DF, México: 1SMX: Relatoría de hechos. No somos víctimas, somos guerreros contra el capital y el Estado.
por
Aníbal Khan, (A)narquista Combatiente
07 Septiembre 2013
A los compañeros que luchan en el
mundo entero.
Al opresor, tirano, cómplice o fascista -en suma- al enemigo:
Al opresor, tirano, cómplice o fascista -en suma- al enemigo:
Debido a cuestiones que muchos conocemos y que serían
demasiado extensas y carentes de sentido colocar aquí, diversas regiones del
mundo están viviendo este momento procesos de desobediencia, de rebeldía,
dignidad y coraje. En un mundo en el que la principal exigencia es simplemente
que nos dejen vivir, son cada vez más los que listos están para luchar.
El mundo se cambia luchando, no
cambiará ni por devenir histórico -como creían los marxistas- ni lo hará porque
los opresores decidirán hacer caso a nuestras peticiones y de pronto cesen de
abusar. El enemigo, aquel que busca perpetuar el ejercicio del poder o
monopolizar el mismo, sólo va a ceder tras largos combates, y jamás será algo
voluntario; ellos van a utilizar todo lo que tengan a su alcance para asegurar
continuar ejerciendo poder, o para vanagloriarse de poder alcanzarlo; nosotros
evidentemente, no lo vamos a permitir.
El choque era y seguirá siendo inevitable mientras existan los que deseen oprimir y los que no vamos a permitir que se tiranice al prójimo. Choque en el cual un grupo terminará destruyendo al otro, pues opresión y libertad no pueden ir juntos, ni existir mientras el otro lo haga. Ambos bandos hemos utilizado todos los medios que están a nuestro alcance para imponernos, y así seguirá sucediendo. Es claro entonces que esto no es una mera discrepancia de intereses, es evidente pues, que estamos en guerra.
El choque era y seguirá siendo inevitable mientras existan los que deseen oprimir y los que no vamos a permitir que se tiranice al prójimo. Choque en el cual un grupo terminará destruyendo al otro, pues opresión y libertad no pueden ir juntos, ni existir mientras el otro lo haga. Ambos bandos hemos utilizado todos los medios que están a nuestro alcance para imponernos, y así seguirá sucediendo. Es claro entonces que esto no es una mera discrepancia de intereses, es evidente pues, que estamos en guerra.
Como Anarquistas, libertarios y seres
amantes de la libertad, nos encontramos librando una guerra encarnizada contra
el Estado, en la cual hemos demostrado década tras década que estamos
dispuestos a vender cara la piel, con la esperanza de que contribuya aunque sea
levemente a nuestra victoria sobre la opresión.
Yo, junto con otros compañeros el
Primero de Septiembre, fui golpeado por las tropas estatales –los policías
antimotines- fui sometido y acabado a patadas, tundido a golpes durante varios
minutos antes de perder el conocimiento; mientras eso sucedía, los sirvientes
del Estado capturaban y encerraban a compañeros, a su vez que colegas nuestros
les hacían pagar caro el hecho de trabajar para el Estado, fuego, sangre,
rabia… qué demostración de furia dimos ese día.
A todo ello, considero importante señalar…
Yo no soy víctima de la represión policial, y de haber caído preso no hubiese
sido un preso político ¿por qué? Yo no soy “víctima”
de nada, soy un combatiente que lucha contra el Estado, un guerrero que pelea
en esta guerra sin cuartel contra el enemigo. Ellos disparan balas de goma,
nosotros arrojamos molotovs, ellos lanzan gas, nosotros respondemos con
petardos, tienen macanas, nosotros palos, piedras, rabia y una muy mala
actitud. Aquí nadie es “víctima” de
algo, somos todos combatientes, los granaderos se ven obligados defenderse de
nosotros, así como lo hacemos a su vez del Estado y Capital; se puede ver el
miedo en su rostro mientras los golpeamos, y hacen bien en temernos –los
anarquistas no ofrecemos cuartel a los enemigos de la libertad-.
Un preso político, es aquel al que
encierran por incomodar, porque sus ideas son peligrosas y pueden contagiar a
otros. Si bien ese es el caso de muchos anarquistas, otros están presos no sólo
por sus ideas, sino por sus acciones, aquel actuar que se traduce en una
ofensiva hacia el Estado, en una agresión a la tiranía ¿y cómo va a responder
el déspota ante nuestros ataques? Se verá obligado a defenderse, encarcelando,
desapareciendo o torturándonos ¿por qué? Puesto que esto va más allá de la
presión para lograr reformas o cambios, nos encontramos librando una guerra que
sólo terminará cuando tengamos las cabezas de los opresores en picas, y sus
tripas sirvan de abono a nuestros huertos.
Los Anarquistas entonces, no somos
presos políticos: somos prisioneros de guerra. Como tales, debemos estar
orgullosos, no rebajarnos ni victimizarnos; “víctimas
de la represión policial” son aquellos civiles que se manifiestan de manera
pacífica y que sin razón alguna son golpeados; mas nosotros no estamos
acudiendo a las manifestaciones a que nuestra voz sea escuchada y atendida por
los gobernantes; nosotros vamos para que nuestros gritos de guerra resuenen por
las calles y hagan estremecer a los de arriba, para enfrentarnos a sus esbirros
y causarles las mayores bajas, pérdidas y daños posibles. Estamos aquí para
luchar y estaremos allá para combatir, es ése el papel del anarquista, es por
ello que nos temen, y es con justa razón que son brutales con nosotros; y
tienen motivos de sobra para ser brutales: Nosotros lo seremos con ellos.
A nosotros no nos pueden comprar con
su dinero o sus lujos, sus ofertas carecen de lógica para nosotros, y allí
radica nuestro peligro. No nos vamos a rendir, no vamos a ceder, no nos van a
parar, somos cada día más los que hemos convertido nuestro hartazgo en rabia,
nuestra impotencia en empoderamiento y uso de nuestra fuerza. En todo el mundo,
las líneas horizontales desestabilizan cada vez más a sus tronos, nosotros no
empezamos con las agresiones, pero ahora que guerra han buscado, guerra tienen
y seguirán teniendo hasta que sus vísceras revienten y se desangren.
Los anarquistas en México no somos
víctimas, a los anarquistas acá no nos encarcelan por “política”, nosotros los anarquistas de México, al igual que
ustedes, compañeros que luchan en el mundo entero, somos guerreros, y cuando
nos quebremos lo haremos vendiendo cara la piel, y llevándonos cuantas ruinas
del Estado podamos.
¡Lucha y guerra sin cuartel a la opresión!
¡Viva la libertad!
¡Vivan los que luchan!
¡Ánimo a los guerreros presos, que si están
encarcelados es porque el Estado les teme! … y hacen bien en temernos
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