Ayotzinapa: Solidaridad desde Colombia, Argentina, Austria ¡VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS!
Texto por Ana María Cuesta
Fotografías y video por Mauricio Poveda
Fotografías y video por Mauricio Poveda
Indignación
y solidaridad desde Colombia
Publicado el 25/10/2014
La noche del pasado 22 de Octubre en
la Plaza de Bolívar de la ciudad dLa noche del pasado 22 de Octubre en la Plaza
de Bolívar de la ciudad de Bogotá Colombia, se exigió 43 veces que “vivos
los queremos porque vivos se los llevaron” sintiendo junto con los
mexicanos la rabia, la impotencia y la tristeza de ver como los malos gobiernos
continúan arrebatándonos a los nuestros.
Pienso que todos los aquí reunidos coincidirán
conmigo
que cada vez que a través de testimonios personales o de documentos, tomamos contacto con la cuestión de los desaparecidos en Argentina o en otros países latinoamericanos, el sentimiento que se manifiesta de inmediato es el de lo diabólico.
Desde luego vivimos en una época en la que referirse al diablo parece cada vez más ingenuo o más tonto;
y sin embargo es imposible enfrentar el hecho de las desapariciones sin que algo de nosotros sienta la presencia de un elemento infrahumano de una fuerza que parece venir de las profundidades, de esos abismos donde inevitablemente la imaginación termina por situar a todos aquellos que han desaparecido.
que cada vez que a través de testimonios personales o de documentos, tomamos contacto con la cuestión de los desaparecidos en Argentina o en otros países latinoamericanos, el sentimiento que se manifiesta de inmediato es el de lo diabólico.
Desde luego vivimos en una época en la que referirse al diablo parece cada vez más ingenuo o más tonto;
y sin embargo es imposible enfrentar el hecho de las desapariciones sin que algo de nosotros sienta la presencia de un elemento infrahumano de una fuerza que parece venir de las profundidades, de esos abismos donde inevitablemente la imaginación termina por situar a todos aquellos que han desaparecido.
(Cortázar, 1981)
Lo ocurrido en
Iguala, Guerrero, desde el pasado 26 de septiembre, ha vislumbrado ante la
comunidad internacional la grave situación de violencia existente contra el
pueblo mexicano. La desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y la
aparición de 5 fosas con cuerpos calcinados, junto con los seis asesinatos
(tres de ellos eran estudiantes), muestran la represión que recibe la lucha
social y estudiantil en México.
La
noche del pasado 22 de octubre, en la Plaza de Bolívar de la ciudad de Bogotá,
Colombia, exigimos 43 veces que «vivos los queremos porque vivos se los
llevaron», sintiendo junto con los mexicanos la rabia, la impotencia y
la tristeza de ver cómo los malos gobiernos continúan arrebatándonos a los
nuestros.
Durante
años las escuelas normales en Oaxaca, Guerrero, Chiapas y Michoacán se han
caracterizado por su constante lucha. La presencia de estas escuelas en estados
que sufren altos índices de pobreza y marginación, han trazado el camino
generacional de padres e hijos en busca de mejores condiciones educativas,
sociales y económicas. Sin embargo, lo sucedido con los 43 estudiantes de
Ayotzinapa forman parte de una práctica sistemática de años atrás, realizada por
agentes del Estado, representados por militares, paramilitares y policías
movilizados a través de intereses partidistas en México que develan la
corrupción y el servilismo de la política y sus politiqueros.
Como mexicanos, principalmente sabemos que estos
hechos son históricos, no pasó espontáneamente; es algo que vivimos todos los
días y que hemos vivido todos los días y hemos vivido por generaciones. Sabemos
que los estudiantes iban a recoger dinero para la conmemoración del 2 de
octubre del ’68, el mismo halconazo
en el ’71, pero no sólo somos los estudiantes compañeros, también ha pasado
con indígenas campesinos, en la matanza de Acteal, de Aguas Blancas, la
matanza de Atenco e incluso, los feminicidios en el norte.
La
impunidad ha marcado la historia mexicana frente a las atrocidades de estos
hechos, pero las exigencias por verdad y justicia siguen latentes en una
sociedad que vuelve a recordar sus muertos y su historia; también para darse
cuenta que se recrudece la situación y que es necesario actuar a través de la
solidaridad internacional, la denuncia y la movilización social.
En
Colombia hemos vivido la misma historia, durante varios años el horror de la
violencia, la degradación de un conflicto armado, los crímenes de Estado, la
tragedia del narcotráfico y las acciones llenas de sevicia y terror
implementadas por paramilitares, han marcado generaciones enteras y han
alentado la lucha por cada uno de nuestros muertos.
Sin
embargo, siguen pasando los años y con ellos se multiplican las víctimas por todo
el país, continúan despojando a los campesinos de sus tierras y el fenómeno de
desplazamiento sigue siendo escandaloso, la lucha estudiantil por una educación
pública, gratuita y de calidad, se reprime y criminaliza
Madres sin hijxs, lxs
hijxs buscando a sus padres y –como en México– miles de fosas, hornos
crematorios, cuerpos río abajo y total ausencia de la verdad y de la justicia,
fueron y son el día a día de los colombianos. Por eso no era extraño que en la
misma Plaza de Bolívar este 22 de octubre nuevamente se volviera a levantar la
voz llena de rabia y dignidad por esas personas que se llevaron y no están; en
contra de los gobiernos genocidas con su propio pueblo.
La historia se repite
como tragedia decía Todorov, y los males que han aquejado a toda la región
latinoamericana, resurgen y vuelven a atacar al movimiento social, a la digna
lucha de los pueblos por educación, justicia, tierra, paz y libertad.
Lo que ocurrió en
Ayotzinapa «ya había sucedido, en 2011
asesinaron a dos compañeros de la misma rural normal, esto ya había pasado y el
Estado no tuvo las herramientas, nunca se dio respuesta fehaciente al reclamo
de estos dos compañeros, que tuvimos que esperar a los 43 secuestrados 6
muertos».
Hacer memoria en medio de
la violencia, salir a las calles a reclamar justicia, organizarse para
fortalecer la resistencia y extender lazos de solidaridad, siempre serán los
mecanismos para buscar la justicia y recuperar nuestra dignidad. No queremos la
«colombianización» de México, porque
nunca quisimos ser «colombianizados»
por una historia de sangre y horror; en cambio, nos unimos con el
pueblo Mexicano y decimos junto a ellos:
«¡Ya basta,
compañeros! Podemos hacer estas redes de cooperación internacional los que
somos afortunados, pero también desde nuestro país desde nuestra casa podemos
generar estos marcos de conciencia».
Expresiones de solidaridad en otras partes del mundo
Jornada de Solidaridad con
Ayotnizapa (Buenos Aires, Argentina, 22 de octubre)
Un contingente de más de
200 personas y de diversas organizaciones sociales se congregó frente a la
embajada de México para exigir la aparición con vida de los 43 estudiantes
desaparecidos de Ayotzninapa. Entre consignas, cantos, canciones y poesía una a
una las organizaciones sociales presentes se acercaron al micrófono a dar un
abrazo solidario a la lucha del pueblo mexicanos y a los familiares de los
estudiantes asesinados y desaparecidos.
Nos
acompañaron: Alicia Albino, de la Comisión Permanente por los DDHH, compañerxs
de Honduras, exiliadas del Golpe de Estado de su país, un violín y una voz
hermosa recitaron poesía. También estuvieron presentes los compas de la Red con
Solidaridad con Chiapas, y Nicolás Falcoff nos cantó un par de hermosas
canciones. Estuvieron los compas del Movimiento Popular la Dignidad expresando
su apoyo y solidaridad. Así como los compañeros del Frente Popular Darío
Santillán. Participaron también el Frente Estudiantil de Lucha, Centro de los
Trabajadores de la Argentina, Capital; Movimiento Patria Grande, La Brecha,
Congreso de los Pueblos de Colombia, Pañuelos en Rebeldía, quien nos cantó una
canción, Comisión de Trabajadores de Paty 16 de Junio en Lucha, Democracia
Obrera, Mujeres Libres Argentina, Teatro del fin del mundo, entre otros.
Una comisión integrada
por gente de la Asamblea de Mexicanxs en Argentina, de Pañuelos en Rebeldía y
del Movimiento Popular La Dignidad entraron a la embajada a ver cuál era la
respuesta a nuestra exigencia que presentamos el 8 de octubre pasado. Al salir,
la comisión informó que el Embajador los recibió y la respuesta reciba no fue
satisfactoria. El embajador entregó ¡20 hojas impresas con noticias de diarios
mexicanos! ¡El colmo del desinterés! Mencionó vagas e imprecisas generalidades
del caso e incluso demostró un desconocimiento de datos que debería, al menos
tener claros, como el número de casos de fosas encontradas, que dijo que hasta
el día 21 de octubre eran 6, cuando diversos medios de comunicación mexicanos
hablan de más de 30. Con eso quedó por sentado la nula voluntad de ser un canal
de comunicación de nuestras exigencias. ¡Su actitud despótica y desinteresada
es la imagen misma de la descomposición del Estado mexicano!
La Asamblea
de Mexicanxs en Argentina leyó el comunicado de prensa ante la respuesta de la
embajada:
«Denunciamos que no recibimos una respuesta satisfactoria
por parte de las autoridades correspondientes. Evidencia de una nula voluntad
de diálogo y atención de las peticiones, por lo que nuestras acciones tomarán
otro tono y otra dimensión. Para nosotrxs este crimen es una afrenta a la lucha
popular y social mexicana que no toleraremos. No descansaremos hasta que se
haga justicia y caigan todos los responsables de esta masacre.
Frente a este crimen y tragedia de tal envergadura,
exigimos:
1. Presentación
con vida de los 43 normalistas desaparecidos.
2. Juicio y
castigo para todos los responsables, materiales como intelectuales. Que se
investigue y juzgue al presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca y su
esposa: así como al gobernador del estado de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, y
al director de seguridad pública municipal, Felipe Flores Velásquez, por sus relaciones
con los grupos de narcotraficantes.
3. Que el
gobierno federal asuma la responsabilidad de no haber atraído el caso al ámbito
federal inmediatamente después de los hechos, pues con esta omisión y los
rezagos en las investigaciones evidencia complicidad.
4. Que se
garantice la seguridad de todos los manifestantes que en todo México protestan.
Cualquier nueva represión será entendida como una continuidad del crimen de
Ayotzinapa.
5. Que se
garanticen condiciones apropiadas para los familiares de los desaparecidos que
desde el 26 de septiembre viven en la escuela Normal Rural, en espera de
noticias sobre el paradero de los 43.
6. Que se
garanticen las condiciones de trabajo del Equipo Argentino de Antropología
Forense para la investigación pronta y expedita en la identificación de los
cuerpos encontrados en las fosas clandestinas. Y que se aclare la supuesta
desaparición de la persona que los escoltaba.
7. Reivindicamos
la necesidad de la existencia de las Escuelas Normales Rurales, como un
semillero de jóvenes, excelentes profesores, dignos y conscientes, a la altura
de su realidad histórica. No a la desaparición de las escuelas rurales!»
Luego de la
lectura del comunicado de prensa, asistentes a la manifestación tiraron globos
con pintura roja a la Embajada al grito de ¡asesinos, narcoestado, renuncien,
que se vayan, que se vayan todos!
Desde Viena, ¡les mandamos
mucha fuerza y solidaridad!
Nos quisimos sumar a la
protesta internacional, ya que no estamos dispuestos a dejar que pase
desapercibida tanta barbarie que está sucediendo en México. Queremos demostrar
solidaridad y sabemos que la hay desde muchas otras partes del mundo. Estamos
alzando la voz para que el gobierno sepa que no nos vamos a quedar ni callados,
ni con las manos cruzadas viendo como masacran a personas inocentes y que su
único «delito» es luchar por un
México mejor.
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