Egipto: Más de 1.000 muertos por la represión de miércoles y jueves (14 y 15 de agosto) en protestas civiles
x La Haine / Agencias
16/08/2013
Con
el paso de las horas aumenta la cifra de muertos y heridos en Egipto por la
fuerte represión policial a las protestas contra la dictadura militar durante
las manifestaciones del miércoles y jueves.
El ministerio de Sanidad de la
dictadura insiste en la existencia de sólo 638 muertos, como última "cifra oficial" y aseguró que
se registran más de cuatro mil heridos. Fuentes de los manifestantes, sin
embargo, aseguran que los muertos por la represión sobrepasan ampliamente el
millar. Y la cantidad de heridos es incontable, debido a que la mayoría de
ellos no asiste a hospitales públicos por temor a ser detenidos y torturados
por la policía.
A las puertas de la mezquita
de Al Imam, la mayor "morgue"
no oficial tras el ataque policial y militar, los reunidos hablaban de guerra
civil. Anoche, las fuerzas represivas se apresuraron a sitiar la mezquita, para
retirar de ella los cuerpos que quedaban en su interior y evitar que se conozca
la verdadera cifra de muertos.
Los 525 muertos que reconoce
la dictadura “es una cifra ridícula. Son
muchos más. Solo por aquí han pasado 400”, dice Mustafá Abdelgani, de 34
años, cardiólogo de profesión y, desde el miércoles, dedicado a poner algo de
orden en este enorme y caótico depósito de cadáveres. Se dedica a emitir
certificados de defunción para las familias. “¿El motivo que más he escrito? Disparos en la cabeza, en el cuello, en
la espalda”, dice.
Pese a la existencia del
decreto de estado de emergencia y del toque de queda, las distintas fuerzas
políticas del país han convocado a sus seguidores a sumarse a las
manifestaciones en rechazo la mortal represión y al golpe de Estado. Para hoy
se esperan consecuencias funestas en las marchas previstas en las ciudades más
importantes, tomando en cuenta que el Ministerio del Interior dio oficialmente
luz verde a sus miembros para disparar con fuego real a aquellas personas que
intenten manifestarse.
Hasta la represión del
miércoles, las concentraciones populares contra el golpe de Estado del 3 de
julio habían sido relativamente pacíficas. Ayer jueves, sin embargo, las
protestas han tomado un cariz de resistencia. Cientos de personas han tomado e
incendiado un edifico del gobierno en El Cairo. En varios puntos del país ha
habido ataques contra comisarías y edificios municipales.
Según el gobierno ya son más
de 525 los muertos por la represión, aunque fuentes de los manifestantes elevan
la cifra a 4.500.
Miles de personas marcharon a
mediodía por las calles de Alejandría, la segunda ciudad del país, en protesta
por el brutal asalto policial/militar de la víspera y en desafío al estado de
emergencia decretado la víspera. En la capital, los manifestantes han asaltado
un edificio gubernamental.
Las autoridades dictatoriales
han extendido este miércoles la detención del presidente elegido en las urnas,
Mohamed Morsi, retenido por los militares en un lugar secreto, durante otros 30
días. Los jueces de la dictadura acusan a Morsi de "asesinato y espionaje" en relación a su huida de una
cárcel durante la revolución de 2011.
En El Cairo, la protesta está
convocada para esta tarde, en una manifestación que intentará volver a la plaza
de Al Nahda, tomada militarmente por los represores. "Mantenemos nuestra lucha con fuerza y resolución", ha
afirmado un portavoz de los manifestantes. "Seguiremos
avanzando hasta derribar el golpe".
Ayer
El
Ministerio de Salud de la dictadura militar informó que la cifra de personas
asesinadas tras el violento desalojo ejecutado por la policía a los campamentos
de partidarios de Mohamed Mursi asciende al menos a 278 personas, aunque
fuentes de los manifestantes elevan esa cifra a más de 300. Fuentes sanitarias
estiman que los heridos pasan de las dos mil cuatrocientas personas.
La policía, junto con
militares y paramilitares, procedió con suma violencia y disparos de armas de
fuego al desalojo forzado de los campamentos donde permanecían desde hace un
mes los seguidores de Morsi para exigir su retorno al gobierno ganado en las
urnas, luego de que un golpe de Estado ejecutado por el ejército lo derrocara.
Los seguidores de Mohamed
Morsi tardaron un mes y medio en levantar una ciudad improvisada en el barrio
de Ciudad Naser, con tiendas de campaña, ambulatorios, aseos y puestos
ambulantes. Los represores egipcios redujeron en pocas horas todo a escombros
—con fuego real, gases lacrimógenos y excavadoras— en una operación que
incendió las calles egipcias.
Al amanecer, la policía
irrumpió en las concentraciones de Rabaa al Adauiya y de la plaza de Al Nahda,
tratando de dispersar a los congregados con gases lacrimógenos, que luego se
convirtió en disparos de armas de fuego. “Tiraron
las lonas [de las tiendas de campaña]. Había
policías y soldados. Dispararon gases lacrimógenos a los niños”, aseguró
Saleh Abdulaziz, un maestro de 39 años, tapándose una herida sangrante en la
frente.
El portavoz de la dictadura
puntualizó que al menos 61 personas murieron en la plaza Rabaa al Adawiya, el
principal lugar de la capital donde se congregaron los partidarios de Mursi. De
igual manera, informó que 21 personas perecieron en la plaza Nahda, situada en
otro barrio de El Cairo.
El dictador de Egipto, Adli
Mansur, decretó el estado de emergencia en todo el país por un mes a partir de
las 16H00 locales (14H GMT). Esta medida permite que se realicen redadas y
detenciones sin una orden judicial.
El anuncio fue difundido a
través de la televisión estatal mediante un comunicado en el que insta a las
fuerzas armadas del país adoptar las medidas necesarias ante la situación, lo
que indica que el ejército va a participar más activamente en la represión.
También se estableció el toque de queda desde las 18:00 hasta las 6:00.
Los manifestantes, que no
respondieron en un primer momento a la agresión de la dictadura, se enzarzaron
luego en duros enfrentamientos para proteger los campamentos. Tras los desalojos,
se desataron choques en varios puntos de la capital, que rápidamente se
extendieron al resto del país cuando la Coalición Nacional para la Defensa de
la Legitimidad llamaba a la gente a protestar en las calles. De norte a sur,
Egipto se tiñó de sangre de manifestantes y, en respuesta, miles de activistas
quemaron coches de policía, edificios gubernamentales y viviendas de lujo.
La violencia policial de la
mañana de este miércoles en El Cairo se trasladó también a otras ciudades del
país, especialmente Alejandría y Suez, donde se reportan también decenas de
muertos por la represión. Los trabajadores sanitarios y médicos de diversos
hospitales contabilizaron al menos unos dos mil 403 heridos. Según datos
oficiales, esta cifra asciende a dos mil.
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