Gustavo Esteva: Y sí, aprendimos
(sobre la Escuelita de la Libertad según l@s Zapatistas y
la Cátedra Tata Juan Chávez)
Quienes
tuvimos el privilegio de asistir al primer curso de La libertad según los
zapatistas nos graduamos el viernes pasado.
Fueron nuestros maestros y maestras miles de bases de
apoyo, particularmente jóvenes y jóvenas, que compartieron con nosotros la
experiencia vivida de conquistar la libertad. Cada un@ de nosotr@s, l@s
estudiantes, tuvimos un votán, un guardián, que no sólo se ocupaba de
atendernos y cuidarnos, sino que era también tutor pedagógico para resolver
nuestras dudas, ampliar información y guiarnos en la lectura de los libros de
texto y en otras actividades.
Aunque sólo hayamos pasado el primer nivel, aprendimos
mucho. Aprendimos de palabras, por ejemplo, de las nuevas categorías creadas en
la lucha por la libertad. Sabemos ahora que hay cosas que son de por sí; la
resistencia, por decir algo, no empezó con los zapatistas, pues ya de por sí
abuelos y abuelas estaban en resistencia y habían guardado la experiencia en
sus corazones. Aprendimos que hay un modo zapatista, enteramente transparente
pero difícil de entender o definir, porque es muy otro modo. Aprendimos de los
partidistas, un genérico eficaz para aludir a esa fauna que se pretende diversa
pero en que todos se comportan de la misma manera: son herman@s confundidos que
se siguen creyendo los cuentos del mal gobierno y de los capitalistas.
Aprendimos cómo se construye la autonomía, cómo los trabajos, cómo toda
auténtica resistencia no es sólo aguantar, sino construir algo nuevo, cómo es
la organización…
Pero faltaron palabras porque presenciamos novedades
radicales que no salieron de libros, rollos o ideologías, sino de la práctica,
y son empeños de imaginación… Creo que no tiene precedente histórico, por
ejemplo, el proceso de transferencia ordenada y coherente de poder de los
mandos político-militares. El que acumularon cuando las bases de apoyo se lo
dieron para organizar el levantamiento les ha sido paulatinamente devuelto, a
medida que la gente, el pueblo, asume plenamente el régimen de decisiones en
todos los niveles de autonomía y gobierno. Se construyó desde abajo una forma
de vivir y gobernarse en que se ejerce cotidianamente el poder político y la
democracia radical. Los mandos se mantienen atentos, listos a prestar su apoyo
si se requiere y a plantear iniciativas.
Habrá seguramente la tentación de traducir lo aprendido
organizando cursos, convirtiendo la experiencia en un paquete de conocimientos
y habilidades para transferir a otros. Quien lo intentara descubriría pronto
que así traicionaría el sentido, estilo e intención de la escuelita zapatista.
No nos invitaron para educarnos en una doctrina y mucho menos para tirarnos
línea. Nos compartieron una experiencia vivida, cuya sustancia común sólo puede
existir en la diversidad. El desafío no consiste en reducir todo eso a discurso
formal, más o menos técnico, sino en reproducir a la manera de cada quien esta
forma de contagio. Pero esto exige tiempo, para elaborar la experiencia y
preparar terreno fértil en que prospere la flor de la autonomía.
El sábado, aturdidos aún por las emociones de la semana,
vimos llegar a los delegados del Congreso Nacional Indígena para un encuentro
muy otro que tuvo lugar el fin de semana. Parecía que la sabiduría del Tata
Juan Chávez se derramaba sobre el inmenso auditorio en que escuchamos por
muchas horas la voz de pueblos indios de todo el país que impartieron
generosamente su cátedra, la que desde ahora será un homenaje vivo y constante
al Tata.
Fue abrumador escuchar la enumeración interminable de
despojos y agresiones. Los nombres de los protagonistas y la materia del
despojo cambiaban de un lugar a otro. Pero se trataba del mismo crimen: una
guerra contra la subsistencia librada por las corporaciones capitalistas, a
veces tras la fachada de un cacique o un terrateniente y siempre con la
participación activa y la complicidad abierta del gobierno y los partidos.
Aún más impresionante fue constatar el común denominador
de casi todas las intervenciones: una resistencia combativa, articulada y
vigorosa, al librar con energía y dignidad esta batalla en que no sólo
defienden sus territorios, sus formas de vida y de gobierno y sus tradiciones,
sino que luchan por la supervivencia misma de tod@s nosotr@s.
En suma, agotados tras esta semana intensa que por
momentos parecía interminable, agobiados por el peso del aprendizaje que trae
consigo el deber de compartirlo, regresamos a nuestros lugares llenos de
esperanza. Bebimos hasta saciarnos en esta fuente de inspiración. Aprendimos
también que cada quien a su modo podremos hacer lo que nos toca, tan diverso
como todos nuestros mundos. Podremos construir un mundo en que tod@s cabremos.
Se destrabarán inercias, parálisis y temores. Estamos en marcha.
Entrevista a Raúl Zibechi, tras su experiencia de la Escuelita
Zapatista
Entrevista
a Raúl Zibechi, sobre la experiencia de la Escuelita Zapatista realizada por
varios medios libres, Promedios, Subversiones, CMI Guatemala. Raúl expone lo
que para él ha sido la experiencia de la Escuelita, interesante interpretación.
17 de agosto Chiapas, México 2013
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