Palestina: Amnistía Internacional informa las brutales políticas israelíes contra el pueblo palestino
Fuente: Al
Jazeera, 01-03-2014
Traducido para Rebelión
por Germán Leyens
Un nuevo informe
detalla las brutales políticas israelíes
Amnistía
Internacional destaca horrendos testimonios sobre ciudadanos palestinos
JERUSALÉN
– La primera bala alcanzó a Samir Awad de 16 años en su pierna izquierda. Se
alejó tambaleando lo más rápido posible, pero fue demasiado lento. Una segunda
bala dio en su espalda izquierda saliendo por el lado derecho de su pecho.
Entonces, instantes más tarde, una tercera bala penetró la parte trasera de su
cráneo y salió por su frente.
Las balas vivas fueron disparadas por un grupo de soldados
israelíes que protegían una sección de la barrera de separación israelí
construida en tierras de la aldea de Samir en Cisjordania ocupada. El muro ha
sido utilizado por Israel para hacer inaccesibles a los aldeanos grandes áreas
de tierras laborables de la localidad de Budrus.
El día en que murió en enero de 2013, Samir y sus amigos
habían celebrado el fin del año escolar caminando hacia los cerros a lo largo
de un sendero cercano a la barrera de acero, dijo Ayed Murrar, jefe del comité
de lucha popular de Budrus. Una patrulla del ejército los esperaba emboscada. A
Samir lo atraparon mientras sus amigos huían. Cuando momentos más tarde logró
liberarse, los soldados abrieron fuego.
Un amigo de Samir, Malik Murrar, quien presenció los
disparos, dijo: “¿Qué distancia puede
correr un niño herido? Les hubiera sido fácil arrestarlo. En su lugar le
dispararon por detrás con munición de guerra”.
La historia de Samir es solo uno de varios horrendos
testimonios de asesinatos de civiles palestinos mencionados en el informe “Gatillo fácil”, publicado el jueves por
Amnistía Internacional.
La organización internacional de derechos humanos dijo que
la evidencia sugiere que la muerte de Samir fue una ejecución extrajudicial, lo
que constituye un crimen de guerra según el derecho internacional.
“Cuesta creer que un
niño desarmado pueda ser percibido como un peligro inminente para un soldado
bien equipado”,
dijo Philip Luther, director de Amnistía para Medio Oriente y el Norte de
África.
Docenas de muertos, cientos de heridos
El
informe identifica un modelo de conducta de soldados israelíes de disparar
munición de guerra contra palestinos desarmados, a veces cuando van huyendo.
Durante los últimos tres años de estudio de Amnistía, docenas de palestinos han
sido muertos a tiros en Cisjordania y cientos gravemente heridos. Miles más han
sufrido heridas de balas cubiertas de caucho, y gas lacrimógeno.
La cantidad de víctimas aumentó dramáticamente el año
pasado. 25 palestinos en Cisjordania, cuatro de ellos niños, fueron muertos por
munición viva –más del total en los dos años anteriores del estudio en
conjunto.
Muchos fueron atacados durante manifestaciones semanales, en
su mayoría no violentas, en más de una docena de aldeas palestinas en
Cisjordania contra la barrera de separación que Israel ha construido sobre sus
tierras. El muro ha significado la confiscación de cientos de hectáreas de
tierras agrícolas de las cuales dependen los habitantes.
Ayed Murrar atribuyó el aumento de las muertes al temor en
el ejército de que la agitación esté creciendo en los territorios ocupados y
que podría llevar a una nueva intifada, o levantamiento popular, contra la
ocupación.
“Quieren establecer un
ejemplo con nosotros para impedir que otros adopten nuestra forma de protesta
masiva contra la ocupación. Quieren mantenernos sumisos y pasivos”.
El verano pasado, Nitzan Alon, comandante israelí a cargo de
Cisjordania, advirtió que Israel enfrenta una ola de agitación a menos que las
conversaciones de paz sean reanimadas.
'Todo tipo de resistencia’
Pero
como las recientes negociaciones mediadas por EE.UU. han fallado, altos
funcionarios palestinos en Cisjordania han llamado a un retorno a “todo tipo de resistencia” contra
Israel, incluyendo protestas populares. El viernes pasado, se informó que
docenas de palestinos fueron heridos por soldados israelíes disparando balas
revestidas de caucho y botes de gas lacrimógeno contra manifestantes opuestos
al muro israelí.
También han emergido otros tipos de protesta popular durante
el año pasado, incluyendo el establecimiento de campamentos por grupos
palestinos para exigir la devolución de tierras de las que colonos judíos se
han apoderado en partes de Cisjordania controladas por Israel.
En el último caso de este mes, soldados golpearon y
arrestaron a manifestantes mientras removían un campo llamado Ein Hijleh en el
Valle del Jordán, que había sido establecido para subrayar los esfuerzos
israelíes por anexar el valle como parte de las negociaciones de paz.
Además, 13 palestinos en Hebrón fueron heridos en choques
con soldados israelíes la semana pasada cuando 2.000 manifestantes marcharon
por Shuhada Street, la calle principal de la ciudad, que Israel ha cerrado a
los palestinos durante los últimos 20 años.
El estudio de Amnistía no incluyó Gaza, donde Israel
usualmente afirma que civiles palestinos muertos por sus fuerzas constituyen “daño colateral” durante sus operaciones
militares. El informe señala que este contexto de conflicto armado no se aplica
a las víctimas en Cisjordania.
En muchos sitios en Cisjordania, dijo Amnistía, los
residentes palestinos enfrentan “castigo
colectivo”, cuando fuerzas israelíes declaran que algunas áreas son “zonas militares cerradas”, bloqueando
rutas de acceso, lanzando incursiones nocturnas en las que realizan amplios
arrestos, utilizando fuerza excesiva contra manifestantes y transeúntes, y
dañando propiedad de residentes.
Amnistía dice que la decisión de disparar munición de
guerra, balas de caucho y botes de gas lacrimógeno contra civiles palestinos
que representan poca o ninguna amenaza inmediata para ellos plantea preguntas
inquietantes sobre las reglas de intervención no declaradas del ejército.
Lanzamiento de piedras
El
informe descarta afirmaciones de los militares israelíes justificando sus duras
acciones sobre la base de que palestinos han lanzado piedras a los soldados.
Dice que “el lanzamiento de piedras
plantea poco o ningún riesgo serio para los soldados israelíes”, y sirve
sobre todo como “irritante”. Las
piedras son arrojadas desde demasiado lejos para dañar a los soldados, los que
en todo caso están usualmente demasiado bien protegidos como para sufrir daño.
Grupos israelíes por los derechos humanos han criticado
desde hace tiempo los métodos represivos del ejército hacia protestas palestinas
contra la ocupación. A fines de los años ochenta, durante el primer
levantamiento popular, el ministro de Defensa de Israel de entonces, Yitzhak
Rabin, instó públicamente a los soldados a “quebrar
los huesos” de cualquier palestino que capturaran.
Durante los primeros días de la segunda intifada, que
comenzó a fines del año 2000, el ejército israelí volvió a recurrir al masivo
uso de la fuerza. En tres semanas durante octubre del año 2000, antes de que
facciones palestinas comenzaran a tomar las armas, registros militares
israelíes muestran que soldados dispararon un millón de proyectiles de guerra.
Amnistía califica el uso de la fuerza por el ejército
israelí contra los palestinos en su estudio de tres años de “innecesario, arbitrario y brutal”.
Agrega que en todos los casos que examinó, incluyendo la muerte de Samir, no
hubo evidencia de que vidas de soldados israelíes hayan sido amenazadas.
“La frecuencia y
persistencia del uso arbitrario y abusivo de la fuerza contra manifestantes
pacíficos en Cisjordania por soldados y policías israelíes –y la impunidad
asegurada a los perpetradores– sugiere
que es realizado como parte de una política”, dijo Luther.
Muerto a tiros por la espalda
Aparte
de 45 palestinos desarmados muertos a tiros con munición de guerra durante los
últimos tres años, muchos de ellos en manifestaciones, otros 261 han sido
gravemente heridos, incluyendo 67 niños. Varios fueron muertos por tiros en la
espalda, lo que indica que se les disparó mientras huían.
Muchos civiles más han sido heridos por otros medios que
munición de guerra. Amnistía cita como “sorprendente”
el hecho de que en tres años soldados israelíes hayan herido a 8.500 palestinos
con balas de acero revestidas con caucho, y gas lacrimógeno. Entre ellos había
1.500 niños.
Sarit Michaeli de B'Tselem, un grupo israelí que monitorea
abusos en los territorios ocupados, dijo que su organización había estado
distribuyendo cámaras de vídeo a palestinos como una manera de documentar el
uso de violencia por parte de soldados y colonos. En diciembre, B’Tselem
distribuyó secuencias en vídeo grabadas por Muhammad Awad, un palestino en la
aldea de Beit Ummar, que muestra a un soldado disparando un bote de gas
lacrimógeno hacia su pecho. Tuvo que ser tratado en un hospital.
Amnistía critica la ausencia de investigaciones adecuadas
del ejército de los numerosos incidentes que registra, calificando la reacción
de “tristemente inadecuada” y carente
de “independencia e imparcialidad”.
El grupo de derechos humanos dice que no puede identificar un solo caso de un
miembro de las fuerzas de seguridad israelíes que haya sido declarado culpable
de “matar intencionalmente” a un
palestino en los territorios ocupados durante los últimos 25 años.
Informe: ejército israelí usa fuerza
excesiva
Según
las cifras compiladas por Yesh Din, otro grupo de derechos humanos israelí,
solo cuatro soldados han sido declarados culpables de homicidio involuntario
por negligencia y otro de negligencia en los últimos 13 años. Ninguno fue dado
de baja del ejército o recibió una sentencia de prisión de más de unos pocos
meses.
La propia Michaeli fue herida en julio pasado cuando un
agente de la policía le disparó una bala revestida de caucho a quemarropa
mientras filmaba una manifestación en Nabi Saleh.
“Es obvio que existe una
política según la cual los comandantes hacen caso omiso cuando se violan las
regulaciones de hacer fuego. Cuando hablé recientemente con el oficial que
investigaba mi caso, dijo: que no ha habido nada nuevo –eso fue seis meses
después de los eventos. Cuando los
servicios de seguridad saben que la política es no hacer nada, no hay disuasión.
Solicitudes de Amnistía de encontrar a funcionarios del
ejército para discutir los casos en el informe fueron rechazadas. El ministerio
de defensa israelí no quiso comentar cuando fue contactado por Al Jazeera.
Una declaración del ejército israelí dijo: “Las FDI [Fuerzas de Defensa Israelíes]
(ejército israelí) adhiere a los máximos
estándares profesionales y se entrena y equipa correspondientemente. Cuando hay
alguna sospecha de infracciones, o de indisciplina, las FDI revisan, investigan
y actúan cuando es apropiado”.
¿Insensibilizados ante la agresión?
Un
reciente estudio académico de testimonios de soldados israelíes sugirió que sus
rutinas operativas los insensibilizan rápidamente hasta que consideran que el
acoso y la agresión hacia palestinos son normales. Los jóvenes soldados llegan
a poseer un sentido de poder y de su capacidad de imponer “castigo correctivo”.
Avner Gvarayahu de Rompiendo
el Silencio, un grupo de ex soldados que compila testimonios de abusos
realizados por soldados, dijo que las reglas de enfrentamiento emitidas por los
comandantes son “flexibles” y
permiten que los soldados abran fuego contra civiles.
“Los soldados son
educados por el ejército para que vean el conflicto como un juego de suma cero:
Se trata de nosotros o ellos. Entonces cada palestino llega a ser visto como
una amenaza, un terrorista en potencia, sea joven o viejo, hombre o mujer,
físicamente capaz o discapacitado. Todos son el enemigo”.
Gvarayahu, quien otrora comandó una unidad de operaciones
especiales, dijo que el comando del ejército también aprobaba lo que calificó
de “ataques vengativos”, incursiones
contra comunidades palestinas elegidas al azar como represalias por las muertes
de israelíes. “No hay modo de que ese
tipo de ataque pueda ser realizado por soldados comunes y corrientes sin
autorización de la máxima autoridad. Pienso que la decisión incluso proviene
del nivel político”.
Dijo que dirigentes políticos y militares establecen las
normas de conducta dentro del ejército.
“Recordad que el actual
ministro de defensa, Moshe Yaalon, cuando era jefe del estado mayor (en 2002), dijo que la tarea del ejército es ‘grabar en
la consciencia’ de los palestinos su derrota. El único objetivo que se puede
deducir de eso es que el papel del ejército es utilizar la fuerza para hacer
que los palestinos sean débiles y dóciles”.
Jonathan Cook es un periodista galardonado residente en Nazaret,
Israel, desde 2001. Es autor de tres libros
sobre el conflicto israelí-palestino: Blood and Religion: The Unmasking of
the Jewish State (2006); Israel and the Clash of Civilisations: Iraq,
Iran and the Plan to Remake the Middle East (2008) y Disappearing
Palestine: Israel’s Experiments in Human Despair (2008) Su nuevo sitio en
la web es www.jonathan-cook.net.
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