Escrito por Marta
Molina.
Domingo, 15 Septiembre
2013
“Si yo les prestara mis ojos verían las cosas
muy diferentes” comentó esta mañana el profesor Alberto Patishtan en el interior del
CERESS 5 el día después de que los tres magistrados del Tribunal del Vigésimo
Circuito de Tuxtla Gutiérrez le negaran su libertad declarando infundado el incidente de reconocimiento de
inocencia interpuesto por el profesor tzotzil quien lleva 13 años en la
cárcel con una sentencia de 60.
A pesar de tener que asumir la
mala noticia que ratifica, de momento, su condena, el profesor se
mostró optimista a pesar de la decisión del tribunal y aclaró que no va a pedir
indulto. “De qué voy a pedir perdón,
dijo. Al contrario, ellos deberían de pedir perdón por lo que han hecho
conmigo. Quiero que se haga justicia y nada más”. Los próximos pasos, para
Alberto son seguir caminando y buscando la justicia, porque “sí existe la justicia, aunque las
autoridades no lo quieran reconocer”. La conciencia que trae limpia, dice,
es lo que le da tranquilidad, optimismo, ánimo y fuerza para seguir luchando
por la dignidad de los pueblos indígenas dentro de la cárcel.
“No soy culpable ni un delincuente. Como
sabrán, ayer estábamos esperanzados esperando que los magistrados demostraran
un poco de justicia sin embargo no fue así. Tendremos que salir fuera de
México para buscar justicia y no debería ser así. Queremos vivir en un México
libre y en paz. Hoy estoy indignado. ¿Por qué no se dio esta justicia? Las
autoridades están ciegas. La justicia esta ciega. Dicen ellos que mi inocencia
está infundada. ¿Cómo? Yo sólo dije la verdad. Mi verdad no puede ser
infundada, porque no estoy mintiendo. ¿Tal vez por mi color? ¿porque soy
indígena?, ¿porque soy pobre?
“Yo soy uno de los presos de muchos. Como
indígenas pasamos momentos difíciles en la cárcel por muchos motivos. Unos por
no expresarse bien -en español-, otros por no contar
con recursos económicos para pagar los abogados, por no contar con traductores.
“Aquí seguiré.
No voy a estar callado. Durante 13 años no me he callado ni me voy a callar.
Creo que la verdad va a salir algún día y la justicia va a salir. Estoy
tranquilo, aunque indignado pero voy a seguir echándole ganas para buscar la
libertad”.
“La libertad y la justicia son nuestras, y
tenemos que lograrlas”, sentenció el profesor mientras daba ánimos a
los otros presos políticos que siguen entre rejas en otras partes del mundo.
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