arengas que más motivaban el grito colectivo de apoyo a la inconformidad
y denuncia de los pueblos hermanos. Las movilizaciones de Lima son una muestra
del interés y apoyo que internacionalmente nace hacia los reclamos de México,
que se empiezan a unir desde las distintas latitudes de América Latina y del
mundo.
«México,
Perú, América Latina viven situaciones similares» dicen los
simpatizantes ante la exigencia por el cese a la represión contra los sectores
estudiantiles y populares en la región; la población se siente identificada y
obligada a apoyar. Declaran que pedir justicia por unos es un camino hacia el
logro de justicia para casos similares en todo el continente.
[1] Ver «La cantuta en la Boca del Diablo», documental acerca
del caso de lxs estudiantes peruanos secuestrados en 1992.
Duración: 2:09:09
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