Denuncia
pública por agresión sexual – Guadalupe Suárez
25 de enero de 2014
25 de enero de 2014
Escribo esto y lo denuncio porque me
niego a creer que este panorama de violencia de género, del que somos víctimas
las mujeres en el cotidiano de nuestros día, sea una cuestión que debamos
asumir como normal, o simplemente acallarlo o minimizarlo, el ambiente de
inseguridad que vivimos en todo lo ancho del país nos lleva a tomar medidas
restrictivas hacia nuestras actividades, pero es claro que aun con estas
medidas no queda solucionado el problema. Día a día nos vemos intimidadas por
miradas morbosas, agresiones verbales con un vocabulario altamente sexual,
ataques sexuales o secuestro para explotación sexual. Los más mochos argumentan
que es por “caminar de noche” por “usar ropa ajustada o corta” sin embargo
solo son intentos de argumento que más bien se convierten en insultos a la
libertad que como individuos debemos de gozar. Sin embargo lo que si es un
argumento válido es que toda esta violencia hacia nosotras viene de ser vistas
como objetos por los agresores, objetos de los que pueden hacer uso cuándo y
como se les antoje, es necesario que ubiquemos a nuestro estado como unos de
los todos en el país donde se le violenta a la mujer de manera cotidiana, de
manera sutil o de plano de manera desbordada.
El día 24 de
enero del 2014, me dirigía hacia mi trabajo, en Jardines de la Hacienda, eran
entre las 10:30 y las 11:00 de la mañana, me encontraba a menos de una cuadra
de mi trabajo, caminaba por un parque que se encuentra en esta colonia, frente
a mí caminaba un sujeto al que no reconozco haber visto con anterioridad,
vestía pantalón de mezclilla, playera negra y una gorra de color negra, cuando
estuvo lo suficientemente cerca de mí me tiro un golpe hacia el pecho que me
desequilibró, tratando de no caerme me sujeté de un árbol que tenía cerca, le
grité que qué le sucedía, todo pasó muy rápido, el sujeto aprovechó mi
desequilibrio para meter su asquerosa mano en mi entrepierna, le grité de
groserías y salió corriendo, como me fue posible me levanté y un vecino de la
zona me ayudó a reponerme, me acompañó a llegar a mi trabajo y con el
transcurso del día logré tranquilizarme, les escribo con un nudo en la garganta
de verme en la imposibilidad de hacer algo, me preocupa de manera severa por
que el panorama no es nada alentador, básicamente este y otros muchos sujetos
salen a la calle todos los días para agredir sexualmente a mujeres que se les
cruzan en el camino. Es de suma importancia que no minimicemos estas formas de
violencia que pasan en nuestro estado, nadie, ninguna mujer u hombre merece un
golpe a su integridad física, emocional o psicológica, me llena de coraje, y de
miedo, pensar que mañana sin ninguna señal o aviso pueda volver a pasar. Yo no
quiero que la violencia de género empiece a erradicarse cuando yo tenga una
hija y la eduque de una manera diferente y así ella a su vez a sus hijxs, yo
quiero que esta violencia acabe ahorita, en mi día a día, yo no quiero vivir en
la incertidumbre de cuándo me tocará, por supuesto no quiero llegar al punto de
aceptar que estos sucesos son accidentales o aislados, que son poca cosa, o que
no merecen atención. No quiero ser parte de las mujeres que se sienten
inseguras a tal grado que les es imposible salir solas a la calle ¿Qué se hace?
¿Salir diariamente con el gas-pimienta en la mano?
Este es un
tema que se está volviendo de todos los días en un Querétaro en el que las
autoridades insisten que “no pasa nada”.
Es mi deber visibilisar este tema por medio de muy desagradable experiencia,
por mis hermanas, por mis compañeras, por mis amigas, por mis sobrinas, por mis
vecinas, por todas esas mujeres que no conozco pero que me reconozco en ellas.
Yo no quiero ser una víctima de asalto, de golpes, de secuestro, de
desaparición, de violación o de muerte, pero tampoco quiero que ninguna mujer
lo sea.
Está expuesto
aquí, estoy encabronada a más no poder con todo, con un sistema que deja claro
que quiere a las mujeres violentadas para someterlas, con ese maldito que por
desgracia me cruce en el camino.
Necesitamos
medidas urgentes, como aprender a defendernos, como reconocernos y defender el
derecho a que nadie, sin nuestra autorización nos toque.
ALTO A LA VIOLENCIA HACIA LA MUJER.
Guadalupe Suárez
Adherente a La Sexta Declaración de
la Selva Lacandona
Integrante del Colectivo
Zapateándole al mal Gobierno
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