Observatorio
Sociopolítico Latinoamericano
21-11-2013
“Para
enfrentar la guerra del gran capital contra la humanidad, no hay más que
construir poder desde abajo”
Con
la experiencia que le dan décadas de lucha y de resistencia popular, Hugo
Blanco Galdós, uno de los principales referentes de la dirigencia política y
campesina del Perú, no duda en señalar que para enfrentar el infame sistema
capitalista y su criminal modelo de expoliación a los pueblos, el
neoliberalismo, no hay más alternativa que construir poder desde abajo.
Sostiene que conjuntamente con la lucha por construir poder
hay que desenmascarar a los gobiernos neoliberales como los que en América
Latina impulsan a instancias de Estados Unidos la Alianza para el Pacífico, los
cuales para justificar la implementación de las políticas de libre mercado
hablan de “progreso y desarrollo”,
cuando en realidad se trata de mantener “la
guerra del gran capital contra la naturaleza y la humanidad”.
Nacido en Cusco hace 79 años, Hugo Blanco es todo un personaje
por los avatares de la vida que ha tenido que sortear y su incansable actividad
política, social y periodística que desarrolla para resistir las injusticias y
el neoliberalismo que carcome a su país.
A los 16 años de edad siendo aún estudiante comenzó su
actividad de resistencia civil que lo ha caracterizado a lo largo de su vida.
Recuerda que fue durante la dictadura de Manuel A. Odría cuando participó
activamente en una huelga estudiantil de la que aprendió que “la acción colectiva enérgica contra la
injusticia es efectiva”. Desde entonces su existencia ha transcurrido entre
el exilio, la resistencia, la cárcel, la política, la organización campesina y
popular, y el ejercicio del periodismo.
En 1955 cuando trabajaba como obrero frigorífico en Argentina
participó en la protesta contra el golpe de Estado al presidente Juan Domingo
Perón, posteriormente a comienzos de los años 60 hizo parte activa de la lucha
que posibilitó la primera reforma agraria en el Perú para lo cual debió
organizar una autodefensa que le valió un carcelazo de tres años, incomunicado.
Vino el juicio y lo condenaron a 25 años de prisión. La condena no quedó ahí,
su caso pasó a un tribunal militar en el que el fiscal pidió la pena de muerte.
Las reacciones no se hicieron esperar, la solidaridad internacional fue
contundente y la campaña por su liberación se hizo cada vez más fuerte por lo
que le fue otorgada una amnistía. Luego de siete años de prisión fue deportado
a México, de ahí viajó a Argentina donde nuevamente fue encarcelado por sus
antecedentes pero gracias a que en Chile se había instalado el gobierno
progresista de Salvador Allende fue recibido para colaborar en el denominado
Cordón Industrial que era un forma de organización obrera de contención a los
ataques de la derecha fascista. A raíz del golpe de Pinochet, Blanco debió
asilarse en la embajada de Suecia en Santiago y posteriormente viajó a ese
país.
SOBREVIVIENTE DEL PLAN CÓNDOR
Luego
de su periplo por Europa logró ingresar a Estados Unidos mediante una argucia
legal, visitó 48 ciudades norteamericanas en las que dictó conferencias
denunciando el rol imperialista de ese país y la política propagandística y de
fachada del gobierno de James Carter que preconizaba el respeto por los
derechos humanos. Mientras tanto, en el Perú, sus compañeros de lucha
aprovecharon que la dictadura militar convocó a elecciones para integrar una
Asamblea Constituyente para inscribirlo como candidato, ante lo cual el
gobierno debió permitir su regreso. La campaña electoral se desarrolló en medio
de un ambiente de pugnacidad y de confrontación con el régimen militar.
Aprovechando un espacio de televisión otorgado a los candidatos, Blanco Galdós
no dudó en señalar que “la lucha social
era más importante que las elecciones” y llamó a respaldar un paro general.
A las pocas horas ya estaba preso junto con otros líderes de izquierda.
Eran los tiempos del Plan
Cóndor, mediante el cual las dictaduras del Cono sur actuaban
coordinadamente para apresar, torturar y desaparecer a quienes consideraban
enemigos internos. Por eso es que la dictadura peruana trasladó a Blanco y a
sus compañeros de infortunio en un avión militar a un cuartel en Jujuy,
Argentina. “Afortunadamente
–recuerda- un periodista fotografió el
avión y por eso no pudieron desaparecernos”. Tras su estancia en Argentina
retornó a Suecia nuevamente como exiliado pero sin declinar en su lucha por lo
que fue elegido en ausencia a la Constituyente con la más alta votación de la
izquierda. Al retornar a su país luego de un año en Europa, fue elegido
diputado primero y senador después, posición que ocupó hasta el autogolpe de
Alberto Fujimori en abril de 1992.
Tanto la dictadura fujimorista como el grupo armado Sendero Luminoso lo sentenciaron a
muerte por lo que decidió autoexiliarse y retornar luego de cuatro años para
trabajar con la Federación Departamental de Campesinos del Cusco. Actualmente
dirige el periódico mensual Lucha
Indígena y continúa recorriendo el mundo invitado a dictar conferencias
sobre sus luchas y la resistencia contra el proyecto minero de Conga en la
región peruana de Cajamarca.
Para hablar sobre el extractivismo minero en su país y las
organizaciones campesinas de resistencia, la Contraloría General de la
República de Colombia lo invitó a participar del Seminario Internacional
Política rural: riesgos, retos y perspectivas que realizó recientemente en
Bogotá.
POR LA VÍA ELECTORAL NO HAY ESPERANZA
En
diálogo con el Observatorio Sociopolítico
Latinoamericano www.cronicon.net, Hugo
Blanco es categórico en afirmar que los cambios sociales no se van a dar por la
vía electoral sino que, reitera, hay que seguir en el empeño de construir poder
desde abajo.
-
¿Si no es mediante política electoral cómo se construye poder?
-
Por vía de elecciones no tengo ninguna esperanza, por elecciones no se va a
arreglar la situación. En el panorama tampoco se ve que va a haber una
revolución como la rusa, la china o como la cubana. No se vislumbra eso en el
panorama por lo que es necesaria la construcción de poder. La gente
involuntariamente, inconscientemente, sin saberlo, está construyendo poder. Por
ejemplo, los zapatistas o las gentes de Tlaxcala en México conscientemente
están construyendo poder. En Colombia los compañeros del Putumayo que están
luchando por concretar un proyecto educativo, están construyendo poder. Quienes
practican la medicina natural o alternativa y están contra el negocio rentable
de los laboratorios farmacéuticos, ellos también están construyendo poder.
También lo están haciendo aquellas cooperativas de productores de cultivos
ecológicos que están conectados con consumidores. Hay algunos lugares donde se
practica el trueque o las fábricas tomadas por los trabajadores en Argentina,
eso también es construcción de poder. Entonces desde abajo tenemos que
construir poder.
-
¿En su país en que se privilegian las políticas neoliberales para favorecer
al gran capital, se está construyendo poder?
-
En el Perú, concretamente en la región de Conga, quienes están luchando contra
la gran minería contribuyen a construir poder pero no es algo muy notorio. En
mi país estamos atrasados en la lucha social en comparación con Ecuador y
Bolivia, en gran medida debido a la guerra interna que vivimos por espacio de
20 años y en la que fueron asesinados más de 70 mil peruanos, la mayor parte de
ellos indígenas y campesinos. La Confederación Campesina del Perú, a la que yo
pertenezco, tenía bases populares casi en todo el país y luego de la guerra
interna quedaron dos o tres federaciones, con lo cual se debilitó la
organización.
LA FARSA DEL GOBIERNO DE HUMALA
Al
referirse al gobierno de Ollanta Humala, este luchador popular hace un
sintético y esclarecedor perfil del actual presidente peruano:
-
El liderazgo de Humala es prefabricado, es una farsa. Él fue un fujimorista
servil y por eso lo pusieron de comandante en un cuartel en Locumba en el
departamento de Tacna. Cuando Vladimiro Montesinos, el asesor de Fujimori,
necesitaba fugarse le ordenó que se insurreccionara, entonces Humala sacó a los
soldados de la guarnición y luego llamó a Radio Programas del Perú (RPP) para
anunciar que se había levantado contra la dictadura. En ese levantamiento
contra el gobierno de Fujimori no hubo ningún herido, ni siquiera un rasguño.
Cuando llegó Valentín Paniagua al gobierno se rindió ante él, estuvo pocos días
preso, luego se le concedió una amnistía y en el gobierno de Alejandro Toledo
fue enviado como agregado militar a Francia y Corea del Sur. Además, Humala se
enorgullece de las felicitaciones que recibió de sus superiores. En el Perú los
altos mandos militares solo felicitaban en los años de la guerra interna a los
que mataban en la selva. Y hubo militares que se negaron a matar inocentes y
tuvieron que fugarse del país para que no los mataran a ellos, pero a Humala lo
felicitaron. Y curiosamente su hoja de servicios militares se perdió.
LA GENTE NECESITA AGUA Y
NO ORO PARA VIVIR
Blanco
Galdós es enfático cuando habla sobre el extractivismo. Si bien apoya y destaca
a los gobiernos progresistas de Suramérica “porque
verdaderamente han tomado medidas contra el imperio y contra las políticas
neoliberales, y además han surgido gracias a movimientos populares fuertes”,
es crítico de proyectos como la construcción de la carretera en el Tipnis en
Bolivia, la explotación del Parque Yasuní en Ecuador, y la falta de atención a
la comunidad indígena de los yukpas en Venezuela por parte del gobierno del
presidente Hugo Chávez.
“La gente –sostiene en tono
enfático- necesita agua y no oro para
vivir. Como ahora ya no hay vetas de oro, lo que se hace es explosionar cuatro
toneladas de roca para sacar un grano de oro, eso en cualquier parte es un
desastre y es nocivo, en el caso del proyecto Conga en el Perú es criminal. Sin
oro, repito, se puede vivir, ahora si se requiere para algunos instrumentos hay
bastante depositado en los bancos del mundo”.
“En Conga, la empresa
minera está armando escuadrones paramilitares con campesinos de la región de
Cajamarca para que ataquen a sus paisanos y vecinos de la región que se oponen
al proyecto minero. Lo que termina siendo es un enfrentamiento entre
campesinos. Ello se debe a que es el gran capital el que gobierna el Perú”.
- ¿Dada su postura de firme defensor del
medio ambiente, se considera próximo al ecosocialismo?
-
Cuando estoy en Europa digo que soy ecosocialista, pero cuando estoy en
Latinoamérica me da vergüenza decir que lo soy porque un mapuche chileno me
dice que ellos están en contra del gobierno socialista de Bachelet y los
indígenas bolivianos y ecuatorianos me dicen que están luchando contra el
ecosocialismo. Pero sí, yo me considero ecosocialista.
Rebelión ha publicado
este artículo con el permiso del autor mediante una licencia
de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras
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