El 22 de noviembre de 2013 se habrán cumplido ya 51 años de esta masacre. ¡Ni perdón ni olvido! |
x Cesar Aedo
LA MATANZA DE LA CARO ESTO ES LO QUE PASÓ
Publicado el 02/09/2013
ESTO ES LO QUE PASO EN LA POBLACIÓN JOSE MARÍA CARO, COMUNA DE LO
ESPEJO.
Documental Urbano Autogestionado, investigación de Cesar Aedo Parra,
acerca de los trágicos sucesos ocurridos el lunes 19 de noviembre del año 1962
en la población José María Caro, actual comuna de Lo Espejo.
Más
información:
Los jóvenes reconstruyen la historia de la Matanza de La Caro
x Colectivo Cultural Hijos de La Caro
Ahora
nos congregamos a decir que el recuerdo es inolvidable y el perdón aún
inalcanzable, nos congregamos para recordar pero también para mirar el futuro,
pues el pasado siempre es presente mientras las acciones del ser humano se
guíen por la memoria social.
Muchos pobladores de la Población
[barrio de chabolas] José María Caro (ubicada en la Comuna de Lo Espejo) se
sumaron a la movilización, y comenzaron a bloquear la línea del tren ubicada en
calle Santa Anita con Buenaventura. Carabineros no fue capaz de frenar el
descontento popular, por lo que militares se hicieron presentes para dar fin al
asunto. El saldo de aquel "lunes
rojo", fue de 5 personas asesinados por balas de guerra provenientes
de uniformados de la Fuerza Área.
Durante la tarde del sábado 18
de Noviembre, en el mismo lugar en que en 1962 se produjo la "Matanza de La Caro", el
Colectivo Cultural Hijos de La Caro, invitó a sus vecinos a "hacer memoria", a reconstruir
la historia local, las vivencias de sus propios padres o abuelos; en definitiva
a crear identidad. Se cortó la calle, se pintó un mural y se levantó un
escenario, por el cual pasaron varios artistas populares de diversa índole:
cabros Hip-Hop, rockeros, trovadores, batucadas, etc.
A continuación ajuntamos un
excelente documento histórico confeccionado por la gente del Colectivo Cultural
Hijos de La Caro, que narra mejor que nadie, los hechos de aquel 19 de
Noviembre de 1962.
Reseña histórica de la Matanza de La Caro
Primero
que todo y antes que nada, debemos aclarar algunas cosas para partir. Lo
sucedido en nuestra población, en la José María Caro, es un hecho que ha
marcado a varias generaciones, sobre todo a las que vienen antes de nosotrxs
lxs jóvenes, pues son ellas las que más «recuerdan» lo sucedido aquel día lunes
19 de Noviembre de 1962. Y esto no deja de tener un significado especial para
nosotrxs, "Colectivo Cultural Hijos de
La Caro", pues creemos que este hito marca a sangre tanto nuestra
Historia Poblacional como nuestra propia «Memoria Social».
Haciendo un poco de «memoria»
Usted
a lo mejor se preguntará para qué hacer «memoria». Nosotrxs, desde nuestra
posición y condición de jóvenes pobladores de la José María Caro, le
respondemos: para saber quiénes somos, para saber por qué estamos como estamos,
para saber a dónde vamos, para saberestas y muchas cosas más. La memoria, como
dicen por ahí los estudiosos, sirve para reafirmar nuestra «identidad Carina»,
para guiar nuestras acciones, para darle sentido a nuestras vidas para esto y
para muchas cosas más. Es por ello, que como colectivo y como jóvenes
pobladores, pretendemos con esta pequeña Reseña Histórica de La Matanza de La
Caro, rescatar uno de los hitos de nuestra «Memoria Social», uno de los
acontecimientos que nuestros queridos viejxs recuerdan más que nosotrxs lxs
jóvenes, pues ellos lo vivieron o bien sus papás se lo contaron.
Pero a nosotrxs casi nadie nos
ha dicho qué sucedió y por qué sucedió, y nosotrxs queremos saberlo no para
llorar ni derramar lagrimas a diestra y siniestra, sino para recordarlo y
contárselo a las nuevas generaciones, aquellas que tienen el derecho de saber
qué sucedió, y así este hecho, y muchos más que se cometieron contra el pueblo,
no queden impunes ante el tribunal de la historia y la memoria.
¿Qué sucedió el 19 de noviembre de 1962?
Ahora
bien, lo que sucedió aquel lunes 19 de Noviembre no se puede entender sin saber
un poco lo que estaba pasando en nuestro país para la década de 1960. Durante
esta década se desarrollan movilizaciones sociales que responden a una serie de
«alzas de precios y reajustes salariales»
que día a día iban afectando más al pueblo chileno, y sobre todo a los más
pobres de nuestro país. Ante esta situación el pueblo respondió como siempre lo
ha hecho, con paros de actividades y huelgas laborales, pues han sido las
únicas armas que ha tenido el pueblo durante su historia para hacer frente a
los atropellos de los gobiernos de turno.
Es así como durante el mes de
Noviembre se desarrollan manifestaciones en contra del alza de los precios y
del reajuste mísero que proponía el gobierno para los trabajadores chilenos.
Esto es lo que sale en el diario El Siglo como titular del día 6 de noviembre
de 1962: "TODO EL PAÍS PROTESTA
CONTRA LAS ALZAS" (1). Las movilizaciones se efectuaron el día 7 de Noviembre, y reunieron
a miles de trabajadores que protestaban en contra de las medidas del Estado.
Sin embargo, estas
movilizaciones no lograron revertir la situación en la que se veía inmerso el
pueblo chileno, pues las alzas seguían y los reajustes de salarios se mantenían
como el gobierno lo deseaba, y lo más dramático es que esta situación económica
no mejoraría. Es así como el mismo diario trata esta triste noticia que marcará
el devenir económico del pueblo: ¡DESASTRE ECONÓMICO TOTAL!, subtitulando:
Ministro de Escobar anunció nueva devaluación y nuevas alzas para Enero. Los
liberales corcovean (2)
Ante esta situación, la
Central Unitaria de Trabajadores llama a un Paro Nacional por 24 horas para el
día 19 de Noviembre, llevando como estandarte los mismos lemas: ¡NO MÁS ALZAS Y
MEJORES REAJUSTES SALARIALES! El paro comenzó a prepararse con anticipación,
según el mismo diario, y no tenía mayor propósito que advertir al gobierno que
los trabajadores y el pueblo no seguirían tolerando medidas económicas que
afectaban su diario vivir.
El gobierno hizo oídos sordos
a las reivindicaciones que exigían tanto la CUT como otras Federaciones de
Trabajadores, y no estableció negociaciones que pudieran detener dicho paro.
Por lo demás, los trabajadores estaban dispuestos a llevar a cabo este paro,
con el objetivo de demostrar el descontento generalizado ante las políticas
económicas del gobierno de Jorge Alessandri.
¿Pero qué pasó el día 19 de noviembre de 1962
en La Caro?
La
respuesta más fidedigna y reveladora es que en nuestra población se cometió una
masacre contra el pueblo y, en particular, contra los pobladores de la José
María Caro. Sin embargo, cuando se comienza a escudriñar en cómo se
desarrollaron los hechos ese día lunes «Rojo»
de Noviembre, nos damos cuenta que la historia choca con la memoria, los
testimonios reales chocan con los testimonios oficiales, pues la memoria posee
olvidos, y también posee esa característica de que cada día que pasa se
enriquece más con su propia interpretación, aunque ésta esté en desacuerdo con
la oficial.
No obstante, les contaremos lo
que nosotrxs sabemos, lo que nos han contado nuestros abuelos y abuelas, lo que
nos han contado nuestros padres, tixs, vecinxs y amigxs; pero también lo que
nos han contado profesores, maestros y la historia oficial. Pero sobre todo, lo
que nosotrxs sentimos y hacemos nuestro, es decir, el dolor inolvidable y el
recuerdo siempre presente.
Como señalábamos
anteriormente, la CUT había llamado a Paro Nacional, a lo cual respondió una
parte importante de los pobladores de la José María Caro, pobladores que
llevaban habitando este espacio social y humanizado no más de 3 años,
pobladores que venían de diferentes lugares de Santiago (es cosa que le
preguntemos a nuestrxs abuelxs) y que decidieron venir a colonizar esta parte
al sur de la ciudad, pobladores pobres que se echaron los trapos, ropas y pocos
enseres al hombro y partieron a habitar sus humildes casas, pobladores (abuelos
y abuelas en la actualidad) que no tenían ni riquezas ni empresas, tampoco
negocios y latifundios, sólo los anhelos de poseer su casa propia, un lugar
donde ser y estar, un lugar donde hacer y construir historia.
Según una tía de un amigo, que
nos envió su testimonio desde el viejo mundo, como suelen decir algunos, los
hechos fueron así: "la CUT había
ordenado paro nacional, así que algunos trabajadores paraban a los que iban a
trabajar". No vamos a entrar en juicios morales y condenar a aquellos
pobladores que decidieron no adherirse al paro, pues no sabemos realmente lo
qué los hacía tomar esta decisión, pues recordemos que en nuestra patria es
común que el trabajador sea castigado con el despido por los patrones si no
asiste a su lugar de trabajo.
Pero, bueno, sigamos. Según el
mismo testimonio de la tía de nuestro amigo y de las propias historias que hemos
recogido en el ir y venir por nuestra población, podemos contarles lo
siguiente. Durante el día que se acordó el paro nacional, los pobladores de La
Caro, tratando de asegurar que el paro fuera efectivo, comenzaron a congregarse
en la intersección de las calles Buenaventura con Santa Anita (para lxs jóvenes
que aún lo recuerdan, en el paso vehicular que ahí existía). En este lugar los
pobladores, en un claro gesto de apoyo al paro, comenzaron a colocar durmientes
sobre la línea férrea con el propósito de evitar tanto el paso de vehículos
como así también el del tren.
Lo anterior se debe a que,
como lo indica El Siglo, una de las pocas Federaciones de Trabajadores que no
adhirió al paro convocado por la CUT fue precisamente la de los empleos de
Ferrocarriles del Estado. Es por esto que el tren, pensaban los pobladores,
seguiría funcionando normalmente, pero, sin embargo, la empresa estatal había
decidido no realizar viajes ese día, no por decisión voluntaria al paro
nacional, sino simplemente por las presiones de los trabajadores del pueblo. La
población José María Caro no estuvo ajena al movimiento y fue así como
numerosos pobladores se reunieron a lo largo de la línea del tren para
protestar, armando barricadas con la finalidad de evitar que el tren siguiera
su recorrido (3).
Fue en este contexto cuando
hicieron el arribo al lugar las fuerzas represivas del estado, no sabemos con
exactitud quiénes llegaron primero (si los milicos, o los pacos o quén más),
pues los testimonios y la memoria social tiene una versión y la memoria oficial
otra. "en eso llegaron los pacos del
grupo móvil y empezaron a agarrar y a pegar a todos los que se ponían por
delante. Lo que hizo que los pobladores reaccionaran" (4).
Lo que sí sabemos, tanto desde
la memoria oficial como desde la memoria social, es que las fuerzas represivas
llegaron con el propósito de echar abajo la manifestación popular que se estaba
desarrollando, y para esto utilizaron lo que siempre han utilizado: balas
contra el pueblo inerme, bombas lacrimógenas para hacer irrespirable el único
bien que le es gratis al pueblo aún: el aire. "llegaron los milicos de la Fuerza Aérea y empezaron a disparar,
disparaban comoquien mata pájaro" (5).
Lo otro que sí sabemos es que
las fuerzas represivas sí cumplieron su propósito y de paso dejaron varios
muertos y heridos. Muertos y heridos que hoy recordamos, muertos y heridos que
engrosaron la lista de víctimas del terrorismo de estado que siempre ha
imperado en nuestro país, muertos y heridos que para nosotros son unos mártires,
pues lucharon ese día para darle mejor pasar a los suyos, a nosotros.
Cuando escribimos estas líneas
es inevitable que el corazón se encoja, que las lágrimas quieran salir, que la
memoria social se enriquezca, que "ni
el perdón ni olvido" sean latentes. Y esto por la sencilla razón de
que quienes murieron fueron personas como usted o como nosotrxs, es decir,
humildes pobladores, esforzados trabajadores, padres de familias, hijas
esforzadas; en el fondo, hombres y mujeres del pueblo, hombres y mujeres que
por el sólo hecho de vivir en una población y, algunos, participar en una
manifestación fueron asesinados. La lista es la siguiente:
"MUERTOS:
NEMESIO BARRAZA, 25 años, comerciante ambulante, Población José María Caro,
manzana 96, casa 4015, herido a bala tetilla izquierda; JORGE MIRANDA, 28 años,
comerciante Vega Central, casado, José María Caro 177, casa 4884, herido a bala
abdomen; ELSA RAMÃREZ
CASTRO, 16 años,
soltera, operaria, José
María
Caro manzana 95, sitio 338, falleció a
las 14.25 horas en el Hospital Barros Luco, herida a bala en la región inginal
[sic] izquierda; HIPÓLITO BREVIS RETAMALES, 22 años, soltero, pintor, José
María Caro manzana 13, casa 5558, herido a bala en el cráneo, falleció a las
17.25 horas en el Hospital Barros Luco; RICARDO CUBILLOS QUEZADA, 15 años,
soltero, obrero, José María Caro, manzana 95, casa 3963, herido a bala en la
región abdominal, falleció a las 17.50 horas en el Barros Luco"(6)
Esto es lo que indican los
registros oficiales, los que se guardan en los «archivos nacionales», lo que dice la memoria oficial. Sin embargo,
para quienes vivieron ese día, para quienes lo presenciaron, los muertos fueron
más y no por la razón que cuantitativamente lo fueran, sino que por el hecho de
que ese día se perpetró una MATANZA CONTRA LA CARO, contra todos sus
habitantes, pues la mayoría de los que murieron eran personas como usted o como
nosotrxs, y fueron víctimas de la irracionalidad con que actúan siempre las
fuerzas represivas; del odio que ha logrado instaurar en los pacos y en los
milicos, que en el fondo son parte del mismo pueblo (nos referimos a los pelaos
conscriptos y los cabos de más bajo rango), el estado; fueron víctimas y aún lo
son de una guerra sin cuartel.
"Los
Carabineros procedieron brutalmente. Persiguieron a hombres, mujeres y niños,
por las calles y casas, disparando bombas lacrimógenas y armas de fuego incluso
dentro de las modestas y débiles" (7).
En el momento en que uno
empieza a hurgar en las historias de cada una de las víctimas, se abren mil
historias más, mil realidades que reflejan la vida misma de quienes con-vivimos
en una población, pues son historias que para la mayoría de los humanos son
comunes y corrientes, pero que para cada una de esas familias y ahora para
nosotros son la esencia de lo que es La Caro.
Es así como sale a la luz la
historia de Elsa Ramírez Castro, una joven adolescente de 16 años que ni
siquiera participaba de la manifestación, fue muerta por una bala que atravesó
las delgadas paredes de su hogar, esas delgadas paredes que se paraban la vida
privada de la pública, esa delgadas paredes que no eran más que de Cholguán o
madera terciada, esas delgadas paredes que con el tiempo se han vuelto de
material sólido gracias a la autoconstrucción de sus moradores.
En consecuencia, murió en su
propio hogar, dentro de su mundo, murió de una bala que atravesó las paredes de
su hogar para incrustarse en la región inguinal, cortándole la arteria femoral.
"Las balas que dispararon eran balas
de guerra que traspasaron las delgadas paredes de las casas que solamente eran
de cholguán, los muertos como ustedes fueron varios"(8).
Sólo les contamos esta
historia por motivos de espacio, pero como esta historia hay otras igual de
dramáticas. Ahora, qué culpa tenía esta joven para morir a tan corta edad;
acaso murió por el sólo hecho de que su casa no tenía paredes más gruesas, pues
el gobierno así las entregaba; acaso fue fortuita su muerte o fue producto de
una política de terrorismo de estado contra el pueblo; hay tantas interrogantes
que quedan sueltas y tantas explicaciones que aún exigimos.
¿Y ahora qué?
Ahora
nos congregamos en el mismo lugar de los hechos para recordar a nuestras víctimas,
para decir que aún están acá entre nosotrxs, pues las personas realmente mueren
cuando son olvidadas y nuestras victimas aún están presentes, ya que aún están
en nuestra memoria.
Ahora nos congregamos a decir
que el recuerdo es inolvidable y el perdón aún inalcanzable, nos congregamos
para recordar pero también para mirar el futuro, pues el pasado siempre es presente
mientras las acciones del ser humano se guíen por la memoria social. "La calle Santa Anita estaba llena de
gente, más que un paro parecía una fiesta. A pesar de que la línea estaba llena
de milicos, muchas personas estaban contentas"(9).
NOTAS:
(1) Diario El Siglo, Santiago de
Chile, Martes 6 de Noviembre de 1962, N°
3.582, Año XXIII.
(2) Diario El Siglo, Santiago de Chile, Sábado 10 de Noviembre de 1962, N°
3.586, Año XXIII.
(3) Historia de la Población Clara Estrella, en Constructores de Ciudad,
Editorial SUR.
(4) Testimonio de la tía de nuestro amigo.
(5) Historia de Población Clara
(6) El Siglo, Martes 20 de Noviembre de 1962
(7) El Siglo, Martes 20 de Noviembre
(8) Testimonio de la tía de nuestro amigo.
(9) Testimonio de una pobladora.
3.582, Año XXIII.
(2) Diario El Siglo, Santiago de Chile, Sábado 10 de Noviembre de 1962, N°
3.586, Año XXIII.
(3) Historia de la Población Clara Estrella, en Constructores de Ciudad,
Editorial SUR.
(4) Testimonio de la tía de nuestro amigo.
(5) Historia de Población Clara
(6) El Siglo, Martes 20 de Noviembre de 1962
(7) El Siglo, Martes 20 de Noviembre
(8) Testimonio de la tía de nuestro amigo.
(9) Testimonio de una pobladora.
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