por Autoridades tradicionales de la Tribu Yaqui
Lunes, 28 de abril de 2014
Al pueblo Yaqui,
Al pueblo de Sonora,
Al pueblo de México,
A los pueblos y
naciones del mundo:
Les decimos con nuestra
palabra sencilla y verdadera que después de habernos permitido una tregua en la
lucha por el agua con motivo de la Cuaresma Yaqui, estamos agradecidos y
plenamente convencidos de que si respetaran al pueblo Yaqui, podríamos convivir
en este mundo con paz y armonía, aun entre los que somos diferentes, como los
pueblos indígenas y la sociedad que se dice civilizada.
Cuarenta y cinco días de reflexión, oración y sacrificio vividos por
miles de yaquis que somos, nos ha permitido ver con mayor claridad que dentro
de la creación del mundo y la creación del yoeme yaqui, regalarnos
los elementos dadores de vida (tierra, agua, aire y fuego) por parte de nuestro
Creador, tiene el objetivo único de darnos hogar y alimentos para la vida; es
en ese sentido que nos toca a cada pueblo organizarnos, cuidar y respetar el
espacio que nos dejan en custodia nuestros YO’OWEM (mayores)
para garantizar la vida de nuestros hijos, nacidos y por nacer.
El integrarnos y desarrollarnos en este Territorio Sagrado nos ha
significado organizar y amar el presente, y anhelar un futuro promisorio para
los yoemem yaquis; sin ambicionar jamás el territorio y el mundo de
otros. Sin embargo, la historia y la memoria dan fe de todas las atrocidades y
campañas genocidas contra nuestro pueblo, por el simple hecho de defender
nuestro Territorio y todos los elementos dadores de vida que en él cohabitan
con los yoemem que somos. Amar y defender este Territorio,
este pequeño espacio en el universo ha sido doloroso, pero eso no ha
significado en ningún momento que quebrantemos el pacto divino de cuidar y
preservar la vida del yoeme yaqui, y con ello el mundo y el
universo.
La satisfacción indescifrable de vivir bajo este cielo hermoso,
respirar su aire y comer del fruto de la tierra virgen es algo que no muchos
pueblos poseen. De igual modo, tener la posibilidad de compartir nuestros
sagrados alimentos con los yo’owem, con los caídos en batalla, es
una satisfacción que muy pocos entenderían, como tampoco perciben que defender
nuestro principal elemento dador de vida, el agua, es precisamente salvaguardar
la vida misma.
Si todos los pueblos del mundo recordáramos el pacto divino que tenemos
con la vida, sería más fácil concebir y hacer entender a los “civilizados” que no deben seguir
robando el agua del Yaqui a través del “Acueducto
Independencia” y que el agua y su curso natural la vamos a defender no por
cuestiones económicas, políticas o meramente culturales; sino como lo que es:
LA VIDA MISMA. Así entonces después de la tregua, estamos aquí y ahora de
vuelta, luchando contra la sinrazón, contra la perversión y la avaricia de
nuestros dizque gobernantes, mismos que cegados de ambición y poder quieren
convertir en mera mercancía lo más valioso para la vida, que es el agua de
nuestro sagrado Río Yaqui.
La ceguera es de ellos, de los malos gobiernos que violan la ley y
rompen el pacto divino de vivir en paz y armonía con los yoemem yaquis;
es por eso que les decimos a los pueblos del mundo y a los mal llamados
civilizados, que seguimos firmes en la defensa del agua y de la vida; NÁMAKASIA
porque la vida no se compra ni se vende, ¡y así nuestra Agua del Río Yaqui es
para los Yaquis y así se queda!
ATENTAMENTE
AUTORIDADES TRADICIONALES DE LA TRIBU YAQUI
TROPA YOEMIA
Abril de 2014
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