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Publicado por Centro de Medios Libres
2ª Declaración de Maní
Campesinas y campesinos de las comunidades de Valladolid, Xoy, Hunucmá,
Peto, Ticul, Maní, Tipikal, Yokdzonot, Tzucacab, Dzemucut, Chablekal,
Tixpehual, Tekit, Mayapán y Mama, Yucatán, y de Hopelchén Campeche y Cancún y
Chunhuhub, Quintana Roo, así como representantes de organizaciones de derechos
humanos, reunidos en la Escuela de Agricultura Ecológica U Yits Ka’an de Maní,
el día 9 de agosto de 2014, con motivo del Día de los Campesinos y las
Campesinas, hemos decidido realizar la siguiente
DECLARACIÓN:
1.- Rechazamos la reforma
energética aprobada por el Congreso de la Unión promulgada el 20 de diciembre
de 2013. Consideramos que carece de legitimidad, por no haber sido resultado de
un proceso en el que se considerara la opinión, las realidades y los derechos
de los pueblos, además que profundizará las inequidades en el campo. Esto
alentará la especulación, el despojo de tierras, el acaparamiento del
territorio en pocas manos y el impulso de proyectos incompatibles con el medio
ambiente. Afectará la integridad cultural de los pueblos y propiciará la
privatización de bienes naturales que son de toda la sociedad. Alertamos sobre
la reforma del campo anunciada por el gobierno federal y repudiamos cualquier
intento por terminar de despojar a los pueblos y comunidades de sus
territorios.
2.- Denunciamos que la
política del campo impulsada por el gobierno, ha pervertido el sentido original
del reparto agrario, generando corrupción en las autoridades ejidales y
propiciando un proceso de división entre nuestros pueblos con el objetivo de
convertir la tierra y el territorio, elementos esenciales de las y los
campesinos y de los pueblos, en meros productos mercantiles.
3.- Demandamos la
realización de consultas previas e informadas para cualquier cambio de leyes o
implementación de proyectos que afecten al campo mexicano. Las consultas
deberán realizarse según los estándares que exige la normatividad internacional
en la materia.
4.- Exigimos a las
distintas instancias de gobierno, a nivel estatal y federal, que informen
previamente, de manera clara y transparente, sobre los efectos dañinos en la
alimentación, la salud y el medioambiente que producen los agroquímicos que han
sido autorizados para la siembra de distintos productos y se declare la
península como territorio libre de agroquímicos.
5.- Exigimos la defensa y
el respeto de nuestros montes y nuestros productos agrícolas tradicionales: el
maíz criollo, la miel, el frijol, la calabaza, el chile y en general todo
producto derivado de la milpa tradicional. Denunciamos el condicionamiento de
los programas sociales a la siembra de determinadas semillas que no son
compatibles con nuestra cultura y rechazamos de manera terminante la siembra de
transgénicos y el impulso a la práctica de monocultivos de cualquier tipo, dado
que empobrecen la tierra y la hacen estéril a largo plazo. Exigimos a los
gobernadores de los tres estados de la península acatar las disposiciones judiciales
en materia de suspensión de siembra experimental de semillas transgénicas y no
ceder a intereses de grupos de poder económico.
6.- Manifestamos la
necesidad de impulsar políticas para el campo que respeten los derechos, la
realidad cultural y la autodeterminación de los pueblos, que busquen la
soberanía alimentaria a partir de la decidida promoción de una agricultura
orgánica, compatible con el medioambiente y la salud de los campesinos y las
campesinas. Exigimos que los apoyos y recursos destinados al campo sean
entregados y administrados por los mismos productores y productoras y no se
destinen a favorecer los agronegocios de las grandes empresas.
7.- Exigimos la no
discriminación y el respeto a las campesinas y campesinos de la tercera edad,
quienes poseen mucha sabiduría para ofrecer y, sin embargo, son tratados con
menosprecio, vulnerando sus derechos, situación que se agrava si no dominan el
español, principalmente en instituciones gubernamentales como el IMSS, ISSSTE,
etc.
¡Vida digna para los
campesinos y campesinas de la Península y para nuestra Madre Tierra!
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