AYOTZINAPA, DÍAS DE FUEGO: toma de casetas, radiodifusoras, bloqueos carreteros, marchas… hasta encontrarlos
Por José Aureliano
Buendía y Eréndira Martínez
Cada nuevo día en la Normal de Ayotzinapa puede ser todo menos normal.
Desde el 26 de septiembre, la vida de esta histórica escuela se ha trastocado
para siempre. Pese a contar con una larga historia de agravios, lo sucedido la
noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre no ha permitido que los
estudiantes retomen sus actividades académicas y de prácticas escolares frente
a los niños del estado de Guerrero.
La vorágine de actividades que los normalistas rurales han emprendido
para exigir la presentación con vida de sus 43 compañeros no permite ni
siquiera pensar en el descanso. Muchos de ellos llevan meses sin visitar a sus
familias y con la incertidumbre sobre su futuro inmediato. Pese a ello, la
energía no ha decaído y, por el contrario, se ha contagiado a miles de personas
en todo el mundo para exigir la aparición con vida de los 43 estudiantes y
castigo a los culpables de la masacre de Iguala, en donde tres de sus
compañeros fueron asesinados por el Estado mexicano.
Alrededor de las 10 de la mañana los estudiantes
normalistas de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México
(FECSM) partieron de Ayotzinapa para dirigirse a las radiodifusoras locales a
emitir un nuevo mensaje al pueblo de Guerrero. En su mayoría, este grupo estaba
conformado por mujeres jóvenes de los estado de Aguascalientes, Tlaxcala,
Morelos y Oaxaca; provenientes de las Normales Rurales con población
exclusivamente femenina.
Mientras tanto, otro contingente estudiantil se dirigía a la caseta de
Palo Blanco, en la salida de Chilpancingo al puerto de Acapulco, en donde
ocuparían momentáneamente la caseta de peaje para repartir un volante y pedir
la cooperación voluntaria de los automovilistas que por ahí transitaban.
Lo recaudado en la toma de la caseta
se utilizaría para cubrir los gastos de alimentación que el estado de
Guerrero ha negado a los normalistas desde un par de días después de la
masacre, así como para apoyar los gastos de los padres de familia de los 43
estudiantes desaparecidos, quienes han tenido que abandonar sus trabajos para
dedicarse de tiempo completo a la búsqueda de sus hijos.
Las exigencias plasmadas en el texto del volante de
los normalistas son:
Justicia
integral para los tres compañeros caídos en la ciudad de Iguala Gro.
Presentación
con vida de nuestros 43 compañeros desaparecidos.
No
permitamos la impunidad de los hechos sucedidos en la noche del 26 y la
madrugada del 27 de septiembre en la ciudad de Iguala.
Encarcelamiento
a José Luis Abarca Velázquez, María de los Ángeles Pineda Villa, Ángel Heladio
Aguirre Rivero y Felipe Flores Vázquez.
Consulta el texto completo del volante difundido.
La actividad concluyó luego de propagarse el rumor
de que un grupo de antimotines llegaría a desalojarlos. Apenas unas horas
antes, había sido anunciada la llegada de 2,000 policías federales para
desalojar los bloqueos de carreteras y aeropuertos anunciados por los maestros
de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG)
en demanda de la aparición con vida de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
A pesar del ambiente de linchamiento mediático propagado por los buitres
de la prensa nacional y local, en donde se vincula a los normalistas
desaparecidos con un grupo del crimen en el estado de Guerrero, aquellos que
dan la cara por sus compañeros desaparecidos y sus familias no han cesado de
señalar que lo sucedido en Iguala fue un crimen de Estado.
Ante la intachable moral
de los estudiantes de Ayotzinapa, el movimiento ha crecido en solidaridad a
nivel nacional. En esta jornada de lucha por la presentación de los jóvenes
normalistas y el castigo a sus asesinos, estudiantes de diferentes
universidades a nivel nacional iniciaron un nuevo paro de actividades de
72 horas, en el cual se tomaron las casetas de peaje que van de la ciudad de
México hacia Pachuca, Toluca, Cuernavaca, Querétaro, Puebla, así como el
Circuito Exterior Mexiquense.
Con la misma intención
solidaria, un grupo de estudiantes tomó las instalaciones de Radio UAM para
emitir un mensaje en apoyo a los normalistas, haciendo un llamado a todos los
universitarios a unirse a la lucha para exigir la presentación con vida de los
43 estudiantes desaparecidos, así como a tomar en sus manos la edificación de
su futuro. Días antes, dos estudiantes de Ayotzinapa emitieron un mensaje en TV
UNAM, tomada por estudiantes de esa casa de estudios, quienes también ocuparon
las instalaciones de Radio UNAM, en donde fue emitido el siguiente mensaje:
Ninguno de los periodistas linchadores se
asomó a esta evento.
Por otro lado, en la ciudad de Chilpancingo se realizó una marcha
convocada por la CETEG que concluyó en la puerta 3 de Casa Guerrero, en donde
el enojo y las llamas que encendió el narco-gobierno no han cesado.
Maestros
protestan frente a Casa Guerrero
Video de Agencia SubVersiones
Publicado el 30/10/2014
Al término
de una manifestación que realizó la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la
Educación de Guerrero (CETEG), un grupo de manifestantes respondió…
La jornada de hoy fue también el momento en que, luego de 33 días,
el presidente Enrique Peña Nieto recibió a los padres de los estudiantes
desaparecidos. La reunión, que se realizó en la residencia oficial de Los
Pinos y duró alrededor de cuatro horas, terminó con una rueda de prensa
convocada por el comité de los familiares de los estudiantes desaparecidos y
ejecutados extrajudicialmente, el Comité Estudiantil de la Normal Rural de
Ayotzinapa, el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, el Centro
Regional de Derechos Humanos José María Morelos, Pavón, Servicios y Asesoría
para la Paz (SERAPAZ) y el Centro Miguel Agustín Pro Juárez de Derechos
Humanos.
Hasta encontrarlos
La primera intervención fue de Don Melitón Ortega, que introdujo la
conferencia de prensa al grito de «Vivos los llevaron, vivos los queremos»
y agradeció a todos los mexicanos que los están apoyando y que han exigido al
gobierno federal la presentación con vida de los 43 desaparecidos. En seguida
vinieron las declaraciones de Don Felipe de la Cruz, el cual denunció la
insuficiencia del compromiso del gobierno, ya que todavía no ha
dado ningún resultado concreto. La única prueba suficiente para los
padres se dará cuando les entreguen a sus hijos desaparecidos.
Como padre de familia no
confiamos en el trabajo que está realizando el Estado mexicano porque aún a más
de 30 días de la desaparición de los jóvenes normalistas no los encuentran, y
mucho menos nos dicen algo que nos deje pensar que estén cerca del objetivo.
Nos anuncian que tienen más de 50 detenidos, entre ellos al cabecilla del grupo
delictivo Guerreros Unidos y aún así les falta uno para poder dar con los
43 normalistas desaparecidos.
La petición legítima de los padres es que sus hijos
no sean buscados en fosas o en basureros, porque ellos están seguros que están
vivos: para ellos, mientras no haya resultados por parte de los forenses
argentinos, todo lo que se de a conocer a través de la procuraduría es falso.
No vamos a aceptar que cierren
el caso de Ayotzinapa haciendo creer a la sociedad que encontraron 28 cuerpos
en la primera fosa y en éstas últimas los que hacían falta: definitivamente no
lo vamos a aceptar, porque si fuera así ya se pasaron de cuerpos. Por esta razón,
mientras no haya resultado encontrado por nuestros compañeros argentinos,
nosotros seguiremos con la búsqueda de los estudiantes en vida.
El padre de familia concluyó su intervención con
una sentencia contundente: el sufrimiento no se negocia. Más adelante,
otro de los familiares, Emiliano Navarrete, con palabras sencillas reafirma el
ambiente general en el que se desarrolló la conferencia de prensa y sobre todo,
el tipo de relación que ahora se tiene con el gobierno federal, una relación
desconfiada por falta de resultados, una relación que no está cimentada en una
petición sino en la exigencia del cumplimiento de los derechos básicos que todo
ciudadano o ciudadana de este país tiene.
«No somos sus ovejas para que
nos maten cuando les dé la gana (…) No son ni el 10% de lo que imaginamos que serían (…) No venimos a pedir una ayuda, venimos a
exigir que se nos devuelvan a nuestros hijos, venimos a exigir resultados».
Con estas palabras deja en claro que si alguien tiene poca legitimidad en esta
problemática es el gobierno federal, por su falta de resultados, su tardío
actuar y su palabrería constante sin un sustento real. Para las familias de los
43 desparecidos esta reunión, con el ejecutivo federal, es una reunión más de
la que salen con las manos vacías y con muchas promesas que se diluyen en aire.
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