¿Qué nos dice la sentencia de Bradley Manning de nuestro sistema de justicia militar? (por Michael Moore)
Fuente: El Huffington
Post, 02-08-2013
Traducción de María
Luisa Rodríguez Tapia
El martes pasado, Bradley Manning fue declarado culpable de 20 de los 22 cargos que se le imputaban, entre ellos haber violado la Ley de Espionaje, haber filtrado informaciones secretas y haber desobedecido órdenes. Esa es la parte mala. La buena es que le declararon no culpable de "haber ayudado al enemigo". ¿Por qué? Porque a quienes estaba ayudando era a nosotros, a los ciudadanos estadounidenses. Y nosotros no somos el enemigo. ¿Verdad?
Manning se enfrenta a
una posible sentencia máxima de 136 años de cárcel. Cuando se anuncie tendremos
una idea bastante aproximada de la seriedad con la que el Ejército de Estados
Unidos aborda distintos delitos. Cuando nos enteremos del tiempo que Manning
-que tiene hoy 25 años- va a estar en prisión, hagamos el ejercicio de
compararlo con las condenas recibidas por otros soldados:
El coronel Thomas M.
Pappas, alto responsable de inteligencia militar en Abu Ghraib y máximo oficial
presente la noche del asesinato del preso iraquí Manadel al-Jamadi, no fue
condenado a ningún periodo de cárcel. Sí recibió una reprimenda y una multa de
8.000 dólares (a Pappas le oyeron decir a propósito de al-Jamadi: "No voy a ser el único que pague por
esto").
La sargento Sabrina
Harman, la famosa mujer a la que se ve en Abu Ghraib haciendo un gesto de
aprobación junto al cuerpo de al-Jamadi, y en otra foto sonriendo al lado de
unos iraquíes desnudos y encapuchados, arrojados en un montón, fue condenada a
seis meses por maltratar a los detenidos.
El cabo Armin Cruz fue
condenado a ocho meses por maltratar a presos iraquíes en Abu Ghraib y por
encubrir los malos tratos.
El cabo Steven Ribordy
fue sentenciado a ocho meses por complicidad en el asesinato de cuatro presos
iraquíes a los que "ataron, vendaron
los ojos, dispararon y arrojaron a un canal" en Bagdad en 2007.
El cabo Belmor Ramos fue
condenado a siete meses por conspiración para cometer asesinato en ese mismo
caso.
El sargento Michael Leahy
Jr. fue condenado a cadena perpetua por cometer los cuatro asesinatos de
Bagdad. Posteriormente, el Ejército le concedió un indulto parcial y redujo su
condena a 20 años, con posibilidad de libertad condicional al cabo de siete.
El sargento de marines
Frank D. Wuterich se libró de la cárcel por abandono negligente en la matanza
de 24 hombres, mujeres y niños desarmados cometida en 2005 en la ciudad iraquí
de Haditha. Otros siete miembros de su batallón fueron acusados pero ninguno recibió
castigo.
Los cabos segundos de
marines Jerry Shumate y Tyler Jackson fueron condenados a 21 meses por la
agresión a mano armada contra Hashim Ibrahim Awad, de 52 años, con 11 hijos y
cuatro nietos, cometida en Al Hamdania en 2006. Awad murió por los disparos
recibidos durante el ataque. Posteriormente, las condenas se redujeron.
El cabo segundo de
marines Robert Pennington fue condenado a ocho años por el mismo incidente,
pero no cumplió más que unos meses, ya que le concedieron el indulto y salió en
libertad.
El sargento de marines
Lawrence G. Hutchins III fue condenado a 15 años por asesinato en el caso de
Awad, pero enseguida le revocaron la condena y le pusieron en libertad.
No hubo ningún soldado
castigado por la muerte de cinco niños, cuatro mujeres y dos hombres iraquíes
en una vivienda en 2006. Entre los cables diplomáticos estadounidenses
filtrados por Bradley Manning estaba un correo electrónico de un funcionario de
la ONU que afirmaba que los soldados norteamericanos los habían "ejecutado a todos". Cuando Wikileaks
publicó el cable, la indignación en Irak fue tal que el Gobierno de Nouri al
Maliki tuvo que renunciar a seguir concediendo inmunidad a los militares
estadounidenses ante los tribunales del país, por lo que el Gobierno de Obama
se vio obligado a abandonar sus planes de mantener varios miles de soldados en
Irak de forma permanente. Todas las tropas norteamericanas se retiraron a
finales de 2011.
Me atrevo a aventurar
que Bradley Manning va a pasar más tiempo en prisión que todos los soldados de
estos otros casos juntos. Y con ello, en lugar de redimirnos y pedir perdón por
los crímenes que el cabo Manning puso al descubierto, volveremos a dejar claro
al mundo quiénes somos en realidad.
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