Alberto Arellano Majloc: La libre expresión y la difusión de información no son delitos: Xalapa, Ver., México
Activista narra lo sucedido la madrugada del 14 de
septiembre en Xalapa
Publicado
el 17/09/2013
Xalapa, Ver., 17 de septiembre
2013.- En rueda de prensa en el café Tierra Luna, Juan Alberto Arellano
Mariano, activista de la organización de medio ambiente La vida, poeta y
fotoperiodista comunitario del portal de izquierda Zapateando, expuso que la
libertad de expresión y el libre derecho de manifestarse fue violentada por el
uso de la fuerza pública que se limitó a aplicar la "ley del garrote" por encima del dialogo.
17
septiembre, 2013
Por
Noé Zavaleta/
Juan Alberto Arellano
Mariano, activista de la organización de medio ambiente Lavida,
poeta y fotoperiodista comunitario del portal de izquierda Zapateando exigió a
la Procuraduría General de la República y a la Secretaria de
Seguridad Pública que se le exonere de los cargos imputados el
pasado sábado por la madrugada, durante el desalojo de maestros, en donde se le
acusa de portar armas de
fuego y grapas de cocaína.
Arellano
Mariano señaló que su liberación se dio gracias a la presión que organizaciones
sociales, activistas, twitteros y medios de comunicación pusieron sobre la PGR:
“Los
pusimos a temblar”, dijo; sin embargo, Juan Alberto
Arellano lamentó que aun continué en proceso por delitos, que a todas luces le
fueron sembrados por fuerzas policíacas.
“Me
pusieron en libertad bajo fianza, pero el proceso penal en mi contra continúa”, explicó el activista, quien lamentó que durante su detención nunca se le
permitió hacer una llamada telefónica y sólo se le encerró, primero en los
separos preventivos de San José y posteriormente puesto a disposición del
Ministerio Público Federal, en donde le leyeron la cartilla de que era sujeto a
investigación por portación de armas y
drogas.
En
rueda de prensa en el café Tierra Luna, el colaborador de Zapateando expuso que
la libertad de expresión y el libre derecho de manifestarse fue violentada por
el uso de la fuerza pública que se limitó a aplicar la “ley del garrote”
por encima del dialogo.
En
un comunicado, el portal digital Zapateando se queja que Juan Alberto Arellano
fue golpeado y despojado de su cámara y que de no haber sido por las
manifestaciones afuera del Ministerio Público Federal
en la avenida Ruiz Cortines, Arellano continuaría preso por delitos federales
fabricados.
A
nombre de todos los activistas, Arellano exigió al gobierno de Veracruz un cese
a la represión y a la intimidación de la que varios docentes, activistas y
periodistas comunitarias han sido víctimas.
Durante
la conferencia de prensa mostraron videos y fotografías de las agresiones que
propinaron policías durante el desalojo de Plaza Lerdo.
Xalapa, Veracruz a 17 de septiembre de 2013
Carta de Majloc a raíz de su detención el 14 de
septiembre de 2013
A los medios de comunicación
A las organizaciones
A la sociedad civil
A los centros de derechos
humanos
A los pueblos de México
A los corazones solidarios
Compañeras y compañeros
presentes:
Quiero darles las gracias y extenderles un abrazo sincero como colegas.
Les hablo como compañero de lucha, como voluntad sensible a la injusticia, como
persona común, como ciudadano comprometido con su país y las causas justas. Les
agradezco su cobertura y mi libertad, sé que sin tantas voluntades hermanándose
contra la injusticia ejercida sobre manifestantes y medios el día 14 de
septiembre en la Plaza Lerdo de Xalapa, no les estaría hablando desde aquí,
desde afuera.
Quiero que mi testimonio sirva
de voz para los que no la han tenido, para quienes han sido privados de su
libertad por cualquier medio, por la mutilación de sus derechos, a
manifestación, a seguridad, a vida, a la libertad.
Quiero compartirles una noche
no grata, quiero reportar lo que se ha vivido, el miedo, el terror y sobre todo
el coraje e impotencia de la madrugada del 14 de septiembre. El terror vino
acompañado de luces destellantes, cegadoras. El terror fue macanas, equipo de
protección, cascos, guantes. El terror venía con descargas eléctricas. El
terror tenía la voz grosera. El terror no tenía conciencia e iba avanzando,
golpeando todo a su paso sin miramientos: sin corazón. El terror vino vestido
de azul, vestido de civil, vestido de policía estatal. El terror vino en un
número muy superior a la paz que se manifestaba y retiraba. El terror
simplemente no tenía invitación en este lugar. El terror se asomaba por el
palco gubernamental para ver el infame espectáculo que ha sido golpear a una
cansada, perseverante, apocada pero firme manifestación magisterial: en
retirada.
La violencia se hizo presente
el14 de septiembre, en vísperas de la celebración del día de independencia…
¿qué hay que festejar?, ¿que están vendiendo el país por pedazos?, ¿que están
desmembrando la estructura social desde el punto más primordial: la educación?
La formación del legado futuro de México: los niños. ¿Qué hay que
festejar?, ¿que hay violencia contra los pacíficos?, ¿que hay represalias
contra quienes defienden derechos de la sociedad?
La violencia afrentó contra
las manos vacías, contra las voluntades pacíficas, contra los maestros, contra
los estudiantes, contra los medios, contra las voces comprometidas. Mi voz es
la de ellos y ellas: de los que no están, la de los que han sido acallados, mi
voz es la de los golpeados, mi voz está indignada y pide libertad, libertad de
expresión, libertad de vida. Una vida libre de violencia pido para los futuros
xalapeños, veracruzanos, mexicanos. Sin miedo a salir a las calles a ejercer su
libertad, sin miedo a velar por la soberanía nacional.
La impotencia… de ser solo
manos nada más, contra los cientos de brazos armados, contra las cabezas huecas
y la rabia en la boca, contra las degradaciones de los policías al golpear, al
perseguir a la gente. Impotencia de ser sometido por policías y además por
civiles que pasaban por maestros. Impotencia de luchar desde el piso contra
muchos mientras se veía a unos metros cómo corría una pequeña cantidad de gente
perseguida por una masa azul con destellantes brillos, manos alzadas, y golpes
lanzados indiscriminadamente. Cómo arremetían gritando groserías y cómo se
cazaba a la gente, a esa gente de la manifestación, a esa gente que ya se iba,
a esos maestros, maestras y estudiantes que resistían, que creían, que
confiaban en el estado de derecho y
en la manifestación pacífica. Esos
maestros que se encontraron con una pesadilla maquinada, animada por gente sin
escrúpulos, por funcionarios ruines, ejercida con y por la alevosía y la
ventaja. Un acto cobarde y gandalla, por parte del ejecutor de tal operativo,
para a tranquilos desalojar.
¿Qué se hace cuando una masa
así se aproxima, sabiendo que hay mujeres, docentes y decentes, estudiantes,
personas de edad: en minoría? Sigues grabando pero das prioridad al diálogo, a
la prudencia, cosa que nunca se pudo lograr. En primera línea, se les decía a
los policías que esperaran, que ya nos íbamos. No escuchaban, arremetían con
macanas, golpes, diciendo “a la chingada,
nos los vamos a chingar, pinches borrachos, les vamos a partir su madre”.
Ya no escuchaban, eran bestias humanas entrenadas; ya tenían una orden y la
cumplían.
La angustia ha llegado cuando
sometido golpeado iba maniatado con la cabeza en el piso, escuché todo el
operativo, voces de mujeres gritando, voces de policías riéndose, golpeando,
maldiciendo. Voces en las radios que daban a entender una cacería. Lágrimas de
impotencia, de rabia, no pude contener.
Ha sido injusticia tras
injusticia en esta madrugada no negra sino azul policía y rojo sangre de
golpeados con aun acentuado olor a terror.
He parado por errores
sistemáticos en un ministerio federal, por cosas que enteramente desconozco, y
por algo que sí conozco: por apoyar la causa justa: la lucha magisterial, por
informar o tratar de informar sobre la infamia. Por ser solidario, por no
callar.
Heme sentido aliviado sabiendo
que he sido el único que ha sido detenido, heme sentido indignado sabiendo la
golpiza que le han puesto a los compañeros y compañeras: estudiantes, maestros
y maestras. Me siento profundamente molesto y exijo por este medio presentación
a los desaparecidos, justicia para las víctimas de este cruel y vil suceso.
Me han libertado sus
voluntades, sus gargantas tenaces bajo la lluvia, su ser marchando, su
hermanada lucha, la indignación puesta en movimiento. Me han libertado la
unidad de un pueblo, la unidad de estudiantes, de ambientalistas, de maestros,
me han libertado las letras, la poesía, las fotos, los libres medios. Han
libertado mi ser completo que se sintió cautivo solo hasta que no escuché desde
el celado, un impetuoso y solidario: ¡LIBERTAD, LIBERTAD, LIBERTAD! que
hizo temblar el recinto mientras lloraba el cielo. Gracias a todos y todas
compañeros y compañeras, gracias por hacer que no me ahogara en el silencio.
Gracias por libertarme y por defender la justicia desde su ronco pecho, desde
sus mojados pies, desde su voz de pueblo hecha decreto.
Mexicanos, hoy como hace más
de 200 años. Ante la opresión y la injusticia el pueblo se levantó, consiguió
la independencia hoy cada vez más lejana. Alejada sistemáticamente de nuestras
manos, de nuestro conocimiento, de nuestra razón. Hoy es tiempo de cambiar, de
usar la creatividad, de ser solidarios, de hacer una nueva revolución. El
hablar ahora desde fuera de una prisión es solo una pequeña muestra de lo que
puede hacer el pueblo organizado, el ejercicio real de la democracia: el poder
del pueblo y para el pueblo. No claudiquemos ante las causas justas, hay que
resistir, de nosotros depende la futura generación, hay que activar, hay que
conocernos, hay que organizarnos, hay que confiar en nosotros, hay que unimos.
Son difíciles los tiempos y parece se pondrán peor, pero déjenme decirles un
secreto: somos muchos los que ya estamos hasta la madre de la injusticia, los
que buscamos y hacemos día a día, marcha a marcha, martillazo a martillazo,
desde el aula y desde el azadón, un México mejor, no cerrando los ojos ante la
injusticia, alzando la voz. Es tiempo de protegemos, de brindarnos un México de
los mexicanos, un México soberano y esto comienza y está en cada acción. No
claudiquemos. Manifestemos nuestra indignación.
Acá reunido con varios
colectivos ciudadanos con los que trabajo hacemos la siguiente petición:
Exoneración de
los cargos que se le imputan a mi persona y a todo aquel que haya ejercido su
derecho a libre manifestación el día 14 de septiembre. LA LIBRE EXPRESIÓN Y LA DIFUSIÓN DE INFORMACIÓN NO SON DELITOS.
Exigimos al gobierno que se
haga justicia inmediata, y se emprenda acción contra quien resulte directamente
responsable del abuso desmedido de la fuerza pública en el operativo del 14 de
septiembre. En este caso, quien nos ha amenazado –y documentado está en los
videos tomados por diversos testigos– es Julio César Cerecedo, Director de
Política Regional, del Gobierno del Estado de Veracruz, como él mismo se
presentó. Patentado está que una persona así no puede estar en ninguna función
pública
Exigimos que el
gobierno de Veracruz asegure, en el marco del estado de derecho, la libre
expresión y manifestación de las ideas de los ciudadanos, como mecanismo
crucial para todo aquel gobierno que se jacte de ser democrático. Por ello en
las marchas y movimientos populares pacificas exigimos que solo intervenga la
policía de tránsito y vialidad.
Exigimos la presentación de
los desaparecidos en este infame operativo.
Respeto a la
libertad de expresión y a manifestarnos.
Cese de la vigilancia,
hostigamiento e intimidación a nuestros centros de trabajo comunitario por
parte de los ya conocidos “orejas”.
Hacemos responsable
al gobierno del estado por cualquier agresión a la integridad de cada uno de
los miembros de los movimientos.
Atte:
Majloc (Alberto Arellano)
COLECTIVOS:
LAVIDA (La Asamblea
Veracruzana de Iniciativas y Defensa Ambiental)
AEX (Asamblea Estudiantil
Xalapeña)
Adict@s a la Poesía
Zapateando Medios Libres
RECIVE (Red Cívica
Veracruzana)
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