Escrito por Nebulosa Ke Huelga Radio
Miércoles, 07 Agosto 2013
Saludos a
todxs los compas que trabajan en los medios libres y alternativos; a la
Convergencia de Medios que hace posible este encuentro de colectivos, grupos y
organizaciones que trabajamos en los medios libres.
Queremos compartir con ustedes algunas reflexiones acerca de lo que hemos
aprendido en estos 14 años y sobre el camino que vemos delante en la lucha por
transformar nuestro país.
Lo que entendemos por “radio
libre”
Estas líneas
no son una definición de la radio libre sino un resumen de nuestras
experiencias en la comunicación libre.
El proyecto de radio libre Ké Huelga surgió hace 14 años, en 1999, durante
la huelga estudiantil de 1999 en la Universidad Nacional Autónoma de México. La
radio fue creada para combatir las mentiras que los medios masivos difundían
sobre el movimiento de huelga. Tras la entrada de la PFP en la UNAM en febrero
de 2000, la radio fue refundada y tomó un nuevo curso, abriéndose a los
movimientos sociales de México y el mundo. Pensamos que la radio libre es un
espacio de comunicación e intercambio que abre posibilidades de diálogo y
encuentro y por esa vía, pone en cuestión dos mecanismos fundamentales del
control social: la incomunicación y el silencio mediático.
En la "Ké", pensamos
que la radio libre debe experimentar una comunicación donde quienes hablamos
por los micrófonos no somos ni nos consideramos "especialistas" y tenemos claro que la práctica de
comunicación sólo tiene sentido si aquell@s que escuchan rompen la pasividad y
comparten su palabra. Ello resulta evidente en el caso de las luchas sociales
que encuentran en nuestra radio un medio para dar a conocer sus exigencias e
iniciativas. De un modo más cotidiano, en la Ké se permite que diversas expresiones culturales, sociales,
políticas, e incluso individuales, "sin
tiempo en el aire", tengan canales de mutuo descubrimiento. Donde los
medios comerciales dicen "audiencia"
nosotr@s decimos "compañer@s".
En esa perspectiva, uno de los principios que funda la radio libre es la
defensa del uso libre de las frecuencias, bajo la idea de que no es necesario
pedir permiso al Estado para hacer disfrutar de un bien común. De entrada, esto
marcó una diferencia muy grande respecto al resto de los medios masivos pero
también respecto a las estaciones que funcionan con cierta cercanía a las
instituciones gubernamentales. No se trata pues ni de una radio ciudadana, ni
de una radio permisionada, tampoco de una radio pirata, pues nunca hemos tenido
una intención lucrativa en el proyecto. La Ké Huelga ha ido inventando su
práctica como radio comunitaria, centrada en el aprendizaje y el apoyo mutuo
con los movimientos que luchan contra los poderes hegemónicos: el Estado, los
partidos políticos, el poder y control de los medios que detenta la iniciativa
privada.
La Ké Huelga está conformada por una colectividad de individuos que
trabajan de forma voluntaria, sin recibir ninguna remuneración a cambio. La
participación en la radio responde al deseo de crear un espacio y los medios
para la circulación libre de las ideas. Esta apuesta por la libertad se
manifiesta en una postura anticapitalista que busca la transformación de las
relaciones sociales de subordinación, explotación o discriminación. Varias
experimentaciones se desprenden de esta manera de actuar. La primera de ellas
es una subversión del lenguaje radiofónico que utilizan los medios masivos.
Además de que en la Ké Huelga no existen límites para la exploración sonora,
apostamos por contenidos, músicas, ruidos, informaciones y formas de
comunicación que no reproduzcan ninguna ideología o forma de dominación.
Mantener la libertad de comunicación en su sentido más amplio nos lleva
también a establecer una autonomía respecto al Estado, pues es éste quien
regula y limita los contenidos en aras de proteger sus propios intereses. Es
sabido que toda radio que acepte las regulaciones y/o el financiamiento del
Estado está obligada a reproducir una determinada cantidad de anuncios y
contenidos gubernamentales, lo cual evita y limita la capacidad crítica de
quienes participan en esos proyectos. Por otro lado, sabemos que la libertad
implica también la búsqueda de formas de generar recursos económicos para no
crear dependencia respecto a ninguna institución, empresa u organización que
quisiera limitar o regular nuestras ideas. A partir de estas certezas caminamos
hacia la autogestión entendida esta como parte de un proceso de
autodeterminación.
En la Ké Huelga sostenemos una postura solidaria con los movimientos que
buscan la transformación social. No somos periodistas, informadores, ni
profesionales de la comunicación; al contrario combatimos abiertamente la
separación entre el entorno social, la vida cotidiana y los procesos de
comunicación mediática. Nos reapropiamos de la tecnología, tomamos la
frecuencia y los micrófonos porque creemos en la necesidad de una participación
activa en la generación y circulación de conocimientos que alimentan una visión
crítica respecto al orden establecido. Así, la información que se circula es la
generada por la movilización social. Pensamos que esa reapropiación, para ser
subversiva, debe ampliarse, colectivizarse hacia el conjunto de los que luchan
por cambiar este mundo. Para nosotros, no se trata de crear "medios" sino de romper el
monopolio de la tecnología y la información que impide la comunicación directa.
Por ello, la Ké Huelga es un espacio abierto a la participación de otros
que como nosotros, ven en la comunicación uno de los antídotos contra el veneno
del capital. Estas posturas nos colocan en abierta oposición al Estado y sus
aparatos de represión e información. También buscamos situarnos fuera de los
papeles que desde las especializaciones y la "profesionalización" hacen de la comunicación una
mercancía y de los "comunicadores",
capataces de la palabra.
De cómo percibimos la coyuntura
actual
Entre la
extensión de la “guerra contra el narco”
y la imposición del “carnicero de Atenco”
percibimos que la militarización, la extinción de los derechos sociales y la
entrega del país a los grandes capitales está acelerando su paso. Hoy vemos al
ejército aplicar en todo el país, la ley del más fuerte. El ejército y su azul
disfraz, la policía federal, son ya el único sostén del proyecto neoliberal en
México. El hundimiento de instituciones claves como son los poderes de la
Unión, la educación y la salud públicas, así como la profunda crisis económica
desatada desde 2008, han llevado a que la única oferta de los políticos sea
"la mano dura", con cualquiera de sus rostros: Enrique Peña Nieto o
Miguel Ángel Mancera. De Chihuahua a Chiapas y del antro Heavens a Cherán, las
botas militares ocupan, hostigan, torturan y matan a las poblaciones que viven
en los territorios que se busca controlar. El supuesto combate al narcotráfico
es la excusa para incursionar en estados como Michoacán, Guerrero, Oaxaca,
Chiapas, criminalizando toda lucha social que intenta defender sus territorios,
tachando estas luchas como “fachadas de
la guerrilla” e imponiendo así la ley del garrote. Dando continuidad a la
política criminal de Calderón, el gobierno actual se despeña hacia el caos
armado, donde la población civil queda como botín de guerra para militares y
criminales.
Que hablemos de la situación catastrófica de la educación nacional o del
servicio eléctrico, de la devastación del campo o de la privatización del agua,
el conjunto de derechos conquistados durante décadas de lucha están siendo
liquidados. Nadie olvida que el levantamiento zapatista fue causado por la
contrarreforma del Artículo 27 constitucional. Hoy vivimos la privatización de
la educación pública. También crecen las amenazas transgénicas contra nuestras
semillas criollas. La educación sufre la asfixia presupuestal ilustrada por el
drama de millones de jóvenes que no encuentran trabajo ni lugar en las
escuelas. Y de la seguridad social mejor ni hablar, pues las pensiones han
entrado en la ruleta de la especulación financiera mediante las Afores y los
hospitales y clínicas son desmantelados y viven la falta cotidiana de recursos
y medicinas.
En general, vemos el escalamiento de una guerra, pero no una guerra clásica
en que se enfrentan fuerzas contendientes, sino de una guerra de exterminio
contra la población.
Esta guerra tiene un objetivo fundamental: que las enormes riquezas del
país sean explotadas por los grandes capitales. ¿A quién beneficia la Ley
Monsanto y los permisos para sembrar transgénicos? A Monsanto, Cargill,
Syngenta, etc. ¿A quién la extinción de Luz y Fuerza? A Iberdrola, AES,
Mitsubishi, etc. Y lo mismo sucede en la minería, energía eólica,
infraestructura, sector financiero, etc. etc. donde empresas de todo el mundo
disfrutan de la manga ancha de los gobiernos para "atraer inversiones". Mención especial merecen los
barones locales, con Carlos Slim a la cabeza, quienes han logrado apoderarse de
una importante rebanada del pastel. Que Slim sea el hombre más rico del mundo
no debe ocultar los negocios millonarios de los Zambrano (Cemex), los Azcárraga
(Televisa), los Hernández (Maseca) y tutti gli altri. Mientras este puñado de
ladrones se paga la vida de reyes, más de 50 millones de mexicanos viven en la
pobreza y cientos de miles migran al Norte en busca de mejor vida, sólo para
encontrar la muerte en manos de la migra, el desierto o los caza migrantes.
En Ciudad Monstruo la guerra también se extiende poco a poco. Desde el 1°
de diciembre vivimos la agudización de las prácticas represivas del gobierno
local, que se enfoca en criminalizar una y otra vez la protesta social.
Lo que ha madurado entre el sexenio anterior y el que comienza es la
debacle total de la casta política: el hundimiento de la socialdemocracia
perredista y pejista, convertida en
triste comparsa de un proyecto que busca mezclar la modernización capitalista
con el asistencialismo, tiene su culminación en el "Pacto por México" que en nombre de todos pero en
beneficio de muy pocos, busca entregar el resto de las riquezas nacionales y
sumir en la nueva esclavitud a las masas. Esta crisis política sella las
últimas ilusiones de que la transformación social se logrará mediante las vías
institucionales. En el ánimo de la población se abre paso la intuición de que
es necesario ensayar nuevos caminos y de forma creciente las nuevas luchas
adoptan las ideas y los métodos de las tendencias autonomistas de la lucha
social, en sus muy diversas versiones, desde el zapatismo hasta las
experiencias urbanas y muy destacadamente, las luchas de los pueblos en defensa
de sus territorios.
El papel de los medios y las
tareas de los medios libres
En este
panorama, los medios masivos de incomunicación juegan un papel esencial.
Condicionamiento y manipulación son la añeja pero efectiva receta de los medios
comerciales para mantenernos quietecitos mientras el país se desintegra. Y ello
no se limita a los momentos de crisis, sino que abarca nuestra vida cotidiana.
Los medios masivos de incomunicación modelan nuestras vidas a través de sus
mensajes: dictan pautas de comportamiento, nos dicen qué hacer, cómo y cuándo;
establecen las jerarquías de lo aceptable, de lo "bueno" y lo "malo";
encumbran o derrumban figuras públicas, etc. En el terreno de la lucha social,
estos medios comerciales se comportan como ejércitos mercenarios al servicio
del mejor postor y como eficaces guardianes del orden establecido. El "pensamiento estratégico" de
los medios masivos está guiado por las técnicas conductistas y de manipulación
de la mal llamada "opinión
pública".
Y no podría ser de otro modo cuando sabemos que detrás de la supuesta "objetividad" de los
comunicadores, los lazos del poder se tejen en sólidas redes: así, tenemos que
Bill Gates, dueño de Microsoft, es un importante accionista de Televisa, y que
Carlos Slim es uno de los dueños del New York Times. En los últimos 20 años,
políticos y dueños de los medios han establecido una alianza estratégica de
mutuo beneficio: el control de la población que garantizan los medios y que
permite que ladrones y asesinos gobiernen el país, es premiado con las
decisiones gubernamentales que mantienen el duopolio Televisa - TV Azteca sobre
todo el país. Mientras los medios masivos se presentan como el teatro de la
democracia y la diversidad, una mirada sobre los propietarios de las empresas
de radio y televisión nos muestra que un puñado de actores controla la difusión
de mensajes homogéneos que apuntalan el control social.
Los medios comerciales, y en particular la televisión, constituyen el
principal vínculo de "comunicación"
en el país. Históricamente, el Estado mexicano se ha dedicado a dos cosas:
dejar en manos de los empresarios privados el espacio de la comunicación y
reprimir las iniciativas que desde la sociedad intentan quebrar el monopolio
mediático. Desafiar este monopolio es una tarea esencial para transformar el
país. Por ello, los medios libres, asociativos, comunitarios, representan
actores estratégicos en la lucha social.
La historia reciente habla de la importancia de los medios libres. En 1994
las incipientes redes a través de internet ayudaron a detener la guerra contra
el EZLN y las comunidades indígenas en resistencia. La difusión de los hechos
represivos en Atenco y de la tenaz resistencia de los pueblos oaxaqueños en
2006 representaron un salto cualitativo para los medios libres, que aprendieron
a abrir espacios para quienes luchan contra el capital y sus gobiernos. Primero
en mayo, ante el linchamiento mediático de los campesinos del Frente de Pueblos
en Defensa de la Tierra de San Salvador Atenco, los medios libres abrieron un
espacio de denuncia sobre las torturas y violaciones sufridas por l@s
detendid@s, y transmitieron los llamados a la acción en solidaridad con los
presos. Poco después, en el verano y otoño de 2006, los medios libres y
reapropiados ocuparon un sitio esencial en la resistencia de los pueblos
oaxaqueños: Radio Plantón, emisora del magisterio democrático, Radio
Universidad, que acabó siendo el último bastión del movimiento oaxaqueño, la
ocupación de radios e incluso una emisora televisiva, el trabajo de medios
libres como Indymedia Oaxaca y otras iniciativas, todos, permitieron que estos
pueblos pudieran combatir con eficacia la mentira mediática, al punto que su
resistencia sólo pudo ser quebrada por la brutal represión de la PFP.
La novedad que trajo la coyuntura del año 2012 fue la renovación del
cuestionamiento de los medios masivos de incomunicación. Ya en 1968, el
movimiento estudiantil y popular desnudó el control estatal sobre los medios y
su papel como pilar del régimen criminal del PRI. 44 años después, bajo el
paraguas del YoSoy132 las movilizaciones ciudadanas sacaron a la luz el cambio
en el papel de esos medios convertidos ahora en uno de los principales poderes
fácticos del país, capaces de llevar a la presidencia a un personaje como Peña
Nieto que sintetiza el cinismo criminal con la incompetencia más burda. Estas
movilizaciones marcaron el inicio de una nueva etapa en la que la construcción
de medios de difusión y de comunicación ligados a las luchas sociales se ha
convertido en un sentido común, una necesidad para hacer frente a los grandes
poderes capitalistas.
Frente a la descomposición del régimen y la militarización, los medios
libres representan las únicas ventanas por las que se cuelan retazos de la
realidad que contrarrestan las mentiras de la propaganda gubernamental. Al desafiar
el monopolio mediático, los medios libres golpean uno de los pilares del
control social en este país.
Y es por ello que son duramente perseguidos, particularmente aquellos que
alcanzan una difusión masiva como son las radios. En efecto, las radios libres
han pagado una alta cuota de sangre y esfuerzos desmantelados por la acción de
las autoridades. En este terreno también se advierte el endurecimiento del
régimen. De acuerdo con la legislación de medios, que no contempla un estatuto
definido para las radios libres o comunitarias, transmitir sin permiso es
penado con una multa y el decomiso del equipo. Durante décadas, así actuó el
gobierno. Sin embargo, a partir de 2007 - 2008, la administración calderonista
ha cambiado de estrategia y mediante un ilegal recurso jurídico, acusa a
quienes transmiten sin permiso de "daños
a los bienes nacionales", delito penado con 12 años de cárcel y multa
de 50 mil pesos. Están en marcha dos procesos legales donde compañer@s han sido
acusados de este "original"
delito: Rosa Cruz, de la radio comunitaria purépecha Uekakua, que transmitía
con 5 watts de potencia desde la comunidad de Ocumicho, Michoacán, y Héctor
Camero, miembro de la Radio Tierra y Libertad de Monterrey, Nuevo León.
Con su dureza, el arsenal jurídico ocupa un segundo plano frente a la
interferencia, los asesinatos y agresiones físicas contra quienes construyen
las radios libres o comunitarias. En Oaxaca, Chiapas y Ciudad Monstruo la
interferencia mediante otra señal de radiofrecuencia más potente ha sido ampliamente
utilizada por los gobiernos locales o por el federal para intentar callar a las
radios libres o comunitarias: Radio Insurgente, emisora del EZLN, fue
interferida en Chenalhó; Radio Plantón y Radio Universidad en Oaxaca capital
fueron interferidas durante el movimiento de 2006. Actualmente Radio Plantón
debe saltar de frecuencia para evitar ser interferida. En Guerrero, Radio
Ñomndaa ha visto reducido su alcance por la presencia de una señal de Acapulco,
que impide que "La Palabra del
Agua" se escuche en Ometepec, la cuidad más cercana a Xochistlahuaca.
En Ciudad Monstruo, Regeneración Radio (105.3 FM) y La Voz de Villa (91.7 FM)
han sido bloqueadas por una transmisión de mensajes esotéricos y música grupera
desde 2009. En julio de 2013 a los compañeros de Regeneración Radio les fue
silenciada su señal por las autoridades universitarias. La Ké Huelga Radio ha
sufrido cuatro interferencias en sus 14 años de existencia. Durante la huelga
estudiantil de 1999 y en 2000 con el ruido de una sirena; actualmente mediante
dos señales: una estación "anónima"
que transmite mensajes esotéricos y música grupera, y Radio Josna, emisora
ligada al PRI del Estado de México que transmitía desde Ciudad Neza. Durante
todo 2012 y hasta la fecha, nuestra señal es obstruida por una transmisión de
música y mensajes esotéricos. Asimismo, hemos recibido intimidaciones por
desconocidos que se identifican como policías federales que intentan establecer
las identidades de los integrantes de la Ké Huelga.
Menos frecuentes, los asesinatos y las agresiones físicas también han
golpeado a los medios libres. Recordemos como ejemplo doloroso el asesinato de
Felícitas Martínez y Teresa Bautista, comunicadoras del pueblo triqui e
integrantes de la radio "La Voz que
rompe el silencio", quienes fueron brutalmente asesinadas en abril de
2008. L@s compas de Radio Ñomdaa también han sufrido encarcelamiento (David
Valtierra en 2007) intentos de desmantelamiento (2008) y golpizas (Obed
Valtierra en 2009).
Frente al proyecto capitalista que mediante el terror, la fuerza militar y
las mentiras propagandísticas pretende crear un nuevo paraíso para los ricos y
sus sirvientes de la casta política, consideramos de la mayor importancia la
consolidación de los espacios de comunicación directa y libre así como la
colectivización de los conocimientos y las tecnologías que permitan romper con
el monopolio mediático. Esperamos que esfuerzos como esta convergencia de
medios, nos impulsen a crecer juntos nuestras diversas formas de luchar.
Por nuestra parte, proponemos tres terrenos iniciales para llevar adelante
esta colectivización de saberes:
a. El intercambio de materiales: se trata de hacer ágil el acceso a los
materiales que creamos así como apoyarnos mutuamente en su difusión.
b. Crear espacios y modos de intercambio de conocimiento. Mejorar las formas
en que creamos y compartimos conocimientos. Enriquecer los espacios mezclando
diversas formas de expresión (por ejemplo, sumar video al audio y viceversa,
crear versiones impresas de contenidos electrónicos, etc.).
c. Crear redes de respuesta y seguimiento ante hechos represivos. En esta
línea se ha avanzado mucho gracias al trabajo de defensores de derechos humanos
y de los propios medios, pero aún falta mucho por hacer para lograr la agilidad
necesaria en nuestra respuesta ante la represión. Se trata de pasar de la
denuncia hacia el apoyo para la defensa y para mantener vivos los proyectos que
son reprimidos: además de parar la represión debemos ser capaces de ayudar a
los compañeros reprimidos a relanzar su espacio. Otra tarea estratégica para
los medios libres es crear vías seguras de comunicación entre nosotros:
proponemos comenzar por trabajar el anonimato y la encriptación de nuestras
comunicaciones, evitando en lo posible los canales más vigilados como son las
redes sociales, los teléfonos y los correos "en
claro", para comunicarnos entre nosotros: esos espacios son excelentes
para la difusión de nuestros mensajes, pero son un campo fértil para la
policía.
Finalmente, invitamos a todas y todos los asistentes a esta convergencia a
mantener una comunicación constante a través de nuestro correo de contacto: kehuelga@kehuelga.net
y nuestro sitio http://kehuelga.net/diario
Ké Huelga
radio libre, social y contra el poder
agosto de 2013
Comentarios