Publicado por Noticias Zapateando
El pasado
7 de agosto, se vertieron cuarenta mil metros cúbicos de ácido sulfúrico,
proveniente de la presa de jales de la mina de cobre Buenavista, ubicada en el
Municipio de Cananea, en el Estado de Sonora.
El resultado de este derrame es la contaminación de los
Ríos Bacuachi y Sonora, ambos pertenecientes a la Cuenca del Río Sonora,
afectando a seis municipios y sus poblaciones cercanas en la cuenca alta y
media. Estas afectaciones son un serio riesgo para la salud ambiental y
humana de la región, al grado de que las autoridades han alertado a la
población de los riesgos de usar el agua proveniente del río y sus afluentes. Se
prohíbe el uso tanto para el consumo humano como para las actividades
productivas.
Hasta el momento las autoridades han mostrado una
complicidad con Grupo México, dueño de la planta minera que ha causado la
contaminación de la Cuenca. Situación que no es nueva pues los habitantes de
la región conocen al menos otras cinco veces más en las que las presas de jales
han tenido fugas, siendo esta la más grave por la cantidad de químicos
vertidos en el agua. En todas ellas la empresa minera ha ocultado información y
no ha hecho planes de remedición de los daños. Esta vez la multa que se le ha
hecho no es la adecuada no cubre los daños causados por la fuga del químico.
Sabemos que el derrame del ácido sulfúrico es la punta
del iceberg de la liberación de muchos otros químicos, entre ellos metales
pesados como el hierro, cobre, cadmio, plomo, arsénico, todos ellos
altamente dañinos para la salud ambiental y humana, que además son
bioacumulables y biomagnificables, lo cual trae problemas a mediano y largo
plazo.
Desde el Movimiento Mexicano de Afectados por las
Presas y en Defensa de los Ríos, así como de la Red Mexicana de
Afectados por la Minería, nos solidarizamos con las comunidades afectadas
por este derrame, que deja clara la falta de responsabilidad de las empresas
extractivas y la complicidad de las autoridades estatales y federales para con
las poblaciones humanas y los ecosistemas.
Hacemos un llamado para que este desastre ecológico, el
mayor ocurrido en el Estado de Sonora, no quede como una simple multa
económica a la empresa responsable, misma que no alcanza para remediar el daño
causado.
Exigimos que las autoridades responsables, la empresa
culpable cumpla con ciertas demandas básicas para poder restaurar el daño
causado en los ecosistemas de la Cuenca, la salud de las comunidades humanas y
la economía de la región:
1.- Saneamiento de la Cuenca para que el agua pueda volver a utilizarse en
todas las actividades tanto humanas como ecosistémicas.
2.- Remediación y reparación de los daños ambientales, de salud y
socio-económicos ocasionados por esta fuga de contaminantes.
3.- Monitoreo mensual hecho por Centros de Investigación serios, basados en la
mejor ciencia por lo menos cinco años para la detección de metales pesados y
otros contaminantes.
4.- Un plan de contingencia ambiental y de salud para posibles afectaciones a
mediano y largo plazo.
5.- Total transparencia y acceso público a las acciones que se lleven a cabo
por parte de las autoridades y de la empresa.
6.- El cierre inmediato de la planta minera Buenavista por falta de
responsabilidad.
Una vez más queda
demostrado que el modelo extractivo es un modelo basado en la falta de
justicia socio-ambiental, socializando los costos y daños sociales y
ambientales con las comunidades y los ecosistemas, donde solo les importan las
ganancias económicas.
Movimiento Mexicano de Afectados
por las Presas y en Defensa de los Ríos (MAPDER)
Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA)
Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA)
¡RÍOS PARA LA VIDA, NO PARA LA
MUERTE!
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