Exhibe la Cátedra Caminante “Tata Juan Chávez Alonso” los proyectos de muerte que amenazan a los pueblos indios
Gloria Muñoz Ramírez y Adazahira Chávez
Foto: Santiago Navarro
Foto: Santiago Navarro
Publicado el 17 de agosto de 2013
Acueductos, carreteras, minas, planes
inmobiliarios y un sinfín de megaproyectos que invaden los territorios
indígenas del país, se expusieron hoy en el relanzamiento del Congreso Nacional
Indígena (CNI).
San Cristóbal
de las Casas, Chiapas. Un muestrario
interminable de agravios a los pueblos indios de México se presentó en el
primer día de los trabajos de la “Cátedra
Caminante Tata Juan Chávez”, que con la participación de cientos de
delegados de pueblos, naciones y tribus indígenas del país, del subcomandante
Moisés y de un grupo de comandantes y bases de apoyo zapatistas, inició hoy en
el Centro de Capacitación Indígena (CIDECI), con el fin de fortalecer la
defensa de los territorios y su autonomía.
Durante la
primera de dos jornadas previstas, se fue deshilvanando la ofensiva más severa
que han enfrentado los pueblos indios desde la colonia española. Acueductos,
carreteras, minas, planes inmobiliarios y un sinfín de megaproyectos que
invaden los territorios indígenas del país, acompañados de estrategias de
división, contrainsurgencia y represión abierta, se fueron exponiendo. Todos
los delegados, sin excepción, coincidieron en lo importante de unir sus
resistencias para enfrentar el despojo.
La inauguración
de la Cátedra Caminante “Tata Juan Chávez
Alonso” contó con la presencia también de los comandantes zapatistas Tacho,
Zebedeo y Moisés. En su participación, el subcomandante Moisés pidió a los
representantes yaquis, tzeltales, purhépechas, nahuas, hñähñus y zapotecos,
entre otros, mantener fuera de intereses económicos sus luchas que, afirmó,
sostendrán unidos.
Acompañados de
una lluvia intermitente de los Altos de Chiapas, comenzaron los testimonios de
las resistencias de los pueblos, que se dividieron en bloques geográficos, del
norte al sur. Los yaquis denunciaron el despojo de agua que los mantiene
tomando una carretera en Sonora desde finales de mayo; los kumiai de Baja
California afirmaron, a través de un mensaje escrito, que como “indios de la tierra seguimos firmes en la
lucha por recuperación de tierras y de todo lo que heredaron los dioses”.
La mitad del
auditorio está compuesto por jóvenes zapatistas que toman notas, con
pasamontañas que indican su pertenencia al Caracol I, con sede en Oventik. Con
atención, las jóvenes siguieron el testimonio de Magdalena García Durán,
mazahua detenida en 2006 durante el operativo contra el pueblo de San Salvador
Atenco, quien relató sus vivencias cotidianas de discriminación con policías
que la agredían por portar trenzas largas.
El comunero José
Cruz, de Milpa Alta, en el Distrito Federal, dio lectura a una carta que Félix
Serdán Nájera, combatiente jaramillista y mayor honorario insurgente del EZLN,
le dio en 2011 para los integrantes del CNI y del EZLN. En el documento, el
veterano guerrillero lanzó: “pongo mi
corazón en ustedes”, y pidió seguir en pie de lucha y buscar una forma de
comunicación permanente.
Los zoques
desplazados hacia Jalisco, por la erupción del volcán Chichonal en los
setentas, afirmaron que, a pesar de que salieron de su territorio, se
reconfiguran como pueblo en unión con los zoques de Chiapas y pidieron
ser reconocidos en esa diferencia. “Somos
de antes, pero somos nuevos”, afirmó Fortino Domínguez, haciendo alusión a
los zapatistas.
Con la voz del
pueblo de Ayotitlán, Jalisco, llegó la historia de la lucha por recuperar sus
tierras comunales y la resistencia ante la minera Peña Colorada, que amenaza
con desaparecer a quienes se opongan a su operación. El pueblo coca de Mezcala,
en el mismo estado, denunció la amenaza turística a su isla sagrada y la
existencia de guardias blancas de los empresarios.
Desde Michoacán
vino el mensaje de los nahuas de Ostula, que resaltaron su gran dolor por los
30 asesinados, cuatro desaparecidos y cien familias desplazadas que ha dejado
su pelea contra el crimen organizado y los invasores mestizos, pero, afirmaron,
“aún tenemos vida comunitaria y la
posesión de tierras recuperadas”. Los purhépechas de Cherán recordaron su “Ya Basta”, como llaman a su
insurrección del 15 de abril de 2011 contra los talabosques. Afirmaron que es
difícil hablar de autonomía, pues “el mal
gobierno y partidos cada día atacan y rondan más agresivamente con sus
programas para que nos desanimemos”.
Siguieron los
testimonios de una comunidad ecológica en Michoacán, de los pueblos de la
sierra del Ajusco en el Distrito Federal –que, unidos, viven las presiones de
la mancha urbana y el proyecto carretero Arco Sur en su territorio, que
constituye el 40 por ciento de las tierras de la capital del país- y otros,
que, como señaló el purhépecha Elpidio, de Arantepacua, “compartimos un mundo de problemas, pero también de esperanza como
pueblos originarios para reforzar nuestra convivencia colectiva y comunitaria”.
Los trabajos
del CNI, fundado en 1996 en Nurío, Michoacán, continuarán el resto del día 17 y
todo el 18 de agosto. Se prevé, dado el carácter itinerante de la cátedra, la
realización de otras sesiones en “distintos
puntos de la América originaria en todo el continente, conforme la geografía y
el calendario que vayan acordando sus convocantes y quienes se adhieran en su
oportunidad”, señaló el EZLN en la convocatoria.
Despojo a
indígenas
Los de abajo, Gloria
Muñoz Ramírez
Los pueblos indios de
México agrupados en el Congreso Nacional Indígena (CNI) brindarán este fin de
semana un homenaje al líder moral purépecha Juan Chávez Alonso, a poco más de
un año de su muerte accidental en su natal Nurío, en el marco de la cátedra que
lleva su nombre. Se trata, además, del relanzamiento de la organización
indígena que hace 17 años convocó el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
El encuentro
se da en el contexto de una de las ofensivas más violentas en la historia
contra sus territorios. Minas, acueductos, carreteras, proyectos eólicos,
hidroeléctricas, gasoductos y un sinfín de megaproyectos
amenazan sus recursos naturales.
A los yaquis
los quieren despojar de su agua, a los zapotecos de su viento, al pueblo
wixárika de sus sitios sagrados, a los purépechas de sus bosques, a los nahuas
de sus milpas, a los cocas de su isla. Se trata, como dijeron en su reunión en
la comunidad wixárika de Bancos de San Hipólito,
de un embate integral con múltiples frentes en nuestra contra, y los saqueos a los territorios por parte de caciques, empresas y los malos gobiernos se han vuelto más agresivos en su guerra de exterminio, que comenzó hace más de 500 años.
La autonomía
es la forma en que muchos de estos pueblos enfrentan los intentos de despojo,
aunque su resistencia en no pocos casos se encuentra con la represión oculta y
abierta de empresas y gobiernos. En estos momentos dan las batallas en muchos
frentes, desde la defensa jurídica hasta la acción directa con el bloqueo de
carreteras y las barricadas para que la maquinaria destructora no entre.
No hay mejor
manera de honrar la figura de don Juan Chávez Alonso que relanzando la red de
la que él fue parte fundadora. Con
su mirada como horizonte, las organizaciones indígenas se reúnen hoy para
levantar una tribuna en la que los pueblos originarios del continente sean escuchados por quien tenga oído atento y respetuoso para su palabra, su historia y su lucha de resistencia.
El CNI fue
convocado en enero de 1996 y conformado en octubre de ese año, con la comandanta Ramona, el guerrillero
jaramillista Félix Serdán Nájera y el propio don Juan como pilares morales. En
abril de 2001 el Estado mexicano traicionó los acuerdos de San Andrés, firmados
con el EZLN en febrero de 1996, y que los llevó, al igual que a los zapatistas,
al ejercicio de su autonomía en los hechos, sin el permiso de nadie.
Más de 17
años después, las organizaciones indígenas, representantes de pueblos,
comunidades y barrios originarios contarán
con voz propia sus historias, dolores, esperanzas y, sobre todo, su lucha de resistencia.
Inicia Cátedra
Tata Juan Chávez Alonso en Congreso Nacional Indígena (CNI)
David
afirmó que "para nosotros don Juan es un gran hermano y compañero porque desde
1994 estuvo acompañando nuestra lucha, y aunque otros dijeron lo mismo luego se separaron por diversos motivos".
Elio Henríquez, corresponsal
Publicado: 17/08/2013
Publicado: 17/08/2013
San Cristóbal de Las Casas, Chis. Ante la presencia de cientos de delegados del
Congreso Nacional Indígena (CNI), el comandante
David
inauguró esta mañana la Cátedra Tata
Juan Chávez Alonso.
El acto estuvo marcado por
la primera aparición pública del Subcomandante
Moisés desde que fue dado
a conocer públicamente su nuevo cargo.
Antes de que David
inaugurara formalmente la cátedra, el comandante
Zebedo dio la bienvenida a los asistentes que desde
las 10 horas se reúnen en el auditorio
del Centro Integral de Capacitación Indígena (Cideci)
Las Casas, con sede en esta ciudad.
En un mensaje después de declarar
inaugurados los trabajos, a los que
asiste la Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), David
afirmó que "para nosotros don Juan es un gran hermano y compañero porque desde
1994 estuvo acompañando nuestra lucha, y aunque otros dijeron lo mismo luego se separaron por diversos motivos".
Aseguró que Chávez Alonso "nunca
nos dio la espalda ni se rindió y arriesgó su vida al caminar junto a nosotros lo
zapatistas".
Agregó: "Nosotros lo consideramos un defensor de
la vida y de la naturaleza porque defendió
los territorios" en Michoacán.
Ante cientos de personas, el dirigente zapatista reiteró que "lo más grande que nos dejó es que nunca se rindió ni cambió de ideas",
por lo que “su herencia debe de
permanecer y crecer en cada uno de nuestros pueblos y rincones de la tierra”.
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