Por
el colectivo editorial. SubVersiones, Agencia Autónoma de Comunicación
“Si no estás
prevenido ante los medios de comunicación,
te harán amar al opresor y odiar al oprimido”
te harán amar al opresor y odiar al oprimido”
–Malcom X
Si la
llegada de Enrique Peña Nieto a la presidencia de México estuvo definida por tendencias claras en
el flujo de la información masiva –a través de las grandes televisoras,
periódicos, radios y portales de internet–, diez meses de gobierno han dejado
claro que el cerco informativo no se limita a evadir las críticas hacia el
gobierno federal. Los medios de comunicación más poderosos de México están
participando activamente en el desprestigio de los movimientos sociales y en la
criminalización de aquellos individuos, colectivos, comunidades y procesos que
se empeñan en defender sus derechos.
Un ejemplo de dicha parcialidad son las líneas editoriales que se
han seguido para hablar de las protestas de la Coordinadora Nacional de
Trabajadores de la Educación (CNTE) en la Ciudad de México. La construcción de
estereotipos, prejuicios y acusaciones hacia los maestros que protestan contra
la reforma educativa es de los más vigorosos ataques que se han emprendido recientemente:
“vándalos, flojos, irresponsables,
mitoteros, irrespetuosos, bárbaros…”, son algunos de los calificativos con
los que se construye la opinión pública para defender deliberadamente las
reformas del gobierno mexicano y desprestigiar a sus opositores.
Las demandas de la CNTE han sido reducidas por los grandes medios, como Excélsior,
a través de Yuriria Sierra, a niveles ridículos. Ella, por ejemplo,
comenta que “[los maestros]…entonan ese ‘no a la reforma’, que más bien
es un ‘no a la evaluación’”. Sin
embargo, no mencionan nada sobre otros aspectos contra los que protesta el magisterio, como las medidas privatizadoras
de la educación, la legalización del cobro de cuotas y del despido masivo.
Independientemente de la opinión individual o de las posturas políticas de
los comunicadores, constituye un acto de desinformación que desde los medios
masivos se dicten los juicios en lugar de motivar el diálogo y aportar
elementos a la ciudadanía para la construcción de sus propios criterios.
Profesionales, activistas y formas de ejercer el
periodismo
Ante
este tipo de embates, vale la pena preguntarse nuevamente ¿qué es el
profesionalismo?, ¿está relacionado estrechamente con el dinero?, ¿con los años
de experiencia?, ¿con la academia?, ¿cuál es la relación entre ética y
profesionalismo?
Una
base importante para el ejercicio de los medios libres, son los
proyectos de periodismo social o humano: aquellos medios cuya perspectiva es
generar información para entender y transformar la realidad hacia la dignidad y
la justicia. Proyectos como Periodistas de a Pie, El Faro o Desinformémonos son sólo algunos ejemplos de trabajo que
tiene como objetivo cambiar la sociedad.
Habría que empezar por aclarar las tareas que desarrolla un activista, no
para intentar definiciones cerradas pero sí para reconocer lo constructivo que
puede resultar contar con personas que, de manera voluntaria, destinan buena
parte de su tiempo a la construcción de alternativas al modo de vida que nos
mantiene así, divididos y enfrentados. Encontramos valores que se repiten:
solidaridad, honestidad, voluntad de debate, de construcción. Hay muchos
matices y gran cantidad de luchas: por la vida, por la justicia, por la
dignidad, por la libertad.
Con estas consideraciones, algunos podremos decir que sí se realiza “activismo” desde el propio ejercicio de
la profesión y que, además, se requiere del mismo rigor, análisis, contraste y
verificación de fuentes, capacitación e investigación que debiera tener
cualquier otro ejercicio de periodismo “profesional”.
El interés principal de los medios independientes es romper el cerco
mediático que prevalece en el país, comunicar para transformar la sociedad,
no para vender. En muchas ocasiones, los medios corporativos recurren y
republican a los medios independientes porque tienen trabajo periodístico de
calidad y porque cubren realidades que ellos han dejado de mirar. Y, a veces,
ante lo innegable, no quieren perder la tan peleada audiencia.
Para Ulises Castellanos, entre más años en el oficio, mayor legitimidad
tiene el fotógrafo. Si fuese así, la sola existencia de los periodistas
cínicos: “gente que entra por
motivos de dinero, de carrera, que no tiene nada que ver con nuestra vocación”
sería garantía de su profesionalismo.
Por el contrario, lejos de buscar que el gremio reconozca a los medios
emergentes, la mayoría de éstos busca priorizar la ética por encima de los
intereses de las empresas mediáticas, simplemente porque lo fundamental es su
quehacer social.
En este sentido, estamos seguros de que la ética periodística no se
garantiza con una trayectoria académica o historial laboral amplio, o porque un
documento deontológico lo estipule, sino que depende del compromiso y formación
constante de quien lleva a cabo esa actividad –o cualquier otra–.
El periodismo ciudadano, categoría en la que no nos identificamos nosotros
como Agencia SubVersiones ni Gustavo Ruiz Lizárraga como colaborador de este
proyecto, tampoco es desdeñable o inválido. Se refiere, comúnmente, a la
necesidad de la población de ejercer su derecho a informar y/o opinar sobre los
sucesos noticiosos con los que se enfrenta. Sus posibilidades son muy amplias
gracias al acceso a tecnología y a las herramientas que ofrece internet. Es
posible que estos ejercicios carezcan de algunos elementos periodísticos y su
esfuerzo llegue a ser más espontáneo, sin embargo, los productos de esta
actividad han servido como fuentes y testimonios de múltiples sucesos, a nivel
mundial.
Muchos periódicos, actualmente, invitan a sus lectores a ser partícipes de
la generación de noticias a través de redes sociales e internet. Este
ejercicio, aunque bastante limitado, hace posible que cualquier persona se
asuma como reportera (hasta la tía de Ulises Castellanos cabe en la definición,
como bien señala él). Lejos de representar una competencia para los periodistas
profesionales, podría vislumbrarse este momento como una oportunidad para
democratizar los medios.
La multiplicación de estas prácticas y el reconocimiento de la actividad
periodística en horizontes tan amplios no tiene como objetivo generar
competencia a aquellos que se reconocen como “verdaderos profesionales” del periodismo, hace falta entender que
–si bien los medios libres buscan generar alternativas al uso de los medios
para beneficio de los poderosos–, un ejercicio no sustituye al otro.
Sobre ideología y el sentido de la comunicación
A
estas alturas, ¿quién se plantea seriamente dejar la comodidad de los hoteles,
las becas y los reflectores para dejar de ser políticamente correctos y
afectar los intereses de quienes pagan las cuentas? Muchas personalidades
públicas del periodismo en México se dedican a defender y a proteger a la gente
con poder en nuestro país: grandes empresarios, gobernantes, crimen organizado.
Los medios emergentes, libres, independientes, sociales, humanos o como se
les quiera nombrar; buscan construir formas alternas al trabajo competitivo;
reconocerse y colaborar, construir relaciones más igualitarias y conocimiento
libre. Y lo hacen en una época difícil para un periodismo crítico en el mundo: tan solo en 2013, han sido asesinados 38 periodistas y 19
ciudadanos por sus labores informativas; y encarcelados, por los mismos
motivos: 180 periodistas y a 160 ciudadanos. Es una decisión que va acompañada
de convicciones firmes y valientes. En este contexto, construir un discurso
propio puede costar la libertad o la propia vida. Pese a ello, existen cientos
de personas trabajando por construir un periodismo libre, personas que tratan
de consolidar procesos formativos para romper con el esquema frío y duro del
periodismo que se autodenomina ‘objetivo’
e ‘imparcial’.
Sobre este punto habría que acotar que todos nuestros actos individuales y
colectivos responden al conjunto de ideas fundamentales que caracterizan
nuestro pensamiento, de manera que nadie está “des-ideologizado” sino que respondemos a creencias, valores,
intereses y concepciones sobre la realidad.
Cuando el fotógrafo toma, selecciona, edita y difunde materiales, lo hace
bajo una línea editorial, bajo una posición; lo hace bajo las consideraciones
que le permitirán que sus materiales se vendan en las agencias o que se
publiquen en los medios en donde trabaja. En este contexto, ¿habría que
reintegrar al debate sobre el periodismo la pregunta sobre si la objetividad existe o no? Por nuestra
parte, reivindicamos a la subjetividad como parte del ejercicio periodístico y
de la vida; y a la presunción de objetividad
e imparcialidad como parte la falsa
ideología, que se niega a reconocer públicamente el sentido de su trabajo.
Del mismo modo, consideramos urgente abordar el tema del discurso: ¿cuál es
el sentido de la comunicación? ¿Por qué defender el derecho a informar? ¿Cuál
es el papel de los medios independientes y de los periodistas ciudadanos?
Quedan estos elementos para entretejer un debate serio y bien argumentado.
Fotógrafos independientes
En el
caso del periodismo gráfico, es posible vislumbrar una nueva generación de fotorreporteros,
un grupo numeroso de fotógrafos que registran sistemáticamente los
acontecimientos y le dan un sentido específico a su ejercicio.
Ante un Estado ilegítimo y autoritario, ¿cómo apostamos a decir las
verdades que es necesario decir?, ¿cómo combatimos, a través del uso de los
medios de comunicación –independientes o no– la hegemonía informativa al
servicio de los poderosos? Tal vez, la labor de registrar y transformar la
historia de nuestras sociedades no está supeditada a apellidos engorrosos que
nos dividan.
“Nadie que sea inocente tiene porque (sic) pisar la cárcel, nadie”, afirma contundentemente el periodista en
cuestión. La frase por sí sola es insoslayable y se hace pedazos en el marco de
un sistema de justicia como el mexicano, que ha demostrado constantemente su
incompetencia y arbitrariedad; desde la redacción de sus leyes hasta la manera
en que se llevan a cabo los procesos legales y se determina la culpabilidad o
inocencia de los acusados.
Regresando al caso de Gustavo Ruiz Lizárraga, al periodista independiente
se le acusó inicialmente de “Ataques a
la paz pública (utilización de sustancias tóxicas, incendio,
inundación o violencia extrema)”, “Contra el ejercicio legítimo
de la autoridad”, “Portación,
fabricación e importación de objetos aptos para agredir” y “Resistencia de particulares (se oponga o
resista)”.
Ante la presión internacional y múltiples pruebas de su inocencia, ayer 10
de septiembre de 2013, después de un proceso plagado
de ilegalidades, se le dictó auto de formal prisión por los delitos
de ultraje y resistencia de particulares.
Habría
que enfatizar que las pruebas
registradas en video y fotografía, son evidencia de que sólo es
culpable de trabajar con compromiso y seriedad para evidenciar los abusos
policiacos, como uno más de los temas en los que NO HAY QUE CALLAR ante
la injusticia.
REFERENCIAS:
Sabina
Berman (11 de junio de 2012). «Peña Nieto y Televisa». Proceso.
Redacción
AN (30 de agosto de 2013). «Cruzada
contra la CNTE en medios y redes sociales». Aristegui
Noticias.
Yuriria
Sierra (4 de abril de 2013). «Maestros de
la ironía». Excelsior.
Luis
Hernández Navarro (15 de enero de 2013). «Las
mentiras sobre la reforma educativa». La Jornada.
Ulises
Castellanos (7 de septiembre de 2013). «Fotógrafos
¿Independientes?». Milenio.
«#ALERTA: Policías capitalinos agreden y detienen a
periodistas durante manifestaciones del #1SMX» Article 19.
«Declaración Pública: AI urge el respeto de la libertad
de expresión y del derecho a un juicio justo para dos periodistas detenidos
durante manifestaciones» Amnistía Internacional.
«Detenciones y agresiones a periodistas en protestas
contra las reformas educativas» (3 de septiembre de 2013). Reporteros sin fronteras.
Jesús
Robles Maloof (4 de septiembre de 2013). «Detenido
por encender su cámara» http://www.sinembargo.mx/opinion/04-09-2013/17159
Eugenia
Jiménez. «Preocupa a AI periodistas
consignados por marcha #1SMx». Milenio.
«#1SMX Auto de formal prisión para los detenidos: ¡los
queremos libres y absueltos!» Agencia Subversiones.
Periodistas
de a pie. Sitio web.
El
faro. Sitio web.
Desinformémonos. Sitio
web.
Arturo
Cano. «Reflexiones de Kapuscinski sobre
el periodismo». Rebelión.
«Barómetro de la libertad de prensa. Periodistas muertos
2013». Reporteros sin fronteras.
OTRAS FUENTES:
Jenaro Villamil (27 de agosto de 2013). «La
CNTE, manual mediático para inducir al odio». Proceso.
Verónica
Díaz Rodríguez. «Kapuscinski, no todo
está perdido». Contralínea.
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