Pedro Echeverría V.
(27/XI/13)
1. ¿Saben por qué el gobierno, los empresarios, los
medios de información y los partidos políticos en México no quieren a los
grupos de autodefensas comunitarias de Michoacán o Guerrero? Porque piensan las
clases dominantes que estos grupos fácilmente se pueden convertir en guerrillas
izquierdistas levantadas en armas contra el poder. Pero debe ser claro que si
muchos de sus integrantes llegaran a radicalizarse sería porque la explotación,
la miseria y el desempleo son ya insoportables, porque en lugar de ser detenidos
esos flagelos, se incrementan más. Así que una buena política gubernamental
sería respetar y solidarse con las autodefensas comunitarias y no perseguirlas
como ha sucedido hasta hoy. ¿Cómo explicar que muchos miembros de las
autodefensas hayan sido perseguidos, encarcelados y hasta asesinados?
2. Después de escuchar al doctor Manuel Mireles en tres
conversaciones en el noticiero de Carmen Aristegui y de haber leído en la
revista Proceso una interesante entrevista al mismo doctor -dirigente del grupo
michoacano de autodefensa ciudadana- veo que el gobierno apunta que es un
alzado que ha sido acusado de actuar en la ilegalidad, de violentar el estado
de derecho y de ser un exconvicto; pero el dirigente Mireles ha rechazado las
imputaciones y señalado que el movimiento de resistencia que encabeza surgió
por el hartazgo de ser víctimas eternas del crimen organizado ante la inacción
o complicidad de las autoridades. El doctor Mireles llama a seguir su ejemplo y
a quitarse el miedo. “No queremos a los
criminales, ni siquiera a quienes tienen charola, curul o poder gubernamental”.
3. Por las cuatro entrevistas antes señaladas se puede
juzgar de entrada que se trata de un dirigente muy valiente que expresa sin
miedo lo que piensa y siente. La entrevista de Gil Olmos de Proceso es muy
interesante: señala Mireles que “los
grupos de autodefensa ciudadana son parte de un movimiento social de liberación
apoyado por gente y apertrechado con armas recogidas a los criminales que huyen
tras cada enfrentamiento”. “Es un
movimiento social, no una guerra contra el gobierno o el Ejército, mucho menos
contra el estado de Michoacán, pese a su pasividad y negativa a aceptarnos”.
“Es un movimiento contra la delincuencia
en cualquiera de sus modalidades, desde el robo de un alfiler hasta el
secuestro y la ejecución”.
4. En Cuba,
Venezuela, Bolivia, han sido o son los capitalistas, los poderosos empresarios
y demás sectores aburguesados los que levantan sus protestas contra el gobierno
porque no quieren perder sus riquezas y privilegios. En México son las clases
populares las que salen a las calles, se organizan y luchan contra el poderoso
gobierno de los ricos. Así que no es igual, no se puede decir que es lo mismo.
Las políticas de aquellos países han causado descontento de una minoría de
privilegiados; en México son los obreros, los campesinos, los sectores
populares los que luchan por liberarse de la explotación y la opresión. Muchos
estamos contra todo tipo de gobierno; pero sabemos diferenciar entre los que
apoyan a los trabajadores y los que sólo sirven al capital.
5. La realidad es que desde los noticieros de la radio
quedé sorprendido por el radicalismo (no radicalismo marxista) de sus
declaraciones, por el tono de su voz y formas de expresión. Por eso muchas
veces he pensado que le pueden tirar una cuerda o una trampa para mediatizarlo,
comprarlo o de plano para asesinarlo. Señala de manera abierta el doctor
Mireles que el pueblo de Tepalcatepec es un símbolo de liberación para otros
pueblos que todavía están bajo el yugo del crimen organizado y con la ausencia
total de leyes y de justicia. Esta experiencia se puede extender, “sólo falta dar un paso y armarse de valor…
Nosotros les decimos al pueblo que lo hagan, no les va a pasar nada porque el
pueblo que quiera despertar y levantarse en defensa de su propiedad y su vida,
está en su derecho”. El gobierno de Peña tendrá que cuidarlo.
6. El gobierno, contrario a que se multipliquen los
grupos de autodefensas comunitarias, se ha dedicado a extender la contratación
de soldados asalariados para el ejército, la marina y las policías. No le
importa que el desempleo, el trabajo informal y la emigración hacia los EEUU
crezcan de manera exagerada; ha vuelto a tomar el camino de Salinas-Calderón de
combatir el descontento y las protestas que producen, con la represión y las
leyes contra las protestas y movilizaciones. Ahora el gobierno ha creado la
estrategia militar de encapsular (como en encapsulamiento del 2 de octubre de
2013) las movilizaciones con fuertes contingentes de uniformados armados de
gases lacrimógenos y mostaza, así como perros y caballería. Si los
manifestantes no apuramos con una estrategia en contra, para continuar con
nuestras protestas y luchas, seguirán encapsuladas nuestras protestas.
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