18 diciembre, 2013
La caravana de madres
centroamericanas buscando a sus Migrantes Desaparecidos “Emeteria Martínez” †
finaliza su recorrido por México
Tapachula, Chiapas, 18
de Diciembre del 2013.- La IX caravana de madres buscando a sus migrantes
desaparecidos en México, “Emeteria
Martínez”, finaliza su recorrido después de haber visitado 23 localidades
en 14 estados de la República Mexicana, siguiendo la ruta del pacifico y
poniendo énfasis en la zona del Bajío Mexicano.
En esta IX caravana participamos 45 madres y padres de Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Honduras y México, unidos por el dolor y la esperanza de encontrar a nuestros familiares desaparecidos en territorio mexicano, comprobando con indignación y suma preocupación las condiciones de inseguridad y violencia por las que han tenido que pasar nuestros familiares, al querer un mejor futuro para ellos y sus familias.
Las madres en búsqueda de sus seres queridos vivos, somos víctimas, pero también damos voz a las víctimas en situación de ausencia. La Convención de 1990 incluyó a los familiares de los trabajadores migratorios; dado que son los apremios de la familia el motivo principal que los obliga a alejarse del núcleo familiar, en consecuencia, la Caravana de Madres planteamos en el Senado de la Republica que se cumpla lo festinado por los legisladores cuando aprobaron la Ley de Migración: visa de transito o supresión de visas, y congruencia de lo que se exige y lo que se ofrece para propios y para extraños.
En el reporte de la CNDH de 2011, año en que fue aprobada por unanimidad en el Congreso de la Unión la ley de migración, se reportaban más de 20,000 transmigrantes desaparecidos por semestre. La causa principal se decía entonces era la falta de visas de tránsito, que evitarían el viaje obligado en el lomo de La Bestia, expuestos a todo tipo de peligros, de la extrema violencia, y de la inseguridad que los convierte en victimas fáciles de extorsión, secuestro y muerte pero México sigue sin ofrecer soluciones humanitarias, solidarias y hospitalarias, sustentadas en los derechos universales y en la seguridad humana versus la “seguridad nacional”.
Las madres hemos exigido al gobierno de México, -en el Senado, en las iglesias, en las calles, en las cárceles, y en las estaciones del tren: justicia, que den cuenta de donde están nuestros hijos y familiares desaparecidos, que se cumpla con los tratados y convenios internacionales, supresión de visas para cruzar por el territorio mexicano, reparación del daño emocional causado a las familias con el pago de una indemnización por cada migrante fallecido y localizado, así mismo declaramos que en la actualidad México se ha convertido en el holocausto de los migrantes.
Alimentando la esperanza de todas, en la caravana logramos 9 encuentros, 5 como resultado de la caravana anterior y 4 que se dieron durante nuestros trabajos de búsqueda por Tapachula y Puerto Madero. Además, se recogieron pistas muy precisas que seguramente nos llevaran a otros encuentros.
Gracias al apoyo de las iglesias y organizaciones que nos acompañan y al Movimiento Migrante Mesoamericano se logró ingresar a los Centro de Rehabilitación Social de Tehuantepec y Juchitán y Tapachula, sin embargo no se nos permitió ver a todos los migrantes recluidos, según algunos testimonios se evidenció que las autoridades competentes no han brindado el debido proceso de atención jurídica a nuestros connacionales detenidos y los Cónsules de los respectivos países ni siquiera se han tomado la molestia de conocer y apoyar los casos que lo requieren. Fuimos testigos del bloqueo al ingreso de una de las madres que buscaba a su hijo. Después de haber sido identificado públicamente y reconocido por la autoridad competente del albergue de Huehuetoca no se le suministró la información suficiente para saber su paradero.
Comprobamos que tanto en los países de origen como de transito siguen dándose problemas estructurales que obligan a las poblaciones más pobres a migrar hacia el norte convirtiendo a México en la frontera de Estados Unidos.
Nos vamos con el compromiso de presionar a nuestros gobiernos para que incluya en sus Agendas el tema Migratorio especialmente de desaparecidos y fallecidos y la aprobación de leyes que protejan a los migrantes y sus familiares en su lugar de origen, transito, destino y retorno.
Recordamos a Emeteria Martínez madre fundadora de estas caravanas, quien encontró a su hija tras 20 años de búsqueda y a quien se honra en esta Caravana, quien, al cumplir con su cometido, se quitó la foto de la hija encontrada y de inmediato se colocó en el pecho la fotografía de una de las muchas hijas desaparecidas. Emeteria continuó buscando hasta el fin de sus días.
Agradecemos muy especialmente a los medios de comunicación hablados, escritos, televisivos y cibernéticos, al Movimiento Migrante Mesoamericano y sus voluntarios, organizadores de la caravana. Agradecemos también a quienes nos acompañaron: los sacerdotes de los Albergues, las Iglesias, las Comisiones de Derechos Humanos, al Grupo Beta, a Médicos sin Frontera, a Medico International, a la Cruz Roja Internacional y a Amnistía Internacional, al Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, a las organizaciones civiles y a los voluntarios. Muchas gracias a todos.
Las madres centroamericanas exigimos al gobierno
de México justicia:
que den cuenta de dónde están nuestros hijos y
familiares desaparecidos
que México cumpla con los tratados y convenios
internacionales que ha firmado
supresión de visas para cruzar por el territorio
mexicano
reparación del daño emocional causado a las
familias con el pago de una indemnización por cada migrante fallecido y
localizado
así mismo declaramos que en la actualidad México
se ha convertido en el holocausto de los migrantes.
MIGRAR NO ES UN DELITO Y
QUEREMOS UN PASO LIBRE DE VIOLENCIA.
¡MADRES CENTROAMERICANAS
UNIDAS EN UNA SOLA VOZ!
Contacto: Marta Sánchez
Soler – M3nonosvamos@aol.com
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