Colectivos e individu@s repudiamos la masacre contra normalistas de Ayotzinapa frente a la Casa de Guerrero en el DF
Por
La Voz del Anáhuac
07
de octubre de 2014
La tarde del 7 de octubre, alrededor de las 5 de la
tarde, nos comenzamos a reunir algunas decenas de personas integrantes de
diversos colectivos o a título personal frente a la Casa de Guerrero en el DF
(Arquímedes 147, Col. Polanco) para expresar nuestro repudio por la masacre
perpetrada en el municipio de Iguala, Guerrero.
Compañeros de Chapingo, de
los medios libres, de San Juan Copala, de Uniroyal, del Colectivo de Abogados
Zapatistas, de la Biblioteca Popular, del Hormiguero Zero, de la CNTE, del Cleta, de la UNAM, de Azcapotzalco, vecinos y
trabajadores de oficinas y comercios de esta colonia, realizamos este mitin en
este lugar, no para hablar con ningún representante del gobierno de Guerrero,
sí para que escucharan nuestra palabra de dolor y rabia por el crimen de estado
perpetrado contra nuestros compañeros de la Normal Rural de Ayotzinapa el
pasado 26 de septiembre en la ciudad de Iguala, cuando se disponían a regresar
a la Normal, luego de haber realizado una colecta solidaria de fondos para
poder asistir a la marcha conmemorativa por el 46 aniversario de la masacre del 2
de octubre en Tlatelolco.
Ninguno de
ellos imaginó que esa noche se repetiría un crimen de esa naturaleza. Ya habían
pasado un episodio semejante el 12 de diciembre de 2011, cuando dos compañeros
de Ayotzinapa fueron ejecutados en una caseta de cobro de la Autopista del Sol.
Nosotros
tampoco olvidamos. Esto fue lo que esta tarde manifestamos frente a esta casa:
el gobierno de Guerrero ha asesinado estudiantes de Ayotzinapa, pero también ha
encarcelado a luchadores sociales, como Marco Antonio Suástegui, vocero del
CECOP (Consejo de Ejidatarios y Comunidades Opositoras a la Presa la Parota)
que desde hace más de 10 años han luchado en contra de la construcción de esa
presa; tiene en prisión a 13 policías comunitarios de la CRAC-PC (Consejo
Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria de la Montaña y Costa
Chica) porque decidieron organizar su propia seguridad y aplicar su propia
justicia, de acuerdo a sus tradiciones y a los derechos que tanto la Constitución
como los tratados internacionales les reconocen como pueblos originarios.
Que sepan que sabemos
que es un gobierno híbrido, en el que se mezclan los viejos grupos caciquiles
priístas, que llegan al poder por la alianza de PRD, PT y Movimiento Ciudadano,
financiados por grupos de la delincuencia organizada, en este caso de los
denominados Guerreros Unidos. En
resumen, es un narcogobierno, desde el nivel municipal, pasando por el estatal
y llegando hasta el federal. Estos grupos criminales han cooptado a
funcionarios de todos los niveles o han incrustado a sus operadores en todos
los niveles del gobierno.
Que sabemos
que esto ocurre así en Guerrero, pero también en Veracruz, en Tabasco, en
Michoacán, en Tamaulipas, en Nuevo León, en prácticamente todo el territorio
nacional. No se trata, como pretenden hacer creer, que ‘corrompieron a algunos policías’, sino que hay una simbiosis entre
la estructura empresarial capitalista del narcotráfico y la estructura del estado capitalista neoliberal,
del poder político en todos sus niveles y a través de cualquiera de los
partidos políticos electorales.
Y como
sabemos esto, también sabemos que no podemos esperar que haya justicia desde el
poder, ni del gobierno federal, ni ningún otro nivel del gobierno. Entonces no
venimos a pedirles nada. Venimos a decirles que sabemos la putrefacción que
permea al estado en todos sus niveles, que de ellos no esperamos nada, nada
queremos de ellos.
Que venimos a reclamar a
nuestros compañeros secuestrados por ellos, que les exigimos que los devuelvan
con vida a sus familias, a su escuela, donde ellos luchan por preservar a las Normales
Rurales porque ahí se forman los maestros del pueblo. Que sepan que la lucha de
los normalistas en defensa de la educación pública, gratuita, popular, crítica
y científica es también nuestra lucha, que es la lucha de todo el pueblo de
México.
Así transcurrió nuestro
acto de repudio al estado-capital y al narcogobierno frente a esa casa. Un par
de horas ahí, diversos compañeros y compañeras dijeron su palabra, expresaron
su opinión y después marchamos de ahí a la estación Polanco del metro, donde
realizamos otra acción: liberar, por espacio de una hora los torniquetes del
metro, al grito de “¡Metro, Metro
Popular!”, invitamos a la gente a saltarse, pasar por abajo o de ladito, no pagar pasaje, porque cada
peso de lo que se paga en el metro va a las arcas de un gobierno represivo, el
del DF que, igual que el de Guerrero, reprime a los jóvenes, que aquí en la
ciudad hay presos políticos, que les han inventado delitos, que si aquí hubiera
justicia no estarían en prisión y que por ello, algunos están en huelga de
hambre, poniendo en riesgo sus propias vidas, reclamando les sea devuelta la
libertad que les han arrebatado.
Los usuarios del metro,
en su mayoría trabajadores, denotaban una diferencia social marcada: unos
trajeados, otros muy humildes. Unos empleados de corporativos empresariales u
oficinas, que visten bien no porque ganen muy buenos sueldos, sino porque así
se los exigen las empresas para las que trabajan. Los otros, más humildes, son
trabajadores de la construcción, visiblemente cansados, o empleados de algunos
de los puestos ambulantes que abundan en las cercanías del metro. Pero unos y
otros, de traje o no, gustosos daban el salto, o se agachaban para pasar por
abajo del torniquete, o lo palanqueaban para poder pasar de ladito y ahorrarse, por lo menos para este viaje de regreso, el
pasaje. Y todos se llevaban además la información de la masacre perpetrada
contra nuestros compañeros de Ayotzinapa, sea por lo que se informaba desde el
megáfono, sea porque alcanzaron a recibir alguno de los volantes que les
distribuíamos.
Cerca de las 7:30 pm
dimos por concluida la jornada de hoy y nos retiramos en grupo, para evitar
detenciones, con el compromiso de estar en la marcha nacional que los padres y
madres de los 43 compañeros desaparecidos de Ayotzinapa convocaron. Ahí nos
vemos. Vamos a marchar, a las 4 de la tarde, del Ángel de la ‘Independencia’ al zócalo de la ciudad
de México, aquí, en el DF. Pero en diversos estados también se están convocando
para mostrar que en todo el país estamos al pendiente de lo que pasa en
Guerrero y que así haremos frente a cualquier otra agresión contra el pueblo en
cualquier parte del país, porque si
tocan a uno, nos tocan a todos.
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