Blog del autor: http://pedroecheverria.wordpress.com
Rebelión,
04-08-2013
1. Honra que amigos zapatistas me hayan invitado a
inscribirme a la “escuelita” que en
unos días pondrán en marcha. Como todas las iniciativas que han echado a andar
han servido para extender su movimiento. La realidad es que hasta hace unos
días me preguntaba: ¿Cómo piensan los zapatistas organizar una “escuelita” cuando lo que se necesita
son muchas escuelotas para aprender a
luchar contra la poderosa escuela burguesa capitalista pública que abarca a más
de 36 millones de estudiantes, otros millones en escuelas privadas, además de
los más de 115 millones de mexicanos penetrados por la televisión y la radio al
servicio de poderosos empresarios? Pero a los zapatistas nadie los hace tontos,
no les pueden jugar el dedo en la boca, porque saben lo que pasa en México.
2. Me he encontrado que el Marcos, el Moisés, el
Pablo González y el Luis Villoro podrían ser alumnos de profesores con mayor
sabiduría que están a punto de cumplir 20 años de conocimientos directos de la
realidad. ¿O estarán entre los muchos instructores los dirigentes rotativos de
los Caracoles creados en aquel agosto de 2003? Pensé en Iván Illich, en O
Neill, en Freire, con títulos de “educadores”
y en otras experiencias que enseñan que también “el educador debe ser educado o reeducado”, es decir, “¿Quién enseña a quién… y qué “? ¿Es que
acaso todavía no es tiempo de cambiar los paradigmas educativos tradicionales
para construir otras alternativas que ahora sí respondan a la gente? La
realidad es que los integrantes de la pequeña burguesía necesitamos
reeducarnos.
3. Pero dado que nadie enseña a nadie y todos somos
parte del proceso enseñanza-aprendizaje, en la escuelita y en sus conferencias
se analizará el enorme papel de dominación que desde hace un siglo ha mantenido
el imperialismo de los EEUU sobre todos los países del mundo evitando con ello
que algún país logre liberarse. También será obligatorio comprender por qué los
autocalificados “países socialistas”
encabezados por la URSS y China, se desplomaron y retomaron el capitalismo.
¿Podría entonces –se preguntaría en la escuelita- lucharse por un socialismo
que no se conoce, que no ha existido, que sólo ha sido voluntarista, mientras
no hayamos enterrado a los imperialismos y sus apoyadores? Por eso mucha gente
está animada por estar en la escuelita.
4. La “escuelita”,
además de analizar la economía, las crisis y las perspectivas de crecimiento
mexicano, seguramente discutirá el futuro de la izquierda en México. Además de
ver hacia donde se dirige el llamado Pacto
por México, se verá lo que sucede en la izquierda y la causa por la que “es muy difícil” lograr algunos puntos
de unidad y lucha. ¿Qué sucede en América Latina con el dominio imperial y en
los países que han estado aplicando políticas alternativas? Pero si en el
limitado tiempo calculado por la “escuelita”
no alcanza el tiempo para analizar todo, quedaría el campo de las conferencias
y de la elaboración de documentos para discutir.
5. Obvio, se podría pensar que la “escuelita” es un trabajo de
alfabetización que el Estado está obligado a dar en todo el país con
presupuesto público; pero no es tan simple el asunto. Algunos ayudamos en los
70 en las prepas populares de Liverpool y Tacuba, así como trabajando con “rechazados” para lograr su entrada a
CU; pero la realidad es que todos los muchachos se transformaron en aquellos
años en activistas que repartían en las calles y mercados cientos de miles de
volantes anti gobierno y recogían dinero en botes. Más que educarse con la
enseñanza burguesa que impartía el Estado muchos jóvenes se convirtieron en
activistas que, aunque minoritariamente, hoy siguen en la lucha social. Nunca
se sabe, cuando se hace trabajo radical de masas, del proceso de
concientización.
6. Al parecer el zapatismo no ha sido ni será nunca
electoral. Como todos los que participamos en la izquierda, ha cometido muchos
errores pero es extremadamente difícil que entregue al poder a la burguesía. Se
podrá decir que muchas veces la izquierda en general (el EZLN entre ella)
pierde perspectivas en el qué hacer para lograr avanzar el proceso, pero su
convicción es que este país que tiene que sufrir cambios radicales y profundos.
Pienso que “la escuelita” –“en el salón de clases o fuera de él”-
va a servir mucho para aclarar ideas y posiciones políticas. ¿O se piensa acaso
que hay alguien en el mundo que posea la suficiente claridad para señalar el
camino? Estas convocatorias ayudan mucho y debemos poner la voluntad para
participar de ellas.
7. Tengo confianza en la honestidad, dedicación y
valentía de los jóvenes y compañeros que he visto batallar y confrontarse en el
DF y muchos estados de la República. Más que conocimiento librescos esos
compañeros poseen un enorme corazón para enfrentarse al poder en la defensa de
los explotados y oprimidos. Espero que esos compañeros sean mis profesores de
la “escuelita” porque muchos
clasemedieros debemos reeducarnos. Pero obviamente no hay que hacerse ilusiones
en que la conciencia se puede desarrollar en unas cuantas horas o días. Ésta es
producto de muchas circunstancias: la principal es la coyuntura política y
económica, misma que es la que hace mover a los pueblos para alcanzar su
liberación.
Rebelión ha publicado este artículo
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