Texto y
fotografías: Sari Dennise.
Juegos Tradicionales en Cherán, Michoacán
Video:
Andalucía Knoll y Luis Iborra.
Publicado el 22/04/2014
—Caminan detrás del calvario, dan
vuelta a la izquierda, luego a la derecha, siguen por el camino de tierra y ahí
derecho y hacia arriba llegan a «La lomita» —nos dice un integrante de la Ronda Comunitaria
para indicarnos el sitio donde se realizaría el evento anunciado como «Patinaje en lodo».
Siguiendo las instrucciones, rápidamente salimos de la urbe. Llegamos a una
zona desde donde se aprecia el terreno boscoso y montañoso de la región. «Otro Cherán», el territorio a defender,
a sólo 20 minutos del centro de esta ciudad de casi 15 mil habitantes.
Allí, se encuentra reunido un grupo de pequeños cheranenses –la mayoría
parecen menores de 12 años– que platica y cuchichea al lado de una pipa de agua
y de los adultos que se encuentran en el lugar. Se están organizando para la
actividad que está por comenzar.
La jaropikua, ayuda mutua, en purépecha
Como
parte de la semana cultural y de protesta en Cherán K’eri, las niñas y niños de
la comunidad tuvieron espacios de recreación en los que se buscó fomentar la
diversión a través de juegos que no requieren gran producción o dinero. Los
organizadores tienen clara la importancia de fomentar este tipo de actividades
desde el gobierno autónomo:
—Es una exigencia que también
manifestaron los mismos niños, en el plan de desarrollo [...] Para nosotros es muy importante «darnos»: dar nuestro tiempo, escuchar
la alegría, ver la convivencia. Esto es lo que nos hace realmente grandes. No
es que sea mala la tecnología sino que a veces nos va aislando del otro.
Poco a poco, comienzan los pioneros a bajar patinando sobre los caminos de
lodo que se han trazado sobre la pendiente de tierra rojiza. Algunos niños
todavía cuidan no ensuciar sus ropas y miran a sus padres buscando una
complicidad que encuentran pronto. —A veces, los niños vienen a jugar así, pero
normalmente sus padres los regañan. Hoy, mi hijo me advirtió que va a terminar
sucio y enlodado —nos dice una de las asistentes.
Josefina, comisionada para repartir helado a los participantes, nos comenta
el sentido que tiene realizar estas actividades en el aniversario:
—Muchas cosas sanas se estaban
perdiendo, por ejemplo, ahorita los niños se van al “ciber” o a las maquinitas [...] No se necesita dinero para divertirse, nada más se necesita lodo y
agua.
Jatskeran, «ensuciarse de lodo» tiene nombre en p’urhépecha
Transcurridas algunas horas, los niños se encuentran realmente
desinhibidos y lucen libres. Avanzan sobre los toboganes en grupos de tres,
cinco y hasta 15: terminan completamente llenos de lodo y envueltos en risas,
caen unos sobre otros, se abrazan, y corren de un lado para otro.
En una entrevista previa, los jóvenes de Radio
Fogata nos habían comentado la importancia de la inclusión de las personas
de todas las edades en la construcción de la autonomía:
—Estábamos
aculturados por la televisión, aculturados por las modas, aculturados de que
«yo estoy en esta era» [...] Ahorita les tocó a los grandes, esto, la forma de usos y costumbres. A
nosotros, seguir aprendiendo más, para que cuando estemos un poco más grandes,
darle continuidad y formar a los niños también, de la misma manera, para que
esta forma de gobierno jamás se suelte y se siga.
Además del patinaje en lodo, se realizaron
concursos de carretas, conciertos y cantos donde las y los niños siguieron teniendo
participación activa. Entrada la tarde, nos encontramos a varios de los
participantes tocando en la orquesta de la casa de cultura, con su misma
sonrisa pero esta vez interpretando El triunfo de Leco, pirekua
bilingüe, con la que siguieron y seguimos celebrando la autonomía: ¡y que viva
y que viva, que viva el pueblo de Cherán!
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